El Museo te ayuda a hacer tus… …Tareas DERECHO A VOTO PARA LA MUJER CHILENA (8 de Enero de 1949) Mancomunal de Costureras. Santiago Mayo 1905 Museo Histórico Nacional Departamento Educativo Museo Histórico Nacional Las Primeras Luchas: Teniendo como líderes, a un muy reducido grupo de mujeres de la aristocracia, que se transformaron en la cara visible de una masa ignorada de mujeres dueñas de casa, empleadas domésticas, obreras y trabajadoras de talleres e industrias, campesinas, y valerosas compañeras de campesinos y mineros del salitre y del carbón, se fue formando en Chile, desde fines del siglo XIX, un activo grupo de luchadoras por sus derechos. Entre aquella elite, mujeres valientes hicieron historia. La chillaneja Cornelia Olivares, que incitaba a los chilenos a luchar contra el dominio español; la escritora Martina Barros que tradujo “La esclavitud de la mujer” de J.Stuart Mills publicándolo en el periódico “la mujer”, fundado hacia 1877; las maestras Antonia Tarragó e Isabel Le Brun, que abrieron en Copiapó el primer Liceo de Niñas (1877), e impulsaron además la dictación del histórico Decreto Amunátegui, que les abriría las puertas de la Universidad de Chile a las estudiantes. En los años treinta, ya habían madurado por lo menos un par de generaciones herederas de las primeras oleadas de mujeres profesionales que fortalecen el movimiento de la emancipación de la mujer. Un gran hito de esta lucha lo constituyó la fundación del MEMCH el 11 de mayo de 1935. Esta organización, MEMCH, Movimiento de Emancipación de la mujer Chilena, fue concebido para integrar mujeres de toda condición social, intelectual e ideológica, profesionales de todas las áreas, obreras, campesinas, dirigentes sindicales y un gran número de dueñas de casa, para avanzar en la igualdad de la mujer chilena ante la ley. Una de sus fundadoras fue Elena Caffarena cuya entrevista, realizada por la escritora Diamela Eltit en 1992 reproducimos al final del texto, fue una de las líderes y protagonistas indiscutidas del movimiento por la libertad de la mujer chilena y su emancipación. Primer paso al voto de la mujer en Chile. Las elecciones municipales. Elecciones de Regidores. 2 de abril de 1944 Museo Histórico Nacional Desde el año 1934, en que se dictó la Ley sobre Organización y Atribuciones de las Municipalidades, las mujeres pudieron votar en las elecciones municipales, previa inscripción en los Registros Electorales, pudiendo elegir y ser elegidas como regidoras. Cuando se dictó esta ley, se redactó bajo el concepto tradicional, de que el mundo de la mujer era la casa y que una Municipalidad era como un gran hogar cuyos problemas y desafíos podían ser equivalentes a la labor realizada por la mujer en su hogar y por tanto era materia que conocía y que estaba “a su alcance”. El número de Mujeres inscritas para la Elección Municipal de 1938, cuatro años después de haber entregado el derecho al sufragio municipal, era de 60.134 con las limitaciones, al igual que en el caso de los hombres, de que supieran leer y escribir y contaran con más de 21 años. Derecho a voto de las mujeres en las elecciones presidenciales: Foro Voto Femenino. Agosto de 1945 Museo Histórico Nacional El hito más importante en la lucha por los derechos políticos de la mujer se obtuvo el 8 de Enero de 1949 (Ley Nº 9.292) que habilitó a las chilenas para ejercer este derecho en las elecciones presidenciales de 1952 en que saldría electo el Presidente Carlos Ibáñez del Campo. Hasta ese momento sólo podían votar, en estas elecciones, los varones que tuvieran más de 21 años y que supieran leer y escribir. El logro del derecho a voto fue una tarea que lideraron un grupo importante de mujeres, entre las cuales figura, desde el año 1946, la senadora María de la Cruz, quienes representaron el anhelo latente, de una gran parte de la población femenina, para iniciar una nueva etapa en la vida institucional de la mujer chilena. Nace con ella el PARTIDO FEMENINO DE CHILE, cuyos principios reproduce la revista “Ercilla” en forma de diez mandamientos del partido: “DIEZ MANDAMIENTOS PARA LA MUJER” 1.- Tener conciencia plena de que la mujer no es, no ha sido, ni será nunca inferior al hombre, sino su igual. 2.- Inculcar la unidad femenina como mística espiritual. 3.- Jamás por ningún motivo, ni en ninguna oportunidad hablar mal de otra mujer. 4.- No criticar jamás la actitud de otra mujer delante de otras personas y no hacerlo en forma alguna sin antes estar convencida de nuestra razón constructiva para la colectividad o para el hogar. 5.- Educar y enseñar dentro de todas nuestras posibilidades, tanto a hombres como mujeres, en cuanto al respeto y consideración que se debe a la mujer por el solo hecho de serlo. 6.- No fanatizarse nunca, ni con ideas religiosas ni políticas, por que el fanatismo no es contractivo y limita el campo de acción y la evolución de los individuos. 7.- Ser amplias para comprender los problemas humanos y generosas para disculpar los errores, al mismo tiempo que implacables para evitar que los errores subsistan y los problemas se agraven. 8.- No ver en el hombre ni un enemigo ni un tirano, simplemente ver en él, nuestra justa mitad y situarnos junto a él como la otra mitad para formar un ser integral. 9.- En nuestras máximas actividades, como mujer de hogar, de trabajo o profesionales, dar ejemplo y jamás pretender el triunfo o las conquistas con armas vedadas a la honradez. 10.- Comprender que en el cumplimiento de los deberes está la máxima felicidad de la vida y el primer deber es el respeto al prójimo” La ley del voto de la mujer fue promulgada durante el mandato del Presidente de la República Gabriel González Videla, obteniendo con ello, el ejercicio pleno de sus derechos políticos y alcanzando así la completa igualdad cívica con el hombre. El derecho a voto recién conquistado por la mujer, incluía ahora todos los niveles de la vida política del país y significó un paso importante a la integración de las ciudadanas chilenas a la totalidad de las esferas de acción del país. Habrían de pasar casi 50 años para que una mujer ocupara el cargo de Presidenta de la República de Chile en la persona de la Dra. Michelle Bachelet Jeria.