Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario Vende todo le que tienes y sígueme Mc 10, 17-30 ANTÍFONA DE ENTRADA (Salmo 129,3-4) Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, Dios de Israel. ORACIÓN COLECTA Te pedimos, Señor, que tu gracia continuamente nos preceda y acompañe, de manera que estemos dispuestos a obrar siempre el bien. PRIMERA LECTURA (Sb 7,7-12) En comparación dela sabiduría, tuve en nada la riqueza Lectura del libro de la Sabiduría Supliqué, y se me concedió la prudencia, invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría. La preferí a cetros y tronos, y en su comparación, tuve en nada la riqueza. No le equiparé la piedra más preciosa, porque todo el oro a su lado, es un puñado de arena y, junto a ella, la plata vale lo que el barro. La preferí a la salud y a la belleza, y me propuse tenerla como luz, porque su resplandor no tiene ocaso. Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables. SALMO RESPONSORIAL (Sal 89,12-17) R/. Sácianos de tu misericordia, Señor, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando? Ten compasión de tus siervos. R/. Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría, por los días en que nos afligiste, por los años en que sufrimos desdichas. R/. Que tus siervos vean tu acción, y sus hijos tu gloria. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/. SEGUNDA LECTURA (Heb 4,12-13) La Palabra de Dios es viva y eficaz Lectura de la Carta a los Hebreos La Palabra de Dios es viva y eficaz, más cortante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Todo está patente y descubierto a los ojos de Aquel a quien hemos de rendir cuentas. ACLAMACIÓN AL EVANGELIO (Mt 5,3) R/. Aleluya, aleluya Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R/. Aleluya, aleluya EVANGELIO (Mc 10,17-30) Vende todo lo que tienes y sígueme Del Evangelio según San Marcos En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie más bueno que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre». Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño». Jesús quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres, –así tendrás un tesoro en el Cielo–, y luego sígueme». A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!» Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «¡Qué difícil es para los que tienen riquezas entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios». Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?» Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo». Pedro entonces le dijo: «Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones—, y en el mundo futuro, vida eterna». ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Con estas ofrendas, Señor, recibe las súplicas de tus hijos, para que esta Eucaristía celebrada con amor nos lleve a la gloria del cielo. ANTÍFONA DE COMUNIÓN (Sal 33,11) Los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada o bien (1Jn 3,2) Cuando Cristo se manifieste seremos semejantes a Él, porque le veremos tal cua es. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Dios soberano, te pedimos humildemente que, así como nos alimentas con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar Lectio El tema central de las lecturas de este Domingo es la opción. La grandeza y al mismo tiempo toda la responsabilidad de ser humanos depende de esa palabra: opción; optar, más Jesús no se cansa en ofrecer su amistad. En este trozo se habla de un hombre, de una situación existencial, de la vida de cada día, por tanto, de cada uno de nosotros un hombre que tiene ya algo propio, tiene un porvenir por delante, reflexionando sobre sí mismo, tiene ambiciones aún de carácter filantrópico y moral, un hombre que sabe que la vida no se juega con poco sino que hay que gastarla en cosas grandes. Vayamos al texto y pidámosle al Señor que nos haga entrar en esta situación con un corazón abierto y disponible. Oración Te damos gracias, Jesús, Porque nos propones tu amistad, Porque más allá de cualquier cosa que hagamos O podamos hacer, optar. nos ofreces una relación verdadera, Real, contigo, de la que depende Cualquier otra relación con los demás. Concédenos Padre, dejar las riquezas materiales, Que nos conozcamos como tú nos conoces. Haz que por medio de este conocimiento podamos Conocer el don de tu voluntad y gustar su alegría. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas Por los siglos de los siglos. Amén. Estructura del Evangelio: Marcos 10,17: La pregunta de la persona que quiere seguir a Jesús Marcos 10,18-19: La respuesta inesperada y exigente de Jesús Marcos 10,20-21: La conversación entre Jesús y el joven Marcos 10,22: El joven se alarma y no quiere seguir a Jesús Marcos 10,23-27: Conversación entre Jesús y los discípulos sobre la entrada de los ricos en el Reino Marcos 10,28: La pregunta de Pedro Marcos 10, 29-30: La respuesta de Jesús Marcos 10,17-19: Los mandamientos y la vida eterna Una persona se acerca y pregunta: “Maestro bueno, ¿Qué debo hacer para tener en herencia vida eterna?” El evangelio de Mateo dice que se trataba de un joven (Mt 19,20.22). Jesús responde bruscamente: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo Dios”. Jesús desvía la atención de sí mismo hacia Dios, porque le interesa hacer la voluntad del Padre, revelar el Proyecto del Padre. Enseguida Jesús: “Tú conoces los mandamientos: no mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre”. El joven había pedido qué hacer para heredar la vida eterna. ¡Quería vivir junto a Dios! Y Jesús le recuerda sólo los mandamientos que indican una vida junto al prójimo. No recuerda los tres primeros mandamientos que definen la relación con Dios. Para Jesús, conseguimos estar bien con Dios si conseguimos estar bien con el prójimo. No se puede engañar. La puerta para llegar a Dios es el prójimo. ¡No hay otra! Marcos 10,20: ¿Para qué sirve cumplir los mandamientos? El joven responde que ya observaba los mandamientos hacía mucho tiempo. Lo que es extraño es lo que sigue. El joven ha querido saber cuál es el camino de la vida eterna. Ahora, el camino de la vida eterna era y continúa siendo: hacer la voluntad de Dios expresada en los mandamientos, Quiere decir que aquel hombre observaba los mandamientos sin saber para qué servían. No sabía que la observancia de los mandamientos que él practicaba desde la infancia, era el camino para llegar a Dios, a la vida eterna. Es como muchos católicos de hoy, que no saben para qué sirve ser católico. Marcos 10,21-22: Compartir los bienes con los pobres Jesús lo mira, lo ama, y le dice: “Sólo una cosa te falta: ve, vende lo que tienes, dalo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo, y después ¡ven y sígueme! Jesús no condena al joven, no lo critica, sino que trata de ayudarlo a dar un paso adelante en la vida. La conversión que Jesús quiere es progresiva. La observancia de los mandamientos solamente es el primer escaño de una escalera que va más lejos y cada vez más alto. ¡Jesús pide más! La observancia de los mandamientos prepara a la persona para poder llegar al don total de sí a favor del prójimo Los Diez Mandamientos son el camino para llegar a la práctica perfecta de los dos mandamientos del amor hacia Dios y hacia el prójimo (Mc 12,29-31; Mt 7,12). Jesús pide mucho, pero lo pide con mucho amor. El joven no acepta la propuesta de Jesús y se marcha “porque era muy rico”. Marcos 10,23-27: El camello y el ojo de la aguja Después que el joven se aleja, Jesús comenta su decisión. ¡Cómo es difícil para un rico entrar en el Reino de Dios! Los discípulos quedan estupefactos. Jesús repite la misma frase y añade un proverbio que se usaba para indicar una cosa humanamente imposible. ¡Es más fácil para un camello entrar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de Dios! Cada pueblo tiene sus expresiones y sus proverbios, que no se pueden tomar literalmente. Lo mismo hay que decir del camello que debe pasar por el ojal de una aguja. ¡Imposible! Los discípulos quedan asombrados con la afirmación de Jesús. Señal está de que no habían entendido la repuesta de Jesús al joven rico: “. Por seguir a Jesús, ellos habían abandonado todos los bienes (Mc 1,18-20), pero sin entender el por qué del abandono. Porque, si lo hubiesen entendido, no se hubieran quedado asombrados ante la exigencia de Jesús. Cuando la riqueza o el deseo de riqueza ocupa el corazón y el interés de la persona. “Para los hombres esto es imposible, pero no para Dios. Porque para Dios todo es posible” Marcos 10,28-30: La conversación entre Jesús y Pedro Pedro creía que “entrar en el Reino de Dios” era lo mismo que seguir a Jesús en pobreza, por lo que pregunta: “Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido. ¿Cuál será nuestra recompensa?” A pesar del abandono, Pedro seguía con la mentalidad primera. Todavía no había entendido el sentido del servicio y de la gratuidad. Ellos y sus compañeros abandonaron todo para obtener cualquier cosa a cambio. ¿Cuál será nuestra recompensa?. La respuesta de Jesús es simbólica. Deja entrever que no deben esperar ninguna ventaja, ninguna seguridad, ninguna promoción. ¡Recibirán el céntuplo, esto sí! Pero con persecuciones en esta vida. En el mundo futuro tendrán la vida eterna del que hablaba el joven rico. “¡En verdad en verdad os digo: nadie que haya dejado casa o hermanos o hermanas o padre o madre o hijos o hacienda por mi y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento”. Para meditar ¿Qué significa para nosotros hoy: “Ve, vende todo, dalo a los pobres”? ¿Es posible tomar esta frase literalmente? ¿Cómo entender y practicar hoy los consejos que Jesús da al joven rico? El encuentro y diálogo entre Jesús y el joven rico continúa, en cierto sentido, en cada época de la historia; también hoy. La pregunta inicial del muchacho brota en el corazón de todo hombre y mujeres siempre y sólo Cristo quien ofrece la respuesta plena y definitiva. Jesús, el Maestro, está siempre presente y operante en medio nuestro, especialmente en su Iglesia, donde su presencia se hace contemporánea respecto al hombre de cada época, según su promesa: "He aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo" (Mt. 28,20). No sólo el joven rico sino también los discípulos se asustan de la llamada de Jesús al seguimiento, cuyas exigencias superan las aspiraciones y las fuerzas humanas (Mt.19,25). Imitar y revivir el amor de Cristo no es posible para el hombre con sus solas fuerzas. Se hace capaz de este amor sólo gracias a un don recibido; para Dios no hay nada imposible (Mt. 19,26). En efecto, el amor y la vida según el Evangelio no pueden proponerse ante todo bajo la categoría de precepto, porque lo que exige supera las fuerzas del hombre; sólo son posibles como fruto de un don de Dios, que por medio de su gracia sana, cura y transforma el corazón del hombre. Este don no disminuye, sino que refuerza la exigencia moral del amor. Lo mismo que Jesús recibe el amor de su Padre, así, a su vez, lo comunica gratuitamente a los discípulos (Jn.15,9); el don de Cristo es su Espíritu cuyo primer "fruto" es la caridad ("quien no ama está sin motivaciones para guardar los mandamientos", San Agustín). Esta "intransigencia" del Señor no es capricho. En él, en Cristo, Dios se está dando a sí mismo. Como dirían siglos después Santa Catalina de Siena o San Juan de la Cruz: "más no nos podía dar". Por eso el rechazo a Cristo es una opción que configura todo en la vida de una persona; y por eso también la acogida de la persona y el mensaje de Jesús toca todo en la vida del creyente. Oración del joven rico Como al joven rico, te has acercado, me has mirado a los ojos y me has dicho: “Anda, vende todo lo que tengas y sígueme”. En estos momentos mi deseo más profundo veo claro que mi opción eres tú. Señor, mi primera respuesta es marchar hacia el ideal. Pero sé que de ahí a la realidad hay un trecho. Ayúdame a caminar sin mirar atrás. Yo sé, Señor, que mi fuerza eres tú. Que contigo de compañero en el camino todo es posible. Hasta el camino se hace más fácil y llevadero. Padre, acoge mi vida, transfórmala según tu proyecto, según tu voluntad. quiero ser como arcilla en tus manos. Moldéame, como barro en manos del alfarero. Haz de mí, Señor, una persona entregada, generosa, amigable; una persona alegre, que transmita alegría; una persona disponible, sincera, abierta. Señor, pongo mi corazón en tus manos, porque sé que sólo así mi propósito por cambiar de vida tendrá éxito. Apéndice Qué dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre el Evangelio? "Toda su vida, Jesús se muestra como nuestro modelo: Él es el ``hombre perfecto'' (GS 38) que nos invita a ser sus discípulos y a seguirle: con su anonadamiento, nos ha dado un ejemplo que imitar; con su oración atrae a la oración; con su pobreza, llama a aceptar libremente la privación y las persecuciones" (520). _ "Hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos hechos por los hombres, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda (Mt 19,12)" (1618). _ "``Maestro, ¿qué he de hacer yo de bueno para conseguir la vida eterna?'' Al joven que le hace esta pregunta, Jesús responde primero invocando la necesidad de reconocer a Dios como ``el único Bueno'', como el Bien por excelencia y como la fuente de todo bien. Luego Jesús le declara: ``Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos''. Y cita a su interlocutor los preceptos que se refieren al amor del prójimo" (2052). _ "A esta primera respuesta se añade una segunda: ``Si quieres ser perfecto, vete, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme'' (Mt 19,21). Esta respuesta no anula la primera. El seguimiento de Jesucristo comprende el cumplir los mandamientos. La Ley no es abolida, sino que el hombre es invitado a encontrarla en la Persona de su Maestro, que es quien le da la plenitud perfecta" (2053). _ "Desde la profundidad del corazón surge la pregunta que el joven rico dirige a Jesús de Nazaret: una pregunta esencial e ineludible para la vida de todo hombre, pues se refiere al bien moral que hay que practicar y a la vida eterna. El interlocutor de Jesús intuye que hay una conexión entre el bien moral y el pleno cumplimiento del propio destino. Él es un israelita piadoso que ha crecido, diríamos, a la sombra de la Ley del Señor... Siente la necesidad de confrontarse con aquel que había iniciado su predicación con este nuevo y decisivo anuncio: ``El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva''" (Juan Pablo II, VS 8).