Alberto N. Manfredi (h) DIÁLOGO ENTRE LOS PRESIDENTES DE LOS ESTADOS UNIDOS Y LA ARGENTINA, RONALD REAGAN Y LEOPOLDO FORTUNATO GALTIERI, LA NOCHE DEL 1 DE ABRIL PREVIA A LA INVASIÓN A LAS ISLAS MALVINAS* Reagan: Señor presidente, he sido informado de que la Argentina invadirá mañana las islas Malvinas. Conozco a la señora Thatcher y sé que es muy decidida. Contesta todo acto de fuerza con más fuerza. Sé que este es un tema muy sensible para la Argentina. Nosotros deseamos construir una relación duradera con la Argentina, Brasil, México y otros países. Y como usted sabe, tenemos una relación muy cercana con el Reino Unido. Debo advertirle que si hay fuerza, Gran Bretaña responderá con la fuerza y nuestras relaciones serán difíciles por la opinión pública adversa de mi país. Estoy también en proceso de acercar a los países de Centroamérica y esto lo haría fracasar. He creído que debía llamarlo para buscar una alternativa al uso de la fuerza. Le pido que se lleve el problema, que se lo lleve a las Naciones Unidas, al Consejo de Seguridad, pero no use la fuerza. Galtieri: Buenas noches, señor presidente, es un placer escucharlo. Le agradezco su preocupación en nombre del gobierno y del pueblo argentino. Usted sabrá que esta situación lleva ciento cuarenta y nueve años y durante los últimos diecisiete hemos mantenido conversaciones con Gran Bretaña sin progresar hacia una solución. Hemos hecho más que conversar, haciendo realidad la vinculación marítima y aérea con las islas. Nos sentimos comprendidos y apoyados por las naciones del mundo. Me cuesta creer que su gobierno defienda un sistema colonial representado por menos de dos mil personas a miles de kilómetros de la metrópoli. Tales situaciones son historia del siglo pasado y no se nos puede pedir que seamos el último ejemplo de un sistema colonialista. La tranquilidad que le puedo brindar está condicionada a que se decrete el reconocimiento público y expreso de nuestra soberanía y la estipulación también pública de que durante el año 1982 se concretarán las consecuencias de dicho reconocimiento. Reagan: Señor presidente, creo que es mi obligación advertirle que Gran Bretaña está dispuesta a responder militarmente a un desembarco argentino. Así me lo ha hecho saber el Reino Unido. Además, la señora Thatcher, mi amiga, es una mujer decidida y ella tampoco tendría otra alternativa. El conflicto será trágico y tendrá graves consecuencias hemisféricas Si usted procede con su ataque mañana y Gran Bretaña resiste con fuerza, como sé que lo hará, no podré evitar que mis conciudadanos no posibiliten el mantenimiento de nuestras relaciones, me entiende… Le pediría a mi vicepresidente que baje, que baje y trate de arreglar el conflicto pero, por favor, eviten el conflicto. Galtieri: Se lo agradezco, señor presidente, pero es tarde. Los hechos están lanzados. Reagan: ¿Eso quiere decir que siguen adelante con el desembarco? Galtieri: Eso quiere decir que la Argentina es una nación soberana. Tiene la libertad de decidir el empleo de sus medios diplomáticos o la fuerza. Reagan: Si hay desembarco habrá resistencia, y la violencia continuará… 826 Malvinas. Guerra en el Atlántico Sur Galtieri: Si esta noche Gran Bretaña reconoce nuestra soberanía, el gobierno argentino tiene muy buena voluntad para efectuar la transferencia durante 1982. Reagan: Lamento mucho eso. La opinión pública norteamericana y mundial adoptarán una actitud negativa frente al uso de la fuerza por parte de la Argentina. Además, el esfuerzo que se ha hecho para reconstruir las buenas relaciones entre nuestros gobiernos se verá gravemente afectado. Gran Bretaña, señor presidente, es un amigo muy estrecho de los Estados Unidos y la nueva relación que mantiene hoy Washington con Buenos Aires, lograda después de un largo esfuerzo hecho ante la opinión pública, se verá irremediablemente afectada. Vamos a presenciar un conflicto armado. Le ofrezco mis buenos oficios en Naciones Unidas o donde ustedes deseen… Claro que será una trágica situación la guerra en el hemisferio sur. Galtieri: Le agradezco sus deseos y su preocupación. Lamento profundamente las circunstancias que este conflicto crea en América y en la situación mundial, pero le pido que contemple que la Argentina ha mantenido y soportado ciento cincuenta años una situación colonial que no merece. Reagan: Hemos hablado de dos naciones, ¿pero que va a pasar con las dos mil personas si ustedes van a la guerra? Galtieri: La Argentina garantiza la libertad de las dos mil personas que viven en las islas para quedarse y vivir como ingleses, como argentinos o irse a los Estados Unidos, si lo desean. Reagan: Es poco más lo que puedo decir. Solo puedo decir que lamento no haber tenido éxito al transmitir mi preocupación por el efecto de esta situación en el futuro del hemisferio. Intenté crear un buen clima de diálogo para persuadirlo de que no utilice la fuerza pero no podía dejar de llamarlo porque sé cuales serán las consecuencias de esta acción. Ahora me resta orar para que haya una solución pacífica. Galtieri: Le agradezco en nombre del pueblo y el gobierno argentino. No consideramos al pueblo británico un enemigo. Esto no alterará la amistad del pueblo inglés con el pueblo argentino ni la del pueblo argentino con el pueblo de los Estados Unidos. Le agradezco su llamado y espero mantener el diálogo con usted, señor presidente. * Sergio Joselovsky, El Juicio de Malvinas, Cuadernos de Crisis Nº 36, Edición Especial, Bs. As., p. 26. 827 ��������������������������������������������������������������������������� ��������������������������������������������������������������������������������� �����������������������������������������������������