Las funciones de los fitoesteroles en las plantas son relativamente similares a las que cumple el colesterol en los animales, incluidos nosotros, los seres humanos; forman parte de las membranas de las células y se utilizan en la formación de hormonas vegetales, pero tienen algunas particularidades. Hace ya más de 60 años, un investigador norteamericano observó que si a pacientes con hipercolesterolemia (altos niveles de colesterol plasmático) les administraban fitoesteroles, se producía una marcada hipocolesterolemia (reducción del colesterol). Algo sorprendente, pero que lamentablemente quedó en el olvido, porque en aquella época los fitoesteroles eran prácticamente desconocidos y de alto costo. Sin embargo, durante los ochenta se renovó el interés por los fitoesteroles, principalmente porque ya se conocía cómo ejercían su efecto hipocolesterolémico y porque varias empresas, principalmente europeas, comenzaron a obtenerlos industrialmente y a mucho menor costo. Esto permitió que se incorporaran fitoesteroles a diferentes productos. Primero a margarinas, posteriormente a derivados lácteos (leche, yogurt y quesos), y productos de panificación. Actualmente, existe una gran variedad de productos alimentarios que contienen fitoesteteroles, incluso en formas concentradas en sachets y cápsulas blandas. Su efecto hipocolesterolémico -cuando se consumen diariamente en cantidades de 2 a 3 gramos-, se asocia con un efecto protector de la salud cardiovascular, que es sinérgico con el efecto de los ácidos grasos omega-3, y de los medicamentos, especialmente prescritos para el tratamiento de la hipercolesterolemia, como lo son las estatinas. Es por esto que se les identifica como “aliados naturales para la protección de la salud cardiovascular”. Posteriormente, debido al éxito de los fitoesteroles, se desarrollaron los fitoestanoles. Estos son productos derivados de la intervención química de los fitoesteroles, a los que también se les atribuyen efectos hipocolesterolémicos. Actualmente, en el mercado de alimentos funcionales y nutracéuticos, se encuentran productos que contienen tanto fitoesteroles como fitoestanoles. Fuente: Alfonso Valenzuela, Bioquímico de la Universidad de Chile. Doctor en Ciencias, con mención en Bioquímica de la Universidad de Chile. Trabaja en el Centro de Lípidos, Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA).