5. La misericordia humana en el Nuevo Testamento El Nuevo Testamento es la esencia de la verdad de Dios y de la misericordia del hombre. Despuès de reflexionar sobre la Misericordia Divina, es momento de detenernos en la misericordia humana. Vamos a intentar entender el punto de vista del Nuevo Testamento a través de estas siete reflexiones, porque siete es el número perfecto y el Nuevo Testamento es la perfección de la Revelación. 1. Misericordia significa felicidad En el sermón de la montaña Jesús dijo “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos obtendrán misericordia” (Mateo 5:7). Vamos a volver más tarde a esta frase que se volvió el lema de la Jornada Mundial de la Juventud Carcovia 2016. En este momento pongamos antención a qué Jesús llama misericordiosos, “bienaventurados”. La palabra griega makariori significa también, sobre todo “felicidad”. ¿Quién de nosostros no quiere ser feliz? ¿Qué otra palabra une más a los jóvenes, a la gente de todas las edades, diferentes religiones, culturas, lenguas que la palabra “felicidad”? La humanidad buscó, y todavía busca, el camino a la felicidad. Jesús nos da una respuesta muy concreta. ¿Quieres ser feliz? ¡Sé misericordioso! ¿No quieres ser misericordioso? ¿Serás feliz? 2. Misericordia significa divinidad Jesus dice “Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso” (Lc 6:36). San Pablo añade: “Antes sean los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdionándose los unos a los otros, como también Dios los perdonó en Cristo” (Ef 4:32). Nada nos asemeja tanto a Dios como la misericordia, porque nada en el mundo es tan divino como la misericordia. Cuando somos misericordiosos, somos lo más divino. Es entonces cuando dejamos de lado nuestra naturaleza animal. Es entonces cuando sobrepasamos nuestra naturaleza humana. El Hombre nunca es tan grande como cuando perdona; cuando la pobreza y miseria del otro le propone un desafío, le invita a ser algo más, a ser como el mismo Dios. Esto significa que la fuerza para ser misericordiosos la podemos encontrar solamente en Dios. Cada desánimo, somnolencia o holgazanería no es la señal que somos unas personas malas sino que es una invitación a estar más cerca de Dios, porque solo Él es eternamente misericordioso. 3. Misericordia significa humanidad La Misericordia, en relación con el hombre, resulta ser también una señal de la verdadera humanidad. En la parábola del Buen Samaritano, Jesús termina la historia con la pregunta ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los ladrones?» Él dijo: «El que practicó la misericordia con él.» Y Jesús dijo: «Ve y haz tú lo mismo.» (Lc 10:36-37). El samaritano resultó ser prójimo del hombre golpeado. La misericordia aproximó a dos personas; ahora ya no son desconocidos sino prójimos. La misericordia es humana, porque nos aproxima a la gente. Es humana, porque descubre en nosotros un rasgo elemental de la humaniadad: la fraternidad. Si Dios es nuestro Padre, nosotros somos hermanos. Y si Dios es Padre de la misericordia, en la misericordia se revela nuestra naturaleza humana, la naturaleza de ser hermanos. Si miráramos a todas las personas del mundo como a hermanos y hermanas, nunca los trataríamos con frialdad. 4. Misericordia significa perdonar Pedro le pregunta a Jesús si tiene que perdonar hasta siete veces. Jesús le responde que debe perdonar hasta setenta veces siete (Mateo 18: 21-22) y le cuenta la historia de un deudor, la cual termina con esta pregunta “¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?" (Mateo 18:33). Es fácil entender que en esta parábola Dios es el rey y los hombres, los sirvientes. Las personas estamos obligados a perdonar a los otros por una simple razón: Dios nos perdona mucho más. A la mayoría de la gente le resulta bastante difìcil entender qué ha hecho Dios como para considerarse deudores de Él en la tierra. Aún así, somos deudores de Dios y Dios perdona… y no sólo 77 veces. Ser misericordioso significa perdonar a aquellos que nos han hecho daño. A veces, es mucho más difícil que ofrecer limosna o hacer un trabajo voluntario. Pero no hay misericordia sin perdón, y abrir la mano sin abrir el corazón es innoble. 5. Misericordia significa generosidad En el Nuevo Testamento aparecen mencionadas varias veces situaciones en las que personas que han ayudado a otros económicamente. En Hechos de los Apóstoles dice que Cornelio “daba abundantes limosnas al pueblo y oraba a Dios constantemente” (Hechos 10:2). Lo mismo con Tabitá, “entre los discípulos de Jope había una mujer llamada Tabitá, que quiere decir «gacela». Pasaba su vida haciendo el bien y repartía abundantes limosnas” (Hechos 9:36). San Pablo también dice, refiriéndose a sí mismo: “Después de unos cuantos años, vine a traer limosnas a mis compatriotas y a presentar ofrendas.” (Hechos 21:17). En la Carta a los Romanos, el mismo San Pablo escribe: “El que comparte sus bienes, que dé con sencillez. (...) El que practica misericordia, que lo haga con alegría.” (Romanos 12:8). La Iglesia que se estaba gestando solía ayudar y lo hacía con la generosidad con la que aparece repetidamente descripta. San Pablo ni siquiera dudó al escribir: “Sepan que el que siembra mezquinamente, tendrá una cosecha muy pobre; en cambio, el que siembra con generosidad, cosechará abundantemente” (2 Corintios 9:6), con lo que se refería, claramente, al dinero. Un hombre misericordioso no puede entonces ser avaro. No puede calcular y llevar cuentas como si no hubiera pobreza en el mundo. No puede, ni siquiera, arrepentirse de compartir sus bienes ni manipular la misericordia como algo que está de moda. Un corazón misericordioso debe estar abierto; no, entreabierto. 6. Misericordia significa modestia Jesús explica “Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará” (Mateo 6 1:4). A veces no es posible ayudar en secreto y el Nuevo Testamento a menudo no oculta la ayuda, quién la recibe y cuánto se le da. Pero todo se trata de preguntarse a sí mismo "¿Por qué lo hago?" “¿No es mi misericordia un signo de orgullo o egoísmo?” “¿No ayudo a los demás porque alguien me necesita, sino porque lo necesito para mí mismo?”. A veces es difícil descubrir las verdaderas intenciones. Es por eso que la mejor prueba de ello es proponernos ayudar a alguien cuando nadie lo sepa. Al igual que Dios. Él es misericordioso, pero Él lo hace tan suavemente y tan en secreto que sólo los ateos no lo saben. 7. Misericordia significa amar La misericordia sola no es Dios; y en sí misma puede traer problemas. En Hechos de los Apóstoles se dice: "En aquellos días, como el número de discípulos aumentaba, los helenistas comenzaron a murmurar contra los hebreos porque se desatendían a sus viudas en la distribución diaria de los alimentos" (Hechos 6: 1). La Misericordia estuvo presente, pero faltaba algo. San Pablo explica en la primera Carta a los Corintios "Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada" (1 Corintios: 13, 3). La misericordia entre las personas debe ser fruto del amor. De lo contrario puede convertirse en displicencia. Un médico que no ama a su paciente y no quiere el bien para él, puede hacerle daño, aunque tenga el mejor equipo. En realidad, no hay piedad humana sin amor porque Dios misericordioso es siempre amor. Por lo tanto, ser voluntario de la misericordia significa amar a todos y a cada uno. Versión en español: Joanna Wichowska y Clara Retta