Injusto ataque al Cardenal Subeditorial La Razón – 07/05/2008 En los últimos días, el Gobierno ha retomado su política de mancillar a la Iglesia Católica, esta vez, cuestionando duramente la decisión soberana del cardenal Julio Terrazas de ejercer su derecho al voto en el referéndum por el Estatuto Autonómico cruceño. En lo que va de la gestión del presidente Evo Morales, el Ejecutivo ha optado por distanciarse de la Iglesia, pese a que la mayoría de los bolivianos profesa esa fe. Sólo acudió a ella en contadas oportunidades, para que le ayude a resolver severas crisis políticas que han llegado a amenazar la democracia boliviana. El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, juzgó que a partir del hecho de la votación del Cardenal en Santa Cruz, “la Iglesia, por voluntad propia, ha dado un paso al costado” en su papel de mediación de un probable diálogo entre el Gobierno y las regiones autonomistas. El jefe de la bancada masista en el Senado, Félix Rojas, también cuestionó a Terrazas, pero no inhabilitó a la Iglesia para facilitar ese encuentro. Cuán injusta resultan estas valoraciones del accionar del Cardenal. Porque, además de ser la máxima autoridad de la Iglesia, de la institución más respetada y creíble en Bolivia, monseñor Terrazas es un ciudadano más que reside en Santa Cruz y, como tal, ante la convocatoria de la Corte Departamental Electoral —al margen de su legalidad o no; esto es algo que en todo caso debe resolverlo el Tribunal Constitucional—, el domingo tenía derecho a decidir si sufragaba o no. Y optó por votar. El Estado boliviano, representado por el Gobierno, le debe respeto a la investidura del Cardenal. Pero, si acaso no se le quisiera reconocer como tal, Terrazas, el hombre, viviendo en un Estado democrático como el actual, merece que se le respete su derecho elemental a decidir. Av. Omar Chávez Esq. Pozo Telfs. Oficina : (591-3) 3636000-3636001 www.santacruz.gob.bo Pagina 1