¿Podemos quedarnos tranquilos?

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COMENTARIO NACIONAL
MSJ
pobreza (casen 2011) y políticas sociales en chile:
¿Podemos quedarnos tranquilos?
Si tomamos en consideración
el escenario socio económico y
las políticas sociales implementadas en los últimos años, la
expectativa era lograr una baja
más significativa en los niveles
de indigencia y pobreza.
Es urgente incluir una medida
multidimensional que permita
evidenciar la heterogeneidad
de la exclusión social, monitorear de verdad las políticas
sociales e implementarlas de
acuerdo con las necesidades
reales.
Benito Baranda
© Paul Lowry
Fundación América Solidaria
B
astante polémica ha desatado la entrega de los resultados de la Encuesta de Caracterización Socio Económica
2011 (CASEN), ya sea por los cuestionamientos acerca
de la validez de los parámetros utilizados por el instrumento
de medición (valor de la canasta de alimentos)1, como por aspectos técnicos no aclarados como las posibles “deficiencias”
en la recogida o el procesamiento de los datos y por el “error
muestral” aclarado parcialmente2. Se ha objetado también el
impacto de las “transferencias monetarias” efectuadas durante el período de aplicación de la Encuesta en sus resultados.
Inclusive un grupo de connotados economistas ha solicitado
aclaraciones técnicas y puso dudas acerca de la metodología3.
Sin embargo, sobre estos aspectos ampliamente discutidos de
manera pública, con sólidos argumentos técnicos y políticos,
no tratarán directamente las reflexiones de este artículo, más
bien versarán primero sobre los antecedentes socio económicos
que hacían suponer un mejor resultado en la Casen 2011, luego
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acerca del escenario nacional y las estrategia que han tomado
las políticas sociales vinculadas a la reducción de la pobreza,
y por último unas breves reflexiones y preguntas, algunas de
ellas relacionadas con el instrumento y si efectivamente este
sirve para “evaluar la política social del país”.
El avance fue modesto
Los resultados entregados a partir de la Casen 2011 nos señalan un nivel de 14,4% de la población chilena viviendo aún
en situación de pobreza (es decir con aproximadamente menos
de $ 2.400 pesos diarios), de ellos un 2,8% está en indigencia
(sobrevive con menos de $ 1.200 pesos diarios). La pobreza
disminuyó 0,7% en relación al 2009, diferencia que no resulta
estadísticamente significativa. La pobreza en Chile no ha cambiado desde el año 2006, a pesar del crecimiento económico,
de la generación de empleos, de las transferencias monetarias
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etc., en definitiva, en los últimos Cualquiera hubiese pensado que la pobreza iba a trema según sus ingresos económicos, pero con las medidas que
cinco años no hemos tenido éxillegar a cifras de un dígito. Sin embargo, el esce- hemos omitido y con las que estato en esta tarea. Eso sí, entre el
2009 y el 2011 tenemos una buena nario altamente positivo que ha vivido el país no mos tomando como país, podríanoticia: la extrema pobreza des- lo permitió ya que, como sabemos, no cualquier mos agravar la exclusión social, la
ciende en casi un punto pasan- crecimiento y empleo permiten salir de la pobreza. ruptura de vínculos y la desconfianza en el mediano y largo plazo.
do de 3,7 a 2,8 puntos porcentuaLeer un poco de historia no le
les. Por otra parte, los resultados
acerca de la desigualdad en la distribución de los ingresos son hace mal a nadie y en este tema se podrían sacar lecciones de
mejores que los del 2009 pero nos sitúan en un escenario simi- la Ley de Oportunidades Económicas de mediados de los años
lar al del año 2006. Lo destacable es que esta vez los ingresos sesenta en EE.UU. y sus consecuencias en la población norteautónomos subieron su participación dado el aumento de per- americana (lo mismo acerca de los vaivenes de la política social
ceptores de ingresos en las familias en situación de pobreza. en Inglaterra entre el 1500 y mediados del 1800). Asimismo deCon todo, preocupa que la pobreza no disminuyera en las regio- biéramos mirar el triste laboratorio social y sus consecuencias
nes más densamente pobladas a pesar de lo que se ha hecho, en la reciente crisis de Europa donde se demuestra que los paíen efecto en la Región Metropolitana se mantuvo en el 11,5% ses que ponían más acento en las transferencias económicas
(igual al 2009), en la 5ª Región subió a 16,9 (15,1% el 2009) y directas y con menos aseguramiento de políticas de calidad
(España, Portugal, Grecia, Italia e Irlanda) fueron los más afecen la 8ª Región alcanzó el 21,5% (21% el 2009).
Si tomamos en consideración el escenario socio económi- tados, y en cambio aquellos que aseguraron políticas básicas de
co y las políticas sociales implementadas en los últimos años, calidad (igualitarias) han logrado —por ahora— sortear la crisis
en especial las de “transferencias monetarias”, la expectativa mejor (Suecia, Dinamarca, Finlandia y Noruega). Hoy Inglateera una baja más significativa en los niveles de indigencia y rra ya está mirando a estos últimos para salir de su atolladero.
En este contexto, una análisis de las diez medidas de la Agenpobreza, inclusive a pesar del terremoto ya que las acciones
emprendidas en esos territorios de reconstrucción anticipaban da de Impulso Social anunciadas por el Presidente de la Repúbliuna activación económica más rápida y sólida, con inversiones ca el pasado 18 de agosto, en el marco del día de la Solidaridad,
y generación de empleos, y focalización de programas sociales siendo importantes iniciativas que responden a necesidades
del Gobierno ( se contó con recursos extraordinarios para ello). urgentes de carácter asistencial, repiten la política de los subRecordemos sucintamente este contexto positivo que experi- sidios y transferencias directas (buscando “modernizarlas”).
mentamos durante el 2010 y el 2011. Crecimos en promedio cerca Estos anuncios ponen el énfasis en beneficios, pero no se hacen
de un 6%, el PIB per cápita subió de US$ 15.000 a US$ 17.000, cargo de los derechos vulnerados de las personas en pobreel cobre superó la barrera de los US$ 3 la libra por largos perío- za. Un ejemplo de ello, es el drama de las familias que viven
dos, se transfirieron durante el 2011 más de $ 50.000 millones desintegradas socialmente en guetos (dañando severamente
en efectivo a las familias que viven en situación de pobreza, este núcleo fundamental de la sociedad), el otro es el clamor de
se multiplicaron los recursos destinados a las regiones más decenas de miles de jóvenes que viviendo en pobreza material
vulnerables, y se crearon más de 700.000 nuevos puestos de poseen las capacidades para insertarse en el mundo del trabajo
trabajo, reduciendo la cesantía a un dígito. Cualquiera hubie- pero permanecen excluidos. Tampoco aborda y no hace refese pensado —entre ellos, yo mismo— que la pobreza (con la rencia a la situación de cientos de miles de trabajadores cuyos
actual línea de la pobreza) iba a llegar a cifras de un dígito. Sin empleos y salarios no son dignos (las Mesas Hurtadianas de
embargo, este escenario altamente positivo no lo permitió ya este año trataron precisamente del trabajo justo).
La calidad de las políticas sociales sí importa y eso implica
que, como sabemos, no cualquier crecimiento y empleo permiten salir de la pobreza (recordemos que muchos de quienes poner recursos en estrategias adecuadas para que sean efectivamente espacios de oportunidades y de integración social
viven en situación de pobreza tienen contrato laboral).
real (p.e. en educación, vivienda, trabajo). Las personas no solo
quieren “tener” más, sino que desean “ser” y “hacer” más5; no
Estrategias y rol del Estado:
esperan que el Estado les transfiera directamente más recursos,
ver bien la realidad
sino que aspiran a que se les reconozcan sus derechos y se les
Puede que en la Casen del 2012 y del 2013 (así como está amplíen efectivamente las oportunidades. Y esto se construye
construida y con la periodicidad que se le quiere dar4) sigamos desde la política pública que promociona y no desde los “bodisminuyendo la cantidad de familias en pobreza y pobreza ex- nos” del Estado (inclusive estos podrían arruinarlos a mediano
El autor de este artículo fue partícipe de la mencionada “comisión técnica de la Casen”, en la cual hubo pocos acuerdos y el documento final fue de dudoso consenso, por lo que su difusión
pública no se realizó.
2 Si este error muestral es de 0,7 punto porcentual, como lo anticipó el Ministro Joaquín Lavín en el CEP y el Jefe del Departamento de Estudios del Ministerio de Desarrollo Social (19 de
agosto del 2012), los avances logrados entre el 2009 y el 2011 se relativizarían.
3 19 de agosto de 2012.
4 Existen serias y fundadas dudas acerca de la utilidad del instrumento actual aplicado, lo ha planteado recientemente Claudia Sanhueza en un breve artículo de opinión en CIPER el 6.8.12.
5 www.fundacionpobreza.cl Voces de la pobreza.
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y largo plazo). Dicha política es la que permite desarrollar los
derechos asociados a viviendas integradas espacialmente, a
educación de calidad, a trabajo y salario justo, etc.
Reflexiones y preguntas para avanzar
Partamos por las tan polémicas “líneas de la pobreza” en el
mundo. Las más comunes son las de pobreza absoluta (usadas
en muchos países de América, entre ellos Chile) y las relativas
(utilizadas en Europa). La medición por ingresos, más allá de su
necesaria actualización a los patrones de consumo actualmente
vigentes en Chile, debe ser complementada con otros instrumentos que nos permitan dimensionar la pobreza de manera integral.
Por ello es urgente incluir una medida multidimensional que permita evidenciar la heterogeneidad de la exclusión social, monitorear de verdad las políticas sociales y hacerlas de acuerdo con las
reales necesidades de las personas. En relación a la actual Línea
de la Pobreza y su necesaria actualización son muy elocuentes
las palabras del economista Felipe Larraín (actual Ministro de
Hacienda) el 2007: “Las consecuencias de medir la pobreza con
una canasta obsoleta son claras: la pobreza real es mayor a la
reportada por nuestras autoridades. Si aplicamos los criterios
de la OCDE, por ejemplo, la pobreza en nuestro país bordearía
el 20%. Para diseñar una política social potente de reducción de
pobreza, necesitamos saber cuántos son verdaderamente los pobres, quiénes son y dónde están. Negarse a actualizar la canasta
a pesar de lo comprometido puede entenderse por motivaciones
políticas, pero resulta impresentable”.
Para que podamos aprovechar y mejorar las estrategias y
programas de superación de pobreza, cabría hacerse algunas
preguntas en relación a esta primera información entregada
por el Ministerio de Desarrollo Social acerca la Casen 2011:
¿Por qué hay una mayor disminución en la pobreza rural y un
muy leve descenso en la urbana, qué ha pasado con los efectos
de las políticas y programas de gobierno?
¿En qué afecta la orientación de las políticas públicas en el
aumento de la jefatura de hogar femenina en las familias en
situación de pobreza?
¿Por qué las regiones más densamente pobladas no logran
disminuir la pobreza, inclusive algunas la aumentan (RM, 8ª y 5ª)?
¿Por qué aumentan los jóvenes que no trabajan, si el escenario de empleo ha sido tan favorable?
¿Cuánto financian las personas consideradas “pobres materiales” a las políticas públicas que les afectan directamente?6
¿Las “trasferencias monetarias” favorecen o son contraproducentes para lograr una mayor integración y movilidad social?
¿Cómo sostener el aumento del empleo (haciéndolo más
“decente”) dada la precariedad actual del mercado laboral en
este segmento de la población?
La misma estrategia europea contemporánea para superar
la exclusión social llamada “inclusión activa” (que ha entrado
en antagonismo con el ingreso básico asegurado) nos remonta
a las deliberaciones que por lo menos desde el siglo XVI se han
reportado y que son similares a lo sucedido en Chile unos siglos
más tarde y cercanas a los diálogos, discusiones y leyes que hoy
estamos aprobando en nuestro país (y en otros de la región).
Aprender de todo ello, no tanto por los “productos emanados”,
sino más bien de los verdaderos “efectos” que tuvieron en las comunidades más excluidas (¿lograron ellas tomar un mayor control
sobre su vida y destino?), es una oportunidad que ya no podemos
perder; de lo contrario seríamos “ciegos que, viendo, no vemos”7.
La pobreza en Chile no ha cambiado desde el año 2006,
a pesar del crecimiento económico, de la generación
de empleos, de las transferencias monetarias, etc.; en
definitiva, en los últimos cinco años no hemos tenido
éxito en esta tarea.
Las políticas sociales para superar la pobreza son fruto de
“miradas” que tenemos acerca de quienes viven en situación
de exclusión social, y por lo tanto también de la relación que
la sociedad “no pobre ni excluida” establece con quienes son
marginados. Si la mirada es de invalidación y desconfianza, las
relaciones y las prácticas serán un fiel reflejo de eso aunque
las queramos adornar con guirnaldas; si, por el contrario, esa
mirada es de dignidad, tendremos como parámetro principal
los derechos, la integración social y las oportunidades, aspectos no siempre populares ni valorados por los actores públicos.
Una prueba de ello es la revisión de cómo esto ha sido tratado
históricamente en Chile por la “prensa escrita”8.
Cabe destacar que existen grandes diferencias entre los Estados sociales de derecho en el mundo, distintos paradigmas,
miradas, relaciones que terminan en prácticas sociales y políticas
radicalmente opuestas. Hay, sin embargo, en todo ello una gran
riqueza, la riqueza de las políticas públicas acumulativas, lejanas
a los populismos o a los efectos “pirotécnicos” y cercanos a la
justicia, al respeto y a la dignidad de cada ser humano, prácticas
que han logrado acoplar los avances técnicos con la necesaria
ética. Son políticas que valorizan de igual manera tanto al Estado, a la Sociedad Civil, al Mercado y a los mismos protagonistas
que experimentan la exclusión asignándoles un activo rol en la
transformación de las realidades injustas, esto permite —como
afirma Green (2008)— que ciudadanos activos y Estados eficaces
hagan la diferencia, es decir sociedades más maduras y preocupadas realmente por el bien común9. Sin lugar a dudas estas nos
darían mayor paz y cohesión social, una auténtica superación de
“las pobrezas” y una real mitigación de las desigualdades. Sobre
esto nos queda mucho más aún por avanzar. MSJ
www.fundacionpobreza.cl
Saramago, José: Ensayo sobre la ceguera. Alfaguara, Madrid, 2010.
8 Fundación Superación de la Pobreza: Pobreza: 200 años en la Prensa Escrita. Alianza Comunicación y Pobreza, Santiago, 2011. www.comunicacionypobreza.cl
9 Green, D.: De la pobreza al poder. Oxfam, Madrid, 2008.
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