R4 b LATERCERA Domingo 17 de abril de 2016 La nueva mano de la Secom Una impronta audiovisual marca el sello de la repartición, hoy liderada por el cineasta Germán Berger, el impulsor de la “serie de docurrealidad” cuyo fin es promover el proceso participativo para el cambio a la Constitución. TEXTO: F. Miranda y F. Artaza FOTOGRAFIA: Aton/Archivo L a polémica que generó una licitación de $ 75 millones por un “servicio de producción de docurrealidad” para registrar y difundir material audiovisual de los encuentros y cabildos ciudadanos del proceso constituyente escaló rápidamente. Mañana, el ministro vocero, Marcelo Díaz, deberá explicar ante el Consejo Ciudadano de Observadores los alcances de la propuesta comunicacional. El origen del proyecto se gestó al interior de la Secretaría de Comunicaciones (Secom), donde el director de la repartición -el cineasta Germán Berger- conoce de cerca el formato con el que trabajó durante su paso como jefe del área de cultura y “telerrealidad” de TVN. La apuesta de una serie de 10 videos sobre la experiencia de protagonistas del cambio a la Constitución reflotó un debate respecto del giro que ha dado la Secom en los últimos meses. Desde su llegada a La Moneda, en julio de 2015, Berger hijo de Carlos Berger, ejecutado en Calama por la Caravana de la Muerte, y de la abogada de DD.HH. Carmen Hertz- ha sido defensor de un renovado sello en la estrategia comunicacional, que él mismo definió como una búsqueda de una “mirada más ciudadana de la política”, con énfasis en productos audioviduales, en un contexto en que el gobierno marcaba 70 puntos de desaprobación. La repartición -que llegó a ser considerada el “cuarto ministerio” de La Moneda durante el primer gobierno de Bachelet y que hasta el desembarco de Berger estuvo en manos de cercanos a la Mandataria- estuvo cinco meses sin jefatura. Y desde los casi nueve meses que ha estado en manos del documentalista ha experimentado un cambio radical en sus integrantes y funcionamiento. El nuevo director fichó al periodista y ex editor general del Departamento de Prensa de TVN Francisco Poblete como su segundo de a bordo. Este último llegó en reemplazo de Ana María Ojeda, quien manifestó en privado reticencias al nuevo rumbo que tomaba la Secom. En las últimas semanas presentó su renuncia el jefe de marketing de la repartición, Ricardo Moya. Las nuevas contrataciones -en tantotienen una marcada experiencia en el mundo audiovisual: los productores Paula García -quien trabajó con Berger como asistente de dirección en su documental Mi vida con Carlos- y el productor Juan José Parada, hijo de la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia, Estela Ortiz. A ellos se sumó la figura de un “comité creativo” compuesto por el licenciado en Filosofía José Grossi, dueño de la empresa de comunicación estratégica Rizoma; el actor Alejandro Goic y el guionista de El Reemplazante y ex coordinador nacional de Revolución Democrática Pablo Paredes. Uno de los jefes de mayor influencia en la actual repartición es el productor de cine y televisión Bruno Bettati, quien dirige la unidad de comunicación estratégica de la Secom y se encarga de ejecutar las principales campañas, como en el caso de la reforma constitucional, donde deberá trabajar con el dueño de Parox S.A., el productor Sergio Gándara, que se adjudicó la licitación para la producción del denominado “docurreality” del proceso de cabildos y encuentros locales para una nueva Constitución. El año 2009, Bettati y Gándara compartieron como dirigentes de la Asociación de Cine y TV, año en que impulsaron un documento -publicado por La Tercera- donde comentaban proyectos de TV digital. Creativos del mundo de la TV y el cine se han incorporado al equipo que dirige Berger, entre ellos Juan José Parada, hijo de Estela Ortiz. “Fábrica de spots televisivos” Son cerca de 30 las campañas en TV que ha liderado Berger desde el inicio de su gestión, cifra que -de acuerdo a entendidos- supera las estadísticas habituales en este tipo de productos encargados por la Secom. A ello se agrega -señalan en el gobierno- que maneja con celo la “línea editorial” de cada campaña de los ministerios. El giro de la repartición no ha estado exento de polémicas. A principios de marzo, en el Consejo de Intendentes, el director de la división de gobierno del Ministerio del Interior, Mario Ossandón, criticó abiertamente el plan propuesto por Berger para 2016. “¡Esto es una pérdida de tiempo”, espetó frente a los jefes regionales el funcionario, mientras Berger mostraba un power point sobre liderazgos en una de cuyas láminas había una imagen de Winston Churchill. Poco después, el jefe de la Secom volvió a estar en el centro de las críticas. Esta vez desde Presidencia se quejaron de que no se había preparado un plan de medios para conmemorar el segundo aniversario del desembarco de Bachelet. La apuesta audiovisual para promover el proceso constituyente -en tanto- ha sido permanente foco de evaluación en La Moneda. Aunque hay campañas que fueron diseñados por la Secretaría General de la Presidencia -la cual contrató los servicios de la agencia Aldea, liderada por el publicista Martín Vinacur, responsable del denominado “Constitucionario”-, existe consenso en el Ejecutivo respecto del bajo nivel de movilización que se alcanzó. “La gestión comunicacional es mucho más que videos”, señaló el ex subdirector de la Secom a Reportajes, Carlos Correa, quien se suma a los cuestionamientos por el énfasis audiovisual que ha dado la repartición, que tradicionalmente ha sido considerada como pieza clave de la estrategia comunicacional de La Moneda. Esta última tarea, afirman en el gobierno, ha sido concentrada por el ministro Marcelo Díaz, quien es el que habitualmente mantiene el contacto con sus pares del gabinete en las contingencias. Lo que no pocos señalan como vacío de poder que ha generado el giro de la repartición ha sido asumido, en tanto, por el denominado “segundo piso” de Palacio, donde se instalan los asesores directos de la Presidenta. En esa línea, personeros oficialistas aseguran que el director de Contenidos, Pedro Güell, ha potenciado su influencia en la orientación de las políticas comunicacionales del gobierno.R