¡Oh balancé, balancé! LUIS IGNACIO PARADA de las libertades económicas, la rigidez de los ubo una vez un hombre de apariencia mercados, la desmesura de los impuestos; normal que fue al sastre a hacerse un cuando se queja de los altos tipos de interés y traje a la medida. Le sobraba un palmo de la sobrevaloración de la peseta; cuando de la pernera derecha, le faltaba una cuarta de clama contra las altas cotizaciones sociales, la la manga izquierda, una hombrera colgaba inflexibilidad de las plantillas y el coste del por delante y otra por detrás. Las solapas esdespido, el «artista» se recrea en su obra y taban torcidas y los bolsillos del pantalón bizacusa al «cliente» de «estar mal hecho». Sequeaban, uno a la altura de la rodilla y otro en guramente es verdad y el problema de la ecomitad de la cadera. El sufrido cliente apuntó nomía española es de cirugía y no de sastrería. una tímida protesta. Pero el orgulloso sastre Pero la política económica, entonces, dele obligó a estirarse, retorcerse, encogerse bería dejar de ser un asunto hasta que consiguió que la de «El sastrecillo valiente» pieza le encajara sin holguy ser el objetivo fundamenras ni estrecheces. Entonces tal de «El flautista de gritó indignado: «¡Hay que «El consumo privado se ha Ha-melin». fastidiarse, con lo mal hecho El consumo privado se ha que está usted y lo bien que multiplicado entre 1982 y le sienta el traje!». Esa es 1991 por 2,5; el PIB a precios multiplicado entre 1982 y 1991 por 2,5; la misma proexactamente la historia de la de mercado ha crecido en la porción que el PIB a precios economía española y de la de mercado. Pero el consupolítica económica de los misma proporción. Pero el mo público se ha multiplicaúltimos diez años. El Goconsumo público se ha do por 3,09 y los impuestos bierno —sastre, prepotente y multiplicado por 3,1 y los ligados a la producción y a satisfecho— insiste en que impuestos ligados a la la importación por 5,5: es la ha diseñado un modelo que oroducción y ala importación evidencia de la progresiva le sienta como un guante al invasión del Estado en la ciudadano-empresario-con-t por 5,5.» actividad económica. Tanto ribuyente. Y cuando el en períodos de rececliente protesta por el recorte H sión como de expansión el Gobiemo-que han revelado ineficientes, mientras la Admiacaba de cumplir diez años en el Poder ha nistración tributaria permanece impasible utilizado la misma política económica —moante la evidencia de sus propias investigacionetaria, fiscal, presupuestaria, de rentas y nes según las cuales existe un nivel de fraude precios y de tipo de cambio— basada en altos del 45% en el IRPF y un 39% en el IVA. tipos de interés para contener la inflación; ara alimentar el déficit público se emite regulación del crédito bancario para controlar Deuda del Estado que es tanto como rela expansión del consumo; encarecimiento tirar dinero del mercado que podría desartificial de la peseta para lograr un alto tinarse a actividades productivas. En 1977 esa volumen de reservas, y una política de pendeuda representaba el 12,7% del PIB; en siones y subvenciones orientada a la capta1990 el 30,2. Todo ello ha provocado una débil ción de votos. Ninguna de estas decisiones tasa de creha podido encubrir la obsesión por atraer cacimiento económico, pérdipital extranjero a cualquier da de competitividad de la precio, el aumento del eneconomía española, incapa deudamiento público y el cidad de generar empleo, crecimiento permanente de la «Mientras en 1977 el gasto mentalidad consumista pro presión fiscal. público representaba el 24,9 vocada por la penalización urante diez años se por ciento del PIB, en 1990 fiscal del ahorro, crecimien han subido los imto de los salarios por enci había alcanzado el 43,3 por puestos no con el obma de la productividad y de jetivo de financiar la inver- ciento. La práctica totalidad los ritmos de creación de de esos recursos se ha ido en sión sino para dedicarlos al empleo, triunfo de las acti gasto comente, pago de más vidades especulativas frente intereses de la deuda, funcionarios públicos, gran- transferencias,subvenciones, a las de inversión, moral del des acontecimientos univerpelotazo, no del trabajo bien sales y captura del voto. No se sueldos públicos, pensiones hecho; crecimiento del con y subsidio». han aprovechado los años de sumo, no del ahorro; de la bonanza internacional — con especulación, no de la inla caída de los precios del versión. petróleo y del dólar— para Desde el pasado mes de jullevar a cabo la reconnio hasta finales de octubre versión industrial del país y el saneamiento los indicadores vienen señalando un notable del sector público. descenso de la licitación pública, del consuMientras en 1977 el gasto público representamo de cemento y fuel oil, y una clara receba el 24,9% del PIB, en 1990 había alcanzado sión de la inversión privada. Estamos tres el 43,3%. La práctica totalidad de esos recurpuntos por encima de la inflación media de sos se ha ido en intereses de la deuda, transfela CE; tenemos triple proporción de paro sorencias, subvenciones, sueldos públicos, penbre población activa; nuestras importaciones siones y subsidios. La presión fiscal que sodoblan a nuestras exportaciones; nuestro déportábamos los contribuyentes españoles en ficit comercial es de 2,5 billones; nuestro dé1975 equivalía al 21,6% del PIB; en 1990 asficit presupuestario de 1,5 billones. En el pricendía hasta un 35%; en aquel año no existía mer trimestre se perdieron 110.000 puestos déficit público; en 1991 alcanzó el 4,5% del de trabajo. Los valores que cotizan en Bolsa PIB: una auténtica escalada con talante valen 1,5 billones menos que a comienzos de con-fiscatorio para unos objetivo políticos año. que se P D ¿Va a aguantar el mismo Gobierno la destrucmos entre los tres menos desarrollados en coción de empleo, la reducción de la inversión, municaciones; los altos tipos de interés difila pérdida de competitividad, el agujero de cultan la disponibilidad de capital de las emlos déficit comercial y público, sin nuevas presas; el número de funcionarios, el gasto políticas monetaria, presupuestaria, fiscal, de público y la presión fiscal están creciendo rentas, de precios y de tipo de cambio? En im-parablemente desde 1983: todo todos los países de la Comunidad Europea, contribuye a hacer de la economía española salvo Dinamarca, Holanda e Italia, el déficit una de las cinco menos competitivas del público viene descendiendo desde 1987 y en conjunto de la OCDE. algunos países como Francia, Reino Unido Importamos casi el doble de lo que exportae Irlanda, desde 1985; nuestos principales mos y el resultado de estas decisiones de competidores comunitarios mantienen déficit compra —motivadas por nuestra falta de públicos sensiblemente inferiores al español competitividad— es que estamos creando —0,1% del PIB en el Reino Unido; 1,2% en empleo en los países de Francia; 1,3% en Dinamarca; 1,7% en nuestro entorno, donde los Irlanda y 3,1% en Alemania—. En nuestra productos tienen mejor relanación, en cambio, lleva cre«Importamos casi el doble de ción calidad-precio que los ciendo cuatro años en términos españoles, mientras acumulo que exportamos y el nominales y reales y lo peor es lamos, insensatamente, la que se está produciendo en el resultado de estas decisiones mayor tasa de paro de toda mismo período en que crece de compra —motivadas por Europa. imparablemen-te la presión nuestra falta de fiscal, lo que va a llevar a que asta la reciente devala Deuda total del Estado competitividad— es que luación y las posteestamos creando empleo en supere los 26 billones de riores medidas de pesetas al terminar el año, cifra los países de nuestro entorno, control de cambios la cotique duplica con creces los donde los productos tienen zación de la peseta ha enca10,9 billones de recido nuestras exportaciones endeudamiento público de mejor relación calidad-precio y abaratado las importaque los españoles» 1985. ciones: era una forma de cumplir los compromisos con el SME, mostrar nuestra no de cada diez trabajadores, europeidad y hacer ver que en este país, es funcionario del Estado; otro podíamos integrarnos entre está empleado por las Autonomías, los los países que pueden ir en el vagón de alta Ayuntamientos o las empresas públicas; velocidad. otro más cobra su sueldo de algún España está hoy, pese a lo que se dice en los suministro, servicio o contrata con las mítines, en el furgón de cola en el conjunto Administraciones Públicas, y otros de países industrializados y sus niveles de cuatro hacen recaer buena parte de sus competitividad muestran un deterioro progreingresos sobre la Seguridad Social, pensiones, sivo. Si medimos la competitividad en térmiSeguro de Desempleo o subvenciones de nos de comercio exterior veremos que el índicualquier tipo. Así pues, siete de cada diez ce de Tendencia de Competitividad de la Exviven «enganchados al Presupuesto». portación permanece prácticamente estancado Entretanto, España es el cuarto peor país del desde mediados de 1990 y, con base 1980 grupo de la OCDE en red de carreteras; estaigual a cien, se ha situado en 88,4 a finales del primer cuatrimestre de 1992. H U Si la medimos por varios «¿ Va a aguantar el Gobierno factores combinados —pre- la destrucción de empleo, la cio del dinero, impuestos, regulación financiera, falta reducción de la inversión, la de investigación, deficiente pérdida de competitividad, el dirección empresarial, agujero de los déficit infle-xibilidad laboral e comercial y público, sin intervencionismo del nuevas políticas monetaria, Gobierno— como lo hace presupuestaria, fiscal, de el Institute for Management Development (IMD), rentas, de precios y de tipo de veremos que España ocupa cambio ?» el puesto número diecinueve entre los veintitrés países analizados de los veinticuatro que componen la OCDE. Si, finalmente, se mide la competitividad con relación a los aspectos laborales, nuestro país también ocupa el último lugar en el conjunto de la OCDE por la gran conflictividad, la escasa flexibilidad laboral, la dispersa organización de la fuerza de trabajo y la falta de incentivos al trabajador, lo que resta atractivo a las inversiones productivas tanto nacionales como extranjeras. esde aquel mítico décimo puesto que una cierta propaganda interesada, una estadística imperfecta y un tipo de cambio de la peseta —que distorsionaba la realidad— habían situado a nuestro país cuando prácticamente empezaba a despertar del subdesarrollo, España figuraba en 1989 en el puesto número 42 en el conjunto de todas las naciones medido por el PNB por habitante, España estaba situada el año pasado en el decimoquinto. D ara aumentar la competitividad no cabe otra fórmula que aumentar la inversión, renovar tecnología y —por mucho que nos repugne desde el punto de vista de la deseable estabilidad en el empleo— favorecer la contratación temporal. Pero mal se va a lograr ese aumento de la competitividad si se aumenta el precio del dinero, se encarece la importación por la devaluación de la peseta y reduce la duración de los contratos temporales. Todos queremos ser «eficaces y competitivos». Pero, lamentablemente esa eficacia y esa competitividad, para los políticos, no se mide en pesetas sino en dígitos de inflación; para los empresarios no en puestos de trabajo creados o en inversiones realizadas sino en beneficios y márgenes comerciales, y para los trabajadores no en menor inflación o mayor PIB sino en salarios más altos. Pero todos estamos haciendo de la eficacia y de la competitividad un juego de suma cero donde las ganancias de alguno de los participantes significan pérdidas equivalentes de otros: el balance de la última década ofrece más sombras que luces y, lo que es peor, en el futuro inmediato vamos a movernos «en la ardiente oscuridad». El traje que nos han hecho «a la medida» es un disfraz a mitad de camino entre Arlequín y Colombina. P Luis Ignacio Parada es periodista y columnista económico.