COMUNICADO INTERNO No. 04 DE 2015 PROCESO DISCIPLINARIO 2012-018 Bucaramanga, 1° de septiembre de 2015 Mediante la Resolución No. 1626 de 2015, se resolvió el recurso de apelación interpuesto en contra del Auto del 20 de noviembre de 2014, por el cual se profirió el fallo disciplinario de primera instancia en contra de un profesor de la Universidad Industrial de Santander. En dicho fallo de segunda instancia se resolvió sancionar disciplinariamente al investigado con suspensión e inhabilidad especial por el término de tres meses (03). La conducta del profesor sancionado consistió en la extralimitación de sus funciones, al haberse atribuido competencias que no eran propias de su cargo, como lo fue, modificar a su arbitrio el cronograma de actividades de la primera convocatoria de candidatos año 2012 para ampliar el banco de elegibles para profesores de cátedra para su unidad académico administrativa. Conforme a la parte motiva de la decisión que se comunica, conforme a las normas institucionales, específicamente la Resolución No. 042 de 2012, era competencia de la Vicerrectoría Académica establecer en dicho caso la convocatoria y establecer el cronograma de actividades, de modo que al modificar dicho cronograma en la reunión del Departamento del 13 de febrero de 2012, el funcionario público investigado incurrió en extralimitación en ejercicio de sus funciones, al haber asumido funciones que no le estaban ni legal, ni reglamentariamente atribuidas. De tal suerte, la OCID recuerda a todos los funcionarios públicos lo dispuesto en el artículo 122 de la Constitución Política de 1991 cuando ordena: “No habrá empleo público que no tenga funciones detalladas en la ley o reglamento (…)”. En el mismo sentido, el artículo 123 establece que: “Los servidores públicos están al servicio del Estado y de la comunidad; ejercerán sus funciones en la forma prevista por la Constitución, la ley y el reglamento”. Finalmente, según lo ha establecido la jurisprudencia de la Corte Constitucional al respecto: “(..) (E)sta Corporación ha insistido en que el derecho disciplinario encuentra entonces su justificación constitucional en el logro de los objetivos constitucionales y legales de la función pública, en razón a que “todos los servidores públicos deben propender por el logro del objetivo principal para el cual fueron nombrados, esto es, servir al Estado y a la comunidad en general con estricta sujeción a lo dispuesto en la Constitución, la ley y el reglamento (C.P. arts. 6° y 122). De donde resulta que cualquier funcionario del Estado, puede verse sometido a un proceso de responsabilidad pública de índole disciplinaria, no sólo cuando en su desempeño vulnera el ordenamiento superior y legal vigente, sino también cuando incurre en omisión o extralimitación en el ejercicio de sus funciones (C.P. art. 6° y 123)” (aparte de la sentencia C-030 de 2012 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva). Por contera, reiterar el principio general de habilitación positiva que acompaña el ejercicio de la función pública, consagrado en el artículo 6° de la Constitución Política: “Los particulares sólo son responsables ante las autoridades por infringir la Constitución y las leyes. Los servidores públicos lo son por la misma causa y por omisión o extralimitación en el ejercicio de sus funciones.” Cordialmente, DIEGO HERNANDO HERNÁNDEZ VELÁSQUEZ Director