Tema 4.- Potestades Administrativas y Autotutela Administrativa 4.1.- El principio de legalidad. La vinculación de la Administración al principio de legalidad. Las potestades administrativas: concepto y carácteres 4.1.1.- Principio de legalidad. La vinculación de la Administración al principio de legalidad El art.9.3 CE garantiza el principio de legalidad. El principio de legalidad se contempla en la Constitución en su artículo 9.1 que dice que “los ciudadanos y los poderes públicos están sometidos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico. En particular, el art.103.1 CE establece que la Administración actúa con sometimiento pleno a la Ley y al Derecho. Se reconoce así que los poderes públicos también están sujetos a las normas, y por tanto, que no pueden conducirse de cualquier manera, sino que habrán de actuar conforme a lo dispuesto en la CE, las leyes y los reglamentos. La vinculación de la Administración al principio de legalidad tiene dos vertientes: - De una parte, la llamada vinculación negativa de la Administración (negative Bindung), según la cual la ley vendría a ser un límite externo a una básica libertad de la Administración, por lo que, donde la ley no disponga nada la Administración puede actuar con libertad. - De otra parte, la llamada vinculación positiva de la Administración (positive Bindung), en este caso la Administración sólo puede actuar cuando una ley la haya habilitado previamente para ello, es decir, que toda actuación administrativa debe contar con una cobertura legal que la habilite y fije unos límites. La vinculación de la Administración al principio de legalidad, en nuestro caso, es positiva, ya que, ésta necesita la habilitación previa de una ley para actuar, no pudiendo actuar la Administración al margen de la ley. 4.1.2.- Potestades Administrativas: Concepto y Caracteres a) Concepto La potestad administrativa es un mecanismo operativo básico con el que se expresa el principio de legalidad, por lo tanto, son las normas las que dicen lo que la Administración puede y debe hacer en cada caso, es decir, lo que la norma jurídica hace en este caso es definir la potestad, atribuir la potestad a la Administración, y defnir los límites de la misma. b) Caracteres 1.- Las potestades administrativas son intransmisibles, inalienables e irrenunciables, ya que, el titular de la potestad puede ejercitarla o no, pero no puede transferirla. 2.- Las potestades son insusceptibles de modificación por su titular, es decir, que no son susceptibles de modificación por su titular de ninguna forma. 3.- Las potestades son imprescriptibles, es decir, pueden ser ejercidas indefinidamente mientras que su reconocimiento no desaparezca del ordenamiento jurídico. 4.- Las potestades son inagotables, es decir, que no se agotan con su cumplimiento, sino que con su cumplimiento se van confirmando en vez de irse consumiendo. c) Potestades administrativas como potestades-función Las potestades administrativas pertenecen en su inmensa mayoría a la especie llamada potestadfunción , eso es, aquellas potestades que deben ser ejercitadas en interés ajeno al propio y egoísta del titular. Las potestades administrativas deben ejercitarse en función del interés público, que no es el interés propio del aparato administrativo, sino, el interés de la comunidad. Esto tiene su manifestación en el Derecho positivo, más concretamente en los arts. 103 y 106 CE y en el art.53.2 LPC. Esto tiene como consecuencias: - Negativamente: que las potestades administrativas no pueden ejercitarse si no es en servicio del interés de la comunidad. - Positivamente: que la Administración está obligada al ejercicio de sus potestades cuando el interés público lo exija. d) Clases de potestades: regladas y discreccionales La potestad reglada constriñe a la Administración a la constatación del supuesto de hecho legalmente definido de manera completa y a aplicar la consecuencia que también ha previsto la ley , aunque ello no quiere decir que desparezca por completo la interpretación administrativa que ineludiblemente puede conllevar determinadas valoraciones. En la potestad discreccional, la Administración goza de un margen más amplio de apreciación, que le permite optar entre diferentes alternativas, todas ellas igualmente legítimas. e) Control del ejercicio de la potestad discreccional La apreciación o estimación subjetiva del ejercicio de la potestad discreccional no se produce al margen del Derecho, por lo que no estamos ante una facultad extralegal. Al margen de la ley no hay discreccionalidad, ya que, éste existe, justamente, en virtud de la ley y sólo en la medida en que ésta lo haya dispuesto. Por lo tanto, el ejercicio de la potestad discreccional debe someterse al control de: a) Elemento reglados: ya que en todo acto administrativo concurren unos elementos reglados mínimos, que pueden concretarse en los siguientes: la competencia para actuar con la potestad, es decir, se observa si el órgano que ha ejercido la potestad tenia o no la competencia para ejercerla, y el procedimiento, ya que, siempre hay unas reglas procedimentales que se pueden regular. b) Hechos determinantes: esto lo que quiere decir es que siempre está al alcance de los órganos jurisdiccionales verificar objetivamente la existencia del supuesto de hecho que legitima el ejercicio de la potestad discreccional. c) Principios Generales del Derecho: el ejercicio de una poestad discreccional propiamente dicha no exime a la Administración de observar los Principios Generales del Derecho a los que todos los poderes públicos se hallan sometidos, como son, entre otros, el principio de igualdad, de proporcionalidad, de seguridad jurídica, de interdicción de la arbitrariedad. Este último principio, es el más importante, ya que, exige que los actos administrativos en que se ejerzan potestades discreccionales se encuentren motivados, es decir, que la Administración explique los motivos por los que se emtiende que la decisión que toma es la mejor, evitando así que la actuación de la Administración en estos casos sea una actuación caprichosa o carente de justificación. 4.2.- La posición de la Administración ante los Tribunales. La autotutela: Justificación y significado.- Vertientes: declarativa y ejecutiva 4.2.1.-La autotutela: Las prerrogativas de la Administración se reflejan también en la peculiar posición que la Administración ostenta ante los Tribunales de Justicia. Ante éstos se manifiesta su principal privilegio, que da cuenta de su status jurídico y, consecuentemente, de la peculiaridad misma del Derecho Administrativo. Esa singular posición es la resultante del llamado privilegio de autotutela. A diferencia de lo que sucede con cualquier otra persona, la Administración Pública, para hacer ejecutorias sus decisiones no necesita someterlas a un juicio declarativo, ya que estas decisiones tienen tal carácter por la propia autoridad de la Administración. Por lo tanto, la Administración no tiene que acudir a los tribunales para lograr que sus decisiones obliguen a sus destinatarios, sino que éstos serán los que tengan que hacerlo en caso de que discrepen y se opongan a las mismas, a fin de lograr su anulación. Sólo de esa forma, se podrá evitar el cumplimiento, y por tanto, logar que la ejecución de lo decidido quede paralizada. Además, en caso de resistencia a cumplir la decisión administrativa, la Administración tampoco necesita de la intervención de los tribunales para imponer coactivamente el cumplimiento, sino que puede lograrlo a través de sus propios medios coactivos o de ejecución forzosa. 4.2.2.- Vertientes: declarativa y ejecutiva · Autotutela declarativa: es la posibilidad que tiene la Administración de crear, modificar o extinguir situaciones jurídicas subjetivas por su sola necesidad sin que sea necesario la intervención de los tribunales. · Autotutela ejecutiva: es la posibilidad que tiene la Administración de ejecutar forzosamente sus decisiones sin necesidad de acudir a los tribunales. 4.2.3.- Fundamentos constitucionales y legales de la autotutela El fundamento de la Administración de autoejecución de las resoluciones y actos dictados por ella se encuentra vigente legalmente en nuestro Derecho positivo y no puede considerarse que sea contraria a la Constitución. El artículo 103 CE reconoce como uno de los principios a los que la Administración Pública ha de atenerse el de eficacia «con sometimiento pleno de la Ley y al Derecho», significa ello una remisión a la decisión del legislador ordinario respecto de aquellas normas, medios e instrumentos en que se concrete la consagración de la eficacia. Entre ellas no cabe duda de que se puede encontrar la potestad de autotutela o de autoejecución practicable por cualquier Administración Pública con arreglo al artículo 103. La autotutela declarativa encuentra su fundamento en el art.56 LPC el cual establece que los actos de las Administraciones Públicas sujetos al Derecho Administrativo serán ejecutivos y en el artículo 57 LPC el cual establece que los actos de las Administraciones Públicas sujetos al Derecho Administrativo se presumirán válidos y producirán efectos desde la fecha en que se dicten, salvo que en ellos se disponga otra cosa. La autotutela ejecutiva tiene su fundamento en el art.94 LPC el cual establece que los actos de las Administraciones Públicas sujetos al Derecho Administrativo serán inmediatamente ejecutivos y en el art. 95 LPC el cual establece que las Administraciones Públicas, a través de sus órganos competentes en cada caso, podrán proceder, previo apercibimiento, a la ejecución forzosa de los actos administrativos, salvo en los supuestos en que se suspenda la ejecución de acuerdo con la ley, o cuando la Constitución o la ley exijan la intervención de los Tribunales.