Cazadores Recolectores del Norte Semiárido 11.000 a.C. – 0. (Período Arcaico) Ambiente y Localización El Norte Semiárido es un territorio donde la Cordillera de los Andes y la de la Costa se entrecruzan prácticamente eliminando la Depresión Intermedia, mientras que los ríos que atraviesan el territorio permiten la formación de valles transversales donde crecen árboles propios de clima semiárido, como el chañar y el algarrobo. La costa presenta gran variedad y estabilidad de recursos alimenticios a lo largo del año. Los primeros pobladores arribaron a fines del período Pleistoceno, cuando la temperatura comenzaba a aumentar, los hielos retrocedían y se iniciaba un proceso de aridización del territorio, hasta como es en la actualidad. Economía En este territorio convivieron dos tipos de sociedades de cazadores recolectores, diferenciadas por el énfasis de su economía de subsistencia: en las quebradas y valles interiores basaron su dieta en la caza de animales terrestres, con un patrón de amplia movilidad estacional transversal, incluyendo la cordillera, los valles trasandinos y la costa. Los grupos adaptados a la costa del Pacífico, en cambio, basaron su dieta en los moluscos, complementados con pesca y caza marina, además de recolección de algas y vegetales del litoral. Se desplazaban a lo largo de la línea costera para evitar sobre explotar los recursos y también realizaban movimientos estacionales hacia el interior de la costa tras materias primas líticas, leña y vegetales terrestres. Arte Destacan entre los cazadores recolectores de la fase temprana del período Arcaico, las piedras de arenisca talladas con formas geométricas y finamente pulidas, conocidas como “litos discoidales o geométricos”, cuyo significado desconocemos. En este mismo material tallaron a veces reproducciones de puntas de proyectil. Las piedras circulares con una perforación central o piedras horadadas tuvieron igualmente un alto valor simbólico, como también los pendientes y cuentas de collar de concha y piedra que dejaban junto a sus muertos. Organización Social Se organizaban en pequeñas bandas familiares nómades, donde las tareas eran designadas de acuerdo al sexo y edad de los individuos. Probablemente mantenían relaciones sociales y de parentesco con otras bandas dispersas en el territorio. Culto y Funebria Los patrones de entierro fueron muy diversos a lo largo de la extensa secuencia cronológica del modo de vida cazador recolector, pero ya desde sus inicios estos grupos mostraban una Eliminado: sobreexplotar preocupación especial por sepultar a sus muertos. Durante la fase temprana eran comunes los entierros colectivos, los que probablemente correspondían a familias completas y que acompañaban con escasas ofrendas. Destaca la presencia de litos discoidales que no presentan huellas de haber sido usados como instrumentos y más bien parecen haber desempeñado un papel puramente ritual. Durante la fase media del Arcaico, los cuerpos comienzan a enterrarse individualmente en sectores específicos de los campamentos, siendo cubiertos por un amontonamiento de conchas, en la costa, y de piedras, en el interior. Los cuerpos eran con frecuencia acompañados de piedras horadadas y enterrados cerca de piedras tacita, grandes rocas con horadaciones artificiales usados como morteros colectivos. En la fase tardía del Arcaico, en las sepulturas se disponía gran cantidad de piedras huevillo cubriendo los cuerpos y se señalizaban con un círculo de piedras en el exterior; entre las ofrendas comenzaban a aparecer adornos labiales (tembetá) y pipas de piedra. Patrón de Asentamiento Los grupos de adaptación marina más antiguos se movían constantemente a lo largo de la franja costera, reocupando los mismos espacios a través del tiempo y realizando movimientos ocasionales hacia el interior; al mismo tiempo, los cazadores del interior ocupaban reiteradamente algunos aleros rocosos como campamento base, complementados con otros asentamientos más efímeros relacionados a la obtención de recursos en otras áreas. Durante el Arcaico Medio se mantiene este patrón con asentamientos de base asociados a campamentos donde se desarrollaban tareas específicas, pero las ocupaciones más prolongadas se establecen en el interior, lo que requería el transporte de los recursos costeros hasta ellos. Hacia el final del período vuelven a establecerse campamentos más permanentes en la costa. En cuanto a los entierros, los cuerpos eran depositados dentro de los mismos espacios habitacionales de los campamentos base. Historia Durante el período Arcaico Temprano (11.000 – 6.500 a.C.), la presencia de litos discoidales entre los primeros habitantes de estas costas sugiere alguna conexión o sustrato cultural común con otras poblaciones relativamente contemporáneas que habían en Sudamérica, como los grupos paleoindios de Patagonia o el Complejo Las Vegas, en Ecuador. Por otra parte, las semejanzas de algunos de los instrumentos líticos de estas poblaciones nortinas con los que poseían grupos de cazadores de la vertiente oriental de los Andes, evidencian ciertos vínculos posiblemente producto de los viajes ocasionales que ambos grupos realizaban a través de la Cordillera en busca de recursos particulares. A mediados del Arcaico Medio (6.500 a 2.000 a.C.), la aridez aumentó y grupos precordilleranos de Argentina, relacionados a la Cultura Los Morrillos, comienzan de manera más frecuente a visitar la costa del Pacífico en busca de recursos más estables. En los inicios del Arcaico Tardío (2.000 a.C. ‐ 0) , aumentó la estabilidad y la humedad medioambiental, lo que promovió una mayor permanencia en la costa a lo largo del año y un crecimiento de la población. Al mismo tiempo, los cazadores recolectores marítimos más septentrionales establecen vínculos con grupos similares del litoral del Norte Grande, alcanzando hasta Taltal y Antofagasta. Este largo período cultural termina hacia los primeros siglos de la era, cuando el inicio de la producción de alimentos cambia radicalmente el modo de vida de estas poblaciones cazadoras recolectoras, dando paso a la Cultura El Molle.