UN POCO DE HISTORIA: “EL DÍA EN QUE WALL STREET EXPLOTÓ”

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UN POCO DE HISTORIA: “EL DÍA EN QUE WALL STREET EXPLOTÓ”
Guillermo S. Edelberg DBA
Profesor Emérito
guillermo.edelberg@incae.edu
www.guillermoedelberg.com.ar
Un comunicado de prensa de la Universidad de Yale emitido a principios de julio de 2007
informó lo siguiente:
La profesora Beverly Gage enseña en Yale historia de los Estados Unidos en el
siglo XX. Su enfoque se vincula con la política. Es la autora de un libro a ser publicado
próximamente acerca de la explosión de una bomba en el distrito financiero de Nueva
York, un acto de terrorismo hasta hoy no esclarecido que causó 39 muertes: The Day
Wall Street Exploded: A Story of America in its First Age of Terror (Oxford University
Press, 2008).
El hecho, conocido como Wall Street explosion o Wall Street bombing, ocurrió el jueves 16
de septiembre de 1920. Trágica coincidencia: el día y el mes por poco no son los mismos que los
del 11 de septiembre de 2001.
Eran una época turbulenta. “La inflación que afligía el país y el aumento en la oferta de mano
de obra con el regreso de los soldados habían contribuido a disminuir el poder adquisitivo de los
salarios. Los habitantes de la ciudad y de sus cercanías sufrían las consecuencias de conflictos
1
laborales” . Cabría agregar las actividades de los así llamados “radicales,” el juicio a Sacco y
Vanzetti, la preocupación por el comunismo ―denominada the Red Scare― luego de la Revolución
Rusa y los llamados Palmer Raids, raids policiales encabezados por A. Mitchell Palmer, Attorney
General durante la presidencia de Woodrow Wilson, para perseguir y arrestar a “radicales” y
expulsar a residentes extranjeros incluidos en esta categoría.
Aquel aciago 16 de septiembre de 1920, un minuto después del mediodía, apenas terminado
el sonar de las campanas en la cercana Trinity Church, un carro tirado por un caballo, cargado con
dinamita y trozos de metal y detenido en la esquina de las calles Wall y Broad, explotó en pleno
corazón financiero de Nueva York. Fue frente al número 23 de la calle Wall donde J. P. Morgan &
Co. tenía sus oficinas. Era, se señala, la primera vez ―un triste antecedente― que se hacía
explotar un vehículo cargado de explosivos para matar a un gran número de personas.
Era la hora del almuerzo y la calle estaba llena de gente. En las horas siguientes murieron
30 personas; otras 9, semanas después. Eran, en su mayoría, mensajeros, estenógrafas y
empleados administrativos. Los heridos sumaron 400. Fue, en 1920, el mayor acto de terrorismo
1
Ver artículo # 61 Comer Bien o Dormir Bien en www.guillermoedelberg.com.ar
2
ocurrido hasta ese momento en los Estados Unidos. Fue, también, el mayor en Nueva York hasta
la destrucción de las Torres Gemelas en 2001.
Otras bombas habían explotado con anterioridad en el país. Por ejemplo: en la reunión en
Haymarket Square en Chicago en 1886 ―hecho vinculado a la historia del 1º de Mayo como Día
del Trabajo― y la que afectó el edificio del diario Los Angeles Times en 1910. Estos graves
incidentes, observan los especialistas, tuvieron causas y objetivos identificables. El hecho ocurrido
en Wall Street, no. Fue la primera explosión en los Estados Unidos destinada a matar a cualquiera
que estuviese o pasase cerca y a atentar contra las instituciones. Ninguna organización ni ninguna
persona se atribuyeron el hecho. Se pensó que sus autores podían ser “radicales”; pero nunca se
lo pudo comprobar.
El atentado en Wall Street tuvo importantes consecuencias. Influyó, entre otros aspectos de
la vida en los Estados Unidos, en el surgimiento de una fuerza policial federal y en restricciones al
ingreso de inmigrantes al país.
¿Cómo reaccionaron los principales ejecutivos del mundo financiero de Nueva York ante el
atentado?
No sé si en aquella época se hablaba de crisis management o de un crisis committee como
en la actualidad ―es posible que sí aunque quizás con otra denominación―; pero las medidas
tomadas proveen al respecto un ejemplo que amerita un “caso” de estudio (a lo mejor ya ha sido
escrito). La profesora Gage describió lo que se hizo de inmediato en un trabajo titulado “Business
as Usual”: The 1920 Wall Street Explosion and the Politics of Forgetting2. A continuación resumo
brevemente lo que dijo:
Los integrantes de la Junta de Directores de la Bolsa de Nueva York, reunidos
unas tres horas después del hecho, decidieron, luego de consultar con otros
destacados banqueros y hombres de negocios, que la mejor respuesta era ninguna
respuesta.
Contrataron a un gran número trabajadores para trabajar toda la noche y limpiar
y arreglar la zona con el objeto de minimizar el impacto de la explosión en los
mercados financieros. La Bolsa de Nueva York, situada cerca de la explosión, había
suspendido sus operaciones apenas producida ésta, decisión que tomaron otras
bolsas alrededor del mundo. Luego de algunas consultas, se informó que las
actividades se habrían de reiniciar el día siguiente, viernes 17 de septiembre, a la hora
habitual; es decir, a las 10 de la mañana. Un diario señaló que, ante esta decisión,
“todo Wall Street” se volcó a trabajar intensamente para reabrir el viernes 17 como de
costumbre. Muchos recordaban el desastre de julio de 1914 cuando, al comenzar la
guerra en Europa, la Bolsa permaneció cerrada durante seis meses. La explosión no
era una guerra; pero se temía una colosal pérdida de confianza. El jueves 16 a la
tarde los banqueros hicieron saber que, al reabrir, las principales instituciones
financieras estaban preparadas para apoyar el mercado; esto es, comprar un número
suficiente de acciones para asegurar una tendencia positiva.
La limpieza y el orden encontrados el viernes 17 causaron asombro. En muchas
entradas se leía Business as Usual (“Abierto como de Costumbre”).
“No hubo ningún acto recordatorio oficial en el primer aniversario de la explosión ni ningún
acto oficial para recordar a las víctimas. Tampoco se colocó una placa en el edificio del banco
Morgan. Lo único que recuerda la explosión son las marcas en la pared de 23 Wall Street”.
2
www.newschool.edu/gf/historymatters/papers/BeverlyGage.pdf
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