NOTAS EL PRINCIPIO DE LA HIPÓTESIS MÁS DIFÍCIL Agustín Segui* He always accuses me ofpreferring ta make things dif ficult. (M. Poirot sobre su amigo Japp de Scottland Yard: A. Christie, Death in Ihe Air) Las hipótesis son enunciados que previamente formulados, ya se inten­ se aceptan sin prueba experimental . te con su ayuda predecir enunciados Por tanto, como ya 10 indicó Aristó­ nuevos. Precisamente en este con­ teles, no deben ser creídas necesa­ texto, es decir, en la discusión acerca riamente. Se las asume, entonces, no de qué deben ser y qué deben evitar por lo que ellas afirmen (de hecho, las hipótesis para resultar aprovecha­ en contra de las definiciones, las hi­ bles, hay un principio que se reitera pótesis no afirman ni niegan nada), varias veces en la historia del pen­ sino por las consecuencias que de samiento sin que, a mi entender, haya ellas se deducen. Ese conjunto de hi­ sido formulado por algún autor con pótesis y conclusiones constituye, el necesario grado de generalidad. Me así, un andamiaj e o (modificando la refiero al principio que sirve de título metáfora arquitectónica) un fun­ al presente trabaj o. Puesto un cien­ damento sumamente útil en la edifi­ tífico ante la alternativa de elegir, cación de teorías científicas. Como punto de partida, una hipótesis Claro está que ese fundamento re­ sencilla o una difícil, la decisión de­ sultará tanto más provechoso cuanto berá basarse en una serie de criterios más sólido sea, ya se persiga con él que es imposible discutir aquí y que la explicación causal de enunciados depende al menos en parte de la cien­ * Un iversitat des Saarlandes. cia en cuestión pero que, en ningún 71 NOTAS caso, puede incluir el del menor es­ fuerzo . ducir, sin embargo, habla también el Comencemos con un ej emplo : en argumento derivado del principio lingüística existe una vieja discusión antedicho c o n el cual he titulado acerca de si realmente es posible tra­ estas líneas. La formulación más ro­ ducir o no de un l enguaj e natural a tunda que he encontrado de] mismo, otro. Hay quienes niegan ambas tesis aunque referida solamente a la filo­ extremas, tanto la de l a intraducibi­ sofia, es la siguiente: "En las cues­ lidad más o menos absoluta, repre­ tiones filosóficas [. . sentada p or la l lamada ' hipótesis Toda solución fácil es una solución Whorf-Sap ir ' , como la de una tradu­ cibilidad sin barreras. l Otros lingüis­ 72 En favor de la posibilidad de tra­ . ] nada es simple. equivocada. P or 1 0 general es una solución perezosa. Como el escep­ tas atacan duramente el 'principio de ticismo, que nos libera de toda obli­ no traducibilidad,2 como algo prác­ gación de realizar investigaciones ti camente superado; de hecho, inclu­ laboriosas, puesto que, según él, no so los únicos partidarios actuales de hay nada que investigar. "5 El prin­ la hipótesis Whorf-Sapir citados por cipio epistemológico en cuestión este último autor,3 a saber, Kluckhohn! sostiene, entonces, que hay que dar Leighton, en l a 'revised edition' que prioridad a la hipótesis dificil, en vez he consultado, ya no presentan nin­ de dej arse llevar por la más simple; guna formulaci ón extrema de dicho para un pensador de garra, la hipó­ tesis ,más tentadora será siempre l a principio.4 más exigente. l Niega ambas posiciones, p o r ej . , Koller: 6. 1 , postu l a n d o en 6 . 1 .3 y 6. 1 .4 su propia tesis de una ' traducibilidad relativa', Werner Ko l ler , Einfüh rung in die Übersetzungswissenschaft, 1 98 3 , Heidelberg, Quelle und 2 M eyer. W o l fr am W ilss, Überse/zungswis­ senschaft. Probleme und Me/haden, 1 977, Stuttgart, Klett, p. 36-5 7 . Ibid. , p. 47. 4 Clyde KluckhohnlDorothea Leighton , Th e Nah a vo , 1 962, r evi s ed edítion, Garden City, N. Y., The Natural History Co mp an y . ducida a la filosofia, de lo que Kant había ya aplicado a un campo de la misma: en su "Metodología trascen­ dental", este gran maestro de genera­ ciones advierte que sería insensato aplicar una 'hipótesis trascendental' , l a cual n o es más que 'una pura idea 3 Library, Anchor Books, Doubleday La formulación precedente es ya una generalización válida, pero re­ & de la razón' (e.d. un producto pura5 Joseph M. B och ensk i , Wege zum ph ilosophischen Denken , 1 972, Fri burgo , H e rd e r, p. 45, cursivas mías. NOTAS mente racional), al conocimiento de trataba de un presupuesto implíci to. la naturaleza (e.d. al conocimiento Luego aparece un D escartes (o un de los fenómenos empíricos); sostie­ Whorf, o quienes sean l os que por ne que, en tal caso, cualquier hipó­ primera vez pu sieron seri amente tesis 'física ' , por descabellada que en duda la posibilidad de conocer o sea, resultará más tolerable que una ' hiperfís ica' ( e . d. metafísica) . En traducir), y surge así una antítesis, la cual sostiene, al menos, la nece­ efecto, sigue diciendo el filósofo, sidad metodológica de criticar la cer­ "sería propio de un principio de la teza) . A partir de ese momento se razón perezosa (ignava ratio) dejar generaliza la sup'osición de que la de lado de repente todas las causas antítesis crítica supera la tesis sup er­ cuya realidad obj etiva (al menos en ficial (la duda metódica supera el principio) puede ll egar a conocerse realismo ingenuo, etc . ) . Ello es in­ mediante un prolongado recurso a la dependiente de que, en el marco del experi enci a para, a cambio, buscar mismo progreso, en un momento dado reposo en una simple idea que sea se supere la duda p ara reafirmar muy cómoda a l a razón".6 (pero esta vez con una base no inge­ Ahora bien: todo esto no se aplica nua) la posibilidad de conocer o tra­ solamente a la filosofía. Tampoco a ducir que había sido cuestionada. En la traductología, que me ha servido gnoseología es el mismo Descartes de ej emplo para entrar en materia. quien se encarga de superar su pro­ Eso sí: ambos casos tienen algo en pia duda. Ello equivale a decir que, común; tanto en la traductología como con o sin superación de la duda, ésta en la teoría filosófica del conoci­ es considerada, en la historia del pro­ miento, la hipótesis primera debe ser blema, como una posición superior la que afirme la posibilidad de algo, a l a de la tesis ínicialmenté presu­ ya sea la de conocer o la de traducir. puesta. Si, por el contrario, he hecho S in embargo, históricamente se trata mías l as palabras de Bochenski que de la tesis más ingenua. Por no tener coloca la duda (o negación) radical antítesis durante una larga etapa de en la posición inferior, es porque ad­ la historia del pensamiento, incluso judico la posición superior no a la es difícil encontrar esa tesis formu­ certeza inicial ingenua sino al inten­ l ada exp lícitamente; más bien se to de superar la duda. Podemos con­ siderar fallida la respuesta concreta 6 Immanuel Kant, Kritik der reinen Vernunjt, Crítica de la razón pura, B 80 l/A773, cursivas mías . de Descartes a su propio cuestiona­ miento, pero lo indudable es que hay que seguir buscando respuestas en 73 NOTAS 74 lugar de quedarse perezosamente (tan imp ortante como la del escepti­ con el escepticismo. cismo ya mencionado): se trata del Es a pereza no ha sido rechazada platonismo, cuan seductor por ser sólo en los dos campos ya menciona­ en el fondo irrefutable: en efecto, dos. Para la epistemologí a en general ¿cómo queremos refutar la existen­ encontramos una estupenda formu­ cia de ese Mundo de las Ideas que, lación debida a la pluma de Einstein: según Platón, fundamenta el cono­ "Es muy curioso lo que s ucede con cimiento del mundo material? Piaget los trabaj os científicos: a menudo l o rechaza "en cuanto a las relacio­ nada tiene tanta importancia como nes entre el platonismo y la cons­ notar dónde no merece la pena gastar trucción genética o histórica de las tiempo y esfuerzo. Por otra parte, estructuras. Es cierto que la hipóte­ tampoco h ay q u e p e rseguir las s i s platónica es irrefutable en el sen­ metas que sean fáciles de alcanzar. tido de que, de una construcción, una Hay que formarse un instinto que le vez efectuada, pu e de afirm arse permita a uno darse cuenta de lo que s iempre que, por ese hecho mismo, puede alcanzarse con el máximo es­ ha estado eternamente predetermi ­ fuerzo."7 Con la segunda frase nos nada en e l mundo d e l o s posibles, dice Einstein que no hay que hacer considerando a éste como un todo a un lado de entrada la 'hipótesis más estático y acabado . Pero, como esta dificil ' ; ésta, sin embargo �nos dice construcción constituía el único medio con la primera frase- puede resultar de acceso a un semejante universo de un fiasco, pero sólo un instinto cer­ las ideas, se basta por sí misma s i n tero puede evitamos perder tiempo que haya necesidad d e hipostasiar su con ella sin hacemos reos de incuria. res ultado" La formulación siguiente, toma­ . s Con l as citas precedentes queda da de un gran epistemólogo, se man­ suficientemente aclarado el título del tiene todavía en un plano general y presente trabaj o . Queda ahora por abstracto, aunque haciendo mención ver hasta qué punto la 'hipótesis más de una corriente filosófica concreta difici l ' ha sido ya provechosa en la 7 Carl Seelig: Albert Einstein-Eine dokumentarische Biograph ie, Zurích/ StuttgartlViena, 1 954, p. 1 6 9 S., cit. en historia de las ciencias. Vay a limi­ tarme a unos pocos ej emplos. Pense­ mos en la 'revolución copernicana' : Jühann es Wickert, A lbert Einstein in Selbstzeugnissen und Bilddokumenten, 1 9 7 7 , Reinbek bei Hamburg, RowühIt, p . 98 S . , curs iv as mías . 8 Jean Piaget, L 'épistémologie géné­ tique, 1 972, Paris, PUf, p. 1 1 8 , cfr. tam­ bién p. 1 1 1 sobre biología. NOTAS aceptar el geocentrismo era másfácil tiene rep etidamente l a primacía de que probar el heliocentrismo. 9 En lo aprendido, al mismo tiempo que biología, el creacionismo es, como se dan una y otra vez ej emplos de la hipótesis, mucho más cómodo que i mportancia de lo innato. el evolucionismo; de hecho, las pa­ En hi storia y etnología nos topa­ labras antes citadas de Kant Se re­ mos con el caso del difusionismo, que fieren a algo muy semej ante: como sigue s iendo rechazado en muchas ej emplo de ' hipótesis hiperfísica' partes con la mi sma tenacidad con menciona Kant expresamente el he­ l a cual se rechazaba a priori la i dea cho de postul ar l a existencia de Dios de Schliemann de que Troya había (literalmente: de 'un autor divino' ) existi do: era más sencillo suponer para explicar algún fenómeno físi­ que se trataba de una fantasía mítica. co o la existenci a misma del mundo Hay muchas razones para rechazar físico. 10 Otro tanto se aplica a los las abundantes exageraciones a que descubrimi entos de \Ilendel y a sus ha dado lugar l a libetiad ap arente­ consecuencias : l a afirmación de que mente ilimitada de establecer com­ los factores innatos tienen más in­ paraciones como las engendradas fl uencia sobre el comportamiento por ciertos difusionistas de las pri­ humano que 10 aprendido despierta meras épocas, pero debería evi tarse sospechas de racismo; se acepta l a negar la gran verdad en qu e se funda etología d e Konrad Lorenz y l a so­ toda esa corriente de p ensamiento ciobi ología de O. Wilson mientras histórico, a saber, qu e es lícito ima­ se l as apl ique más bien a los anima­ ginar una relación causal (aunque les que al hombre; por lo demás, los más no sea como hipótesis de traba­ procesos de aprendizaj e son másfá­ j o) allí donde las semejanzas forma­ elles de probar por experimentación les o funcionales llaman la atención que los procesos genéticamente de­ del i nvestigador. terminados. Resulta curioso leer un Para concluir, dos precisiones me­ libro de psicologíal l en el que se sos- todológicas. Ya he adelantado la pri­ 9 Sobre las inmensas dificultades teó­ ricas que debió superar Kepler, cfr. Albert Einstein, Mein Weltbild, 1 98 1 , Frankfurt, Ullsteín, V, 9° texto. Immanuel Kant, op. cit. Wemer Wolff, What is Psychology, 1 947, Nueva York, Grune & Stratton, la II pri meros capítu los. mera al mencionar a Descartes : el principio de la hipótesis más ardua no eS un ' criterio de verdad' , es decir, no garantiza que dicha hipótesis se a la correcta; sólo sienta una prioridad científica; es el principio de la la­ boriosidad contra el de la comodi­ dad. Si alguna vez la NASA juzgó 75 NOTAS digno de interés rastrear toda posi­ dales , 1 3 cuando ya en la Antigüedad ble prueba de la existenci a de SereS (con Lucrecio) l a religión fue reduci­ de otros planetas, ello no implica que da al fenómeno del miedo,14 cuando las ' pruebas' de Erich van Daniken la l ingüística recibe un tratamiento tengan algún val or. "Si nos confor­ logicista y la lógica un tratamiento psi­ mamos con la ' l eyenda de la llegada cologicista (este último rechazado con de extraterrestres ' , por interesante y razón a partir de Frege), se trata en atractiva que parezca, resulta super­ todos los casos de las hipótesis res­ flua cualquier otra investigación ten­ pectivamente más trabaj osas . diente a solucionar los enigmas."12 Sería ocioso comentar los textos En el mismo sentido, la homeopatía ci tados, cuyo lenguaj e sumamente y l a acupuntura son las 'hipótesis claro l o s convierte en ilustraciones más difíciles ' en l a medicina. Otro ideales, aunque parciales, de ese cri­ tanto dígase de l a posibilidad de terio que debe cumplir toda hipótesis lograr una traducción enteramente científica que ingrese a la p alestra automática. Segunda precisión: ninguna teoria es a priori un caso de hipótesis me­ compitiendo con otra: la prioridad epistemológica del esfuerzo sobre la comodidad. todol ógicamente preferible; al em­ plear el comparativo (' más dificil ') 76 Se indica ya que tiene que haber al menos dos hipótesi s para decidir comparativamente cuál de ellas no puede, por las razones metodoló­ gicas antedichas, abandonarse sin investigar. Incluso eS necesari o in­ cluir en este grupo las teorías que, por reduccionistas, han sido blanco predilecto de las críti cas en la histo­ ria de la ciencia: cuando Durkhei m reduce lo rel igi oso a categorías so12 13 Émíle Durkh e i m , Les formes élé­ mentaires de la vie religieuse, 1 968, UngelOste RtUsel alter Erdkarten, 1 988, París, PUF, p 1 3, Introd., 11. 14 Y también en la actualidad, cfr . Gotha, Hermann Haack-Geographisch­ B ertrand Ru ssell, Why 1 A m Kartographische Anstalt, p. 56, refiriéndo­ Christian, Peter HertellGi sela Klügel-Hertel, se a los en igmas de ciertos mapas antiguos. Not a 1 9 7 7 , Londres, Al1en U nwin , p. 2 5 . &