Recomendaciones Índice del Ararteko 5 44. Tutorías para los menores lgtb Se considera conveniente que en cada centro escolar existan profesores o profesoras (que podrían ser los orientadores/as del centro, alguien que ejerza una tutoría específica, o los tutores y tutoras de referencia con la formación adecuada) que tengan el cometido de realizar funciones de tutoría dirigida a los niños, niñas y adolescentes del centro de orientación homosexual o bisexual o de identidad transgénero o transexual, con el fin de ayudarles y de detectar las necesidades y problemas que pudieran tener estos menores y, a partir de ahí, de coadyuvar en la activación o el impulso de todas aquellas iniciativas, herramientas de intervención o programas que sean precisos para dar cumplimiento a los objetivos definidos en las recomendaciones anteriores. E) Recomendaciones sobre el sistema sanitario 45. Garantizar el consentimiento informado de los menores Las personas menores de edad deben estar informadas de las enfermedades que padecen en un lenguaje adecuado a su madurez y nivel de comprensión. Además, es necesario su consentimiento, cuando tienen dieciséis años, para la realización de intervenciones clínicas indispensables, en el caso de que no sean incapaces o no estén incapacitados (Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica). La normativa también prevé que debe oírse al menor si tiene doce años cumplidos. Este derecho a ser informado y a participar en las decisiones que le incumben, como es la posibilidad de elegir entre distintos tratamientos médicos para hacer frente a un problema de salud, o sobre el buen uso de medicación, o la información y el derecho a poder elegir entre diversos tratamientos y terapias, debe garantizarse con los medios apropiados. Para ello es necesario que las audiencias que se hacen a los menores consten en su expediente y puedan ser cotejadas. 46. Prioridad a la atención infantil y a la prevención y detección tempranas En varias ocasiones se ha insistido, en este informe, en la importancia de la prevención y la detección temprana, especialmente en las situaciones de especial vulnerabilidad que afectan a la infancia. En este sentido, la atención a la población infantil tendría que tener la máxima prioridad dentro del sistema sanitario; una prioridad que se pondría de manifiesto, por ejemplo, en la especialización de los profesionales o en los recursos puestos a su disposición. De cara a la prevención y detección temprana de situaciones de riesgo o especial vulnerabilidad, resulta necesario destacar aquí el papel central que tienen los/las pediatras y, en determinados casos, también los servicios de urgencia o las unidades ambulatorias u hospitalarias. 425 Infancias vulnerables. Informe extraordinario del Ararteko 5 La existencia de protocolos de detección y actuación ante posibles situaciones de maltrato a menores puede ser un buen ejemplo de lo que decimos. Se trata de una información obtenida por los servicios sanitarios que, con las necesarias cautelas, puede ser de enorme interés para la adecuada intervención de otros sistemas (servicios sociales, servicios educativos, servicios policiales…). 47. Utilización de indicadores de salud como elementos de seguimiento En el plano internacional se ha ido extendiendo la práctica de utilizar determinados indicadores de salud como instrumentos para “medir” el grado de aplicación del derecho a la salud de las personas menores y comparar, por ejemplo, la situación entre diferentes países o diferentes años. Indicadores relacionados, por ejemplo, con la esperanza de vida en el primer año, la obesidad, los abusos de drogas, los embarazos prematuros, etc. Quien dispone o puede disponer de estos datos, en nuestro caso, es el sistema sanitario. Lo que se pide en esta recomendación es la utilización sistemática y pública de determinados indicadores, como una forma adecuada de seguimiento sobre el estado de salud de la población infantil. 48. Coordinación del sistema sanitario con otros sistemas y desarrollo del espacio sociosanitario A lo largo de este informe, tanto en el capítulo 3, centrado en determinadas situaciones de vulnerabilidad, como en el capítulo 4, donde se destacan problemas comunes, como en este mismo capítulo de recomendaciones, hemos venido insistiendo en la necesidad de mejorar la coordinación entre los diferentes sistemas que trabajan con la población infantil. De acuerdo con las valoraciones recogidas durante estos años, si es difícil lograr la coordinación con un sistema, éste es, sin duda, el sistema sanitario, seguramente por muy diferentes razones. De hecho, la institución del Ararteko presentó incluso un informe extraordinario sobre la necesidad de desarrollar el llamado espacio socio-sanitario. Tal necesidad se abordaba en aquel informe en términos generales; aquí queremos insistir en su importancia, en concreto, en lo que afecta a la infancia. Todos los sistemas o servicios aquí analizados (el sistema de protección, el sistema de justicia juvenil, el sistema educativo…) coinciden al señalar que la colaboración que el sistema sanitario ofrece a su labor resulta absolutamente insuficiente y necesaria. 49. Mejorar la atención a la salud mental infanto-juvenil La valoración de insuficiencia de la intervención sanitaria, señalada en el párrafo anterior, se hace especialmente notoria en lo que se refiere a la atención a la salud mental de los menores. 426 Recomendaciones Índice del Ararteko 5 Aquí, se echa en falta, por ejemplo, la especialización de suficientes profesionales en psiquiatría infantil, la existencia de planes integrales de intervención no sólo con los menores sino también con sus familias, la falta de tiempo suficiente o de continuidad de las intervenciones, la utilización de terapias alternativas a la medicación, una mayor implicación de los servicios de salud mental en los centros de protección y de internamiento de adolescentes con graves problemas… F) Recomendación final sobre las necesidades de seguimiento 50. Analizar periódicamente las diferentes situaciones de vulnerabilidad y su evolución Las situaciones de especial vulnerabilidad, como es natural, varían continuamente, para bien o para mal. Conocer su evolución resulta necesario, aunque no suficiente, para poder incidir sobre la realidad con mayor acierto y conocimiento de causa. La institución del Ararteko, de acuerdo con sus funciones y sus propios medios, ha efectuado durante años un seguimiento de determinadas situaciones, con las posibilidades y limitaciones que han podido quedar de manifiesto en este mismo informe. Posibilidades y limitaciones que vienen dadas por la cantidad de situaciones de vulnerabilidad realmente abordadas (no todas) y por los propios instrumentos utilizados: visitas a los recursos; expedientes de oficio; quejas; investigaciones monográficas… La intención del Ararteko es seguir utilizando las vías disponibles y continuar con el seguimiento, en la medida de sus posibilidades. También la de abordar otros factores de vulnerabilidad, como la pobreza o la enfermedad, poco trabajados hasta el momento. Pero queremos insistir aquí en la necesidad de que tales seguimientos sean asumidos de forma especial por las propias administraciones competentes. En este sentido, nos parece especialmente acertada la realización de estudios periódicos, con similares objetivos, criterios y metodología, lo que permite disponer de series de datos comparables entre sí y poder ajustar a ellos las decisiones. Esta forma de actuar –que ya se aplica en algunos de los temas aquí abordados, como es el caso del maltrato entre iguales en el ámbito escolar–, tendría que extenderse a todas las situaciones de especial vulnerabilidad. Otra cosa bien diferente sería la obtención de una visión más global de los problemas, que tomase en consideración cada una de las situaciones investigadas, pero analizándolas de manera interrelacionada y desde una perspectiva más general. 427