del Estado de derecho) no interesa saber cuáles han sido los

Anuncio
La Interpretación Constitucional
51
del Estado de derecho) no interesa saber cuáles han sido los motivos reales que han llevado
al juez a adoptar una decisión, y que pueden ser políticos, psicológicos, ideológicos, etc; lo
que interesa es garantizar (y la motivación es un instrumento para ello) que esa decisión no
sea arbitraria, o sea, que el poder discrecional que posee el juez para interpretar y aplicar el
47
Derecho se haya ejercido racionalmente . Por ello la concepción de la motivación exigible
es la que entiende que motivar una decisión consiste en MXVWL¿FDUOD, en consignar las razones
48
que permitan entenderla como correcta o aceptable . Dicho brevemente, en la ideología del
Estado de derecho “un fallo sin fundamentación es el paradigma de una sentencia arbitraria´;
por eso “los jueces tienen el deber de justi¿car sus decisiones (mostrarlas como correctas)
49
pero no el de explicarlas (dar cuenta de sus motivos)´ . Por lo demás, que la motivación ha
de entenderse como justi¿cación se pone de relieve en las funciones que se atribuyen a la
50
misma, y que se reconducen al ¿nal a una lucha contra la arbitrariedad .
La principal función que se asigna a la motivación consiste en facilitar el control público
o ciudadano de la decisión. Es un error pensar que la decisión judicial tiene únicamente una
dimensión privada, que interesa sólo a las partes directamente afectadas por ella: la sentencia
es también un acto público o colectivo, por cuanto representa el ejercicio de un poder que
es público y que por consiguiente ha de ser no sólo interna o procesalmente sino también
externamente controlado. Este control externo del poder del juez se realiza plenamente allí
donde su actuación sea pública y no encubierta; por ello la motivación, en cuanto pública
51
expresión de las razones del juez, facilita o permite este control En suma, la responsabilidad
de ofrecer motivación es especí¿camente una responsabilidad de maximizar el control
público de la decisión. La motivación se inserta pues en la lucha extraprocesal frente a la
arbitrariedad.
47
Ello es así -señala Aamio- porque, más allá de la fórmula de Estado de derecho, en las sociedades modernas la gente ya no se conforma
FRQXQDDSHODFLyQDODUJXPHQWRGHDXWRULGDGVLQRTXHH[LJHUD]RQHVHVGHFLUH[LJHTXHHOHMHUFLFLRGHOSRGHUHVWpMXVWL¿FDGR0X\VLPSOH
mente, las autoridades ya no convencen con un “esto es así, porque lo digo yo’, Cfr, A.Aarnio, Lo racional como razonable. Un tratado sobre
ODMXVWL¿FDFLyQMXUtGLFDWUDGGH(*DU]yQ0DGULG&(&HVSS
48
La cuestión de “cómo se generaron realmente las razones dadas y si éstas son las razones reales del juez, adquiere una importancia
relativamente menor. Si las razones dadas están bien fundadas y son válidas no importa si son o no las razones <<reales>> del juez...Las
UD]RQHVUHDOPHQWHGDGDVVHUiQMX]JDGDVSRUVXVSURSLRVPpULWRV´*%HUJKROW]³5DWLRHWDXFWRULWDVDOJXQDVUHÀH[LRQHVVREUHODVLJQL¿
FDFLyQGHODVGHFLVLRQHVUD]RQDGDV´'2;$S<ORPLVPR-,JDUWXD³ODPRWLYDFLyQGHXQDVHQWHQFLDQRGHEHFDOLEUDUVHFRQ
DUUHJORDODVLQFHULGDGGHOMXH]ORTXHIDFXOWDHOFRQYHQFLPLHQWRGHODVSDUWHVODSRVLELOLGDGGHUHFXUULUDWULEXQDOHVVXSHULRUHVHWFHVHO
vigor o la endeblez de las razones que esgrime el juez, no si éste es un ingenuo que lo cuenta todo o un trolero que dice lo contrario de lo
que piensa” (Teoría analítica del derecho (la interpretación de la ley, Oñati, IVAP, 1994, p.95).
49
J.Aguiló, “De nuevo sobre “independencia e imparcialidad de los jueces y argumentación jurídica””, Jueces para la democracia, 46 (2003),
pp.48 y 49.
50
Si se entendiera por el contrario que la función de la motivación no es tanto garantizar la racionalidad o no arbitrariedad de la decisión sino
(sólo) obtener su aceptación por las partes y por el público en general, entonces la motivación no tendría que concebirse necesariamente
FRPRMXVWL¿FDFLyQGHODGHFLVLyQSXHVHVDDFHSWDFLyQSRGUtDREWHQHUVHWDPELpQSRURWUDVYtDVPHUDPHQWHSHUVXDVLYDV
51
Por ello dice J. lgartua que “la motivación de las sentencias sirve también para que cada quisque de populo o el público en su conjunto
YLJLOHVLORVWULEXQDOHVXWLOL]DQDUELWUDULDPHQWHHOSRGHUTXHOHVKDVLGRFRQ¿DGR/DJHQWHWLHQHGHUHFKRDVDEHUSRUTXpVHGHFODUDFXOSDEOH
a alguien (si la sentencia es condenatoria) o por qué se reconoce la inocencia de alguno (si la sentencia es absolutoria)”, Valoración de la
prueba, motivación y control en el proceso penal, Valencia, Tirant lo Blanch, 1995, p.167.
Descargar