En Vitoria-Gasteiz, a treinta de mayo de dos mil.- Vistas ante este Organismo Jurídico Administrativo de Álava la reclamación económicoadministrativa núm. 502/96 y sus acumuladas la 503/96 y la 1/98, interpuestas por D. Luis , con DNI y domicilio a efectos de notificaciones en , contra las liquidaciones núm. 21.320-1-V-96 por el Impuesto sobre Sucesiones y núm. 21.325-1-V-96 por el de Transmisiones Patrimoniales, y contra dos providencias de apremio de 1 de diciembre de 1997 por impago de las cuotas liquidadas, de 698.075 y 300.223 pts., respectivamente. ANTECEDENTES DE HECHO Primero.- Las liquidaciones referenciadas dimanan del cuaderno particional aprobado judicialmente el 4 de enero de 1993 que recoge el inventario y la adjudicación de los bienes relictos de Dña. Ana , fallecida sin otorgar testamento el 21 de abril de 1952. En las mismas se indica que el causante es D. Juan , esposo de Dña. Ana, fallecido el 22 de noviembre de 1979 en Vitoria, donde residía, que sí había otorgado testamento. La primera, por la cuota legal, y la segunda, por el exceso de 7.505.577 pts. que el heredero indicado en el encabezamiento lleva de más como consecuencia de las adjudicaciones. Además de éstas, se aprueba otra más por la herencia de Dña. Ana, con cuota cero, por prescripción. Segundo.- Contra las mismas formula las presentes reclamaciones, manifiesta que no presentó declaración porque tiene pendiente contienda judicial con otros interesados en la herencia, y solicita se anulen. Solicitada la documentación testamentaria de D. Juan, por no encontrarse copia en el expediente, el presentador-representante de los otros herederos, que también tiene promovida reclamación, manifiesta que aquélla no ha sido presentada. Tercero.- Ante el impago de las cuotas, cuyo vencimiento había sido fijado en el 15 de enero de 1997, el Director de Hacienda las providencia con un recargo de apremio del 20%, contra las que el Sr. formula la tercera reclamación solicitando su acumulación a las anteriores. Cuarto.- En la sustanciación de las presentes actuaciones se han observado todos los trámites y prescripciones del Reglamento de procedimiento en las reclamaciones económico-administrativas. FUNDAMENTOS DE DERECHO Primero.- La cuestión principal a resolver se circunscribe a si son o no conformes a derecho las liquidaciones por los Impuestos sobre Sucesiones y sobre Transmisiones Patrimoniales, notificadas en noviembre de 1996 y aprobadas como consecuencia de fallecimiento producido el 22 de noviembre de 1979, y, más en concreto, a si procede su anulación porque este heredero no presentó declaración o porque algunas cuestiones de la herencia están sin resolver en vía judicial. Como subsidiaria de ésta, si es ajustado a derecho providenciar de apremio por falta de pago de las cuotas. Segundo.- En la fecha en que se produce el fallecimiento de D. Juan, que es la del devengo del tributo, estaba vigente en Álava y lo está también ahora en todo aquello que no se oponga a la Norma Foral del Impuesto sobre Sucesiones de 24 de abril de 1989, el Reglamento de los Impuestos sobre Sucesiones y sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados de 30 de septiembre de 1975. Este Reglamento establece en sus arts. 27 y 28 que en la adquisición de bienes por herencia o legado el impuesto se devengará el día del fallecimiento del causante, y que para exigirlo bastará que esté probado el hecho originario de la transmisión, aún tratándose de sucesión intestada, aunque los adquirentes no presenten los documentos en que se formalice dicha sucesión y cualquiera que sea la fecha en que se haga la declaración de herederos. De igual modo, el número 4 del art. 237 tiene establecido que, si se promueve litigio después de vencidos los plazos de presentación de los documentos, ello no sólo no impedirá que la Diputación la exija junto con el pago del impuesto correspondiente, sino que, además, procederá a hacer efectivas las sanciones derivadas de la infracción. De acuerdo con las estipulaciones anteriores, la falta de declaración o la litispendencia de alguna cuestión relativa a la herencia -situación, esta última, de la que no hay prueba en el expediente- ni anulan ni suspenden el derecho de la Administración a liquidar el impuesto o la obligación de los herederos de satisfacerlo en caso de cuota positiva, siempre que, claro está, disponga del testamento del causante y del inventario de bienes relictos, lo que no sucede en este caso, en el que, al tiempo que se declara prescrito el derecho a liquidar por los bienes de Dña. Ana, se liquida su herencia, exceso de adjudicación incluído, como si se tratara de la de D. Juan, cuando la voluntad testamentaria de éste y el caudal relicto son desconocidos, pues los herederos no los han declarado y la Administración no los ha conseguido, lo que convierte a la liquidación en carente de fundamento por más que se presuma la cuota legitimaria de los hijos. Tercero.- Además de lo anterior, es notorio que en noviembre de 1996, cuando se aprueban y se notifican las liquidaciones, tenía que estar prescrito el derecho de la Administración a liquidar un tributo de sucesiones que se devenga en noviembre de 1979 por un fallecimiento no declarado por el contribuyente, pues los arts. 351 y 353 del Reglamento tenían establecido que prescribirá a los diez años el derecho a determinar la deuda tributaria, contados desde el día del devengo. Así las cosas, porque el artículo 1932 del Código Civil tiene previsto que los derechos se extinguen por la prescripción en perjuicio de toda clase de personas, inclusas las jurídicas, y porque la prescripción se ha de aplicar de oficio sin necesidad de que la invoque el sujeto pasivo, tal y como disponía entonces el art. 356 del Reglamento y después el 67 de la Norma Foral General Tributaria de 31 de mayo de 1981, este último vigente también ahora, procede anular la núm. 21.320-1-V-96, pues ya se había extinguido el derecho de la Administración en el momento en que lo ejercita. Cuarto.- Respecto de la segunda liquidación, se gira al amparo del número 3 del artículo 29 de la antes citada Norma Foral del Impuesto de Sucesiones –“Se liquidarán excesos de adjudicación, según las normas establecidas en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, cuando existan diferencias, según el valor declarado, en las adjudicaciones efectuadas a los herederos o legatarios, en relación con el título hereditario”-, porque el cuaderno particional realizado por el contador dirimente en el proceso judicial recoge en su apartado B) que a D. Luis se le adjudican bienes por valor de 25.114.002 pts. y que lleva de más 7.505.577 pts. Esta última cifra es la que ha tomado como base imponible la Hacienda Foral para aplicar sobre ella el tipo de gravamen, lo que determina que la liquidación deba confirmarse en este punto por ser ajustada a derecho, pues no concurre la prescripción que afectaba a la anterior dado que este tributo se devenga el día en el que se realiza el acto o contrato gravado –apartado 1.a) del art. 50 de la Norma Foral del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales de 31 de mayo de 1981-, esto es, el 4 de enero de 1993 en el que la autoridad judicial aprueba las operaciones particionales de la herencia de Dña. Ana que ocasionan el controvertido exceso, sin que entre esta fecha y la de notificación de la liquidación hayan transcurrido los cinco años que el art. 64.a) de la Norma Foral General Tributaria, interpretado a sensu contrario, otorga a la Administración para liquidar. Quinto.- Por lo anteriormente expuesto y razonado procede anular la liquidación por el gravamen sucesorio y confirmar la de transmisiones patrimoniales onerosas, con la salvedad, en el caso de esta última, de que el transmitente no es D. Juan , como expresa la liquidación, sino su difunta esposa Dña. Ana , lo que en tal sentido debe ser rectificado por la Hacienda Foral. Sexto.- Por último, y como consecuencia de lo que se ha dicho, la providencia de apremio relativa a la deuda del impuesto de sucesiones debe ser anulada en aplicación de lo dispuesto en el apartado b) del artículo 129.1 del Reglamento Foral de Recaudación de 10 de mayo de 1994, al tratarse de una obligación subsidiaria que depende de otra principal inexistente, lo que no afecta a la providencia que apremia la cuota de transmisiones patrimoniales, que se declara conforme a derecho porque el contribuyente la impugnó sin ingresar su importe, ni solicitar la suspensión o el aplazamiento del ingreso. Vistos los preceptos legales citados y los demás de general y pertinente aplicación. El Organismo Jurídico Administrativo de Álava, conociendo de la reclamación económico-administrativa núm. 502/96 y de sus acumuladas la 503/96 y la 1/98 interpuestas por D. Luis , contra las liquidaciones núm. 21.320-1-V-96 por el Impuesto sobre Sucesiones y núm. 21.325-1-V-96 por el de Transmisiones Patrimoniales, y contra dos providencias de apremio de 1 de diciembre de 1997 por impago de las cuotas liquidadas, RESUELVE ESTIMAR EN PARTE las mismas, anular la liquidación primeramente citada y su correspondiente providencia de apremio, y confirmar la segunda, con la salvedad que expresa el Fundamento de Derecho Quinto, y la providencia de apremio que le afecta.