Roturas subhiperqueratósicas Una de las patologías mas graves y temidas por el pelotari es la conocida como “Rotura del callo” o bien “Rotura en el callo”, una forma de llamarla un tanto errónea, pues lo que en realidad es objeto de la lesión no es el propio “callo”, sino las estructuras de la piel que se hallan bajo este, o son adyacentes al mismo. Se observan dos factores determinantes a la hora de buscar las causas de que este tipo de lesión se produzca. Buena parte de culpa de que esto suceda la tiene en realidad la propia hiperqueratosis, que si bien en un principio es concebida y desarrollada para proteger las estructuras mas internas de la piel, se convierte en algún caso en su principal agresora. La disposición, tamaño, densidad etc. de los tacos es un factor determinante en el momento en que se produce una lesión de este tipo, ya que casi siempre es el perfil de uno de ellos, al recibir el impacto de la pelota el que produce este tipo de herida interna. La mayor responsabilidad de los tacos o protecciones esta en el tipo de roturas transversas, es decir aquellas en que la línea de la herida es longitudinal (en línea con los dedos). - ROTURA SUBHIPERQUERATOSICA TIPO “A”. Se denomina a este tipo de rotura “A” por ser la que con mayor frecuencia se produce, y afortunadamente la que ofrece unos mejores pronósticos de curación ofrece. Se sitúa esta lesión en un alto porcentaje de casos en el pliegue de flexión metacarpofalangico más distal, si bien también puede producirse en el más proximal. El trazado de la rotura “A” ocupa el lecho del citado pliegue, pudiendo ofrecer sus bordes unas líneas divergentes o bien en “perfil de limón”. Los factores que van a determinar la aparicion de esta solución de continuidad van a ser principalmente el exceso de volumen de la hiperqueratosis, así como su elasticidad y su nivel de hidratación. Es esta una patología evidentemente traumática, originada por “un solo pelotazo” esto quiere decir que el pelotari conoce el momento en que esta se produjo, ya que a partir de “ese pelotazo” el deportista adopta sistemas de golpeo alternativos, al producir cada contacto con la pelota un dolor profundo y puntiforme que hace imposible la practica correcta del deporte que nos ocupa. Una vez finalizado el partido y retiradas las protecciones de las manos nos podemos encontrar con: Una especie de grieta de longitud variable que se puede observar bajo la translúcida capa mas externa de la piel, en el caso de coexistir ningún tipo de extravación sanguínea, se aplicara cualquier tipo de crema hidratante a fin de mantener la zona con un alto grado de hidratación, se inmovilizara la mano en ligera flexión metacarpofalangica y se esperara veinticuatro horas para un segundo examen. Así mismo se puede hallar un hematoma que nos impide la evaluación de la rotura al impedirnos su observación. En este caso, y siempre respetando las más estrictas normas de higiene, se procederá a la punción del citado hematoma, acto seguido se procederá a la desinfección del orificio de drenaje, se cubrirá con un aposito a fin de evitar infecciones y se esperarán veinticuatro horas para volver a evaluar la lesión. - TRATAMIENTO: En la roturas del tipo “A” la terapia a seguir mas rápida y eficaz es sin lugar a dudas la operación conocida popularmente como “abrir el callo”. Realmente lo que se pretende no es abrir el callo, sino realizar una pequeña incisión en la capa mas externa de la piel que cubre el pliegue de flexión que es donde se encuentra la rotura a tratar. En primer lugar, y a fin de conseguir un elevado grado de hidratación se pondrá la mano afectada en inmersión, esta se llevara a acabo bien en agua tibia o bien añadiéndole a esta algún aditivo, manteniéndose así durante algunos minutos. Acto seguido se procede a “rebajar” los bordes de las hiperqueratosis, que con toda seguridad limitan ambos limites de la rotura, para ello se han de utilizar las “herramientas” adecuadas que nos permitan realizar esta labor con el mas alto grado de seguridad. Una vez llevado a cabo el anterior trabajo, se realizara con el máximo cuidado un corte sobre la rotura propiamente dicha, presionando a continuación suavemente con el fin de drenar un posible hematoma bajo la herida. Se aplicara una pomada de carácter antibiótico y cicatrizante, cubriendo a continuación la herida con un aposito que mantenga limpieza e hidratada la zona, con el fin de ofrecer unas optimas condiciones para la curación mas rápida y posible. En los días sucesivos y con carácter diario se levantara la cura con el fin de observar la progresión el cicatrizado, se aplicara nuevamente pomada y se volverá a cubrir, esta operación se habrá de realizar hasta la total cicatrización de la rotura. Pedro J. García García. © Copyright Aspepelota.com