Joab: El débil, hombre fuerte de David

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Lección VIII
Joab: El débil, hombre fuerte de David
“Todo camino del hombre es recto, en su propia opinión;
Pero Jehová pesa los corazones”, que es más importante;
La historia de Joab, es una vida llena, de militar acción,
De lealtades mal dirigidas, algo en él, preponderante.
Eran épocas difíciles las que vivió Joab, sin seguridades,
No tenía plan de jubilación, ni ayudas del Seguro Social;
La supervivencia no era asegura, vivía entre maldades,
Solamente el fuerte sobrevivía, y no por ser servicial.
Fue bajo la mano de Joab, que Israel se hizo nación,
Después del periodo feudal y de clanes, de los jueces;
Fue la figura del rey, la que puso al pueblo en acción,
Pero las guerras y genocidios, le “pagaron” con creces.
Cuando miramos a Joab, aparecen manchas muy feas,
Era el hombre fuerte de David, con sus debilidades;
Podemos identificarnos con él, aunque no lo creas,
Y buscar la única respuesta en Jesús, y en sus bondades.
Al morir Saúl, Judá nombró a David como rey,
Pero el que lo había perseguido, Abner, no lo reconocía;
Por eso puso a Is-boset como rey, traspasando la ley,
Y comenzó una guerra, donde a David, aplastaría.
Aunque Israel, numéricamente era un ejército mayor,
Fue perdiendo terreno ante Joab, que los derrotó;
Abner huyó, más Ásael quiso matarlo para su honor,
Y en defensa propia, Abner, al hermano de Joab mató.
Cuando Abner vio que Is-boset era rey muy débil,
Y que el asunto de la división, realmente no convenía;
Fue donde David para, reunir las tribus en un redil,
Pero esto no le gustó a Joab; ya la venganza venía.
Pensó que estaba, protegiendo de David, los intereses,
Cuando mató a Abner, el asesino de su hermano;
Pero la venganza fue el móvil, lo cobró con creces,
Fue la ira y el rencor, lo que movió su mano.
1
David se condolió por Abner, por su muerte,
Y lloró ante su féretro y fue detrás para enterrarlo;
El pueblo supo por su dolor, que el no le causó tal suerte,
Pero David no olvidaría, el hecho de Joab al matarlo.
Joab ahora tenía que congraciarse con David, halagarlo,
Haría los trabajos sucios, para tenerlo contento;
Así tuvo que comprometer su conciencia, complacerlo,
No se concentró en hacer lo correcto, en cada evento.
Por eso no pudo salvar a Urías, estaba comprometido,
Sus manos no eran limpias y tampoco su conciencia;
Mandó al fiel soldado, a la muerte, en líos estaba metido,
Y a otros soldados buenos, para guardar la apariencia.
Absalón mató a Amnón, por violar a su hermana,
Que con premeditación y alevosía, la había mancillado;
Cobró con su vida, ese acto que del pecado carnal emana,
Y del país huyó, por que con sangre, estaba manchado.
La teología de Joab era correcta, pero estaba sin poder,
Su religión era una forma, de alcanzar lo que deseaba;
Era astuto, sagaz y peligroso, pues no quería perder,
Quería congraciarse con Absalón, por si el trono ganaba.
Con astucia Joab, logró que David a Absalón perdonara,
Al traer una mujer astuta, que presentó un falso caso;
David permitió que su hijo Absalón, a su casa regresara,
Pero una rebelión montó, y su reino fue al fracaso.
Joab obedecía a David, aunque eso, a Dios desobedeciera,
Pero no tenía dificultades en desobedecer, si le convenía;
La ventaja personal, era lo que su vida dirigiera,
Absalón debía morir, pues de lo contrario, el moriría.
Llevaría de aquí en adelante, la falta de credibilidad,
La falta de integridad, sería parte de su historial prolijo,
Mató a Absalón, y lo hizo con gran naturalidad,
Aunque David había mandado, no tocaran a su hijo.
A Joab lo vencieron: el orgullo, y la ambición personal,
Y la supremacía personal, motivó sus acciones;
Por la gracia de Dios, puedes adquirir poder espiritual,
Y recibirás de Dios, ricas y abundantes bendiciones.
2
Joab también mató a Amasa su primo y leal a Absalón,
Pues sabía que se quedaría, con el mando de las tropas;
David lo sustituiría como una maniobra de unión,
Para la reconciliación, y no existieran relaciones rotas.
Joab asesina a su primo Amasa, a sangre fría
Porque simplemente, ya no era el primero;
David había ignorado a Joab, y no lo perdonaría,
Amasa tuvo un poder, limitado y efímero.
La gente fue movida a creer que debían, a Joab ser fieles,
Para dejar entendido que podía hacer, cualquier cosa;
Que podía ser juez, y ejecutor, con métodos crueles,
Que podía arrebatar la vida, la dádiva más hermosa.
Joab viendo que el rey David era un anciano encamado,
Promovió un movimiento golpista, a favor de Adonías;
El cual pensó, que ya era hora de ser rey y ser coronado
Y se alió con Abiatar el sacerdote, en aquellos días.
Joab fue adelante, pensando que el rey no reaccionaría,
Que ya estaba muy viejo, y no tenía el apoyo de la gente;
Pero David, al hijo de Betsabé, a Salomón coronaría,
Y lo declaró el próximo rey y ahora, su corregente.
Los planes de Joab y de Adonías, ya no tenían cabida,
Parece que Joab tenía a Dios, fuera de toda ecuación,
Conocía de Dios, pero no le daba cabida en su vida,
Y ahora entraba en desgracia, por promover la traición.
Olvido de que Dios no era David, no podía ser burlado,
Olvidó que el pecado tiene retribución, es perniciero;
No tiene que venir de inmediato, puede venir retrasado,
Pero es seguro, si no en esta vida, en el juicio venidero.
Salomón no lo castiga, otro crédito le es dado,
Porque antes del Juicio Final, viene la misericordia;
Pero no pide disculpas y se involucra en otro atentado,
Y ahora, ni los cuernos del altar, traen la concordia.
Huyó al Santuario, y se aferró fuerte al un cuerno,
Olvidando que es eficaz, si lo que hizo fue inconsciente,
El pasado no confesado lo atrapa y es reo del infierno,
Y el que vivió por la espada, por ella muere tristemente.
3
Un maquinador de desgracias, ahora sufre el castigo,
El final de un engañador, tiene su cumplimiento;
Si se hubiera acercado con humildad, igual contigo,
Dios le hubiera aceptado, por su arrepentimiento.
El perdón de Dios está disponible, si lo reclamas,
Dios se complace en perdonar, al penitente y afligido;
Ten por seguro que Dios, si al cielo perdón clamas…
Te hará blanco como la nieve, no estarás perdido.
“No solo debemos aferrarnos a la verdad,
Sino permitir que ella, nos aferre a nosotros”;
Que esa verdad haga cambios en nuestra personalidad,
Y que sirvamos y prediquemos con amor, a otros.
Esta verdad debe refinarnos y ennoblecernos,
Pero lo hará, si encuentra alojamiento en el corazón;
La religión de Cristo, puede renovarnos y embellecernos,
Porque la verdad, es de origen celestial y no de la razón.
La verdad que proviene de Dios, santifica al hombre,
Lo eleva sobre el mundo, y lo hace realmente bondadoso;
Le quita el corazón duro, y lo hace alabar Su Nombre,
Lo hace una nueva criatura, un ser puro y afectuoso.
¿Cuál debe ser nuestro límite, a la lealtad a la familia?
¿Cuál el límite a la lealtad al patrono o al país?
Muchas relaciones son importantes, ¿verdad Emilia?
Más importante es honrar a Dios, que comer maíz.
Es bueno concentrarnos en Cristo y no en la vivencia,
Pero necesitamos ser honestos, y evaluar nuestra fe;
No podemos cumplir órdenes, violando la conciencia,
Ya que está prometida la vida eterna, al que firme cree.
“El que esté firme, mire que no caiga” dice la Escritura,
Y aconseja también, que obedezcamos a Dios con esmero;
Aunque nos cueste la obediencia y caigamos en tortura,
Si está contra la voluntad divina, seamos fieles primero.
Hiram Rivera Méndez
Toa Alta, Puerto Rico
12 de noviembre de 2010
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