ANÁLISIS EMPÍRICO-DESCRIPTIVO DE LOS VALORES DE PADRES Y PROFESORES EN LAS PEDANÍAS DE CARTAGENA Y TORRE PACHECO Ana Tolino Fernández-Henarejos, Ramón Mínguez Vallejos y Mª Ángeles Hernández Prados Departamento de Teoría e Historia de la Educación. Universidad de Murcia Resumen Esta investigación pretende conocer y analizar, por un lado, qué valores transmiten los padres a sus hijos y los maestros a sus alumnos de 5º y 6º de Educación Primaria, y por otro, comprobar si existe congruencia entre los valores familiares y escolares. En este estudio han participado un total de 310 padres y 53 maestros pertenecientes a varios centros escolares de las pedanías de Cartagena y Torre Pacheco, escogidos a través de un muestreo no probabilístico intencional. La orientación metodológica que se ha seguido es la empírico analítica - descriptiva y la técnica de recogida de datos ha sido la observación indirecta por medio de dos cuestionarios. Los datos apuntan que hay bastante relación entre los valores que transmiten familia y escuela. Los resultados que se ofrecen en la investigación serán de gran utilidad, entre otras, para el diseño de programas educativos dirigidos a favorecer la educación en valores. Abstract This research seeks to understand and analyze, first, what values transmitted by parents to their children and teachers to their students in grades 5 and 6 º of Primary Education, and another check for consistency between home and school settings. In this study enrolled a total of 310 parents and 53 teachers from several schools in the district of Cartagena, Torre Pacheco, chosen through an intentional non-probabilistic sampling. The methodological orientation has been followed is the empirical analytic - descriptive and the technique of data collection has been indirect observation through two questionnaires. The data suggest that there is considerable interaction between the values embodied by family and school. The results are given in the research will be useful, inter alia, to design educational programs aimed at promoting education in values. INTRODUCCIÓN A pesar de que la Pedagogía y más concretamente la teoría sobre la educación en valores es relativamente joven, especialmente en España, donde se inicia a finales de los años setenta, son numerosas las investigaciones que podemos encontrar al respecto. Hablar de educación en valores exige hacer un referencia explicita a la tradición filosófica en la universidad española, al respecto cabe resaltar las aportaciones de Ortega y Gasset, López Quintas; sin embargo, Ricardo Marín además de la visión filosófica posee una pedagogía, contribuyendo con sus escritos a introducir los valores en la práctica educativa con su obra “Valores, objetivos y actitudes en educación” (1976). Ese mismo año, se celebró el VI Congreso Nacional de Pedagogía con el título “La educación en función de los valores”, y después como recoge el profesor Escámez (2003) el tema de los valores vuelve a desaparecer del panorama español, hasta que en 1986 se aprecia un cambio positivo en el interés que despiertan los valores en la educación, y las obras de la psicología social aportan nuevas perspectivas teóricas, alcanzando el impulso definitivo para los que trabajamos en educación, vino con la Teoría el Desarrollo del Juicio Moral de Kohlberg (1981), discípulo de Piaget. Desde entonces, la necesidad y el deseo de conocer los valores básicos de las personas, bien sean políticos, religiosos, culturales, familiares o escolares, ha estado presente en muchos expertos dedicados a estudiar su evolución en el tiempo y en el espacio. Profesionales de diversas áreas (Psicología, Pedagogía, Política, Antropología, Sociología, etc.) se han convertido en un pilar fundamental no sólo de la educación formal, sino también de la no formal e informal. Son múltiples las referencias que podemos encontrar sobre valores y educación, así como eventos destinados a reflexionar tanto en la teoría como en la praxis de la educación en valores. Entre los estudios más recientes que hemos recogido en este trabajo cabe resaltar World Values Survey (WVS). En este 629 sentido, la presente investigación pretende conocer los valores de los agentes educativos en la comunidad educativa de centros de las pedanías de Cartagena y Torre Pacheco. El trabajo se ha dividido en ocho apartados. El primero de ellos destinado a delimitar el problema de investigación, recoge los antecedentes y la formulación del problema. En segundo lugar, la fundamentación teórica, conceptualiza, relaciona y justifica el objeto de estudio. En el diseño del plan de actuación se contemplan los objetivos e hipótesis, la población y muestra que ha participado, el diseño metodológico, así como el proceso de construcción de los instrumentos de recogida de datos, las variables que se contemplan y las etapas que se han seguido en el desarrollo de la investigación. En el cuarto apartado se exponen los resultados de la investigación y análisis de los datos, recurriendo al empleo de tablas y gráficas para clarificar el análisis directo y bivariado de los resultados. Para finalizar encontramos los demás apartados, las conclusiones, consecuencias e implicaciones, bibliografía y anexos. PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN: ORIGEN Y JUSTIFICACIÓN La identificación de un problema junto a la delimitación de unos objetivos que reflejen las intenciones del investigador, son considerados por Del Rincón (1995, p. 20) como el punto de partida de cualquier investigación socioeducativa. En este apartado nos centraremos en el primero de ellos. Antecedentes del problema de investigación A pesar de la relatividad del concepto del problema de investigación, Colás y Buendía (1993, p. 70), lo definen como una situación problemática que carece de una respuesta satisfactoria y requiere indagar para conocer nuevos datos al respecto. En este sentido, la curiosidad por conocer del investigador se convierte en un aspecto crucial para identificar problemas de investigación de diversas fuentes: su propia experiencia, la revisión de teorías científicas, la consulta de otras investigaciones, etc. El interés por investigar la transmisión de los valores en la familia y la escuela surgió hace dos años al cursar la asignatura optativa “Pedagogía Familiar” impartida por la profesora Mª Ángeles Hernández Prados. Posteriormente, tuve la oportunidad de conocer la línea de investigación desarrollada por el Dr. Ramón Mínguez Vallejos sobre “Familia y Valores” en el Máster de Investigación de Educación Infantil y Primaria. Todo proceso de investigación requiere de la revisión de fuentes bibliográficas que nos permitan enmarcar y delimitar la investigación, haciendo un recorrido histórico de las teorías y de los estudios que sobre valores y familia se han realizado. Cabe resaltar entre los estudios hallados, la Encuesta Europea de Valores y Encuesta Mundial de Valores, ya que se trata de la primera encuesta de valores (EVS, Europen Value Survey) que se realizó en España en 1981 y desde entonces, se aplica con una periocidad de 10 años. Se utiliza a nivel nacional e internacional en distintos ámbitos como política, familia, trabajo, religión, etc. El modelo de las EVS ha inspirado parte de los cuestionarios de las Encuestas de la Juventud promovidas y patrocinadas por la Fundación Santa María, así como una réplica, de F.A. Orizo, patrocinada por el CIS en 1994. Al tiempo han ido apareciendo los correspondientes informes y múltiples publicaciones internacionales: desde el básico de 1981 a cargo de J. Stoetzel (PUF), hasta los que analizan la encuesta de 1990, básicamente el de Ester, Halman y de Moor (Tilburg University). Por otro lado, algunas organizaciones han realizado investigaciones sobre la temática que nos ocupa, entre las que destacamos la Fundación Acción Familiar, que desarrolla un programa de formación de padres, publica estudios y artículos sobre familia1, y convoca anualmente un A modo de ejemplo, señalamos el estudio anual 2005 “La familia en el proceso educativo” o el estudio anual 2007 “Familia, escuela y sociedad” de la Fundación Acción Familiar, donde reflexiona sobre la familia como principal y primer 1 630 premio para investigaciones centradas en la familia; la Fundación la Caixa, en su obra social presenta una colección de trabajos monográficos sobre la familia2; la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción desarrolla programas familiares como espacio preventivo donde se centran prioritariamente en la educación en valores; y por último, la Fundación Santa Maria, orienta alguna de sus actividades a la formación del profesorado y padres3, publicaciones e investigaciones educativas relacionadas con valores, escuela y familia4. Formulación del problema Actualmente, la familia tiene importantes dificultades para llevar a cabo su misión transmisora de valores porque carecen de modelos válidos para las nuevas generaciones, los aprendizajes que ellos recibieron son caducos y poco adecuados para las situaciones que atraviesan sus hijos. Asistimos a una perdida de las tradiciones que deja desamparadas a las familias en la tarea de educar. Es habitual, encontrar multitud de familias que ponen en tela de juicio los valores que, en el pasado, han dado solidez al ser humano. De ahí que, en nuestros días, exista la sensación de no saber qué valores conservar y qué nuevos valores requieren los padres y madres en la educación de sus hijos. Incluso para los educadores resulta muy complejo mediar entre que valores enseñar desde la escuela. En este sentido, Mínguez (2009, p.14) ante la pregunta ¿Qué valores debe enseñar la familia?, considera, “No hay respuesta unánime. Más aún, sería un despropósito enumerar aquellos que deberían ocupar la tarea educadora de madres y padres. Vivimos en una sociedad tan plural como diversa que existen también plurales concepciones del mundo y del hombre, lo que hace superfluo cualquier propuesta homogénea de valores.”. Partiendo de esta premisa, no podemos homogeneizar los valores porque como miembros de familias heterogéneas concebimos el mundo con diferentes miradas, pensamientos y distintas formas de hacer, aparte de vivir en una sociedad muy cambiante con nuevas necesidades, pero si cabe la necesidad de conocer los valores que deben primar en la sociedad para convivir como seres cívicos, averiguar los valores que se deben transmitir desde la comunidad educativa y los valores deseables que se quieren transmitir. Cada familia es libre de educar a sus hijos en los valores que estime más oportunos. Siendo esto cierto porque está recogido en la Constitución Española “los padres son libres de escoger qué educación quieren dar a sus hijos”, sin embargo se corre el riesgo de caer en la promulgación de valores que son contrarios a un estilo de vida democrático. Sin horizonte más o menos compartido de valores de los principales agentes educadores (familia y escuela) se hace muy difícil, por no decir imposible, el desarrollo de una propuesta coherente de valores a hijos o alumnos. Dicho en otros términos, siendo respetuosos con la libertad de elección de los padres en qué valores quieren transmitir a sus hijos, sin embargo, urge conocer qué valores quieren transmitir a sus hijos. Este conocimiento de valores es básico para determinar un modelo coherente de educación entre familia y escuela. Si no hay coherencia entre los valores que transmiten las familias entre sí y los maestros/as de sus hijos es posible que pueda producirse una desacreditación de lo que enseñan los padres y madres en el hogar y lo que enseñan los maestros en el aula, con lo cual el alumno puede entrar en una situación de indecisión por aprender qué valor, porque los valores no se aprenden todos a la vez, sino que hay núcleo de educación de los hijos y su especial relevancia en la transmisión de valores, la necesidad de desarrollar un ética familiar, la relación de la familia y la escuela como instituciones complementarias. 2 Entre ellos encontramos volúmenes publicados como “La familia española ante la educación de los hijos” (2001) o “Padres e hijos en la España actual ” (2006). 3 Como referente, se encuentran los cursos impartidos durante todo el año en España, sobre la relación entre familia y escuela “La relación familia y escuela: clave para la calidad educativa” (2009). 4 Destacamos como estudio “Las emociones y los valores del profesorado” (2007) realizado por el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo -IDEA- con el apoyo del Ministerio de Educación, en el que se analizan los valores y las preocupaciones del profesorado que está en activo y de aquellos que se están formando para ejercer la docencia. 631 tiempos, ritmos, insistencias en las que hay preferencias por unos y no por otros, aunque los valores que enseñan las familias y los maestros sean adecuados. Como consecuencia de lo anterior, se anuncia el problema del presente estudio, es decir, la necesidad de conocer qué valores prefieren transmitir los padres a sus hijos, qué valores están aprendiendo en las escuelas y analizar la correlación que se establece entre ambos contextos, para diseñar posteriormente un programa pedagógico basado en un proyecto compartido de educación en valores. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA Conceptualización del valor No existe, una concepción uniforme y generalmente aceptada del valor, por el contrario, nos encontramos ante una gran diversidad y pluralidad de definiciones que varían en función de la particularidad del momento histórico en que se concibe y precisa, añadiendo siempre una adjetivación a la idea de valor: el valor del cuerpo, de la salud, de la alimentación, cultural, estético, religioso y moral, entre otros. Las primeras interpretaciones de los valores desde la perspectiva psicológica establecieron una relación directa entre el valor y aspectos personales (el deseo, la necesidad, la motivación o el interés). En el siglo XX, se resaltan las condiciones histórico-sociales de la naturaleza humana, otorgándole al valor un carácter empírico-contextual. Más recientemente, el valor se entiende como un concepto amplio y dinámico, que conlleva atributos cognitivos, afectivos y motivacionales más fuertes que el de actitud, aunque existe otra postura que concibe el valor de forma más abstracta como parte del sistema de creencias más arraigadas en la personalidad del sujeto. Al hilo de este planteamiento, para Rokeach (1980), los valores son entendidos como marcos de conocimiento que están relacionados no sólo con otras estructuras más básicas (creencias, actitudes) o con otras dimensiones de personalidad (intereses, motivaciones, estilos de orientación, etc.) sino también con el sistema ideológico y político que orienta las actitudes interpersonales y sociales de los sujetos. Desde la perspectiva ético-filosófica, las primeras reflexiones sobre el valor se encuentran en el pensamiento griego y en el cristiano medieval, identificándolo como sinónimo del “Bien” y en estricta vinculación con el ser de las cosas, es decir, es inmanente a la sustancia de las cosas y determina lo que son o deben de ser. De modo que la bondad o maldad de las personas es implícita. Sin embargo, cuando surge el pensamiento moderno se inicia paulatinamente la separación radical del “Ser” y el “Valor”, donde el valor pierde su carácter trascendente, y surge la perspectiva de la subjetividad humana creadora. El ser ya no es el depositario de los valores, sino que ellos mismos subsisten en su “yo”, lo que implica que sea el sujeto el que asigne el valor a las cosas, rebasando los límites del conocimiento racional y situándolo dentro del campo del sentimiento, e incluso, en el de las creencias. En este sentido, Díaz (2001, p.51) lo expresa de la siguiente manera: “valor es lo que mueve mi corazón, imanta mi vida, me hace existir, ser, moverme. Cuanto menos valioso es algo para mi, tanto más se aleja de mi horizonte”. De aquí podemos deducir que los valores son intrínsecamente afines a la existencia de la persona, afectando a su conducta, configurando y creando sus ideas, y determinando sus sentimientos. Ortega y Gasset (1973, p.18) lo citan de la siguiente manera: “Las creencias constituyen el estrato básico, el más profundo de la arquitectura de nuestra vida. Vivimos de ellas y, por lo mismo, no solemos pensar en ellas. Pensamos en lo que nos es más o menos cuestión. Por eso decimos que tenemos estas o las otras ideas, pero nuestras creencias, más que tenerlas, las somos”. Es decir, el valor como un conjunto de creencias fundamentales y como la estructura que da sentido a nuestra conducta. 632 Para Ortega y Mínguez (2001, p.20) el valor es un “modelo ideal de realización personal, que intentamos a lo largo de nuestra vida plasmar en nuestra conducta sin llegar a agotar nunca la realización del valor. El valor es como una creencia básica a través de la cual interpretamos el mundo, damos significado a los acontecimientos y a nuestra propia existencia”. Los valores están formados por un conjunto de ideas, creencias, convicciones y principios fundamentales que nos define como somos, determina nuestra visión del mundo y dirige nuestra forma de ser. En este sentido, Cortina (2000) afirma que “el valor forma parte de nuestro ser más profundo, de nuestra entrañable realidad, es un ingrediente indispensable de la vida humana, inseparable de nuestro ser personas”. Los valores forman parte de nosotros, no se concibe una persona sin valores. La transmisión de valores Existen cuantiosos documentos, seminarios, congresos que destacan la importancia de los valores como elemento integrante de la acción educativa. Éstos, han estado siempre presentes en el aula. Consciente o inconscientemente el profesor ha actuado y actúa, desde una determinada concepción del mundo y del hombre, desde un determinado sistema de valores, que mediatizando su interpretación de la realidad, también condiciona, en una determinada orientación, su actuación como profesor: la selección de los contenidos, la prioridad que establece en los mismos, las actividades que programa, las teorías en que basa su actividad pedagógica, la visión de su función como profesor, el clima de clase, la metodología de enseñanza, etc., no escapan a la influencia del sistema de valores que sustenta. Es claro que si no es a partir de los valores, no hay posibilidad alguna de llevar a cabo un proceso educativo, porque no existe el hombre biológico, desnudo de cultura, es decir, de valores desde los cuales exige ser interpretado. Acercarse al hombre, conocerlo, entenderlo significa siempre interpretar el mundo de significados o valores a través de los cuales todo hombre se expresa, siente y vive. Significa contemplar al hombre en su historia, en su propio hábitat fuera del cual sería de todo irreconocible. Por ello los valores son contenidos, explícitos o implícitos, inevitables en la educación. La novedad y la urgencia de los valores plantea iniciar una nueva andadura que permita cambiar el estilo de vida de nuestras escuelas, un nuevo enfoque en los aprendizajes y un cambio de mentalidad de la sociedad que demanda una educación menos centrada en los aprendizajes instructivos y más en aquellas competencias que permitan la formación integral de la persona. La institución escolar no es un sistema autónomo que funcione al margen de lo que acontece en la vida real de la sociedad. Suele reflejar, con bastante fidelidad, las contradicciones del sistema social al que pertenece, su cara visible y oculta. Representa un factor clave en la continuidad del sistema social y, a su vez, en la transformación y cambio de la misma sociedad. Pensar la escuela como una institución aislada, en una era como la nuestra, caracterizada por la eclosión de los medios, recursos y técnicas de comunicación, es pretender lo imposible y desconocer la naturaleza misma de la educación. La educación se resuelve básicamente en un proceso de comunicación. Sin ésta desaparece toda posibilidad educativa. Pero la comunicación se da en un contexto ya significado. Y son los significados e interpretaciones, que profesor y alumno dan a la realidad que les envuelve, lo que se convierte en las claves de la comunicación y en la base ineludible del proceso educativo. Éste no se da en el vacío, sin tiempo ni espacio. Se produce siempre marcado por el contexto, por la cultura como forma matriz en la interpretación de la propia existencia, de nuestras relaciones con los demás y con las cosas. El mismo hecho concreto del acto educativo, en cuanto plasmación de un currículo, no hace más que poner de manifiesto la inesquivable vinculación entre éste y las instancias políticas, las ciencias y las tecnologías. La educación está inevitablemente incrustada en una cultura, en una política y una economía. El cambio profundo que se ha producido en la realidad social, en los hábitos y estilos de vida del hombre 633 de hoy es, básicamente, lo que ha producido la urgencia del retorno, o mejor dicho, de la introducción de los valores en el currículo escolar. Son los hechos, la realidad distinta los que han obligado a la escuela a un discurso también distinto y nuevo; la toma de conciencia de que no son suficientes los avances técnicos para afrontar adecuadamente los desafíos del momento presente, sino que se hace imprescindible una reorientación ética de los principios que regulan la convivencia entre todos y la relación del hombre con su entorno. El cansancio, indignación e impotencia que produce el espectáculo humillante de la emigración masiva en los países pobres; la discriminación y xenofobia que parecen instalarse en los países desarrollados; el reparto injusto de la riqueza entre los pueblos; el fenómeno de la exclusión como nueva expresión de la pobreza, el deterioro medioambiental, etc., han sacudido la conciencia de muchos y propiciado la demanda de una educación que se sustente en los valores morales para afrontar situaciones, hasta ahora, inéditas. Sin negar la gravedad de la situación actual y la función que a la institución escolar compete a este respecto, es preciso subrayar la necesidad ineludible, por encima de las necesidades o intereses del momento, de incorporar e integrar los valores en los procesos de enseñanza como contenidos explícitos irrenunciables en la tarea del profesor. Se va asumiendo que la formación de la totalidad de la persona implica, por una parte, el aprendizaje de conocimientos y destrezas o habilidades: por otra, la apropiación de valores morales que le permitan situarse en el mundo y con los demás de una manera responsable y solidaria. El hombre es un ser racional, que sufre y goza; es afecto, emoción y no sólo inteligencia. Por lo que contemplar los valores como componente en la acción educativa es reivindicar una educación de la totalidad de la persona. El aprendizaje de lo que llamamos “conocimientos” aparece así vinculado necesariamente a los valores. La enseñanza - aprendizaje de los valores no se identifica con la transmisión de ideas, conceptos o saberes, algo a lo que la escuela, desde hace tiempo, viene acostumbrada. Reclama y exige la referencia a la experiencia del valor. Es decir, es necesario que alguien se haga garante del valor desde la experiencia del mismo. Un cognitivismo exagerado nos ha llevado a presentar los valores como entes idealizados, alejados de la realidad de nuestra existencia, carentes, por tanto, de fuerza para mover a los individuos a su realización. La experiencia cotidiana del valor se hace del todo indispensable para la apropiación del mismo. La apropiación del valor representa y exige una opción-elección en el educando. Y la enseñanza del valor deberá incidir siempre en la preparación del educando para la mejor elección. No cabe, por tanto, en un proceso educativo la imposición de los valores. Éstos se ofrecen, se “exponen” y se proponen, resaltando las consecuencias personales y sociales de una determinada opción valor-antivalor. Ésta es la complejidad y servidumbre de la enseñanza de los valores: su inevitable referencia a la experiencia. Si no ofrecemos, entre todos, experiencias de los valores que queremos transmitir, la educación en esos valores se convierte en una tarea imposible. Pero la experiencia del valor empieza por el entorno más inmediato, por la realidad más próxima al educando. Debemos ofrecer experiencias de los valores que queremos transmitir. Acercar la realidad de la vida. También es necesario descubrir los propios valores, tomar conciencia de ellos y clarificar lo positivo de sí mismo y de los demás. Familia y escuela agentes de transmisión de valores La función tradicional por excelencia que ha desempeñado la escuela desde sus albores ha sido la transmisión de conocimientos. Sin embargo, entre los principios que sustentan la acción educativa de las escuelas, también se encuentra la transmisión y puesta en práctica de valores que favorezcan la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, así como ayudar a superar cualquier tipo de discriminación. La escuela debe formar buenos ciudadanos, personas solidarias, tolerantes, respetuosas, preocupadas por el 634 medio ambiente, amantes de la paz y la igualdad. Al respecto, Ortega y Mínguez (2001) afirman: “el hombre es más que pensamiento o inteligencia, también es cultura, entendida ésta como forma de vida, por lo mismo, es un ser de valores”. El para qué de todo acto educativo debe ser objeto de valor. De modo que, hablar de educación es hacer referencia necesariamente a los valores, porque no existe el ser humano carente de cultura. La creciente globalización de la comunicación ha erosionado las fronteras provocando fuertes procesos de homogenización y heterogeneización entre las regiones de un mismo país y entre diferentes países. Así mismo, ha contribuido al debilitamiento de los lazos comunitarios y de la participación en la vida pública. Las instituciones carecen del fuerte papel socializador de antaño, ya no son fuente de transmisión en valores, ni contribuyen a la construcción de una identidad cívico-moral. El proceso actual de “desinstitucionalización” en el que se han visto sumergido las nuevas generaciones, ha roto, si no de forma total, si parcialmente, con casi todos los vínculos sociales que favorecían el proceso de socialización e interiorización de normas y valores, entre ellos el escolar y el familiar. Esta crisis en la transmisión de valores de las instituciones de acogida se debe en parte a la situación actual de constante ambivalencia bipolar, a la fragmentación social y a la implantación del individualismo como imperativo moral. Para Dubet (2006) al hacer añicos la adhesión al mundo, hemos pasado de una cultura de símbolos a una cultura de signos, en la que cada individuo se convierte en el único autor de sus propias creencias, moviéndose libremente en la ambivalencia de plasmar en su vida valores contrapuestos. La sociedad contemporánea se caracteriza por la movilidad, no permite quedarse quieto, afirma Ana L. Abramowski (2000, p.22), "Nos hemos convertido en seres humanos sin guía, puestos todo el tiempo en situación de juzgar, decidir y construir nuestros propios referentes". Impera junto esta sobrevaloración de lo individual, un analfabetismo ético-moral que nos impide diferenciar el valor del contravalor, lo que supone una seria amenaza para la vida en comunidad (social y familiar). El aumento de la violencia intrafamiliar, de la intolerancia, de los conflictos escolares, de las desigualdades, etc. son una muestra más de la urgente necesidad de educar ciudadanos, es decir, de educar en valores. A veces, penosamente, se reduce esa petición a la escuela, como si la escuela fuera la panacea para solucionar todos los problemas sociales, olvidando que es la sociedad en su conjunto, y en primer lugar la familia, quien educa o por el contrario omite hacerlo, o en el peor de los casos, deseduca.” (Naval, 2003, p.183) La transmisión de valores no recae sólo en la escuela sino también en la familia. Muchos expertos han demostrado que la familia es el primer y más importante contexto socioeducativo de valores. Los humanos nacemos con abundantes carencias y con casi todo por aprender. Actitudes, valores y hábitos de comportamiento constituyen el aprendizaje imprescindible para ejercer de “humanos”. Nadie nace educado, preparado para vivir en una sociedad de humanos. Pero el aprendizaje de los valores es de naturaleza distinta al de los conocimientos y saberes. Exige la referencia a un modelo, a una experiencia del valor. Es necesario un clima de afecto y de “complicidad” entre educador y educando que haga posible la adhesión afectiva y el compromiso del valor. Y en esto el medio familiar ofrece más posibilidades que el marco escolar (Ortega y Mínguez, 2003). Para Ortega (2007) “es el clima educativo de la familia el que posibilita la apropiación del valor moral”. La familia es el hábitat para aprender y arraigar los valores morales. Y no solo el hábitat sino es quizás, el único espacio más adecuado en el que es posible apropiarse de los valores porque la sociedad ofrece pocas oportunidades para reflejar los valores y ofrecer experiencias del valor, condición necesaria para su aprendizaje. Por tanto, la educación en valores debe ser un eje fundamental de la comunidad educativa. La relación entre escuela y familia es básica para hacer posible una educación plena. 635 DISEÑO DEL PLAN DE ACTUACIÓN Objetivo general y objetivos específicos Teniendo en cuenta que el problema de la investigación pretende conocer si existe un proyecto compartido de transmisión de valores entre familia y escuela, el objetivo general que se plantea es Analizar los valores que la comunidad educativa (padres y profesores) transmite a alumnos del tercer ciclo de Primaria (5º y 6º) de las pedanías de Cartagena y Torre Pacheco. Para ello se han formulado los siguientes objetivos específicos: Describir los valores básicos en la vida familiar que consideran los padres y madres. Conocer qué valores debe transmitir la escuela desde la percepción de padres y profesores, y los valores básicos que pretenden transmitir los maestros en el aula. Analizar la coincidencia existente entre los valores que transmiten los padres en su contexto familiar y los profesores en su contexto escolar. Hipótesis de investigación Los valores (entre los diez primeros) más elegidos por los padres y madres son los mismos que pretenden transmitir a sus hijos en el ámbito familiar. Se da coincidencia entre los valores (entre los tres elegidos en primer lugar) que debe transmitir la familia, a juicio de los profesores, y los valores más importantes que los padres permiten transmitir a sus hijos. Existe concordancia entre los valores escolares más elegidos por madres y padres y los elegidos por los profesores como básicos en el ámbito escolar. No hay diferencia porcentual (> 5%) entre valores que padres y madres consideran que está aprendiendo su hijo en la escuela y los que pretenden transmitir los profesores en el aula. Población y muestra En este estudio nos centramos en familias cuya edad de los hijos se encuentra comprendida entre los 10 y 12 años. Según Piaget (1932) en este estadio evolutivo los niños comienzan a cuestionarse de forma racional las normas y los valores que hay implícitos en ellas, asentando las bases de una posterior autonomía. El papel de los padres en la transmisión de valores adquiere gran importancia en edades tempranas, ya que permite, a través del aprendizaje de normas y la formación de hábitos, así como la imitación de las conductas parentales, formar las bases para un posterior cuestionamiento e interiorización de los valores que comenzará aproximadamente en la preadolescencia. En esta crisis de identidad y reformulación de sus propios valores y creencias, el niño requiere no tanto de una intervención directa o impositiva, sino del acompañamiento de los padres (acoger y respetar la identidad del otro). La población de esta investigación se constituye por todos aquellos padres, madres y profesores de los alumnos que se encuentran matriculados en el tercer ciclo de primaria de los centros escolares de las pedanías de Cartagena y Torre Pacheco. Para la obtención de la muestra se seleccionaron una serie de centros en las pedanías de Cartagena y Torre Pacheco, teniendo en cuenta los siguientes criterios: cercanía del investigador al contexto objeto 636 de la investigación, con el fin de disponer de un conocimiento más cercano a la realidad escolar; centros escolares de primaria; disponibilidad e interés del centro para participar en la investigación; presencia de alumnado procedente de distintos tipos familiares, para garantizarnos la recogida de información de los valores que se dan en los diferentes modelos familiares; y por último, centros donde la presencia de población extranjera se situé aproximadamente entorno al 20%, para poder conocer si los centros escolares contemplan los valores de la población no autóctona. Teniendo en cuenta estos criterios, los centros públicos seleccionados son: Nuestra Señora de los Dolores (Los Dolores), San Cristóbal (El Bohío), Azorín (Los Molinos Marfagones), San Antonio Abad (San Antón), Miguel de Cervantes (La Aljorra), Vicente Medina (Los Dolores), Fontes (Torre Pacheco). Para facilitar el acceso a estos centros se elaboró una carta de presentación para que el equipo directivo tuviera conocimiento de objeto de la investigación y del compromiso que se adoptaba con el centro. Se realizaron las correspondientes visitas al director del centro, con el objetivo de dar a conocer el trabajo, de solicitar el acceso al mismo y de que éste nos hiciera una primera valoración de la disponibilidad de los maestros/as de Educación primaria, ya que su implicación es clave en la captación de la muestra de padres, para entregar y recoger los ejemplares de los cuestionarios. Una vez que los centros aceptaron participar en la investigación, se procedió a invitar a la totalidad de padres y madres de los alumnos de 5º y 6º de primaria, enviándoles el cuestionario a través de sus hijos, así mismo se entregó el cuestionario a todos los profesores que imparten en este ciclo, siguiendo el proceso de un muestro no probabilístico intencional de aulas intactas. El número total de familias invitadas fue de 641, y se recogieron un total de 310 cuestionarios de padres y madres, de los cuales podemos considerar válidos 294 cuestionarios y 16 nulos, ya que fueron entregados en blanco o incompletos. Teniendo en cuenta estos datos, la participación media de las familias es de 45,50%. El cuestionario destinado a las familias podía ser cumplimentado por ambos padres (51,3%) o sólo por uno de ellos, recogiéndose un 32,3% de los cuestionarios elaborados exclusivamente por la madre y el 16,5% sólo por el padre. Tabla Nº 1: Participación de las familias según los centros objeto de investigación Muestra Muestra Muerte iniicial o invitada productora de datos Muestral C.EI.P. Ntra. Sra. De Los Dolores 100 45 55 C.E.I.P. San Cristóbal 52 24 28 C.E.I.P. Azorín 108 41 67 C.E.I.P. San Antonio Abad 129 40 89 C.E.I.P. Miguel de Cervantes 47 28 19 C.E.I.P. Vicente Medina 47 17 30 C.E.I.P. Fontes 158 99 59 Total 641 294 347 Por otra parte, el total de profesores invitados fue de sesenta, de los cuales siete no participaron, lo que representa aproximadamente un 10% de muerte muestral. En este sentido, la muestra real productora de datos se encuentra formada por 294 familias y 53 profesores. 637 Tabla Nº 2: Participación de los maestros/as según los centros objeto de investigación Muestra Muestra Muerte inicial o invitada productora de datos muestral C.E.I.P. Ntra. Sra. De Los Dolores 11 11 0 C.E.I.P. San Cristóbal 7 5 2 C.E.I.P. Azorín 7 6 1 C.E.I.P. San Antonio Abad 10 8 2 C.E.I.P. Miguel de Cervantes 8 8 0 C.E.I.P. Vicente Medina 7 5 2 C.E.I.P. Fontes 10 10 0 Total 60 53 7 Descripción de la muestra de padres y madres Respecto a la variable independiente “edad de los padres y madres” se han contemplado tres intervalos posibles de edad: de 25 a 30 años, de 31 a 46 y de 46 a 65. Los resultados obtenidos por el conjunto de padres y madres encuestados ponen de manifiesto que la franja de edad que representa a la mayoría de éstos es la intermedia, donde se registran un 73,7%, sin diferencias de género significativas. Por otra parte, el 8% de la muestra se sitúa en el intervalo de edad de 25 a 30 años, aunque en esta ocasión, la proporción de madres cuadruplica a la de padres. Por último, el porcentaje total de padres y madres cuyas edades oscilan entre los 46 y 65 años, asciende a algo más del 18%, produciéndose una situación inversa a la anterior, es decir, la proporción de padres con esta edad casi triplica a la de madres. Grafica Nº 1: Edad de los padres y madres 250 200 150 PADRES 100 MADRES 50 0 25-30 31-45 46-65 Otro aspecto a tener en cuenta es la situación profesional en la que se encuentran los padres y madres de los alumnos. En este sentido, algo menos de la mitad de los padres y madres (46,7%) están ocupados a tiempo completo, un 12,65% lo están a tiempo parcial, el 8,5% representa a los desempleados; el 1,4% son pensionistas y 6,65 % presentan otra situación laboral. En un análisis más minucioso de los datos obtenidos, podemos comprobar que en el género masculino predomina la categoría de ocupados a tiempo completo (63,9%), mientras que en el femenino prevalece la situación de ama da casa (46,5%). Por otro lado, entre las madres trabajadoras fuera del hogar, el porcentaje de ocupadas a tiempo completo (22,3%) es considerablemente inferior al porcentaje de padres en estas mismas circunstancias laborales. Por el contrario, las madres en la categoría de tiempo parcial duplican a los padres. 638 Gráfica Nº 2: Profesión de los padres y madres 200 150 100 50 0 Ocupados a Ocupados a tiempo parcial tiempo completo Parado Pensionista Otra situaciónRealiza tareas en el hogar En relación a la formación académica de los padres podemos observar, de forma general, en la gráfica Nº 3, que no hay diferencias significativas en función del género. Más específicamente los datos demuestran que, tanto los padres y madres que carecen de estudios, como aquellos que alcanzaron el nivel de bachiller, representan un 11 % respectivamente. Algo más del 15% poseen estudios secundarios obligatorios, coincidiendo este porcentaje para los padres con formación profesional. La categoría de estudios primarios representa el mayor número de padres y madres (33%), mientras que los estudios universitarios son minoritarios (8%). De forma general se puede decir que la mayoría de la muestra tiene un nivel socioeducativo bajo. Gráfica Nº 3: Estudios de los padres y madres 120 100 80 60 PADRES 40 MADRES 20 0 Ninguno Primaria ESO Bachiller Formación Profesional Universidad En la variable “nacionalidad de las familias” se distingue por un lado, los padres y madres con nacionalidad española que representa 73,35% de la muestra, y por otro los padres y madres con nacionalidad no española (26,65%). El instrumento de recogida de información nos permitía indagar en las nacionalidades extranjeras, obteniéndose nueve países diferentes de procedencia (Argentina, Colombia, Costa de marfil, Ecuador, Francia, Brasil, Lituania, República Dominicana y Marruecos). La mayoría de familias extranjeras que cumplimentaron este cuestionario provienen de Ecuador (9%) y Marruecos (11,3%), el resto de nacionalidades representan un porcentaje muy bajo. Por otra parte, se distinguen tres períodos de residencia en España de las familias extranjeras: una estancia corta, de 1 a 5 años, en la que se encuentran el 17,9 % de las familias que compone la muestra no española; una estancia media, de 6 a 10 años, con un porcentaje del 60,7 % de éstas; y por último, una estancia larga, que implica haber permanecido en España más de 10 años, y en la que se hallan el 21,4% de familias extranjeras encuestadas. 639 Gráfica Nº 4: Nacionalidad de los padres y madres 300 200 Padre 100 Madre 0 No Española Española En cuanto a la composición familiar en el hogar, el modelo de familia más común en esta muestra se constituye por cuatro o cinco miembros, mientras que las familias muy reducidas, formadas por dos miembros, y las numerosas, de 6 o más miembros, son poco frecuentes. Gráfica Nº 5: Composición familiar 200 150 100 50 0 2 miembros 3 miembros 4 miembros 5 miembros 6 miembros o más Descripción de la muestra de maestros y maestras En el cuestionario destinado a maestros y maestras se han contemplado tres variables independientes: La primera de ellas aborda la especialidad de los profesionales de la educación, siendo Educación Primaria la categoría que representa casi el 50% de los profesores encuestados, mientras que para Educación Especial y Musical se ha obtenido un 7% en cada caso. El resto de especialidades que se han recogido son: Diplomado en Lengua extranjera (22%) y Educación Física (8,6%). En segundo lugar, se analiza la titulación que poseen, comprobando que la inmensa mayoría son Diplomados (83%) y sólo un 8,6% Licenciados. Por último, se han recogido datos referidos a los años de docencia, donde se han establecido cinco períodos diferentes. El 31% de los profesores, pueden ser catalogados de veteranos con más de 21 años de ejercicio en la docencia; mientras que el 7% se consideran profesores noveles con menos de un año como docentes. Por otro lado, el 26% de los profesores encuestados han ejercido entre 11 y 20 años; asimismo, los docentes cuya experiencia oscila de 1 a 5 años representan el 14%, y coincidiendo con este último porcentaje se encuentran aquellos profesores con más de 6 años de docencia y menos de 10 años. Diseño metodológico Por diseño metodológico se entiende, en palabras de Hernández Pina et all (1995), el plan o estrategia que estable un determinado proceso de investigación y que nos permitirá conseguir el objetivo o propósito de investigación. Suele incluir entre otros aspectos: el enfoque o método adoptado, las técnicas de recogida de información empleadas y la naturaleza de los datos. Apoyándonos en la clasificación que Hernández Pina (2001) establece del método, en la que diferencia entre métodos cuantitativos o empírico-analíticos, métodos cualitativos o humanístico-interpretativos y crítico, y 640 métodos orientados a la toma de decisiones y al cambio, el enfoque adoptado en esta investigación sería el empírico-analítico, cuyo fin es describir, explicar y establecer relaciones causales entre los fenómenos que estudia. De los diferentes métodos empírico analíticos, esta investigación se enmarca dentro de los estudios de corte descriptivo que pretenden describir, analizar e interpretar sistemáticamente un conjunto de hechos y variables que les caracterizan de manera tal como se dan en el presente (Bisquerra, (2004)). A pesar de ubicar esta investigación en los métodos cuantitativos, se ha tratado de evitar el código binario excluyente de las metodologías cuantitativas y cualitativas que menciona Ramos (1996), utilizando como técnica de recogida de datos la observación indirecta por medio de dos cuestionarios que integran datos de naturaleza cuantitativa y cualitativa del contexto familiar y escolar. Instrumentos de recogida de información El cuestionario nos permite recoger información de problemáticas socioeducativas que no pueden investigarse a través de la observación directa, ni mediante la consulta de fuentes de documentación, garantizándonos además la no contaminación, ya que los encuestados responden directamente. Cuestionarios de la investigación Teniendo en cuenta el problema y los objetivos de esta investigación, se han diseñado dos cuestionarios, uno dirigido a padres y madres de los alumnos de 5º y 6º de primaria y otro a maestros. El primero de ellos, nos ofrece información sobre los valores que los padres consideran básicos en la vida familiar, los valores que pretenden transmitir a sus hijos y los valores escolares que deben transmitir los maestros. También recoge datos de identificación del padre y/o la madre como edad, profesión, estudios, numero de miembros que conviven en el hogar, nacionalidad y en caso de ser extranjeros el tiempo de residencia en el país. Debido a que los centros escolares seleccionados tenían un alto número de alumnos marroquíes, el cuestionario fue traducido al árabe para facilitar la comprensión a las familias y a la vez adquirir mayor fiabilidad en los datos. Partiendo del anterior cuestionario, se diseñó el instrumento de recogida de información del contexto escolar para ser cumplimentado por los maestros, manteniendo similares dimensiones, estructura y normas de cumplimentación. Este cuestionario nos permite conocer la percepción de los maestros respecto a cuáles deben ser los valores que debe enseñar la escuela, cuáles son los valores que ellos transmiten en el aula, y los valores que está transmitiendo la familia. Proceso de construcción Cabero (2001) considera como ventajas de los cuestionarios que éstos son fáciles de aplicar, económicos, permiten diversos criterios de respuesta, información cuantificable, aunque también presentan limitaciones como la restricción de las respuestas y cuestiones muy generales, aspectos que han sido tenidos en cuenta en el proceso de construcción de los cuestionarios de esta investigación. Primera fase: revisión bibliográfica. De la consulta de monografías, informes y publicaciones se han localizado los siguientes cuestionarios sobre valores: Cuestionario de valores de M. Rokeach (1980) Cuestionario de valores interpersonales de L. V. Gordon – Madrid; TEA (1977) World Values Survey (1981) 641 European Value Survey (1981) Cuestionario de familia y valores de G. Meil (2006) Cuestionario de valores de la Fundación Santa Maria de F.J. Elzo (1992) Segunda fase: diseño y validación del cuestionario. Para dotar de mayor rigor a los instrumentos de recogida de información, se combinaron distintas técnicas. A continuación, se detalla el proceso seguido en cada una de ellas. 1. Triangulación. Se trata del uso de dos o más teorías, métodos de investigación o múltiples fuentes de información que se comparan para comprender una realidad (Denzin, 1970). Existes distintos tipos de triangulación: de datos (en el tiempo, en el espacio y de personas), de investigadores, de teorías, de metodologías (Denzin, 1978). En esta investigación se ha empleado, por un lado, la triangulación de personas, ya que se han recogido datos tanto de padres como de profesores, y por otro, la metodológica, pues se combina la Técnica Delphi y el estudio piloto. 2. Técnica Delphi. Es una técnica eficaz para configurar y validar instrumentos (Cabero, 2009; Linstone y Turoff, 1975). A partir de rondas repetidas de preguntas, pretende obtener la visión de varios expertos sobre un tema, obteniendo el consenso a través de la agregación de juicios individuales (Luna y otros, 2005). Para llevar a cabo el método delphi, se diseñó un instrumento de evaluación de los cuestionarios a utilizar en la investigación, que nos permite recoger información referida acerca de la adecuación del cuestionario, pertinencia del título, encabezacimiento o presentación, número de cuestiones, ajuste a los destinatarios y al objeto de la investigación, valoración de las cuestiones. A continuación se detalla el proceso desarrollado: Fase I: Elaboración de la primera versión de los cuestionarios. En un intento de aglutinar distintas facetas de la vida familiar que pudieran estar vinculadas a la transmisión de valores, se diseñó el primer borrador del cuestionario, en el que se incluía, además de las preferencias de los valores familiares, cuestiones referidas a normas familiares, a las relaciones interpersonales con los hijos, al reparto de tareas domésticas y a la educación escolar. Fase II: Evaluación por el equipo de expertos de la primera versión de los cuestionarios. El equipo se compone de tres profesores de la Universidad de Murcia, expertos en la temática de educación en valores y con recientes investigaciones en el contexto familiar. Para la realización de la evaluación se entregó a los expertos el instrumento de evaluación y un ejemplar de cada uno de los cuestionarios. Los resultados de la primera evaluación, señalaban que había que modificar el título, adecuar el cuestionario al objeto de investigación (eliminando la dimensión referida a las normas familiares y al reparto de tareas domésticas), realizar una presentación del cuestionario, eliminar algunas variables como la situación familiar. Fase III: Elaboración de la segunda versión de los cuestionarios. Se realizaron los cambios señalados por el equipo de expertos en la primera evaluación. Fase IV: Nueva evaluación de los cuestionarios. La técnica Delphi se caracteriza por realizar evaluaciones cíclicas del cuestionario por el mismo equipo de expertos en diferentes momentos. Teniendo en cuenta esto, se realizó una segunda evaluación para la cual se facilitó a los expertos la nueva versión del cuestionario y el mismo instrumento de evaluación que había sido empleado en la evaluación anterior. Las consideraciones de los expertos se centraron mayoritariamente en el bloque de cuestiones referido a los valores, puntualizando la necesidad de ampliar el número de valores que lo padres pretenden transmitir a sus hijos, eliminar los valores personales de los padres, agrupar los valores referidos a la tarea educativa 642 y a la tarea escolar, sustituir el encabezado de la cuestión de los valores vinculados al estilo de vida por los valores que consideran básicos en la vida familiar, y aumentar las opciones de valores en la vida familiar. Además sugirieron la eliminación de dos dimensiones del cuestionario, por un lado, las cuestiones referidas a la relación entre padres e hijos, y aquellas relacionadas al papel de los padres en la educación escolar de los hijos. Por último, en el bloque de los datos de identificación, indicaron que era pertinente preguntar por el país de procedencia y reformular la variable de la composición familiar. Fase V: Elaboración de la tercera versión de los cuestionarios. Una vez extraídos los resultados de la segunda evaluación, se elaboró la nueva versión del cuestionario, siguiendo los cambios propuestos. Fase VI: Tercera evaluación del cuestionario. En esta ocasión los expertos apuntaron que se debía delimitar el número de valores a marcar en cada una de las dimensiones contempladas a un máximo de diez, así mismo, se debían añadir una cuestión cualitativa para que especificaran aquellos tres valores más importantes. Por último, el modo en el que se le pregunta por las variables personales y familiares es considerado muy directo y poco cortés, siendo necesario su reformulación. Fase VII: Elaboración final de los cuestionarios. 3. Estudio piloto. Para comprobar si este instrumento de recogida de información nos permite detectar posibles errores en el diseño del cuestionario, dificultades en la cumplimentación y ambigüedad de las preguntas, adecuación a los destinatarios, verificar si el cuestionario responde a los objetivos del estudio, contribuyendo de este modo a validarlo, se llevó a cabo un estudio piloto con un grupo de familias de hijos escolarizados en 3º ciclo de primaria. Este sondeo previo nos permitió detectar la dificultad de algunos padres para comprender el significado de algunos de los valores contemplados en el cuestionario. Dificultad que se subsanó con la elaboración de un glosario. Tercera fase: aplicación del cuestionario. El investigador se comunicó y presentó directamente a la dirección del centro a través de una carta de presentación a nombre de Ramón Mínguez Vallejos y Mª Ángeles Hernández Prados (Directores de la presente tesis de maestría). El equipo directivo de los centros ha desempeñado un papel activo en la aplicación de los cuestionarios, ya que además de facilitar la información para poder preparar el número de ejemplares necesarios, se ha ocupado de entregar y recoger los cuestionarios a los profesores para que fueran cumplimentados, y éstos a su vez, enviaron los cuestionarios a los padres a través de sus hijos, dejando una semana para devolver el ejemplar del cuestionario cumplimentado. Identificación de las variables Definir correcta y precisamente las variables de estudio constituye uno de los pasos claves del proceso de investigación. Podemos definir una variable de manera general como cualquier fenómeno que pueda asumir valores numéricos y representa una cualidad, Bisquerra (2004). Posteriormente, a la revisión bibliográfica, del análisis y estudio de los instrumentos que se utilizaron para la recogida de datos en función de los objetivos e hipótesis propuestas, se procede a identificar las variables dependientes e independientes que se contemplan en el estudio. Las variables independientes extraídas del cuestionario de padres y madres son el género, la edad, el nivel de estudios, la nacionalidad y en el caso de ser extranjero, los años de residencia en España, también se busca conocer el número de miembros que conviven en el hogar familiar y la ocupación de tiempo de los padres en relación con su trabajo. Por otra parte, se encuentran las variables 643 independientes que forman parte del cuestionario de profesores, son de identificación (género, edad, nivel de estudios), otras variables que se hayan es la especialidad de los profesores y los años de docencia. Como variables dependientes se contempla la distinta valoración que realizan padres y profesores sobre valores. Procedimiento de la investigación El proceso seguido para el desarrollo de esta investigación se puede estructurar en la siguiente manera: Primera etapa: Selección y familiarización con la temática de investigación. Las tareas que se han desempeñado en esta etapa son: delimitar el campo de investigación al ámbito familiar, concretando el problema de investigación en la transmisión de valores familiares, consulta de bibliografía relacionada con familia, escuela y valores. Segunda etapa: Diseño del plan de actuación de la investigación. En esta etapa se llevó a cabo la elaboración de objetivos, hipótesis, variables, población y muestra. Así mismo, se contempla la elaboración y proceso de validación (técnica delphi y estudio piloto) del instrumento de recogida de datos, así como, la modificación y aplicación del cuestionario. Tercera etapa: Recogida y análisis de la información. Incluye el análisis de los datos y la extracción de los resultados para sus posteriores conclusiones e implicaciones pedagógicas. Cuarta etapa: Conclusiones. Las tareas a desarrollar en esta etapa han sido: la elaboración de las conclusiones, la redacción del informe final y la difusión de los resultados. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS DE LOS DATOS En la tabla posterior se recogen los datos referidos a los valores que los padres consideran básicos para la vida familiar, donde se puede desprender que no hay grandes diferencias en los valores que seleccionan los padres de aquellos que seleccionan las madres. Por el contrario, los diez primeros valores elegidos por los padres como los más importantes en la vida familiar son coincidentes para ambos. Por otro lado, también existe una coherencia interna entre padres y madres a la hora de determinar cuales son los valores de menor importancia para la unidad familiar. Tabla Nº 3: Valores básicos en la vida familiar que consideran los padres y madres VALORES PADRES (%) VALORES PADRES(%) MADRES(%) Reciprocidad Saber perdonar 10,3 8,4 41 Amor Ser persona dialogante 56,1 70,3 28,4 Fidelidad Ambición 31,6 32,9 8,1 Salud Austeridad 47,4 59,4 5,5 Confianza Compañerismo 43,2 56,1 36,1 Humildad Tolerancia y respeto a los 54,2 67,7 31 demás Dinero Liderazgo 13,2 12,6 5,5 Independencia Limpieza 12,3 15,8 28,7 Orden Cuidado y atención a los 29,4 37,7 25,5 demás Ser responsable Perfeccionamiento 59,7 69 10,6 Ser honesto Sinceridad 37,4 50,6 38,4 Ser leal Tiempo libre 21,9 23,5 15,2 644 MADRES (%) 55,5 35,5 6,5 5,8 45,5 36,8 7,7 44,2 33,2 10,3 49,4 16,8 El cuestionario también nos permitió recoger información respecto a los diez valores básicos que los padres pretenden transmitir a sus hijos. Los resultados obtenidos han sido volcados en la tabla que se muestra a continuación, ordenándolos de mayor a menor según la frecuencia de elección por parte de los padres. Los datos cualitativos coinciden con los cuantitativos, poniendo de manifiesto que los valores más escogidos son: tolerancia y respeto a los demás, buenos modales y sentido de la responsabilidad. Este aspecto se encuentra vinculado al segundo ítem del cuestionario de profesores, hace referencia a la percepción que tienen los docentes de los valores básicos que pretende transmitir la familia. Del análisis de datos se ha extraído que los tres valores más elegidos por los profesores son: tolerancia y respeto a los demás, buenos modales y saber dialogar. Mientras que los profesores consideran en segundo lugar el diálogo, los padres no le dan tanta importancia (diálogo en noveno lugar), porque consideran el sentido de la responsabilidad como elemental. Tabla Nº 4: Valores básicos que pretenden transmitir la familia a sus hijos. Además de los valores familiares se han analizado también los valores escolares a través de tres cuestiones, la primera de ellas recoge la percepción de los padres respecto de los valores que consideran básicos en la educación escolar (aprender a convivir, respeto, esfuerzo/constancia, compañerismo/amistad y respeto a las diferencias individuales), en segundo lugar, los cinco valores considerados por los maestros como los básicos para la escuela son los mismos elegidos por los 645 padres, y por último, los cinco valores que pretenden transmitir en el aula los profesores son (respeto, esfuerzo/constancia, aprender a convivir, diálogo y compañerismo). Tabla Nº 5: Valores que debe transmitir la escuela desde la percepción de padres y profesores, y los valores básicos que pretenden transmitir los maestros en el aula. VALORES (CONTEXTO ESCOLAR) Aprender a convivir Respeto Esfuerzo/Constancia Compañerismo/Amistad Respeto a las diferencias individuales Autonomía Diálogo Promover las capacidades del alumno Trabajo en equipo Conocimiento Esfuerzo Seguridad Aprender a saber Disciplina Honestidad Creatividad Aprender a cooperar Satisfacción Independencia Altruismo Respeto a la autoridad del maestro Competencia Rutina Poder Prestigio PERCEPCIÓN DE LOS PADRES (%) PERCEPCIÓN DE LOS MAESTROS (%) 53,9 79,4 72,6 70,3 36,8 14,5 38,7 34,2 73,5 79,4 42,9 43,5 59,7 55,8 25,5 32,6 42,3 28,4 26,8 4,8 60,3 8,4 7,7 8,1 6,1 83 81,1 79,2 67,9 64,2 60,4 54,7 52,8 50,9 49,1 45,3 37,7 37,7 37,7 37,7 32,1 30,2 20,8 15,1 13,2 13,2 9,4 3,8 1,9 0 VALORES QUE TRANSMITE EL MAESTRO (%) 64,2 83 71,1 54,7 47,2 45,3 60,4 52,8 49,1 49,1 39,6 34 52,8 30,2 35,8 32,1 34 32,1 18,9 11,3 20,8 17 1,9 0 0 CONCLUSIONES El propósito de esta investigación ha sido conocer y analizar los valores de las familias y los valores que trasmiten los maestros. A partir de este conocimiento se podrá dar respuesta al diseño de programas educativos que favorezcan la educación en valores. De modo general podemos destacar que los valores que pretenden transmitir las familias y los maestros están bastante relacionados. Los diez valores más elegidos por los padres y madres son los mismos, además los diez valores que las familias consideran básicos en la vida familiar son los mismos que pretenden transmitir con respecto a la formación de sus hijos. Y tres valores a los que les prestan menos atención en la vida familiar coinciden con los que a penas transmiten para la formación de sus hijos. Los padres y madres consideran básico el ser responsable, el amor, la tolerancia y el respeto a los demás y los buenos modales, además lo pretenden transmitir a sus hijos en su formación. Existe bastante concordancia entre los valores más elegidos por madres y padres, por una parte, y entre los tres valores más elegidos por maestros, por otra, respecto a los valores que debe transmitir la escuela porque ha seleccionado el conocimiento y el respeto, seguido del esfuerzo y la constancia. Difieren en que los padres y madres consideran que su hijo está aprendiendo en la escuela el compañerismo y la amistad junto con el trabajo en equipo. Los maestros se decantan más por el valor 646 de aprender a convivir. También existe bastante coincidencia entre los valores que pretende transmitir la familia y los valores que los maestros creen que están transmitiendo las familias como buenos modales, sentido de la responsabilidad, tolerancia a los demás y saber dialogar. Así mismo, los valores que los padres consideran que está aprendiendo su hijo en la escuela son los mismos que pretenden transmitir los maestros en el aula. Entre los tres valores que los padres y madres consideran que está aprendiendo su hijo en la escuela son prácticamente los mismos que pretenden transmitir los maestros en el aula porque coinciden en el respeto y en el conocimiento. En cambio, los maestros/as pretenden transmitir en el aula el valor de aprender a convivir y este queda en el noveno puesto con respecto a los padres que le dan más valor al esfuerzo y constancia y al compañerismo y la amistad. Existe cierta concordancia entre los cinco valores escolares más elegidos por madres y padres y los cinco elegidos por los profesores como básicos en el ámbito escolar. Las familias escogen como prioritarios respeto, conocimiento, trabajo en equipo, esfuerzo/constancia y compañerismo/amistad, y los maestros tienen como más importantes en el ámbito escolar aprender a convivir, respeto, esfuerzo/constancia, diálogo, amistad/compañerismo. CONSECUENCIAS E IMPLICACIONES PEDAGÓGICAS El estudio realizado ha sido beneficioso para analizar los valores que pretenden transmitir los padres y los profesores en el ámbito escolar y familiar, y para poder comprobar si estos apuntan a un proyecto común. Se percibe que hay bastante coincidencia entre los valores que desean transmitir los padres y desean transmitir los profesores en el aula. De modo que entre los valores que perciben familia y escuela no son divergentes, por el contrario hay cierta consonancia entre ellos, sin embargo, cabría hacer otro tipo de análisis del cómo están siendo transmitidos los valores en ambos contextos, para poder garantizar que estos valores no constituyan un estado deseable e ideal, pero ajeno a la realidad. Sería muy interesante identificar claramente los valores que se están transmitiendo pero también es muy importante conocer que valores desean transmitir padres y profesores para poder realizar un programa de educación en valores. La prolongación de esta línea de trabajo puede ser extendida, por un lado, al análisis de otros centros educativos de la Región de Murcia o a nivel nacional que nos permitiría comparar datos y tener una visión más genérica sobre los valores que transmite la familia y la escuela. Y por otro, este estudio es un referente para indicar e insistir en los valores que hay que enseñar en la escuela, en el hogar, en la sociedad .y encontramos la necesidad de diseñar programas no de valores en general sino de los valores coincidentes (diferenciados de familia y profesorado). REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ABRAMOWSKI, A.; BRAILOVSKY, D. (2000): La pedagogía que mira al alumno. Novedades Educativas, Colecciones ensayos y experiencias, Bs. As. ÁLVAREZ, M.I.; BERÁSTEGUI, A. (2006): Educación y familia: La educación familiar en un mundo de cambio. Madrid: Publicaciones de la Universidad Pontificia Comillas. AYER, A. (1950): Language, Truth and and Logic, Gollacz, Londres. BENSO, C.; PEREIRA C. 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