Lemba, Atilio Ricardo y otros c. Becchio, Carlos Alberto y otros En la ciudad de La Plata, a cinco de julio de mil novecientos noventa y seis, habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: doctores Negri, Hitters, San Martín, Pisano, Laborde, Mercader, Ghione, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa Ac. 55.042, Lemba, Atilio Ricardo y otros c. Becchio, Carlos Alberto y otros. Indemnización por daños y perjuicios. ANTECEDENTES. - La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Dolores declaró desierto el recurso de apelación de la parte actora. Se interpusieron, por la actora, los recursos extraordinarios de nulidad e inaplicabilidad de ley. La Suprema Corte declaró mal concedido el de nulidad, llamando autos para resolver al de inaplicabilidad de ley. Encontrándose la causa en estado de dictar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar las siguientes cuestiones: 1ª ¿Se ha producido la caducidad del incidente de perención planteado a fs. 1249? Caso negativo: 2ª ¿Es procedente el acuse de caducidad de la instancia extraordinaria allí planteado? Caso negativo: 3ª ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? A la primera cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: Al contestar el traslado conferido a fs. 1277 del acuse de caducidad de esta instancia extraordinaria formulado a fs. 1249, la recurrente acusa -a su vez- la caducidad de tal planteo. Argumenta que desde su deducción hasta la fecha del traslado ha transcurrido el plazo legal. Como se aduce en la réplica de fs. 1283, el plazo en cuestión no ha transcurrido. Al planteo de fs. 1249 le fue proveído por el señor Juez de Primera Instancia un téngase presente para su oportunidad en atención al alcance de la remisión efectuada oportunamente por esta Corte de estas actuaciones (v. fs. 1251); luego de lo cual se sucedieron una serie de trámites, en ambas instancias ordinarias, que culminaron en ésta con la providencia de fs. 1277. Resulta evidente que entre las fechas de las distintas actuaciones no transcurrió el plazo a que alude el art. 310, inc. 3 del código procesal civil y comercial. Además, existió en la causa en ese período una situación asimilable a la prevista por el art. 313, inc. 3, con la diferencia de que no puede hablarse de demora del tribunal. La caducidad del incidente de perención debe rechazarse, con costas (art. 69, CPCC). Voto por la negativa. Los señores jueces doctores Hitters, San Martín, Pisano, Laborde, Mercader y Ghione, por los fundamentos expuestos por el señor Juez doctor Negri, votaron la primera cuestión también por la negativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: 1. Notificado el llamado de autos para resolver y presentada la respectiva memoria, la parte actora (recurrente) solicita la remisión de la causa a la instancia de origen para peticionar el levantamiento de una inhibición (v. fs. 1225, 1227, 1228/1233, 1239). Remitida la causa por esta Corte y dispuesta la providencia por devuelto con fecha 7-VI-94, la actora requiere el préstamo de la causa el 14-VI-94. Con fecha 21-IX-94 presenta el pedido de levantamiento de la inhibición, el que ese contestado por la contraparte, quien se opone al mismo y acusa la caducidad de la instancia extraordinaria abierta (v. fs. 1241 vta., 1242, 1246, 1249/1250). 2. Resulta negativamente en la cuestión precedente el planteo de caducidad del incidente de perención, juzgo que no se ha producido la perención de esta instancia. De acuerdo a las constancias de la causa el período de inactividad se extendió entre el 14 de junio de 1994 y el 21 de setiembre del mismo año. La fecha de inicio queda determinada en el momento en que el actor estuvo en condiciones de requerir el levantamiento de la inhibición, esto es, desde que solicitó en préstamo los autos, notificándose así de la providencia dictada a fs. 1241 vta.; la concesión del mismo carece de relevancia a los efectos del cómputo del plazo. La última fecha está dada por aquel pedido de levantamiento de la inhibición. Dentro del período señalado quedó comprendida la Feria Judicial de invierno que se extendió desde el 11 de julio de 1994 hasta el 22 inclusive del mismo mes y año. Siendo ello así he expresado, en opinión minoritaria (causas Ac. 34.151, sent. del 23-XII-95 en Acuerdos y Sentencias, 1985-III-802; Ac. 39.464, sent. del 8-XI-88 en Acuerdos y Sentencias, 1988-IV-238; Ac. 39.440, sent. del 27-XII-90 en Acuerdos y Sentencias, 1990-I-235; Ac. 41.569, sent. del 13-III-90 en Acuerdos y Sentencias, 1990-I-382; Ac. 43.469, sent. del 12-VI-90 en Acuerdos y Sentencias, 1990-II-437; Ac. 43.577, sent. del 20-VIII-91 en Acuerdos y Sentencias, 1991-II-827; Ac. 52.483, sent. del 30-VIII-94, adhesión al voto del doctor Pisano; Ac. 47.994, sent. del 28-II-95; Ac. 47.155, sent. del 14-III-95), que corresponde excluir los períodos de feria judicial del cálculo que se hace a los fines de la caducidad. Corresponde, en consecuencia, concluir que el pedido de caducidad formulado el 18 de octubre de 1994 fue prematuro porque aún no había vencido el término que prescribe el art. 310 del Código de forma, debiendo rechazárselo, con costas (art. 69, cód. cit.). Voto la negativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo: En el presente juicio el plazo de caducidad es de tres meses (art. 310, inc. 2º, CPC). 1. El cómputo de la feria judicial Se trata de un término de meses que se determina, en principio, mediante la aplicación del art. 25 del código civil, según la regla general del art. 29 del mismo código, salvo que una regla adjetiva como sucede en el art. 311 del código procesal civil y comercial de la Nación dijera lo contrario. No existe ninguna norma que imponga otro modo de contar los intervalos de derecho. Por el contrario, distintos preceptos de la ley de enjuiciamiento ratifican que el plazo de perención de la instancia se computa como dice el citado art. 25. La feria judicial está compuesta por días inhábiles (art. 152, CPC). Los términos de caducidad corren durante esos días (art. 311, cód. cit.). La claridad de los textos legales no produce ninguna duda en la interpretación. Dicen expresamente que dicho lapso corre durante las jornadas inhábiles, por lo que resulta difícil contradecir lo que dicta la ley. Aunque se considere que existen plazos demasiado exiguos, la hermenéutica no debe reemplazar a la política legislativa, la que no es atribución propia del Tribunal. No considero, por lo tanto, que aún admitiendo que el tiempo útil de actividad se reduzca a escasos días, exista una irrazonable restricción del derecho de defensa y violación del art. 18 de la Constitución Nacional, porque el litigante sabe de antemano que eso es así. Los pocos días durante los cuales la parte actora pudo instar el procedimiento constituyen un tiempo prudente para evitar la muerte de la instancia. 2. Marco normativo a) Postura mayoritaria de esta Corte La solución que propugno es la que -a mi entender surge del derecho vigente y fue adoptada por la mayoría de la doctrina y la jurisprudencia, que ha interpretado las normas de la actual ley del rito bonaerense, y otras de similar tenor; aunque de lege ferenda comparto la posición de mi distinguido colega el doctor Negri. Mas hasta tanto no se produzca una modificación legislativa debemos acatar lo que dice la ley, porque como ha sostenido esta Corte, constituye elemental regla hermenéutica que cuando el texto de la ley es claro y expreso no cabe prescindir de sus términos, correspondiendo aplicarla estrictamente y en el sentido que resulta de su propio contenido (Ac. 39.014, Acuerdos y Sentencias, 1989-I-598, LL, 1990-a206, DJBA, 1989-136-209, ED, 139-415; Ac. 45.868, sent. del 27-VIII-91 en ED, 146-102, JA, 1992-II-555, DJBA, 142-242, Ac. 47.842, sent. del 6-IV-93). Paréceme importante poner de relieve que la problemática aquí planteada ha sido una de las más ríspidas y discutidas tanto en la doctrina de los autores como en la de los tribunales, tan es así que esta propia Corte ha variado su criterio en distintas integraciones, y aún en su composición actual existen disidencias, lo que demuestra que estamos ante un viscoso desideratum de difícil elucidación. En efecto, la primera postura que tomó este Tribunal cuando le cupo interpretar el actual Código, fue -en el año 1974- la que podríamos llamar no suspensiva (o restrictiva). Allí se consideró que el plazo de caducidad corre durante la feria judicial (Ac. 20.147 del 28-V-74, Niembro, Pascual c. Yankelevich, Raquel, Acuerdos y Sentencias, 1974-I-1154). Empero tal tesitura fue modificada en 1978. Había variado ya la integración de la Corte y adquirió vigor la corriente suspensiva (o amplia), por medio de la cual se llegó a la conclusión diametralmente opuesta (causa Ac. 23.906, Rossi de Splipczenko, sent. del 14-II-78, Acuerdos y Sentencias, 1978-I-68), en el sentido de que no debe considerarse la feria judicial para computar la caducidad de la instancia (ídem causas Ac. 23.609, Ac. 23.817, Ac. 25.545, Ac. 26.295, Ac. 28.756, entre muchas otras). La corriente de marras fue mantenida hasta 1983 (Ac. 32.868, Magnone, Juan D. c. Novillo, Eduardo C., sent. del 6-XII-1983, votos de los doctores Colombo y Bravo Almonacid, publicado en LL, 1991-a37 y sigtes.), donde se reiteraron los basamentos de la tesis suspensiva. Mas, en el año 1985, este Tribunal -nuevamente con diversa integración (la actual, con pocas variantes)- por mayoría, puso la mira en la doctrina desarrollada en 1974, y desandando el camino, a través del voto de mi distinguido colega el doctor San Martín, resultó otra vez airosa la tesis no suspensiva (causa Ac. 34.151, La Segunda Cooperativa Ltda. c. Di Rado del 23-XII-85 en Acuerdos y Sentencias, 1985-III-802), que por casi once años se mantiene enhiesta (así, en igual sentido: Ac. 39.440, sent. del 27-II-90; Ac. 41.569, sent. del 13-III-90; Ac. 43.469, sent. del 12-VI90; Ac. 43.577, sent. del 20-VIII-91, entre muchas otras). Allí la corriente minoritaria fue pergeñada por el voto del doctor Negri, -sobre la base de los argumentos que resumidamente expone en esta causa y seguida posteriormente por los doctores Rodríguez Villar y Pisano (Ac. 47.994, sent. del 28-II-95, Ac. 47.155, sent. del 14-III-95, Ac. 47.347, sent. del 11-IV-95, entre otras). La argumentación basilar de la posición mayoritaria -que comparto mientras no sea modificado el Código de rito parte de la idea de que los términos que el art. 310 establece para la caducidad de la instancia, se cuentan por meses enteros (arts. 25 y 29 del código civil), salvo -agrego yo que el ordenamiento procesal dijera otra cosa con referencia al tema aquí analizado. Se añade -en paralelo que la expresión contenida en el art. 311 del mismo ordenamiento ritual: por disposición del Juez no se aplica -obviamente a la presente problemática, ya que dicho precepto no está referido a un pleito en particular, y apunta a otros supuestos. Basamentos reforzantes han sido esgrimidos por los epígonos de la tesis no suspensiva -que rescato en este voto como por ejemplo la sólida relación que existe entre los arts. 152 y 311 del código procesal, dado que el último dispone que los plazos de perención no corren los días inhábiles y el primero equipara la feria a los dies festi. Esta es la solución que da la mayoría de los cuerpos jurisdiccionales máximos de las provincias, como por ejemplo la Suprema Corte de Mendoza (Ezquerro Ernesto..., sent. del 2-IX-1985), o la Corte de Catamarca (Tapia Francisco c. Tribunal de Cuentas de la Pcia., set. 12-995), o el Tribunal Superior de Neuquén (nov. 25, 1986, Instituto Provincial de la Vivienda c. la Confianza..., por mayoría, publicado en, Jurisprudencia de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia Provinciales, La Ley, 23-IX-95, pág. 5). b) Postura minoritaria de esta Corte Como acabo de señalar, la tesis minoritaria de esta Corte, acompañada por calificada doctrina (Colombo, Carlos J., Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, Anotado y Comentado, ed. 1975, t. I, pág. 484; Morello, Augusto Mario y Kaminker, Mario E., Caducidad de instancia y feria judicial -Dos instituciones en crisis, nota a fallo publicada en JA, 1994-IV-335; Oteiza, Eduardo, Caducidad de instancia. Cómputo de la Feria judicial en la doctrina de la SCJBA, nota a fallo publicada en LL, 1991-a37) parte de plausibles ideasfuerzas, pero a mi modo de ver -hasta ahora sin apoyo normativo, ya que la contundencia argumental que surge de la soldadura de los arts. 152 y 311 de la ley de enjuiciamiento bonaerense es difícil de quebrar. En efecto, se sostiene que durante la feria no se puede impulsar válidamente el procedimiento, salvo los casos de habilitación. A ello es factible replicar, apuntando que si bien esto es exacto, no lo es menos que el litigante sabe de antemano de esta especie de encerrona adjetiva, por lo que debe tomar las medidas para evitar caer en ella, mientras las normas del enjuiciamiento mantengan la actual redacción; porque a mi modo de ver, pese a que son criticables, no violentan el derecho de defensa en juicio. Los seguidores de esta postura -tanto doctrinantes como judicantes que se ha denominado suspensiva, han volcado otros razonamientos coadyuvantes en apoyo de la misma. Se ha dicho - por ejemplo que la interpretación mayoritaria quebranta el principio de igualdad entre las partes, al tener algunas de ellas menor tiempo útil para los actos de impulso (voto de la minoría en plenario de la Cámara Civil y Comercial de Morón, González Coltenho de Fernández c/ Soc. Coop. El Hogar Obrero, publicado en JA, 1994-IV-327). Sin embargo esto puede ser contestado diciendo que las ferias perjudican o benefician por igual a todas las partes de un mismo pleito. Se acotó también en apoyo a la postura comentada, que el legislador se ha referido a los días inhábiles, pero no a las ferias judiciales. Mas de ese modo se omite computar que -como vimos el citado art. 152 equipara a ambos conceptos, sin ninguna hesitación. Importa puntualizar que la Corte Suprema de la Nación, participa actualmente de la corriente no suspensiva, claro está, en los casos en los que ha aplicado el vigente Código adjetivo nacional, luego de la reforma de la ley 22.434 [EDLA, 1991-139] (Karami S.R.L. c/ Yacimientos Petrolíferos Fiscales, CS, 28-IV-92). Aunque se debe omitir señalar que con la vigencia de la anterior herramienta procesal -ley 14.191-, manejó la posición opuesta (Fallos, 252:170, 237:375, etc.). c) Conclusiones Finalmente, no será baladí reiterar que con la legislación adjetiva, tal como está, no queda otra solución, a mi criterio, que la de la tesis mayoritaria de esta Corte, a la que me he plegado, porque si bien desde la perspectiva de la política procesal puede ser correcta la crítica de la minoría, para plasmarla juicialmente es preciso una modificación legislativa, que diga lo que sostiene el actual Código Procesal de la Nación en su art. 311 (reformado en este sentido por la ley 22.434 [EDLA, 1981-139]); o que, como proponen algunos autores, pulverice el instituto de la caducidad de la instancia, a los fines de evitar, tal cual sostuvo Calamandrei, que se incurra en un infanticidio procesal por la muerte prematura del juicio, que deja subsistente de ese modo -como agudamente sostiene Morello el conflicto de intereses entre las partes (MorelloKaminker, ob. cit., pág. 339). En definitiva, la intepretación armónica de los arts. 152 y 311 del código procesal civil y comercial de la Provincia de Buenos Aires me lleva a la convicción de que la feria judicial debe computarse a los fines de contar el plazo de la caducidad de la instancia. Empero debo aclarar -por último que el argumento que utilicé en el apartado 1 de este voto, en el sentido de que mediante la aplicación de los arts. 25 y 29 del Código Civil, los plazos de perención se cuentan por meses, vale mientras no se modifique el actual ordenamiento adjetivo, pues no comparto la vieja teoría civilista, sostenida desde antiguo (Cámara Civil 1º de la Capital, set. 6 de 1940, voto de los doctores Gastón F. Tobal, Argentino G. Barraguero y Rodolfo Mendonça Paz, publicado en JA, 7-758) y mantenida actualmente por cierta doctrina y jurisprudencia, que sostiene que los términos que se cuentan por meses o por años, aunque se refieran a actuaciones en juicio, se rigen por el Código Civil. Considero, pues, que la regulación de los plazos de los pleitos es una materia -en principio típicamente procesal, cuya regulación corresponde a las provincias (arts. 75, inc. 12 y 122 de la Const. Nac.). Tan es ello así que la ley 22.434, como se vio, cambió el art. 311, descontando la feria judicial en el cómputo de la perención, y la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación aplicó sin retaceos la nueva norma. 3. Siendo ello así, resulta claro que entre el 14 de junio de 1994 y el 21 de septiembre de 1994 transcurrieron los tres meses a que alude el art. 310, inc. 2º, del Código Procesal Civil y Comercial, por lo que debe declararse la caducidad de la instancia extraordinaria abierta con la concesión del recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto a fs. 1202, con costas (arts. 68 y 289, C.P.C.C.; conf. causa Ac. 51.749, sent. del 23-VIII-94). Voto por la afirmativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez, doctor San Martín dijo: Por lo expuesto en la causa Ac. 34.151 -que ha tenido a bien citar el doctor Hitters adhiérome al voto por la afirmativa. El señor Juez doctor Pisano, por los fundamentos expuestos por el señor Juez doctor Negri, votó la segunda cuestión también por la negativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor Laborde dijo: Adhiero al voto del doctor Hitters con el mismo alcance que el expresado por el doctor San Martín. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor Mercader dijo: Por los fundamentos que expuse en la sentencia dictada en la causa Ac. 39.440 (Acuerdos y Sentencias: 1990-I-238 y sig.), que doy por reproducidos, y por los fundamentos concordantes que desarrolla el señor Juez doctor Hitters, a los que me adhiero, voto por la afirmativa. El señor Juez doctor Ghione, por los fundamentos expuestos por el señor Juez doctor San Martín, votó la segunda cuestión también por la afirmativa. A la tercera cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: Dado el resultado de la votación anterior no corresponde el tratamiento de la restante planteada. Los señores jueces doctores Hitters, San Martín, Pisano, Laborde, Mercader y Ghione, por los fundamentos expuestos por el señor Juez doctor Negri, votaron la tercera cuestión en igual sentido. Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se rechaza con costas el incidente planteado a fs. 1279 y por mayoría, se declara la caducidad en la instancia extraordinaria abierta con la concesión del recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto a fs. 1202; con costas (arts. 68, 69 y 289, CPCC). El depósito previo efectuado queda perdido para el recurrente (art. 294, CPCC), debiendo el tribunal dar cumplimiento a lo dispuesto por el art. 2º de la Resolución 760/68, modificado por la Resolución 868/77 y de conformidad con la Resolución 1993/94. Notifíquese y devuélvase. - Ernesto Víctor Ghione. - Miguel Amílcar Mercader. - Alberto Obdulio Pisano. - Héctor Negri. - Guillermo David San Martín. - Elías Homero Laborde. - Juan Carlos Hitters (Sec.: Adolfo Abdón Bravo Almonacid).