INTRODUCCIÓN. 25 la esperanza de que algún dia serán tomadas en consideración las ideas que expresábamos entonces, y que de modo alguno han envejecido ó caducado : i La idea de fundar cerca de la Habana una Institución agrónoma, que reúna á la enseñanza de la agricultura y ciencias naturales accesorias, el cultivo de las plantas análogas al clima de la Isla, en la cual ademas se hagan ensayos de aclimatación y de mejoras en los c u l t i v o s , se introduzcan los nuevos instrumentos que diariamente pone la industria en manos del l a b r a d o r , se perfeccionen los métodos y se generalizen las prácticas r u r a l e s ; esta idea tan fundamental del bien, tan filantrópica c ilustrada, y cuyas ventajas son tan evid e n t e s y trascendentales que no necesitan ser d e m o s t r a d a s ; reúne la circunstancia de poder realizarse á poco costo, ó mejor dicho, de exigir tan solo la anticipación de un capital, reembolsable dentro de cierto número de años. P e r o antes de manifestar los medios de conseguirlo, juzgo necesario hacer algunas observaciones sobre las primeras medidas que deben lomarse para asegurar el éxito, economizar tiempo empleándole bien, y para establecer los primeros cimientos del grande edificio agrónomo que se proyecta, de manera que llegue á producir todas las utilidades de que es susceptible y para las cuales le deslina la munificencia paternal de un monarca ilustrado. « Cuando las dos corporaciones económicas de esta ciudad, han puesto bajo mi dirección este Jardin botánico, establecido por el celoso é ilustrado antecesor de V . E . el S r . D . Alejandro Ramírez, se propusieron un plan que podia considerarse como una miniatura del que ahora recomienda el Rey nuestro S e ñ o r . Efectivamente, se puso á mi cargo la enseñanza de los principios fundamentales de la agricultura y se consideró el Jardin como una pequeña escuela de ella, no obstante su extencion limitadísima para semejante objeto. Sin e m b a r g o , en poco tiempo y con una escasez de recursos extraordinaria, se han visto en sus cuadros nuevos cultivos, nuevas especies exóticas para ser generalizadas, y la práctica de nuevos métodos, en cuanto lo ha permitido el corto espacio del Jardin y la delgada capa de su tierra vegetal anegadiza. Posteriormente S . M. ha vuelto á recomendar el establecimiento de un vivero para surtir al Real Jardin de Ja Corte, y este nuevo objeto ha dado mayor amplitud á las tareas que con tanta satisfacción me ocupan. « En medio de ellas, tengo el sentimiento de ver que las utilidades que obtiene la agricultura de la Isla, del Jardin botánico, no son tan prontas ni tan en g r a n d e s , como el atraso de aquella e x i g e ; y esto proviene de que el establecimiento es muy reducido, mal situado para grandes cultivos, y mas que todo, por la escasez de fondos de la corporación á cuyo cargo se halla. D e esto procede t a m b i é n , que muchas ideas beneficiosas, como la del cultivo del a ñ i l , que solo necesitaban de fomento para producir el b i e n , han quedado paralizadas; que la vasta correspondencia que he establecido con las primeras sociedades de agricultura é instituciones agrónomas de Europa, no reporta las ventajas que podian obtenerse, y en fin que el J a r d i n , por falta de medios, se halla como estacionario sin ofrecer mas recursos que aquellos que permite el limitado círculo en que se le tiene, pudiendo ser, con un ligero impulso, el primer plantel de la agricultura cubana. P e r o , en vano es la introducción de nuevas plantas, sino se continua su cultivo demostrando palpamente el método mas ventajoso y la utilidad y facilidad de introducirlas en la grande agricultura. Esto solo puede hacerse en una Institución agrónoma, cual la recomienda el Rey nuestro Señor, y el J a r d i n botánico pudiera considerarse en tal caso, como el plantel para los semilleros, el depósito de las plantas que deben venir del estrangero, y como el lugar mas á propósito, por su inmediación á la ciudad, para dar la enseñanza teórica y práctica de los principios, cuya vasta aplicación se veria en la Hacienda modelo. « Estas observaciones manifiestan, que el Jardin botánico, por los trabajos que ya ha emprendido, debe ser considerado como la base de la Institución agrónoma; y aun cuando á los principios exigirá algún aumento en los gastos, estos disminuirán desde que se establezca la Hacienda y en lo sucesivo ella misma proveerá al sostenimiento de ambos, como demostraré luego. « Al examinar la agricultura de la Isla de C u b a , con los ojos de la despreocupación y de la ciencia, se conoce que no solo está atrasada, por el corto número de plantas y lo mal que se cultivan, sino que todo el sistema agrónomo es vicioso, y de consiguiente que la reforma debe ser radical, si se quiere que la agricultura continué siendo la base de la prosperidad del país y la única fuente de su riqueza. L o s adelantos que ha hecho esta ciencia en Europa, hijos de la desgracia, de la esperiencia y de la aplicación de muchos siglos, han d e m o s t r a d o que no puede haber continuas y abundantes cosechas, sin una sabia sucesión en ellas, con el uso de los abonos, abonos sin animales, y animales sin pastos. P e r o en la Isla de C u b a , los pastos, los animales, los abonos v la sucesión de cosechas es lo que menos se considera, y lo q u e en ninguna hacienda BOTÁNICA. 7