Joyería Minoico - Micénica y Griega. Con el término “Minoico” definimos a la civilización desarrollada en la isla de Creta del inicio de la edad de bronce y subdividida en varias etapas, hasta su absorción en la civilización “Micénica” así llamada por el nombre de la más importante ciudad de la cultura minoica a partir del siglo XVI a.c., proceso que había transformado radicalmente la cultura local Heládica. Posterior fase es aquella que vio el desarrollo del arte griego, que adquirió un importante significado en el nacimiento del arte clásico y también de la lengua griega, el pueblo micénico hablaba de hecho una lengua de tipo griego. Hecha ésta indispensable premisa, comenzamos la descripción de la joyería producida por ésta civilización. La cultura minoica, descubierta por el arqueólogo ingles Arthur Evans (a quien debemos esta definición) se divide en tres periodos: el minoico antiguo (2800 - 2000 a.c. aprox.), el minoico medio (2000-1550 a.c. aprox.), el minoico tardío (1550-1100 a.c. aprox) comprendido en esta última fase y el periodo micénico, desarrollado entre 1400 y el 1200 a.c. aprox. Los primeros ejemplos de trabajo en oro encontrados en la región oriental de Creta, eran sumamente simples. Numerosos los alfileres y broches para cabello con forma de margarita, pendientes (tanto dijes como aretes) y brazaletes constituidos por hojas de oro batidas sobre otros materiales. Esta característica técnica demuestra la escases de oro existente en Creta, que no poseía yacimientos naturales. En el minoico medio asistimos a la creación de grandes palacios para príncipes de diferentes regiones de la isla, palacios destruidos y reconstruidos en un segundo tiempo. Consecuentemente a esto, son pocos los testimonios que quedan de la joyería del primer periodo del minoico medio, pero las piezas de la última fase muestran el refinamiento formal y técnica lograda en esta producción. Pertenece al periodo central del minoico medio un colgante con dos abejas encaradas que circundan un huevo, ese último realizado con la técnica de la granulación. Aparecen ahora en efecto ya sea la granulación y la filigrana y el uso de nuevos materiales como el Lapislázuli lo cual confirma la influencia egipcia. Por primera vez encontramos también los aretes, constituidos por simples aros de oro introducidos en los lóbulos perforados de las orejas; también los anillos se hicieron frecuentes en este periodo y como los egipcios, tenían una triple función: decorativa, mágica y de sello personal (para usar con lacre). El minoico tardío corresponde; como ya se ha dicho, al micénico, es decir a aquella civilización desarrollada en suelo griego y que vio la influencia artística de Creta no obstante su sumisión frente a los miceneos. La civilización micénica fue descubierta por el alemán Heinrich Schliemann, que fascinado por los poemas homéricos, desea reencontrar las trazas y vestigios de aquellos pueblos, convencido de que la Ilíada y la Odisea narraban en forma de novela épica, hechos realmente acaecidos. Muchos expertos, en los inicios de su búsqueda, creían por ejemplo que la ciudad de Troya no existiese; otros hacían las más disparatadas suposiciones. Siguiendo a la letra las indicaciones literarias, Schliemaan excavó en 1871, en Turquía septentrional en Hissarlik y su fe vino pagada: encontró no una, sino varias ciudades, y antes de suspender las excavaciones, reporto a la luz un tesoro constituido por millones de piezas entre las que se encuentran anillos, aretes, recipientes de oro y plata, y sobre todo, dos diademas de hechura muy compleja, la más grande estaba compuesta por 16,000 piezas de oro y constituido por una cadena que rodeaba la cabeza de quien la endosaba y de la cual colgaban numerosas cadenas más cortas que formaban un fleco sobre la frente. Schliemann creyó que aquel tesoro (que transporto posteriormente a Alemania, donde estuvo perdido durante la segunda guerra mundial) pertenecía a Príamo, Rey de Troya y la diadema a Helena; Algunos estudiosos demostraron que las piezas remontaban a 1000 años antes de que Troya cayera en manos de los griegos. Después de estas excavaciones en Turquía Schliemann decide reportar a la luz la cultura micénica, que de hecho clasifico individualmente, no obstante el escepticismo de los expertos. Excavando en una zona bien determinada de la Grecia meridional, encontró una serie de fosas conteniendo cuerpos del rico corredor fúnebre. Los hombres, portaban mascaras de oro y pectorales, las mujeres vestidas decoradas con discos de oro, y los niños estaban completamente envueltos en hojas de oro. Así Schliemann pensó que una de las mascaras fúnebres encontradas debía haber pertenecido a Agamenón, equivocándose todavía por varios centenares de años. Es un hecho que las joyas reportadas a la luz micénica, podían ser consideradas entre los mejores ejemplos de la joyería del minoico tardío. En este periodo las diademas desaparecieron casi del todo y también las agujas para el cabello; abunda la producción de esferas y el tallado de sellos, en los cuales se representaban escenas complejas como ceremonias religiosas, animales en lucha, competencias, etc. Las Cadenas eran usadas como ornamento en torno al cuello: los anillos, siempre más frecuentes fueron producidos en oro y algunas veces en piedras preciosas. Durante el siglo XII a.c. una crisis vasta y profunda sacude todo el mundo de la cuenca del Egeo. Por cuanto concierne a Grecia, el evento más importante fue la invasión Dórica, que destruye muchos centros micénicos. La producción de joyas cesó en este periodo arcaico (Siglo VI a.c.). Escasos testimonios y ejemplos restan de la joyería griega, esto puede ser debido ya sea a la austeridad de las costumbres sociales e indumentaria de aquel tiempo, como por la dificultad de hallar materia prima (ya que en Grecia eran nulas las reservas y yacimientos de oro). En el siglo V a.c .tenemos testimonios de que en Grecia se producían los siguientes tipos de joyas: diademas, aretes (de los cuales recordamos el modelo de barcaza que podía tener colgando algún pendiente), brazaletes, collares compuestos de esferas o rosetas, colgantes (dijes) y anillos, estos últimos bastante similares tanto en la forma como en función a los minoico-micénicos. Durante el Helenismo (aquel periodo en el cual toda Grecia fue unificada por Alejandro el Magno sucesor del padre Filipo en el 336 a.c. y que, además de la península Helénica, había conquistado Asia menor, Siria, Mesopotamia, Egipto, Persia y otras tierras) la difusión de la cultura griega tuvo entre otras consecuencias un estilo de joyería común a todos los territorios conquistados. Fue este el periodo más florido del mundo del Egeo por cuanto reguarda la joyería y el trabajo en oro, incluso porque esto se encuentra en diversos territorios o entre los tesoros saqueados que pudieron ser fundidos. Por otro lado la producción pudo aumentar incluso porque en la época Helénica, las joyas no estaba limitadas a las clases sociales más ricas o nobles. Se estaba de hecho formando una nueva clase de mercaderes que incrementaron estas realizaciones, transformándose en los grandes patrocinadores del arte de la joyera y orfebrería. Este más amplio mercado explica la gran cantidad de joyas ejecutadas durante el Helenismo. Entre los nuevos motivos utilizados, figura el nudo de Heracles, realizado en collares, diademas, anillos y brazaletes, a los cuales les eran atribuidos poderes mágicos. La innovación más importante fue el uso del color, realizado por medio del esmaltado y la utilización de piedras, entre las cuales eran preferidas la cornalina, el granate, las esmeraldas, las amatistas y las perlas. Las técnicas prevalentes eran el granulado y la filigrana. En los aretes, la forma de barcaza usada en el periodo clásico pierde adeptos y sustituida completamente en torno al siglo II a.c. por el tipo de anillo o pendientes. Los anillos se produjeron en forma más compleja, con piedras engarzadas en circulo o cubiertos por piedras (diamantes) en bruto; su forma podía ser enteramente constituida incluso por animales, como la serpiente, perduran los brazaletes con forma de espiral como en el periodo clásico, con la extremidad con cabeza de serpiente, que constituía la versión más grande del modelo ya usado en los anillos.