P risioneros en el Vaticano”. Así es Tras esta contienda, el Papa Pío IX se encerró como se denominaron a sí mismos en la Basílica de San Pedro, no reconociendo los sucesivos Pontífices de la Santa a Italia y declarándose “preso en Roma”, un Iglesia Católica durante el conflicto de la hecho Cuestión Romana (1861-1929). Este período públicamente salvo en las misas “intra que lo llevó a no aparecer de casi 60 años se inició cuando el rey del muros”. Aun así, la Iglesia se iba expandiendo Piamonte, Víctor Manuel II, se proclamó Rey diplomáticamente. Incluso, comenzó a ser un de Italia gracias al Parlamento de Turín actor internacionalmente importante pese a afirmando que Roma –hasta aquel momento no tener imagen pública, como demuestran capital de los Estados Pontificios– pasaría a las encíclicas papales del período. Dentro de ser forzosamente la capital del nuevo país Italia, el hecho de no existir como estado unificado. Ante el rechazo vaticano, se tampoco les hizo menos importantes. aún sin salir de los límites de su territorio. S La caída de Roma participación de católicos en las elecciones desató una controversia que llevó a cinco sucesivos Papas a devolver a la Iglesia su lugar como actor internacional, lográndolo En 1870 monseñor Xavier de Mérode quedaban como cuerpo profesional junto la después de que Napoleón III movilizase al ejército francés frente los prusianos– no capitulaban en la Pía Porta, luchando contra Víctor Manuel II y llegando a utilizar hasta la bayoneta para mantener la independencia de su Estado. Lejos quedaban los Tercios subiendo por las escaleras de San Pedro mientras la Guardia Suiza protegía a Clemente VII durante el saqueo de Roma de 1522. Aun así fue imposible evitar la tragedia, Roma cayó frente los piamonteses y con ella los Estados Pontificios. embargo, contrastó la política profundamente interna con la estrategia exterior. La disposición “Non expedit” de Pío IX veía inaceptable cualquier observó como sus zuavos –los únicos que milicia in políticas, pues participar o tomar partido ya era reconocer al Estado unificado. León XIII mantuvo esta férrea disposición hasta el final de su pontificado, siendo uno de los elementos más relevantes durante aquellos 60 años. De nuevo actor internacional La Cuestión Romana institucionalizó una nueva forma de hacer política para el Papado, dirigiendo sus esfuerzos hacia fuera de los límites de la península a través de canales no oficiales. La encíclica “Rerum Novarum” de León XIII –que trataba sobre la situación de la clase obrera– demostraba que el Papa conocía los problemas sociales sin salir de sus dependencias, que no estaba Guillem Pursals es politólogo. Jefe de internacional en @wallstreet_cat. Vaticanista y analista de conflictos internacionales. @GPursals alejado de sus fieles a pesar de no salir de sus dependencias. Así, cualquier estamento de la jerarquía eclesiástica le servía para conocer lo que sucedía en cualquier lugar del mundo. O tra encíclica trascendental del “Non expedit”, permitiendo fundar el Partido momento fue la “Immortale Dei” Popular Italiano, de inspiración católica. sobre la relación de la Santa Sede y Además, fue de los primeros teóricos de una los estados nación. Debido a que el Pontífice posible unificación europea en su encíclica no podía salir de Roma, el Nuncio Papal lo “Pacem Dei Munus” de 1920. representaba espiritualmente, actuando como embajador de la figura papal. Así, su voz podía llegar a cualquier jefe de estado, incluso ejercer de mediador en cualquier posible conflicto, –como sucedió con las Islas Carolinas entre Alemania, España y Estados Unidos–. El papel de León XIII fue clave para la expansión política de la Iglesia. distensión con el gobierno italiano. Una de las primeras medidas que llevó a cabo fue suavizar la política de no participación en sus asuntos públicos, debido al avance del socialismo en el país. Con motivo de hacerle frente, el Papa escribió la encíclica “Il Fermo Proposito”, donde permitía al clero y a los laicos católicos estudiar el problema social. La flexibilidad de esta encíclica permitió a los a partidos moderados. Además, en 1919 escribió la Constitución Apostólica “Commissum Nobis”, prohibiendo los vetos en la elección papal por parte de los Estados que tenían el privilegio histórico de hacerlo, –un ejemplo fue cuando el emperador de Austria-Hungría vetó a Mariano Rampolla del Tindaro, uno de los favoritos en el cónclave en el que Pío X fue elegido–. y Vaticano empezó una mandó ardua campaña en favor de la libertad de culto, tras observar que el fascismo y el nacionalismo extremo, eran junto el socialismo y el comunismo, una ofensa a la libertad. Su E la paz, con una obra social orientada a curar a los enfermos y a dar cobijo a los necesitados para amortiguar las consecuencias de la Gran Guerra. La necesidad del Gobierno Italiano En 1922 Pío XI fue elegido Papa en la primera coronación pública desde 1870, mostrando su voluntad de cambio respecto a la política de encierro en el Vaticano. Este pontificado abarcó casi todo el período de entreguerras. Tras este tiempo se empezaron a observar las primeras evidencias de reconciliación con el gobierno italiano, gracias al discurso del 3 de enero de 1925 de Benito Mussolini. El nuevo régimen fascista necesitaba legitimación y ello pasaba por no tener en contra a los católicos italianos. De esa forma, empezó la negociación en el Palacio de Letrán en 1926, gestando el acuerdo político entre los dos estados. l 25 de mayo de 1914 fue nombrado Papa Benedicto XV, quien en plena Primera Guerra Mundial hizo que la Santa Sede se declarase neutral, buscando mediar la paz en los años de ésta. Celebre es la “Tregua de Navidad” de ese mismo año, inspirada emisarios el primeros papas estrechamente vinculados a Pío X fue el Papa que inició el período de la votar posguerra, legado estuvo marcado por ser uno de los Coexistencia pacífica católicos P ara hacer frente a la situación de por su deseo de paz e implementada por los soldados del frente occidental en Nochebuena. Fue después de la Gran Guerra cuando derogó la disposición E n 1929, tras cinco pontificados –Pío IX, León XIII, Pío X, Benedicto XV– y sesenta años de enfrentamiento con Italia, Pío XI firmó los Pactos de Letrán. Estos acuerdos pusieron fin a la Cuestión Romana acordando con la Italia fascista la creación un nuevo Estado Pontificio para la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, llamado desde entonces Ciudad del Vaticano.