Investigación Cultural

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INVESTIGACION CULTURAL
Dairo Sánchez Buitrago*
Conferencista invitado
RESUMEN:
Hay tres tipos generales de sistemas: 1) naturaleza teórica,
tiene los
siguientes limites: disciplinar y profesional, el epistemológico critico, el
epistemológico
cultural
y
el
epistémico-metodológico.
2)
interpenetración entre teoría y acción, en éste se analizan desde el
punto de vista metodológico,
lo relacionado
con los objetos, los
problemas y los modelos hipotéticos de investigación cultural y, 3)
sistemas de acción propiamente dichos, allí se revisan los sistemas de
acciones: bio-físico-químicas, de los organismos, las propias de las
máquinas, las del sistema psíquico, la de los seres humanos y las
acciones organizacionales y las de los sistemas sociales.
Desde la teoría general de los sistemas,
se busca presentar
sistémicamente los sucesos culturales. Los sistemas culturales son
sistemas de sentido; es decir, de significación espacial, temporal y de
identidad.
El
diseño
metodológico
obra
como
un
intercambio, logrando que acción formal y acción
entrelacen
haciendo
de
la
investigación
una
selector
del
cotidiana se
práctica
social
no
metafísica, es decir, observable.
*
dasabu@umanizales.edu.co
Sala del CREDI de la OEI
1
INTRODUCCION
Los
sistemas
culturales
son
sistemas
de
sentido;
significación espacial, temporal y de identidad.
es
decir,
de
Cada uno de los
sistemas se configura, como sentido, ubicando en el entorno los demás
sistemas y de esta forma, constituye sentido de realidad, construyendo
estándares de normalidad cultural en contraste con las realidades de los
otros sistemas.
Cada uno de los límites de un sistema son al mismo tiempo sistemas,
siendo lo externo al sistema en observación, otro sistema denominado
entorno; siendo el entorno un sistema más complejo y el sistema
autoobservante1, uno mas diferenciado. Los sistemas son cerrados
estableciendo
entre
ellos,
desde
su
mutua
clausura,
formas
de
comunicación a través de gradientes temporalizados de información; de
esta forma, un sistema puede aumentar su nivel de diferenciación
reduciéndose; es decir, observando la complejidad2 del entorno.
1
La posibilidad de autoobservación se da en la medida que el sistema haya realizado
varios ciclos de diferenciación para poder, desde una perspectiva de segundo orden,
ver en perspectiva la observación de primer grado. Existen sistemas
autorreferenciales, esto tiene, por lo pronto, un significado muy general: hay sistemas
que tienen la capacidad de entablar relaciones consigo mismos y de diferenciar sus
relaciones frente a las de su entorno (Luhmann N. 1998:38). Consecuente con lo
anterior, el sistema es capaz de convertirse así mismo como entorno, desde una
mirada más diferenciada, en la medida, que se ve con distancia temporal el si mismo
anterior, deja de serlo cuando es observado; el observador se toma como otro sistema
e introduce la temporalidad en la observación histórica. Los sistemas culturales pueden
observarse en perspectiva histórica, descentrando el punto de observación y pueden,
con esta distancia temporal autoenjuiciar críticamente los procesos de su constitución.
Si los sistemas culturales asumen que lo que hoy son, no han sido siempre, pueden de
igual manera observar que lo que hoy son, no serán mañana y conjuntar pasado con
futuro, mediante la investigación cultural.
2
El esclarecimiento tanto del concepto de complejidad como del concepto de sentido,
han hecho aparecer una especie de obligación selectiva: siempre y cuando el numero
de los elementos a relacionar supere una medida mínima, y lo complejo se
Sala del CREDI de la OEI
2
Para poder comprender la complejidad contemporánea de los sistemas
culturales se estudiarán en este texto, tres tipos generales de sistemas:
los primeros de naturaleza teórica, los segundos, interpenetración entre
teoría y acción y los terceros, sistemas de acción propiamente dichos.
De esta forma, se construirá una lógica epistemológica y metodólogica
que pueda leer la cultura en su dimensión teórica y operativa, siendo la
pretensión de este texto, construir modelos lógicos de observación
y,
hacer desde ellos, una lectura de las diversas épocas históricas. En
consecuencia, esta indagación no tiene el interés de describir una
situación específica en la cultura, sino, elaborar un artefacto teórico,
desde la teoría general de los sistemas, que permita presentar
sistémicamente los sucesos culturales.
Además es de interés hacer un dialogo textual con los postulados de
Niklas Luhmann (teoría de los sistemas sociales: 1998); quien postula
una moderna teoría general de los sistemas sociales, que por su
carácter paradigmático, amerita ser estudiado en detalle y hacer desde
experimente en forma de sentido se generan necesidades para la selección; una
selectividad para la selección y una selección fáctica para todo lo que se realiza
(Luhmann N. 1998:135). De esta manera, las observaciones entre los sistemas
culturales se experimentan como complejidad que puede ser sistematizada al ser
seleccionada entre las posibilidades de acción, visible ésta, como doble contingencia,
posibilitando que en sus múltiples combinaciones se presente con apariencia de una
complejidad renovada. Entre estas dobles contingencias, que son acciones y el sistema
observante, que toma la decisión, se forma una zona de selección como sistema; de
allí, que las dobles contingencias constituyen, en su heterogeneidad las zonas de
selección, caracterizadas por un gradiente de complejidad y de diferenciación entre el
sistema y el entorno. Los sistemas culturales establecen en sus procesos zonas de
selección cada vez más complejas, que no son visibles desde las formas tradicionales
de observación, pues desde éstas, observan estos procesos como desviaciones de lo
que se considera aceptado, y a la variabilidad renovada en las contingencias se le
considera como una destrucción del centro orientador del sistema; en cambio, desde
una teoría de los sistemas descentrados, la complejidad cultural como zonas de
selección, se observan como nuevas posibilidades, y su sistematización ofrece vías de
libertad en las relaciones culturales.
Sala del CREDI de la OEI
3
este diálogo critico con él las inferencias para el estudio cultural de los
sistemas sociales.
En el sistema teórico se presentarán los limites disciplinar y profesional,
el limite epistemológico critico, el epistemológico cultural y el límite
epistémico-metodológico.
En el sistema intermedio, entre teoría y
acción, se revisará de manera sucinta lo que tiene que ver -desde el
punto de vista metodológico- con los objetos, los problemas y los
modelos hipotéticos de investigación cultural. En el sistema de acciones
se revisarán los sistemas de acciones: bio-físico-químicas, de los
organismos, las propias de las máquinas, las del sistema psíquico, la de
los seres humanos y por último, las acciones organizacionales y las de
los sistemas sociales.
En cada uno de los apartados de este documento, aunque se argumente
en particular sobre cada uno de los tres sistemas generales o de los
límites que constituyen cada uno de ellos, se hará alusión a las
características de los restantes; es decir, una interrelación constante
entre los sistemas teóricos, de acción y las transiciones entre ellos.
LÓGICA EPISTÉMICA-METODOLÓGICA PARA LA INVESTIGACIÓN
CULTURAL
El
sistema
teórico3,
esta
constituido
por
códigos
simbólicos
generalizados de carácter conceptual con límites especializados. Desde
3
Con la observación de las acciones en los sistemas culturales, desde una perspectiva
teórica, se sustituyen las casualidades por situaciones problemáticas dependientes de
la estructura; las diversas circunstancias no son vistas como aleatorias sino en el
marco estructural y funcional de relaciones entre sistemas y entornos. De esta
manera, los sistemas pierden sensibilidad para lo arbitrario y ganan para lo
determinado, pudiendo responder a la casualidad con anticipación estructural desde el
nuevo y más sistemático punto de observación; diferente a las lecturas relativistas de
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4
su dinámica formal es posible la observación de los sistemas de acción
que
son
su
entorno
y
al
observar
estas
acciones
complejas,
nuevamente, se transforma el sistema teórico por diferenciación; es
decir, por ciclos renovados de conceptualización.
En esta interpenetración entre sistema y entorno4, entre los códigos
conceptuales y la descripción de las acciones, se destaca la coevolución
de ambos sistemas; estos, siendo independientes no existen sin los
otros, no hay sistema sin entorno y no hay entorno sin sistema. De esta
manera se resuelve la dicotomía metafísica entre teoría y acción, pues al
sistema teórico se le considera
como
un sistema de acción
especializado y a los sistemas de acción, se les puede denominar como
tales, en cuanto se pueden observar desde códigos formales y superar la
tautológica autoobservación5 anecdótica de la acción desde la acción.
los fenómenos, que hacen apología a la heterogeneidad y renuncian a discutir bajo
criterios teóricos la finitud que se les presenta, desde su postura metodólogica, como
inabarcable.
4
El punto de partida de cualquier análisis teórico-sistémico, debe consistir en la
diferencia entre sistema y entorno. Los sistemas están estructuralmente orientados al
entorno, y sin él, no podrían existir. Los sistemas se constituyen y se mantienen
mediante la creación y conservación de la diferencia con el entorno, y utilizan sus
límites para regular dicha diferencia. Sin diferencia respecto al entorno no habría
autorreferencia, ya que la diferencia, es la premisa para el funcionamiento de todas las
operaciones autorreferenciales; en este sentido, la conservación de los límites es la
conservación del sistema. El entorno no depende del sistema o que el sistema pueda
disponer a placer del entorno. Más bien, lo que se quiere afirmar es que la
complejidad, tanto del sistema como del entorno, excluye cualquier forma totalizante
de dependencia en uno u otro sentido (Luhmann N. 1998:40-41). Cada uno de los
sistemas culturales es un sistema, y el otro respecto a este, es entorno; un sistema no
puede manejar a voluntad el entorno, sino que puede participar en él con sus
operaciones, en la medida que le sea posible observarlo en la relación
sistema/entorno. En la teoría de los sistemas abiertos, a diferencia de los cerrados, se
presentan los diversos sistemas, como relaciones entre las partes y un todo, sin lograr
desde esta postura conceptual, comprender la emergencia de los nuevos sistemas y
menos, sus dimensiones del sentido espacial, temporal e identitario. La teoría de los
sistemas abiertos se queda corta para observar la actualidad de los procesos culturales
de autorreferencia y autopoiesis caracterizados por la combinación paradójica entre
localismo y altos grados de extensión geográfica.
5
El sistema psíquico tiene nexo de conciencia unitaria en su condición de
autorreferencialidad; en consecuencia, el sistema en su versión fenomenológica, como
horizonte pleno de sentido, se funda en la conciencia psíquica y se autorreferencia
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5
La teoría de los sistemas cerrados, hasta el momento esbozada, se
distancia de las clásicas teorías de sistemas abiertos, en cuanto no
considera que el sistema este constituido por la relación de las partes,
como
se
propone
desde
estas
ultimas
teorías,
sino,
por
la
interpenetración cerrada del sistema y el entorno.
El concepto de interpenetración se distancia del clásico concepto de
interrelación entre la partes de las
Con
teorías de los sistemas abiertos6.
interpenetración se hace mención a dos sistemas: uno que se
observa -el sistema propiamente-, y otro que se describe -el entorno-,
para constituir ambos, en sus procesos de diferenciación y complejidad
un nuevo sistema.
Cada relación de un sistema con su entorno hace
que se genere uno nuevo por la interpenetración de la información que
los constituye.
El sistema teórico esta conformado por los siguientes cuatro limites en
interpenetración:
Disciplinar-profesional,
epistémico-critico y epistémico-metodológico.
epistémico-cultural,
El límite disciplinar-
profesional tiene en su interior una dinámica sistema/entorno; entre las
disciplinas y las profesiones, dependiendo del punto de vista de
observación, pueden ser en ocasiones las disciplinas o las profesiones,
sistema o entorno, de manera alternada.
Además, en el sistema
como evidencia simple. Este psiquismo autoevidente, se soporta en valoraciones
culturales que obran como reducciones por justificación, en contraste con la crítica
formal que se instaura como una observación sistémica de segundo orden mediante la
argumentación; implicando esta última, una mirada sistémica descentrada, con grados
crecientes de diferenciación; es decir, la formalidad de la ciencia, la ética y la estética
permiten ver, desde la observación abstracta argumentada, las justificaciones
psíquicas que le dan validez culturalista a los sistemas.
6
La diferencia sistema y entorno obliga, como paradigma de la teoría de sistemas, a
sustituir la diferencia del todo y las partes por una teoría de la diferenciación de
sistemas. La diferenciación de sistemas es, simplemente, la repetición de la formación
de sistemas dentro de los sistemas (Luhmann N. 1998:42).
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6
disciplinar tomado de manera general, se presenta análogamente, la
relación sistema/entorno entre las distintas disciplinas; una puede ser
entorno de la otra, dependiendo del punto sistémico de observación,
conformando de esta manera sistemas interpenetrados interdisciplinares
con sus propios códigos formales conceptuales. De igual manera, entre
las profesiones se establece la relación sistema/entorno dependiendo del
grado de diferenciación y de complejidad entre ellas, pero este proceso
de interpenetración
no se da de manera simétrica y lineal, por el
contrario, se puede presentar interpenetración entre dos o más
disciplinas o varias profesiones y viceversa, dependiendo de los códigos
formales, y de los sistemas de acción descritos.
Esta dinamicidad sistémica, al ser descentrada, otorga libertad a las
selecciones de los sistemas, pues al no tener un punto de partida como
origen o uno de llegada como meta, puede ir hacia cualquier lado,
aunque no de cualquier manera. Se necesitan en este proceso,
gradientes de diferenciación y de complejidad, entre los límites de los
sistemas, dado que la movilidad en la interpenetración no se da por una
movilización
antropocéntrica.
La
libertad7
de
movilidad
y
de
7
La transparencia relativa tiene su precio: se paga con experiencia de contingencia. El
que la ganancia de estructura no tenga fondo se compensa con la concesión general de
que también podría ser de otro modo. Se genera incertidumbre ante cada doble
contingencia, que al ser seleccionada, en cualquiera de las opciones, produce una
nueva doble contingencia; pues con cada selección y la claridad consecuente, se
instaura una nueva decisión. El conocimiento y el cálculo del interlocutor, puesto que
es inaccesible, son sustraídos por la concesión de libertad, de manera que uno se
puede limitar
a los conocimientos que aporta el manejo de las contingencias
(Luhmann. 1998). De esa manera, lo que es posible de elegir está en las
contingencias, lo que descarga la decisión de los cálculos metafísicos que inactivarían
las decisiones y se caería con ellos, en un pasmo ante la evidencia de incompletud que
producen las fuerzas externas infinitas y sagradas. Esta reducción, de las posibilidades
a elegir se anuda a la experimentación de la acción –la cual constituye una tesis
central de gran fuerza dentro de la teoría- y se dirige, precisamente, por medio de la
concesión de libertad. La unidad de sentido se concreta en las acciones y como
síntesis de la reducción y de la apertura de las posibilidades de selección, genera
nuevas diferencias y unidades de sentido. Por ello, lo que pasa entre los sistemas
culturales, vistos estos como cajas negras, como se han estudiado tradicionalmente,
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7
conformación de los sistemas no esta determinada con antelación por
valores culturales, aunque por la conflictualidad que se genera, estos
participan en el proceso; la libertad de escoger está limitada por los
códigos, hasta que estos, en la dinámica autorreferente del proceso, se
transformen.
Las disciplinas operan con códigos más formales de carácter conceptual
y las profesiones con un código híbrido, entre, la formalidad conceptual,
la técnica y la descripción de las acciones8.
disciplinas
Esta hibridación entre
y profesiones, entre formalidad y descripción, en su
diferencia, posibilita -por sus tensiones-, la autopoiésis de cada uno de
estos sistemas.
Cada uno de estos sistemas disciplinares y profesionales y sus
interpenetraciones, son problemas con grados variables de formalidad;
las disciplinas operan con problemas de naturaleza más conceptual, y
las profesiones con problemas de acción.
Los problemas de acción
parecen como acción indescriptible, renunciando con este pretexto a su comprensión,
aludiendo su inalcanzable observación. La teoría de los sistemas, que se presenta en
este texto, omite ver los sistemas como cajas negras inabordables y procura su
observación, mas sistemática, soportando metodológicamente la incertidumbre que
genera la investigación cultural, proponiendo comprender la distancia entre los
símbolos y las acciones, mediante la claridad provisional y cambiante de la reflexividad
sistémica de la ciencia, la ética y la estética.
8
Las disciplinas son sistema y las profesiones entorno y viceversa, dependiendo del
punto de observación. Si el sistema observante es un profesional o una profesión, se
verá la disciplina como un entorno de alto grado de abstracción conceptual y si se esta
en la disciplina, lo otro se verá como un entorno colmado de acciones más complejas y
menos diferenciadas.
Es este gradiente de complejidad entre disciplinas más
conceptuales y entre profesiones más descriptivas, lo que posibilitará la dinámica de
transformación en ambos sistemas. Una de las consecuencias mas importantes del
paradigma sistema/entorno consiste en que es necesario distinguir entre entorno del
sistema y los sistemas en el entorno de dicho sistema. Los sistemas en el entorno del
sistema están a su vez orientados a sus propios entornos. Con todo, ningún sistema
puede disponer sobre las relaciones sistema/entorno ajenas, a no ser mediante
destrucción. De aquí que a cada sistema le es dado representarse el complejo de las
relaciones con el entorno como un entramado desconcertante, pero también como una
unidad constituida por él mismo, con tal de exigirse una observación selectiva
(Luhmann N. 1998:41).
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8
presionan al sistema teórico para su diferenciación y los problemas
conceptuales a los de acción para su movilización.
Cada sistema de
problemas posibilita la selección posterior, pues invita psico-socialmente
a las elecciones entre contingencias para transformar el problema9 en
otro nuevo, y usar las gradientes entre estos dos problemas para ganar
estructura y poder de anticipación ante circunstancias de acción.
Al ser los problemas elementos dinámicos que constituyen el sistema,
estos no se convierten en objetos estáticos, sino, por el contrario, tienen
en su interior, en su constitución funcional, la dinamicidad del cambio;
es decir, cuando el problema existe, ya necesita por su autopoiésis
decisional, ser de otra manera. Pero lo que será no es posible preverlo,
pues, no hay origen, solo hay selecciones.
Cada una de estas selecciones no la hace un sistema en una relación
caprichosa y subjetiva con el mismo, sino en una tensión dinámica con
otros sistemas.
Ego y alter, como sistema y entorno, desean elegir
entre las contingencias, pero solo pueden hacerlo a partir de sus propias
9
Cada vez que se tenga que seleccionar contingentemente entre dos problemas, para
crear uno nuevo, se esta optando por alguno, y el otro –el no elegido- obra como
entorno del siguiente sistema binario de problemas. Los sistemas de problemas tienen
una apariencia de complejidad desorganizada, pero en la medida que se avanza en su
sistematización, es posible por su observación, organizarlos como múltiples sistemas
binarios, y esto, no porque de antemano existieran en dicha forma, y ahora se
tornasen visibles, sino, porque la observación sistemática va seleccionando lo
desorganizado en dobles contingencias de problemas y a continuación, selecciona una
de estas contingencias, creando otras nuevas posibilidades de problemas en
disposición binaria. En una mirada retrospectiva de este proceso de reducción de la
complejidad, se ve lo amorfo del comienzo como múltiples opciones binarias, pero esto
es valido si se es consciente que las oposiciones no existían con anterioridad a la
observación,
pues se crearon con la sistematización y ahora, parecen obvias.
Hablamos de producción (y sus derivados: reproducción, autoproducción, autopoiésis)
cuando algunas causas, pero no todas, se hacen necesarias para producir efectos
determinados. Lo esencial del concepto no es la calculabilidad técnica, ni tampoco la
viabilidad mecánica de su realización (esto puede ser un aspecto de selección en la
formación del sistema), sino precisamente ese <algunas, pero no todas> (Luhmann N.
1998:43).
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9
contingencias y sólo, desde su clausura elaborar informaciones que
pueden
entrar
en
la
interpenetración
sistema/entorno
con
otros
sistemas.
Este proceso de diferenciación esta marcado por el riesgo y la
incertidumbre, de tal forma que lo que será el sistema en la siguiente
operación, es sólo posible de describirse desde la operación misma y
hacerlo, es ya una manera de transformar la situación, lo que aumenta
la contingencia del proceso. Esta ansiedad temporo-espacial e identitaria
no la viven los sistemas formales <disciplinares o profesionales>, como
sistemas sociales especializados que son, la viven las conciencias de los
seres humanos que posibilitan con sus operaciones como organismo y
sistema psíquico, la movilidad de estos sistemas.
incertidumbre
es
una
subjetivización
que
hace
La sensación de
la
conciencia
antropológica desde sus percepciones metafóricas, las cuales fabrica
sobre los sistemas formales, que sin ser metafóricos, ni antropológicos,
son, con esta subjetivación, antropológicamente mediados.
Esta subjetivización de la formalidad de los sistemas en el momento que
se hace visible, por la auto-observación psíquica de los procesos de
producción disciplinar y profesional, posibilita la crítica sobre los criterios
subjetivistas de la formalidad, dinamizando la autoobservación con
nuevas formas de diferenciación sistémica. Pero esta critica
al
subjetivismo debe ser moderada, teniendo en cuenta que sin esta
subjetivación de la formalidad, los sistemas perderían la pasión de los
sistemas psíquicos para la transformación formal, pero también es claro
que si sólo fuera esta movilidad subjetivista10, no se constituiría
10
Lo procesado tiene que adquirir la forma de sentido, pues sino, sólo es un impulso
momentáneo, un estado de ánimo oscuro y caprichoso, no se conformarían los
sistemas, más allá de las existencias biográficas de los actores concretos. En la
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10
estructura sistémica anticipatoria para la constitución de sistemas no
subjetivistas, como lo son las disciplinas y las profesiones.
Las disciplinas y las profesiones producen informaciones sobre los
problemas teórico-técnicos propios y sobre la complejidad del entorno;
es decir, las diversas disciplinas y profesiones siendo parte de la cultura,
transforman la cultura, al poner a circular códigos formales en los
sistemas sociales; al mismo tiempo, estos sistemas sociales se
interpenetran
interpenetran
con
los
sistemas
informaciones
disciplinares-profesionales,
conceptuales
y
técnica,
con
descripciones de las acciones propias de los entornos culturales.
se
las
Se
forma un sistema de problemas, unos teóricos y otros de acción,
constituyendo así, el campo diverso de la cultura.
La cultura no existe por fuera de los sistemas, sino, que se le considera
desde su interior como un sistema complejo resultado de
las
interpenetraciones entre símbolos y acciones en los diversos sistemas.
Si la cultura existiera por fuera de las dinámicas de los sistemas querría
decir que es un trasfondo que se forma independiente de los procesos
de diferenciación y complejidad, adquiriendo de esta manera una
naturaleza metafísica que la haría inabordable desde las formas de
observación sistémica, y en dicho caso, para referirse a ella habría que
observación descriptiva de las disciplinas y de las profesiones estas se presentan como
el conjunto organizado de personajes ilustres y de sus hazañas, pero en una visión
más formal, los sistemas disciplinares y profesionales incluyen estos sucesos, pero
consolidan códigos formales, que perduran más allá de la dimensión de tiempo
fenomenológico anecdótico, creando autopoiéticamente un tiempo sistémico. De esta
manera, la investigación cultural observa estructuralmente los sistemas y sus
interpenetraciones, como sistemas autónomos, que incluyen los actores pero no se
agotan en ellos; generando códigos simbólicos generales que se inmiscuyen y
transforman las biografías, a través de los sistemas sociales, dado que los sistemas
más generales establecen una relación sistema/entorno con los sistemas personales
propios de los actores particulares.
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11
recurrir a las imágenes del misterio y la provisionalidad relativista, que
la harían una caja inobservable11.
La cultura es un sistema complejo
que al ser observado desde la investigación cultural y condensado de
forma provisional en modelos culturales se hace visible, pero de
inmediato la elaboración de dicho modelo comprensivo transforma la
cultura misma.
hace
Esta dinámica entre observador y objeto observado
necesarias epistemologías dinámicas, lo que no equivale a ser
relativista o el caso extremo, dada esta movilidad renunciar a su
observación.
El conjunto de problemas conceptuales y de acción que conforman la
cultura necesitan ser observados desde un objeto de estudio; este, es
un sistema de problemas que permite la autoobservación12 de las
informaciones conceptuales y de las descripciones de las acciones.
El objeto no es independiente de la cultura, pero toma distancia de ella,
como sistema, para poder autoobservarse. Esto hace que cada vez que
se constituya un nuevo objeto se transformen el entorno, la cultura, y la
11
De hecho las cajas negras generan blancura, o por lo menos suficiente transparencia
para el trato mutuo, cuando se encuentran. Por medio de la simple suposición,
generan certeza de realidad, puesto que esta suposición lleva a la suposición de la
suposición en el alter ego (Luhmann N. 1998:118). Ver la caja como oscura es ya una
mirada de segundo orden del sistema, pues en una observación cotidiana de primer
grado se ve claro y con una identidad, un espacio y un tiempo evidente. Las cajas
negras lo son, por una mirada externa, desde otro sistema más formal, o por la
autoobservación en segunda instancia; lo que refuta la tesis de la imposibilidad de las
cajas negras de ser sistematizadas, pues cuando estas se autopresentan como
poseedoras de esta cualidad –la oscuridad-, ya se han observado y por ende, se han
transformado. Los sistemas son complejos y no oscuros, como los presentan los
observadores que se apoyan en los relativismos epistemológicos para justificar su
renuncia a la comprensión, pues si lo hicieran, se verían en la necesidad de
autocriticarse y ya no les seria posible refugiarse en la inconmensurabilidad,
rehuyéndole a la confrontación política argumentada.
12
La manera de proceder aquí esbozada implica autorreferencia, en el sentido de que
la teoría de sistemas debe tener siempre la vista puesta sobre si misma como uno de
sus objetos; y esto no sólo al tratar sus programas de trabajo como objeto especial de
la teoría, sino continuamente, porque se ve obligada a referir todo su programa de
investigación a la aplicación o no aplicación sobre si misma (Luhmann N. 1998:37).
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12
descripción de las acciones que conforman la cultura; en consecuencia,
una tensión constante hacia la reelaboración del objeto13. Visto en
perspectiva sincrónica se puede hablar del objeto en singular, pero
desde la diacronía temporal es un objeto en transformación constante;
la observación sincrónica del objeto evita el relativismo temporal y la
diacrónica el absolutismo, resultado de la observación particular.
El objeto de estudio en la investigación cultural, es un sistema
diferenciado que sirve de forma provisional, como sistema transitorio
que es, para la interpenetración de los problemas disciplinares14 y
profesionales, con los mundos subjetivos de los investigadores y actores
sociales.
No sólo la relación con los problemas disciplinares y por ende, con los
objetos de estudio, se hace desde una perspectiva profesional; los
actores sociales no-profesionales, con sus simbologías y acciones, se
13
Al objeto de estudio se llega por el análisis funcional de los diversos problemas
disciplinares provenientes de las interpenetraciones de los sistemas culturales, pero
realizada esta observación, desde una visión teórica; y ya cuando se ha diferenciado
en un nuevo sistema, como objeto de estudio, establece relaciones sistema/entorno
con el sistema teórico que le dio origen y observa desde allí los acontecimientos
cotidianos de los sistemas, como problemas, en su sentido fenomenológico. El nuevo
sistema, el objeto de estudio, puede llegar a tener un grado de abstracción mayor que
el sistema teórico especifico del cual se partió y en consecuencia, convertir la teoría
anterior, ella misma vista ahora como pasado, en entorno, produciéndole, en el
compartido, una tensión hacia la nueva diferenciación; de igual manera, ver de otra
forma los sucesos cotidianos, lo que incita, al mismo tiempo a que cambie la teoría y el
sistema de acciones, como sistema en el entorno, hacia la diferenciación, creándose
una sinergia entre cambios en los sistemas teóricos, con las autodescripciones de los
sistemas culturales, y las acciones que son visibles desde la teoría.
14
Las generalizaciones pueden ser triviales. Si se quiere controlar la fecundidad de las
generalizaciones, habría entonces que construir los conceptos más generales como
conceptos problema y no como conceptos característicos. La teoría general de los
sistemas no fija las características esenciales que se encuentran, sin excepción, en
todos los sistemas; mas bien formula un lenguaje que introduce problemas y
soluciones, el cual, a su vez, hace comprender que pueden existir distintas respuestas
funcionalmente equivalentes a problemas determinados. En la abstracción será
incorporada, por lo tanto, una abstracción funcional que introduce una comparación
entre los distintos tipos de sistema (Luhmann N. 1998:39).
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13
constituyen
en
sistemas
sociales,
que
con
grados
variables
de
organización, participan de las dinámicas de elaboración de los códigos
formales de las disciplinas. Las profesiones se han constituido dentro de
los sistemas contemporáneos, en actores fundamentales para dinamizar
la diferenciación cultural, pero no son los únicos y tampoco los
determinantes.
Se van construyendo organizaciones sociales con la
circulación generalizada de códigos, que posibilitados por los medios de
comunicación, logran constituir sistemas formales en competencia con
los sistemas profesionales.
Las profesiones tienen, -dadas las formas
actuales de constituirse los códigos sociales en otras organizaciones noprofesionales-, competidores simbólicos para la coordinación de las
normas y las acciones, en la conflictiva polisemia cultural.
El límite epistémico-cultural del sistema teórico, esta constituido por
conceptualizaciones acerca de las tres dimensiones del sentido: espacial,
temporal
e
identitaria.
Este
interpenetración de los tres
límite
esta
constituido
por
la
sistemas conceptuales que observan
críticamente la distancia entre símbolo y acción, en las tres dimensiones
del sentido en estudio.
En
los sistemas de acción las dimensiones del sentido se encuentran
amalgamadas y en la medida que
para
ver
su
funcionamiento,
se
se puedan separar analíticamente
conforman
como
sistema
de
información; esta separación funcional hace que la ligazón autoevidente
de las dimensiones del sentido, que se presentan en la cotidianidad de
los sistemas de acciones, se desnaturalicen, se pongan en cuestión y se
produzcan así, transformaciones de dichos sistemas, al ser observados.
Desde este límite epistémico-cultural se problematizan las simbologías
de espacio, tiempo e identidad, que existen en los diversos sistemas
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14
culturales.
Estas dimensiones se estudian de manera separada, pero
necesitan la elaboración de un modelo funcional que muestre las
interpenetraciones de las dimensiones del sentido. De forma sincrónica
se hace la observación de los sistemas de acción y se describen de
forma empírica los acontecimientos vistos ahora desde el nuevo modelo
comprensivo de las simbologías, que se ha elaborado en la investigación
cultural.
La observación de las acciones empíricas15 no se hace con propósitos de
verificación, sino de observación de las acciones, como el entorno del
sistema simbólico, generando nuevas contingencias y la consiguiente
necesidad de elección ante las nuevas circunstancias autoproducidas en
la interpenetración sistema/entorno16.
Desde las posiciones teocéntrica o antropocéntrica, las dimensiones del
sentido están articuladas alrededor de un valor cultural privilegiado, por
el contrario, en una observación descentrada; es decir, en una
separación funcional de las dimensiones del sentido, y la observación
contrastada con el sistema de acciones, se produce una critica de lo
metafísico, que le es característico al centramiento en valores sagrados,
o en las simbologías antrópicas subjetivistas. Este descentramiento es
15
La unidad de la constitución mundana del sentido se articula como descripción,
haciendo desaparecer la complejidad de las opciones contingentes seleccionadas, con
el presentismo de la acción descrita. Hay una directriz en la descripción del mundo,
como un horizonte de observación, obrando como unidad de diferencia entre los
dualismos simbólicos que conllevan a la acción y en consecuencia, visible desde la
descripción autoevidente; de esta manera, la realidad se presenta como lo
momentáneamente indudable con la metaseguridad de lo aparentemente normal; dado
esto, por la convicción profunda y aproblemática en el empirismo de lo observable, de
forma inductiva y psicologista. El mundo de la vida se convierte en un horizonte del
que no se puede escapar ante el peso de lo evidente, creando una cerradura
momentánea. Es una autorreferencia plena de sentido por la autoobservación y la
autodescripción bajo criterios culturalistas.
16
Constitución mutualista: dos sistemas autorreferenciales que se observan
mutuamente; con
capacidad de procesamiento de información (Luhmann N.
1998:118).
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15
siempre provisional, pues de forma renovada vuelven a
aparecer los
centramientos metafísicos; es más, a mayor descentramiento, mayor
incertidumbre y en consecuencia, mayores embates inconscientes,
concientes o sociales se presentan para restaurar el centro.
Los problemas que se presentan desde este limite epistémico-cultural se
hibridan
con
los
problemas
provenientes
del
limite
disciplinar-
profesional, haciendo que el campo cultural se haga más complejo y que
sea necesario para su observación, elaborar un sistema que puede leer,
no por extensión aumentada, sino por renovada diferenciación, los
problemas complejos17 que surgen de estos dos limites culturales. Los
objetos de estudio, lo problemas de investigación y lo modelos
hipotéticos, incorporan ahora, con su mayor gradiente de observación,
la posibilidad de una observación diferenciada a estas formas de
complejidad cultural, con la paradoja continua y problemática, desde el
punto de vista metodológico, dado que, a mayor diferenciación se van
generando, de forma autorreferente, otras nuevas complejidades.
17
Se trata de ampliar mediante la observación abstracta las <condiciones de
posibilidad>, buscando a través de ella una base teórica más abarcante y a la vez más
sistemática (y que incluya, por ejemplo, los conflictos como sistemas) (Luhmann N.
1998: 123-127). Los problemas variados no se sectorizan para tratarse cada sector
por separado, sino, que la extensión anterior se reduce, ahora desde la visión de
segundo grado, elaborando un modelo formal más observante. Es la radicalización del
problema de la doble contingencia, pues ante la necesidad de selección que ésta
implica, no se crean por división, por cada contingencia, sistemas de problemas, sino,
que se genera una unidad sistémica de la doble contingencia. Es un sistema nuevo,
que visibiliza las anteriores opciones, desde una nueva doble contingencia; de la
duplicación de la improbabilidad surge la probabilidad. Se debe preguntar ahora: ¿por
qué el problema de la doble contingencia <se resuelve a si mismo>?; dicho de manera
menos aguda: ¿como es que el surgimiento del problema echa andar un proceso de
solución del problema? El problema (las dobles contingencias que lo constituyen) es
catalizador de los sistemas sociales. Transformar las casualidades en posibilidades de
construcción de estructuras hace que los sistemas se autogeneren a si mismos, ante la
necesidad de unidad que se requiere en las renovadas dobles posibilidades que hacen
se ponga en duda la normalidad de la probabilidad.
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16
Los límites epistémico-crítico y epistémico-cultural, conforman un
sistema funcional integrado, pero para su análisis se presentan de
manera independiente. El limite crítico esta constituido por las formas
de reflexividad científica, ética y estética sobre los fenómenos culturales
de la intrumentalización, la moralización culturalista y la estetización
light. El límite cultural, lo conforman el espacio, el tiempo y la identidad,
como dimensiones del sentido.
En los sistemas de acción se presenta instrumentalización, moralización
culturalista y estetización light de las dimensiones del sentido: espacial,
temporal e identitario; en consecuencia, en el limite epistémico-critico,
del sistema teórico, la ciencia critica estudiará la instrumentalización de
las anteriores dimensiones del sentido; de igual manera, se procederá
desde la ética y estética, con la moralización y la estetización
respectivamente.
La instrumentalización, la moralización y la estetización son fenómenos
simbólicos y de acción, que operan con códigos binarios, que siendo
símbolos generalizados, tienen consecuencias en los sistemas de acción.
Cada uno de estos símbolos ideologizados se presentan, no por la
voluntad de una conciencia psíquica omnimanipuladora, aunque la
conciencia participa en estas operaciones, sino, que se autogeneran en
la comunicación no antropológica (pero antropológicamente mediada) al
interior de los sistemas sociales; en la medida que dicha conciencia se
interpenetra a través de los procesos de comunicación sistémica.
De
esta forma, la instrumentalización, la moralización y la estetización
funcionan como enlaces simbólicos propios de los sistemas sociales más
generales y por ende, de la conciencia psíquica.
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17
Se establece en este límite epistémico-critico una distancia entre las
formas instrumentalistas de valoración de las operaciones en los
diversos sistemas culturales y las formas de validación de la ciencia en
forma argumentada. Entre instrumentalismo cultural y el sistema de la
ciencia se establece una relación de sistema/entorno; razón por la cual,
la ciencia se instrumentaliza al compartir limites y la instrumentalización
recibe la influencia conceptual de la ciencia. Este fenómeno complejo es
observado desde
la ciencia y desde la instrumentalización, desde las
operaciones de un sistema personal, ya sea este profesional o no. De
esto se deduce, que la validez no proviene del esfuerzo de la conciencia
profesional, ni de la pureza del sistema de la ciencia, sino de las
consecutivas observaciones de las observaciones y esto es posible, en la
medida que se pase de las descripciones de los sistemas de acción a la
elaboración sistemática de códigos formales críticos que puedan
autoobservar los fenómenos ideológicos en cuestión.
Si la mirada sistémica desde la ciencia, la ética y la estética fueran de
igual complejidad que los sistemas de acción que se desea observar, no
se lograría un gradiente de complejidad suficiente en el limite sistémico;
si se presentara complejidad de un lado con una similar del otro lado,
desaparecería la necesidad de la toma de decisiones y de ahí, el cese de
la critica.
El sistema estaría en una autopercepción culturalista de
complejidad de la complejidad, con una plenitud valorativa por
extensión, donde la ciencia no seria distinta de la instrumentalización, la
estética no diferiría del subjetivismo y lo mismo sucedería con la ética y
las valoraciones culturalistas. Este relativo valorar, haría una tautología
del sistema, pues desaparecería la necesidad de crítica ante el éxtasis
de variedad.
Pero es ésta, una falsa metáfora de pluralidad, pues al
presentarse esta heterogeneidad ya existe un observador que la narra y
toda narración otorga identidad, tiempo y espacio a quien la narra, y
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18
con ello la tensión por la validez de la narración y por la visibilidad del
narrador.
Al hacer una lectura de los fenómenos profesionales desde el límite
epistémico-critico, se hace visible cómo los criterios de éxito profesional
difieren de los de validez de la ciencia, de la ética y de la estética y al
existir un limite compartido entre profesiones y
estos sistemas de
validez (ciencia, ética y estética), con una influencia compartida, es
posible una sobreposición de los criterios de éxito profesional con los de
la
validez
formal,
ambos
influidos
por
los
fenómenos
de
la
instrumentalización, la moralización culturalista y la estetización light.
De allí la importancia de lograr diferenciar los códigos simbólicos
instrumentales profesionistas, con los criterios de éxito técnico y los de
carácter argumentativo de los sistemas de investigación formal18.
En la actualidad los límites entre éxito profesional y científico son más
difíciles de precisar, dado que las profesiones, para mantener su
potencial social, conjugan de manera estratégica imagen anecdótica de
éxito
con
argumentos
transformado
por
la
de
orden
técnica,
a
formal,
través
de
todo
los
esto
dirigido
medios
y
masivos
especializados de comunicación; éstos agregan a los anteriores códigos
simbólicos, profesionales y científicos, haciéndolos circular de manera
híbrida, con un consumo mas fácil y creíble culturalmente.
De igual manera los sistemas culturales usan de forma compleja las
formas de validación social, usando estratégicamente los códigos
18
Los profesionales mantienen los centramientos valorales, como guías axiológicas de
las acciones y estos, los obtienen de las profesiones (como sistemas científicos e
ideológicos a la vez); por el contrario la argumentación científica, ética y estética es un
mundo acéntrico hacia todas las posibilidades, con grados variables de
antropologización profesionista.
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19
simbólicos de la instrumentalización, la moralización y la estetización. Al
mismo tiempo, se usan de forma acumulativa los saberes científicos,
éticos y estéticos, amalgamados con los saberes culturales de los
sistemas sociales no-científicos.
Los medios de comunicación local y
masiva participan en estos procesos de diseminación y transformación
de los símbolos, conformándose una complejidad entre los sistemas
formales,
los
sistemas
sociales
y
los
medios
de
comunicación
contemporáneos.
Toda esta heterogeneidad simbólica y de los sistemas de acción de los
sistemas culturales hacen necesaria una lectura sistémica que logre
mostrar de forma provisional los modelos funcionales19 de la cultura y
poder de esta manera hacer una reducción de la complejidad, con
propósitos de intervención anticipada20 en los sistemas de acción
temporizados como presente-futuro.
Este límite epistémico-critico esta conformado, no por simbologías
instrumentales, moralistas o estetizadas, sino, por las informaciones
conceptuales,
organizadas
como
sistemas,
que
den
cuenta
del
19
Los modelos culturales transparentan, como en una fotografía instantánea, la
complejidad de las simbologías y las acciones que se dan en el interior de cada uno y
en las zonas de selecciones interpenetradas entre ellos. Con la formación del modelo
cultural, se permite la autoobservación del sistema en cuestión y la observación de los
otros, presentando lo complejo de forma sistémica. Cada uno de los sistemas se
constituye en observaciones, que inician siendo subjetivas y luego, se objetivan en
organizaciones con códigos mas formales; en la medida que se constituyen en
sistemas de informaciones, pasan de ser sólo una observación trascendental externa a
una autoobservación, que da sentido no-trascendente, aunque, en su interior se
realicen operaciones con simbologías trascendentales. De esta manera, los modelos
generan un distanciamiento de la mirada externa, pues organizan la autorreferencia de
los sistemas y por ende, las acciones se ven no como una carga, pues son visibles de
otra manera abriendo nuevas posibilidades, con lo cual los modelos en cuanto sistemas
autoobservables, retienen y reproducen capacidad de enlace entre si.
20
Sólo cuando hay pronóstico se puede actuar de otra manera; el pronóstico estimula
su propia refutación y de esta manera el sistema, en estado de espera, puede
aprovechar cualquier casualidad para desarrollar estructura.
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20
funcionamiento empírico de estas ideologías en los sistemas de acción
de la época de sentido en estudio; tanto desde una perspectiva
sincrónica temporal como diacrónica.
Las conceptualizaciones que conforman este límite epistémico-critico se
presentan como problemas teóricos que se interrelacionan con los
problemas teóricos provenientes de los limites epistémico-cultural y
disciplinar-profesional. Es decir, no son un conjunto de problemas de
acción, sino un sistema de problemas teóricos sobre los sistemas de
acción cultural en los sistemas. Como se anotó anteriormente, ésta
complejidad de problemas provenientes de las interrelaciones de los
límites anteriores, son reducidos para su observación investigativa y por
ende empírica, desde el objeto de estudio, el problema de investigación
y el modelo hipotético.
De la interpenetración21 de los límites anteriores: disciplinar-profesional,
epistémico-crítico
y
epistémico-cultural,
resulta
un
cuarto
límite
denominado epistémico-metodológico, clausurando con este último, el
sistema teórico como en una especie de cuadrado.
Este límite epistémico-metodológico servirá para la interpenetración
entre acciones e informaciones; es decir, será el orientador de la
versión más operativa del diseño metodológico de la investigación
cultural.
El
diseño
metodológico,
propio
del
limite
epistémico-
metodológico, hace que ciertos sistemas de acción se hagan visibles,
desde el modelo hipotético, y que otros no se observen, lo que no
21
La interpenetración entre los sistemas se realiza a través de la información, por
esta razón, el proceso de comunicación por el cual se transforman las informaciones
genera cambio, y dicho proceso es en si mismo, creación, pues, cuando no se tiene
nada que decir, entre dos informaciones, el sistema se diferencia hacia cualquier otra
información improbable, inventando sistémicamente nuevos caminos descentrados.
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21
equivale a decir que desaparezcan. En conclusión, el límite epistémicometodológico hace una reducción por abstracción de los variados
caminos operativos que la investigación pudo seguir en ese momento,
descartando temporalmente algunos, pero pudiéndolos actualizar en
fases subsecuentes del diseño de la investigación.
El diseño metodológico obra como un selector del intercambio, limitando
el paso de las acciones que se conformen como informaciones y al
mismo tiempo, permitiendo el paso de las informaciones22 para leer las
acciones de los sistemas del entorno; así mismo, transforma las
informaciones provenientes de las acciones cotidianas en acciones
investigativas mas formales, logrando que acción formal y acción
cotidiana se entrelacen haciendo de la investigación una practica social
no metafísica, es decir, observable. Este límite metodológico no surge
antes que los límites disciplinar-profesional, epistémico-cultural y
epistémico-critico, sino, es el resultado de la interpenetración de estos
límites; en consecuencia, el diseño se va configurando de manera
sincrónica y diacrónica con la constitución de los tres límites. El límite
metodológico es parte del sistema teórico y será, en las operaciones
siguientes el orientador de los procesos de diferenciación entre el
sistema teórico y el sistema de acción; se va a transformar con los
cambios del sistema teórico y como es el límite compartido entre teoría
y acción, también se modificará sistémicamente con las diferenciaciones
22
La información es un acontecimiento que selecciona estados del sistema (Luhmann
N. 1998: 82-84); pues la información, como acción, actualiza el uso de estructuras,
aunque, no es estructura y de esta manera, el sistema toma la información externa
como ocasión para la autodeterminación. La información da a conocer una selección,
excluyendo otras posibilidades y con ello, disminuye la complejidad disminuyendo la
inseguridad, pero al mismo tiempo aumentándola, dado que, evolucionan las formas
de sentido con mayor capacidad para adquirir información y procesarla.
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22
y descripciones en el sistema de las acciones23. Un cambio en el sistema
metodológico impacta la teoría, la acción y viceversa.
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23
La teoría es realidad y por ende, un tipo especial de acción que pone en cuestión los
criterios de realidad, y de forma indirecta las formas de validez de las acciones
cotidianas. La teoría se presenta como un objeto real, entre muchos, en el mundo de
los objetos reales (Luhmann N. 1998:37); en consecuencia, la teoría es una acción
social diferenciada que se puede comparar con las acciones de carácter descriptivo,
propias de los sistemas culturales. Al ser la teoría acción y la acción, descripciones,
con la posibilidad de ser información, y estas, conceptos teóricos, se dinamizan los
sistemas entre teoría-acción superando la metafísica de la separación tradicional entre
teoría y acción.
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Educación, Pensamiento Complejo
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Desarrollo Institucional Integrado
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