Maese Pérez el organista El texto se adscribe al género literario, ya que prima la intención estética en el uso del lenguaje; se utiliza literatura religiosa y se trata de un texto narrativo, en el que un narrador relata acontecimientos que suceden en un tiempo y un escenario determinados, protagonizados por personajes que tienen actitudes concretas. Así esta leyenda pertenece al conjunto de dieciséis leyendas que Bécquer publicó en el diario ‘’El Contemporáneo’’, en los días 27 y 29 del año 1861. Se desarrolla en Sevilla. Se muestra la capacidad de Bécquer para llevar los hechos de lo real a lo fantástico, refiriéndose a detalles verídicos o lugares reales (El convento de Santa Inés), mezclándolo con sucesos sobrenaturales (el organista muerto sigue tocando el piano). Trata sobre un gran organista, Maese Pérez, el cual es prodigioso tocando el órgano, y en la misa de Nochebuena muere tocando el órgano. Al año siguiente, su ‘’rival’’ le sustituye y otro año más tarde su hija le ve tocar el órgano, nadie la cree pero finalmente todos ven cómo el órgano suena solo armónicamente. Los temas que trata son el miedo, la muerte y la resurrección. La estructura interna está compuesta por una digresión al principio, narrada en primera persona por el propio Bécquer , desde ‘’En Sevilla, en el mismo atrio de Santa Inés..’’ hasta ‘’la muchedumbre que se agolpaba en la puerta’’ , contando una conversación que tiene Bécquer con una anciana, una introducción desde ‘’La iglesia estaba iluminada…’’ hasta ‘’Un grito de mujer’’ , contando que el Maese llega a la iglesia y, aun enfermo, toca el órgano haciendo emocionar al público; un nudo, desde ‘’El órgano exhaló un sonido discorde’’ hasta ‘’La esquena del callejón y desaparecían’’, contando que el Maese muere y todos quedan apenados, pero le sustituye otro organista, el cual toca muy bien; y el desenlace, desde ‘’Había transcurrido un año más’’ hasta ‘’el alma de Maese Pérez’’, contando cómo la gente ve tocar al alma de maese Pérez en la misa de gallo. En cuanto a la estructura externa o el marco espacio – temporal, la leyenda se desarrolla hacia el siglo XVIII ó XIX en Sevilla, cuyos protagonistas son sevillanos también. En cuanto a los personajes principales, están: Maese Pérez: organista viejo y ciego de nacimiento que maravilla a los feligreses al tocar el órgano; La hija de Maese Pérez: una mujer joven, asustadiza, es profesora de órgano, ama a su padre, orgullosa de su padre, tímida, el organista suplente: envidioso, siempre hablando mal de los demás organistas, con vestimentas extrañas, opuesto al maese Pérez, y que toca muy mal el órgano. Los demás son secundarios y no se da descripción de ellos: la abadesa del convento de Santa Inés, la demandadera, doña Baltasara, el arzobispo… El narrador en la primera parte es en primera persona, ya que es el propio Bécquer quien se encuentra en la propia historia, y también en alguna otra digresión que hay más adelante, haciendo referencia al autor de nuevo al ser en primera persona. El resto de la historia está narrada en tercera persona, organizando los acontecimientos de forma lineal, ya que expone los sucesos que ocurren de forma seguida y en el orden en el que ocurren. Se hace uso del estilo directo al mezclar el diálogo y la narración a lo largo de la leyenda, mostrando las palabras textuales del personaje en el diálogo. También se hace uso de la adjetivación al mezclar elementos narrativos con elementos descriptivos al explicar varias situaciones, como cuando se oye tocar al Maese Pérez. Se utilizan mecanismos de coherencia y cohesión, recurriendo a conectores temporales (en aquel momento, después…). Se utilizan verbos de acción (entraba, atropellarse…), de pensamiento (expresar, rezad…)y de lengua (decía, imitarle…). Las formas verbales más utilizadas son el pretérito perfecto simple del indicativo (tiempo de la narración por excelencia) y el pretérito imperfecto del indicativo también, que al ser ambos del indicativo, se expresa realidad. Predomina la función representativa ya que Bécquer se muestra muy objetivo, aunque también en las digresiones la función apelativa está presenta, Bécquer se dirige a un personaje con el que mantiene una conversación, y a lo largo de la leyenda, la función poética al utilizar recursos estilísticos: personificación: “El órgano exhaló..’’, reiteración “Cuando sonó un grito en la tribuna, un grito desgarrador, un grito de mujer..’’, comparación “Le arranca con su órgano lágrimas como puños epítetos: ‘’opulento señor’’, ‘’colosal fortuna’’, etc. El principal elemento del romanticismo en esta obra es La muerte: El protagonista muere, aunque eso no le impide seguir haciendo lo que más le gusta, que es tocar el órgano. Bécquer muestra cómo Maese, incluso después de su muerte, vuelve para seguir la tradición (otro elemento romántico) de tocar en la misa del Gallo, y así, emocionar con su música a los feligreses; haciendo referencia a otro elemento romántico, que es el sentimiento melancólico y emocionado, la exaltación de ‘’yo’’, haciéndose ver que Bécquer hace varias digresiones en la historia al comentar algo que tiene que ver con su persona. Predomina el miedo, el amor, la tristeza… Se muestra subjetividad a la hora de desarrollar la historia, la cual ocurre en ambientes religiosos, ya que era muy importante la religión en el romanticismo. Se centra en la resurrección de Maese para continuar tocando el órgano. En muchas ocasiones, el tema es religioso, ya que hace que todo gire en torno a elementos católicos. Tiene un estilo vívido, con frecuentes adjetivaciones, exclamaciones y aquellos elementos que permitan enfatizar los sentimientos que se quieren expresar. Rescata el espíritu de las tradiciones y lo religioso, para determinar también la pertenencia a Sevilla como nación. Su protagonista es humilde, buena persona la cual se mueve de entre los muertos para expresarse a través de la música, haciendo que los demás sientan lo mismo que él al tocar el órgano. En mi opinión, la leyenda es un poco cargante de leer, ya que en los momentos en los que habla la vieja demandadera me cuesta más trabajo su lectura, porque utiliza palabras las cuales no las entiendo en ése contexto u otras que no comprendo del todo, aunque me resulta gracioso en donaire con el que se expresa Doña Baltasara y me gusta la relación que se hace entre la muerte y la resurrección para descansar en paz.