UNA VEZ MÁS: EL LÍDER ¿NACE O SE HACE? Guillermo S. Edelberg DBA Profesor Emérito Conocí a un señor, mayor que yo, quien desarrolló con el correr de los años una carrera destacada en empresas industriales. También participó de manera similar y en forma simultánea en actividades de organizaciones profesionales sin fines de lucro. Cuando hablé con él por primera vez era gerente de producción de una empresa manufacturera. Pocos años después fue nombrado su gerente general y, luego de una década en esta posición, pasó a ocupar la gerencia general de una empresa de mayor envergadura. Se desempeñó en ésta hasta que le llegó la hora del retiro. Siempre fue una persona prestigiosa en los círculos que frecuentaba. En varias ocasiones lo vi actuar con decisión e iniciativa, no obstante lo cual me era difícil calificar o describir su manejo empresarial. ¿En las empresas donde se desempeñaba, era un buen gerente o era un líder? Si bien su carrera era la de alguien a quien cabía citar como ejemplo para las nuevas generaciones de ejecutivos, la duda no me resultaba fácil de resolver. Siempre que hablaba en público sobre temas de su especialidad, lo hacía en forma inteligente y amena; pero jamás citaba ejemplos de actividades, decisiones o políticas empresarias que se refiriesen a otra empresa que no fuese la suya. ¿Era prudencia o carecía de visión o creatividad? ¿No le era posible desarrollar esquemas conceptuales amplios que facilitasen la transmisión de su experiencia a las nuevas generaciones de gerentes y líderes empresariales? ¿Era más bien burocrático o era creativo? Nunca pude resolver el enigma. Esta duda si existen diferencias entre las habilidades y características de gerentes y líderes que los hacen distintos o si gerencia y liderazgo forman parte de un todo conduce a un debate que se ha mantenido a lo largo de los años. Fue expuesto en forma clara por el Profesor Abraham Zaleznik (Managers and Leaders: Are They Different? Harvard Business Review. Boston: 1977) en un artículo vuelto a publicar como un “clásico” de la revista pocos artículos lo logran quince años después, en la edición correspondiente a marzo-abril de 1992. Dice el Prof. Zaleznik: ... una diferencia crucial entre gerentes y líderes surge de sus respectivas concepciones, en lo profundo de sus psiques, acerca del caos y el orden. Los líderes toleran el caos y la falta de estructura y por esto les es posible mantener respuestas en suspenso para evitar conclusiones prematuras acerca de temas controvertidos.. Los gerentes, en cambio, buscan el orden y el control y sienten una cierta compulsión que los induce a terminar con los 2 problemas que se les presenten aún antes de comprender su significado de manera completa. John Kotter, destacado especialista y colega del anterior, comparte este punto de vista. Otros lo rechazan. Christopher Bartlett, también de la Harvard Business School como los anteriores (y australiano como Elton Mayo, el precursor de la especialidad y autor, este último, de dos libros clásicos, Los problemas humanos de una civilización industrial y Los problemas sociales de una civilización industrial) dice lo siguiente (Jonathan Doh, Learning & Education. Marzo de 2003): ... creo que la literatura ha creado una falsa dicotomía. Quizás sea útil desde un punto de vista pedagógico porque le permite a la gente hablar tanto de liderazgo como de gerencia como si fueran dos actividades distintas... Creo que esto subestima lo que es gerencia. Una buena gerencia implica lograr resultados a través de otros y esto siempre ha incluido el liderazgo. Sea cual fuere nuestro punto de vista en este debate, la aparición o el desarrollo de líderes en una organización da lugar a otra controversia, a saber: los líderes ¿nacen o se hacen? Es decir ¿un líder lo es porque posee ciertas características innatas de las que otros carecen o lo es porque por su propio esfuerzo o el de una organización ha logrado desarrollarlas? ¿Se puede desarrollar y entrenar a alguien para que llegue a ser líder de una organización? Jonathan Doh, el autor del artículo señalado, reproduce la opinión de destacados integrantes de la comunidad académica de los Estados Unidos y extrae las siguientes conclusiones: 9 Las cualidades innatas del liderazgo no se pueden enseñar o desarrollar. Aun cuando pudieran «refinarse» por medio del aprendizaje, existen límites a lo que pueda lograrse por medio de la enseñanza formal; 9 La mejor manera de desarrollar las habilidades que no entren en la categoría de innatas es a través de un programa educacional práctico que implique vivir experiencias personales; 9 Las opiniones están divididas con respecto a si los líderes de una organización pueden llegar a ser buenos entrenadores para desarrollar habilidades de liderazgo en sus subordinados. Algunos opinaron que los líderes, en esta actividad, sólo transmiten experiencias personales; y 9 La relación entre liderazgo y enseñanza es importante. Una característica destacada de los líderes es su habilidad para imbuir a los integrantes de una organización de una mentalidad de aprendizaje. Los líderes efectivos poseen un determinado punto de vista apreciado como un foco de enseñanza que define qué espera que logre la empresa y cómo lo logrará. El tema de liderazgo consume gran cantidad de recursos y se expande cada vez más. Existen numerosos centros universitarios dedicados a su estudio; se publican varias revistas dedicadas al tema (Leadership Quarterly, The Journal of Leadership Studies, The Leadership and Organizational Development Journal, y Strategy and Leadership, por ejemplo) y si uno busca la palabra liderazgo en google.com se encuentra con casi medio millón de sitios que la citan si se busca leadership, su equivalente en inglés… uno se encuentra con ¡19.600.000! 3 No obstante, los temas aquí mencionados siguen y posiblemente seguirán discutiéndose. Lectora o lectora: ¿qué opina? El líder ¿nace o se hace?