DEFINICIÓN: El Alzheimer es una enfermedad neurológica progresiva y degenerativa que afecta a las células del cerebro, causando alteraciones de varias funciones mentales superiores y que produce un deterioro e incapacidad funcional en todos los ámbitos de la vida diaria. Es la primera causa de demencia en la vejez. CAUSAS y FACTORES DE RIESGO: La causa de esta enfermedad se desconoce por el momento, aunque se cree que abarca tanto factores genéticos como ambientales. Actualmente se están siguiendo diversas líneas de investigación científica para tratar de identificar las causas y conseguir encontrar un fármaco que pueda parar la enfermedad. Algunas de las causas de las que se sospecha y se estudian son: la predisposición genética, un virus de acción lenta, otros agentes infecciosos, toxinas ambientales, cambios inmunológicos. En un 5-10% de los casos existe un origen genético y hereditario, pero este tipo siempre tiene una presentación precoz (antes de los 55-60 años). A pesar de no tener totalmente identificadas las causas, podemos hablar de ciertos factores de riesgo que pueden predisponer a una persona a padecer la enfermedad de Alzheimer: A mayor edad, mayor es el riesgo de desarrollarla (aunque esto no significa que sea una parte normal del envejecimiento). Antecedentes familiares de la enfermedad, aunque sólo en los casos de comienzo precoz (el hecho de que un familiar haya desarrollado la enfermedad cuando tenía 60 años o más no indica tener necesariamente un riesgo mayor). Pertenecer al género femenino (debido a que las mujeres suelen vivir más que los hombres). Presión sanguínea alta por mucho tiempo. Antecedentes de traumatismos craneales. Niveles altos de homocisteína (un químico corporal que contribuye a desarrollar enfermedades crónicas). Ser portador de ciertos polimorfismos genéticos (variaciones normales en la secuencia del genoma, no mutaciones), tales como el Alelo 4 del genotipo ApoE. CÓMO RECONOCER EL ALZHEIMER: Existe una gran variedad en cuanto a los comportamientos y síntomas de las personas que padecen Alzheimer. No obstante, hay una serie de situaciones que pueden ponernos en alerta y hacer sospechar que una persona puede estar sufriendo la enfermedad y que necesita algún tipo de intervención, entre ellas. Olvida lo que acaba de suceder recientemente y en cambio es capaz de recordar con precisión detalles de su vida pasada. Siempre saca los mismos temas. Vuelve a preguntar lo mismo. No recuerda partes importantes de conversaciones recientes. Va a comprar y olvida cosas, o compra aquellas que no necesita. Olvida o confunde ingredientes cuando cocina, de forma reiterativa. Se olvida de fechas y citas señaladas, direcciones y teléfonos familiares, nombres de amigos y conocidos, etc. No encuentra documentos, objetos o utensilios de uso diario que él/ella mismo/a ha guardado en sitios poco habituales (ej. reloj dentro del salero). Tiene problemas en el manejo de los electrodomésticos comunes. Comete errores con el dinero. Le cuesta interpretar la hora en el reloj. Pregunta reiteradamente lo que ha de hacer o repite lo que ha hecho. Se desorienta, no sabe o confunde qué día es, de manera continuada. Se pierde con facilidad en rutas no habituales, no sabe cómo regresar a casa, no reconoce un lugar donde ha estado a menudo. Se expresa con frases cada vez más cortas y más simples, le cuesta encontrar una palabra concreta, confunde una palabra con otra, formula frases incomprensibles o fuera de contexto, no comprende lo que le dicen, tiene dificultades para seguir una conversación con varios interlocutores. Dificultades en movimientos intencionales (por ej. copiar un dibujo, recortar…). No reconoce o confunde personas o cosas (por ej. el cepillo de dientes con el peine). Cambios en la conducta y/o personalidad, altibajos en los estados de ánimo. Des-motivación generalizada. TRATAMIENTO: Aunque actualmente no existe tratamiento curativo, se pueden paliar los síntomas para que la enfermedad se desarrolle más lentamente y el enfermo conserve durante más tiempo las funciones, mejorando de este modo su calidad de vida y la de su familia. Dentro de los tratamientos farmacológicos que se pueden recetar están los fármacos dirigidos a mejorar los síntomas cognitivos propios del Alzheimer y por otro lado aquellos que tratan trastornos de conducta, agitación y síntomas psicóticos que aparecen asociados a la enfermedad. También encontramos una serie de tratamientos no farmacológicos que ayudan a aminorar la velocidad de la enfermedad, como son: Intervención cognitiva: un conjunto de actividades dirigidas a mejorar la pérdida de memoria y el resto de capacidades cognitivas alteradas, a través de ejercicios basados en el lenguaje, la concentración, el razonamiento, reminiscencias, etc. Psicomotricidad: técnicas de estimulación cognitiva para favorecer la percepción del cuerpo, el mantenimiento de la lateralidad y la coordinación psicomotriz. Estimulación física: actividades que implican actividad física, como el ejercicio físico, paseos diarios, ejercicios de coordinación, etc. Actividades ocupacionales: aprovechar las capacidades que aún conserva el enfermo poniéndolas en práctica de forma estructurada a través de actividades como manualidades, pintura, jardinería, cocina, tareas del hogar, juegos, etc. Actividades recreativas: participación en actividades sociales y recreativas, así como en la realización de las actividades básicas de la vida diaria. Intervenciones conductuales: dirigidas a la prevención y tratamiento de los síntomas conductuales y psicológicos que producen una gran sobrecarga en el cuidador y la familia. En Gerosol Asistencia somos conscientes de que la coordinación de todos estos tipos de tratamientos se traduce en una mejora significativa en la calidad de vida tanto de la persona enferma como de sus familiares, por ello contamos con diversos servicios especializados (servicios de carácter personal, de cuidador, sanitarios, psicológicos, asesoramiento, etc.) que pueden adaptarse en función de las necesidades específicas de cada persona, de modo que la familia y el enfermo puedan vivir la enfermedad de una manera más controlada, manteniendo a éste dentro de su entorno habitual durante más tiempo.