ASOCIACIÓN DE ABOGADOS DE BUENOS AIRES RESOLUCIÓN Nº 1/03 VISTO: El dictamen formulado por la Comisión de Política Criminal y Seguridad de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, respecto de los procedimientos de selección y propuesta de Ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación establecido por el Decreto 222/2003 dictado por el Poder Ejecutivo Nacional el 19 de junio de 2003 (publicada B.O. 20-6-2003) reglamentando la atribución presidencial contenida en el artículo 99, inciso 4, de la Constitución de la Nación Argentina. Que dicho decreto autolimita las facultades del PEN para la designación de ministro de la CSJN, estableciendo parámetros para la mejor selección del candidato propuesto de modo que su nominación contribuya a un efectivo mejoramiento del servicio de justicia y al fortalecimiento del sistema republicano y al incremento de la calidad institucional. Que así se fija como finalidad última del procedimiento para la preselección de candidatos para la cobertura de vacantes en la Corte Suprema de Justicia de la Nación en un marco de prudencial respeto al buen nombre y honor de los propuestos, la correcta valoración de sus aptitudes morales, su idoneidad técnica y jurídica, su trayectoria y su compromiso con la defensa de los derechos humanos y los valores democráticos que lo hagan merecedor de tan importante función. Que se establece para los candidatos propuestos la acreditación de aspectos relativos a su trayectoria profesional y académica, declaración jurada de los compromisos públicos y privados que tuvieren o hayan tenido en los últimos ocho años de actividad profesional, que pueda afectar la imparcialidad de su criterio por actividades propias, de su cónyuge, de sus ascendientes y de sus descendientes en primer grado, ello con la finalidad de permitir la evaluación objetiva de la existencia de incompatibilidades o conflictos de intereses, cumplimentándose los requisitos establecidos en la Ley de Ética de la Función Pública (Ley N° 25.188) y del cumplimiento de sus respectivas obligaciones fiscales. Que también se crean mecanismos que permiten a los ciudadanos, individual o colectivamente, organizaciones no gubernamentales, colegios y/o asociaciones profesionales, entidades académicas y de derechos humanos, presentar al Ministerio de Justicia Seguridad y Derechos Humanos, por escrito y de modo fundado y documentado, las posturas, observaciones y circunstancias que consideren de interés expresar respecto de los incluidos en el proceso de preselección, con declaración jurada respecto de su propia objetividad respecto de los propuestos. Que asimismo se establece que podrá requerirse opinión fundada a organizaciones de relevancia en el ámbito profesional, judicial, académico, social, político y de derechos humanos a los fines de su valoración. Que el procedimiento indicado se presenta en oportunidad de producida la vacante del Ministro Dr. Julio Nazareno en causa de su renuncia, ante lo cual la AABA suscribió un petitorio al Presidente de la Nación haciéndole saber nuestra opinión en el sentido de que dicha vacante debería ser ocupada por una abogada a igualdad de méritos y en atención a que la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, que tiene rango constitucional determina: “ los estados parte se comprometen a... establecer la protección jurídica de los derechos de la mujer sobre una base de igualdad con los del hombre...” Que sin que obste a lo anterior, coetáneamente el Presidente de la Nación ha hecho pública la propuesta del Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, iniciándose con la publicación en el Boletín Oficial de la propuesta prescripta por el artículo 4, el proceso de selección y elección y las atribuciones a la Asociaciones Profesionales dadas por el artículo 6 del decreto en cuestión. Y CONSIDERANDO Que esta Asociación vino participando activamente en la promoción del juicio político al Dr. Nazareno y a otros componentes del más alto Tribunal de Justicia de la Nación, en atención a que la actuación de la mayoría de los ministros de la Corte contribuyó a la profunda deslegitimación social y política de la administración de justicia. Que por lo tanto en el marco de la crisis generalizada en el país y ante el crecimiento de las expectativas esperanzadas de la sociedad por las decisiones que viene tomando el gobierno nacional, resulta necesario que la AABA se expida sobre el tema sub-examen. Que por ello, en cumplimiento de los contenidos estatutarios, competencias y compromisos de esta Asociación con los intereses de la profesión y de la sociedad, y con las reservas del caso, manifestamos un explícito apoyo al nuevo sistema instaurado por el decreto 222/03, participando en consecuencia en el sistema de consultas que prevé. Que en ese sentido se hace necesario remarcar que en la actual composición de la Corte Suprema de Justicia de la Nación se carece de un Ministro que ostente la especialidad penal y sus implicancias constitucionales, de derechos humanos y criminológicas. Que es de señalar el nivel de crisis del actual Tribunal, que se demuestra a través de la elaboración doctrinaria sobre el sistema de derechos y garantías, que se ha constituido en gravemente errática y regresiva en aspectos de esa materia y en especial sobre los principios de legalidad, debido proceso y derecho de defensa en el espacio penal. Que son expresión de esa doctrina errática y francamente regresiva los siguientes fallos: “Cabral” (14-12-1992, LL 1993-B 257), donde se sienta el principio que solo se descarta como valor probatorio a la declaración espontánea ante la existencia de coacción, y si ella no existe, ese dato es un indicio. En el mismo sentido en “Jofre” (Fallos 317:241) y “Schettini” (L.L. 1995 B 333), en las que se establece que ante la ausencia de coacción, la declaración espontánea tiene el valor de indicio. Se ha sentado sobre la legalidad del procedimiento de detención, efectuado bajo la argumentación de la sospecha, en violación a los artículos 284 y 285 del Código Procesal, en abierto convalidamiento del “olfato policial” y en desmedro de la doctrina de la Corte sentada en “Daray” (L.L. 1995-B, página 352), legitimando la detención ante la actitud sospechosa –conducta evasiva, nerviosismo, comportamiento y vestimenta desusados para la zona, justificación imprecisa de su presencia- y la demora en la vía pública a los fines identificatorios y posterior secuestro de elementos que en definitiva resultan inculpatorios, entendiéndose ello como parte de la atribución de la Policía que tiene como función específica investigar por iniciativa propia y prevenir los delitos- artículo 183, Código Procesal Penal y 3º, inciso 1º, ley orgánica policial, decreto ley 333/1958, texto según leyes 14.467 y 23.950, y que no comporta detención que requiera la configuración de flagrancia bajo pena de violar la inmunidad de arresto- artículo 18 de la Constitución Nacional-, pues se funda en la facultades policiales (CSJN, 2002/10/03 – Tumbeiro, Carlos A.). En el mismo sentido se legaliza la detención ante los movimientos sospechosos del posteriormente procesado (CS, 2001/12/07.- Abraham Jonte, Ronaldo F. s/ recurso de casación, Doctrina Judicial, 2002-1-801). Que está fuera de toda duda la relevancia científica, doctrinaria, académica, profesional, política y ética del Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni en la materias constitucional y de derechos humanos, derecho penal y criminología. Su trayectoria se ajusta no sólo desde lo formal a los requerimientos del Decreto en cuestión, sino que cumplimentan las necesidades de dotar con su integración a las imprescindibles condiciones de legitimación y valoración política, social y doctrinaria a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Que seguramente su aporte ayudará a rectificar las políticas erráticas y regresivas en la materia más arriba señaladas. Que el carácter de Jurista se resume en la persona y actividad del Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, condición reconocida nacional e internacionalmente. Asentado en la actividad docente, académica, publicista y práctica militante en pos de la vigencia del más amplio sistema de derechos y garantías individuales, entendido como plexo necesariamente social y no puramente formal y como expresión humanista y transformadora de la que el derecho no se puede eximir. Por lo expuesto La Comisión Directiva de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, Resuelve Primero: Adherir y apoyar el mecanismo de selección y propuestas de Ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por parte del Presidente de la Nación Argentina que reglamenta el Decreto 222/2003. Segundo: Dirigirse al Señor Presidente de la Nación solicitándole que, sin perjuicio de requerirle la ampliación de las normas contenidas en el decreto 222/03, se resuelva como medida de discriminación positiva, a igualdad de méritos, la designación de una abogada en las futuras vacantes que pudieran producirse en el Alto Tribunal. Tercero: Apoyar la propuesta del Señor Presidente de la Nación Argentina para que el Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni sea designado Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Cuarto: Poner en conocimiento de la presente resolución al Sr. Presidente de la Nación Argentina, Dr. Néstor Kirchner, al Señor Ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Dr. Gustavo Béliz, a la Federación Argentina de Colegios de Abogados y al Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni. Quinto: Darle difusión de la presente para conocimiento de la sociedad y abogados por medio de Declaración de Prensa y a los asociados con la publicación en los números siguientes de Revista Plenario y Boletín de Novedades. Buenos Aires, 10 de julio de 2003. Norberto Lorenzo Secretario General Ernesto J. Moreau Presidente