La capacidad para contratar Es la capacidad jurídica un atributo de la persona. Se trata de la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones e influir, con su actuación, en su propia esfera jurídica de relaciones. Concepto Capacidad jurídica De hecho de obrar o de ejercicio Pleno ejercicio de la capacidad Capacidad de hecho: Aptitud para ser titular de derechos y obligaciones. Se ostenta por el sólo hecho de la personalidad jurídica. Capacidad de derecho: Aptitud para influir con su actuar en su propia esfera de relaciones jurídicas. Se trata de determinar si el negocio jurídico generado por ese consentimiento es o no un negocio jurídico válido y eficaz. La capacidad es un presupuesto de la validez y eficacia del negocio. El Código Civil Nicaragüense en el Libro I “De las Personas y Familia”, en el Título I “De las Personas en General”, en los capítulos del 1 la 4, ambos inclusive regulan la capacidad jurídica, completada con no pocos preceptos incluidos en el Título II “De la familia”. 1 Comentarios sobre la capacidad jurídica en el Código civil Nicaragüense. El artículo 7 regula que tienen incapacidad absoluta Las personas por nacer Los impúberes Los dementes Los sordomudos que no saben darse a entender por escrito La primera pregunta sería si alguien puede ostentar incapacidad absoluta, ¿si algún ser humano por el hecho de serlo puede estar privado ABSOLUTAMENTE de la capacidad jurídica?. Ello contradice la afirmación y concepción doctrinal de que la capacidad es un atributo de la persona, por lo que toda persona por el hecho de ser tal al menos goza de la CAPACIDAD DE HECHO, y pareciere que de alguna manera esta noción estuvo en la mente del legislador cuando regula, no poco difuso, pero regula, en el artículo 1 “ Es persona todo ser capaz de ejercer derechos y contraer obligaciones”, y luego en el artículo 10 preceptúa “los incapaces pueden adquirir derechos y contraer obligaciones por medio de sus representantes”. Es así que en ambos preceptos subyace la anuencia del legislador con la admisibilidad que por el hecho de ser persona , aún incapaces, se pueden adquirir derechos y contraer obligaciones (capacidad de hecho). Por todo lo cual, la posición subyacente en los artículos 1 y 10 no es congruente con la preceptiva con que principia el artículo 7: “TIENEN INCAPACIDAD ABSOLUTA”, PUES NADIE SERÁ ABSOLUTAMENTE INCAPAZ, cosa distinta es afirmar que estarán privados absolutamente para EL EJERCICIO DE SUS DERECHOS....., más no es lo mismo privación absoluta para el ejercicio de los derechos que “incapacidad absoluta”. El referido artículo 1 suscita al menos una interrogante ¿Quién no pueda ejercer , o ejercitar derechos no será persona? ¿por qué el legislador empleó el término ejercicio, en lugar de aptitud para calificar a la persona?, pareciera que con ello el legislador se desentendió de que el término ejercicio se reserva para describir la capacidad de obrar, pues los menores e incapaces aunque no puedan ejercer sus derechos, al menos por sí, no dejan de calificar juridicamente como personas, y el propio legislador lo admite en el artículo 10 y en el artículo 6 cuando dice “las personas de existencia visible son capaces de adquirir derechos y obligaciones”, introduciendo un nuevo término que es capacidad, ya no dice ejercicio sino “son capaces de adquirir” , con lo cual describe entonces, la aptitud potencial para adquirir que es distinto de ejercitar. El Código asume una posición negativa, de decantación para definir el pleno ejercicio de la capacidad jurídica, pues no regula en ningún precepto el pleno ejercicio de la capacidad sino que regula quienes tienen incapacidad absoluta y quienes relativa, por lo que leído e interpretado a la inversa habrá que entender que en quienes no concurren las causales que para la incapacidad absoluta y relativa se tasan, serán los que gocen del pleno ejercicio de la capacidad. Que sería lo mismo afirmar entonces que: - las personas nacidas, - los que no son impúberes, - los que no son dementes, - y los que no son sordomudos o siéndolos si saben darse a entender por escrito, - y que no sean menores adultos, todas ellas reunidas orientaran en la determinación del pleno ejercicio de la capacidad jurídica. 2 No regula el Código en estos capítulos referidos a la persona en general que, con la mayoría de edad se adquiere la plena capacidad jurídica. Para un análisis completo pareciera que tendríamos que colacionar a esta parte general la preceptiva del artículo 278 , inserto como un capítulo dentro del Título II “ de la Familia”, como si la mayoría de edad fuere un tema privativo de las relaciones familiares y no se expandiera por el resto de las materias no sólo del Derecho civil, como, las obligaciones y los contratos, el derecho sucesorio y la propiedad, sino además informa al resto de las ramas del ordenamiento jurídico, el derecho Laboral, el Mercantil, el administrativo, el Derecho Penal, por sólo citar algunas, por lo cual su correcta ubicación sería en la parte general del Derecho Civil, que suele ser en el tratamiento de la persona, y no integrada a una de las disímiles ramas a la que también sirve la figura de la mayoría de edad, como es el Derecho de Familia. De las incapacidades absolutas en especial ha quedado dicho que es una terminología desacertada en técnica jurídica el empleo del vocablo “incapacidad absoluta”, pues por el sólo hecho de ser persona se ostenta , al menos la capacidad de hecho, como atributo de la persona. Nuestro Código en el primer apartado del artículo 7 excluye del goce de la capacidad jurídica “a las personas por nacer” . Con ello el legislador se distrajo en un campo que pareciera bastante trillado en Derecho, pues la terminología de personas por nacer es una ficción creada en Derecho para favorecer al nasciturus, que aún no es persona, en aquellos efectos que pudieren serle favorables cuya efectividad y realización de los derechos pende del hecho futuro e incierto tal cual es el nacimiento mismo. Así que genéricamente plantearse que el nasciturus no tiene capacidad jurídica es impropio y padece de abundamiento innecesario, si ha sido reconocido en el artículo 5 del propio cuerpo legal que “la existencia legal de toda persona principia al nacer” Yo diría que se trata de regular un hecho que en sí mismo es un imposible natural y jurídico como tildar de incapaz absoluto a alguien que ni siquiera goza de personalidad jurídica, Si la capacidad es un atributo de la persona y la persona no existe entonces es un absurdo jurídico calificar el atributo. Las personas por nacer, interesan al Derecho y es cuando se construye la ficción de tenerlas por nacida a los efectos que le sean favorables. De los impúberes : o Es la pubertad un término biológico, no jurídico. La pubertad no es idéntica en ambos sexos, ni siquiera igual dentro del propio sexo, por lo que se torna un término volátil de ninguna objetividad jurídica como exigen los términos en derecho. De los dementes: o Igualmente es un término biológico, pero la demencia por sí no es un supuesto de incapacidad jurídica pues se precisa que se declare judicialmente y es declaración judicial la que cobra virtualidad jurídica y no el hecho biológico de la demencia. Los sordomudos: o Con los avances de la tecnología y la implementación del sistema braille los sordos y mudos pueden perfectamente expresar su voluntad de forma inequívoca. Ser sordomudos no quiere decir que no se pueda dar a entender por escrito. 3 Conclusión parcial: Según las normas contenidas en el CC de Nicaragua tendrán: Pleno ejercicio de la capacidad jurídica: Los mayores de 21 años cumplidos no declarados incapaces, y si son sordomudos que sepan darse a entender por escrito. (art 278CC). Los emancipados: o Por matrimonio los mayores de 18 años de edad (271.1, 273 CC). o Por autorización del padre, o de la madre en su defecto, con la aceptación del menor y después de cumplido los 18 años de edad. (art 271.2 , 274, 275 CC y 728 del Pr). o Por declaración de la mayoría de edad, menores de 21 años, el varón que haya cumplido 15 y la mujer que haya cumplido 14, declarada por juez de Distrito (art 280CC y 1612 Pr). Gozan únicamente de la capacidad de hecho: Las personas por nacer. Los impúberes. Los dementes. Los sordomudos que no saben darse a entender por escrito. Tienen restringido el ejercicio de la capacidad Los menores adultos o Los emancipados por matrimonio menores de 18 años (art 271.1, 273, 276, 277 CC). o Los que no han alcanzado la declaración de la mayoría de edad (varones de 15 años y mujeres de 14 años). Art 2472 CC. o Los sujetos a interdicción civil Dictado en causa penal ¿quebrados?. En temas de contratación el artículo 2471 ordena que “para que el consentimiento sea válido se necesita que el que lo manifieste sea legalmente capaz”. Luego el artículo 2472 remite a figuras contenidas en los artículos 7 y 8 del Código Civil, en relación con el artículo 2212 del propio cuerpo legal. Los efectos que el ordenamiento atribuye a los actos celebrados por incapaces son los dictados en el propio artículo 2212, que son de nulidad. 4 Considero más adecuado el empleo de los siguientes términos de forma genérica tales como: La personalidad comienza con el nacimiento y se extingue con la muerte. La persona natural tiene capacidad para ser titular de derechos y obligaciones desde su nacimiento. El ejercicio de la capacidad se regirá por las disposiciones de este Código y leyes especiales, según el caso” La plena capacidad para ejercer los derechos y realizar los actos jurídicos se adquiere: o Por arribar a la mayoría de edad que comienza a los 21 años cumplidos; o Por emancipación: Por matrimonio cuando arriben ambos o indistintamente a 18 años de edad, Por declaración de la mayoría de edad. o La ley no obstante puede establecer otras edades para realizar determinados actos (quedan aquí incluidas la edad laboral, la edad penal, etc). Tienen restringida su capacidad para realizar actos jurídicos, salvo para satisfacer sus necesidades de vida diaria: o Los menores de edad que han cumplido 10 años de nacido, los que pueden disponer del estipendio que les ha sido asignado y cuando alcancen la edad laboral de la retribución por su trabajo. o Los que padecen de enfermedad o retraso mental que no los priva totalmente del discernimiento, o Los que por impedimento físico no pueden expresar su voluntad de modo inequívoco. Carecen de capacidad para realizar actos jurídicos: o Los menores de 10 años de edad; y o Los mayores de edad que han sido declarados incapaces para regir su persona y bienes. La incapacidad de las personas referidas en las líneas anteriores se suple en la forma regulada en las normas de Familia y en el Código de Procedimiento civil. 5 Apuntes sobre el consentimiento Consentir, viene de cum – sentire, puede considerarse como el común sentimiento o la común voluntad de dos o más personas. El contrato supone una zona de coincidencia de esas voluntades manifestadas a través de las declaraciones. Declaración de voluntad contractual: Forma de comunicación social, por medio de la cual cada uno de los contratantes da a conocer a otro su propia voluntad. Declaración de voluntad expresa: Cuando el declarante se comunica con el destinatario de su declaración por medio de signos idóneos para hacer llegar a éste su pensamiento. El modo normal es el lenguaje verbal o escrito o las realizadas mediante signos inequívocos, de valor acostumbrado o socialmente reconocido (levantar el brazo en la subasta, dejar monedas en el quiosco, recoger el periódico). Auténticas comunicaciones del pensamiento a partir del lenguaje ordinario o del gestual.1 Declaraciones tácitas de voluntad: (inferred agreement). Se exterioriza la voluntad mediante la adopción de un determinado comportamiento que permite inducir o inferir que tal voluntad existe y la presupone necesariamente. Las declaraciones tácitas funcionan generalmente en las vicisitudes de una relación contractual ya creada y en marcha2. Ej, tácita reconducción, las confirmaciones o ratificaciones tácitas, novación tácita (dación en pago). Es la que se realiza por medio de actos concluyentes e inequívocos (facta concludentia), está sometida siempre a una valoración de los Tribunales. Atendiendo al sentido que el comportamiento tiene y a la confianza que suscita en los demás. Declaración presunta: No se funda en hechos concluyentes sino sobre una particular disposición de ley. Es la consecuencia que el ordenamiento jurídico saca a priori de la existencia de uno o varios hechos. Ej, revocación del testamento abierto cuando se encuentra en el domicilio del testador con la cubierta rota; la condonación de la deuda cuando el acreedor entrega voluntariamente el título de condonación de la deuda.; en la prenda se presume extinguida cuando se hallare en poder del deudor una vez que fue entregada al acreedor. Peral Collado define la declaración presunta como una ficción que ocasiona efectos determinantes a través de una situación producida y que presupone el consentimiento en el contrato. El silencio como declaración de voluntad: Se ha discutido si puede considerarse o no como una declaración de voluntad constitutiva de un contrato. 1 2 Teoría negativa: El que guarda silencio no declara nada. No puede decirse que callando se manifiesta ninguna voluntad (qui tacet nom utique fatetur) . El silencio en rigor más que una declaración de voluntad es una omisión de declaración. Dièz Picazo. “Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial” pág., 149. idem 6 Teoría positivista: En muchos casos el silencio constituye un tácito asentimiento o una tácita aquiescencia a lo declarado o manifestado por otra persona. El que calla otorga según un viejo refrán. El que calla parece consentir: quit tacet consentire videtur. Posición intermedia: Sentencia del TSPE de 14 de Junio de 1963. El silencio puede ser considerado como una declaración de voluntad contractual cuando dada una determinada relación entre dos personas, el modo corriente de proceder implica el deber de hablar. De manera que si el que puede y debe hablar no lo hace, se ha de reputa que consiente en aras de la buena fe. Puede ser considerado una declaración en todos aquellos casos en que la buena fe impone un deber positivo de manifestación de una repulsa. En España la línea jurisprudencial en STS de 13 de Febrero de 1978, y 12 de Octubre de 1982 establece como criterios los siguiente: o Que quien lo mantenga haya tenido la oportunidad de hablar, es decir que no esté imposibilitado para contradecir la propuesta del oferente por impedimentos físicos o por no haber tenido noticias de la misma. No es lícito que el oferente de un contrato establezca sin más que de no recibir contestación considerará aceptada la oferta, pues el destinatario de la oferta no tiene ningún deber de declarar y aunque no lo haga no queda vinculado. o Que se deduzca de hechos y de acciones de carácter concluyentes. En aquellos casos en que las exigencias de la buena fe y el sentido objetivo del comportamiento permitan esta conclusión. o Que a quien se le impute el consentimiento tácito tenga el deber de hablar por existir entre las partes relaciones de negocios que así lo exijan o por ser natural o normal que expresase su disentimiento si no deseaba aprobar los hechos o propuesta de su contendiente. El problema del silencio considerado como posible declaración de una voluntad contractual no puede recibir una respuesta unívoca y general para todos los casos. La solución depende en cada hipótesis concreta de la valoración que haya de atribuirse a las circunstancias del supuesto de hecho, de acuerdo con las exigencias de la buena fe y con el sentido objetivo que razonablemente tenga la conducta omisiva. 7 Supuesto de hecho: STS de 18 de Octubre de 1982. subcontrata X, S.A Y, S.A (acomete las labores de revestimiento) Recubrimiento de los tanques de un buque. Inicio de ejecución de la obra Se presentan averías y Y, S.A ofrece por carta a X, S.A repararlas, señalando además que no quedaban cubiertas por la garantía contractualmente asumida. X, S.A no da ninguna respuesta y Y, S.A que había llevado a cabo las reparaciones reclama después el precio. 8 Otros supuestos de hecho relacionados con el silencio contractual. Constructor A hace a su suministrador B un pedido de 200 elementos para recubrir un cuarto de baño que construye. El suministrador B le contesta diciendo que no puede enviar más que 150 y que el precio habitual lo tiene que recargar con un 20% como consecuencia del aumento de los costes. El contratista a no responde nada y el suministrador B envía los 150 elementos y una factura en la que el precio aparece recargado en un 20%. ¿Existe o no contrato de compraventa?. La asociación de caridad X, con quien no tengo ninguna relación, me envía un ejemplar de una revista gráfica que edita, indicándome que de no recibir respuesta me entenderá suscrito por el período de 1 año y girará contra mí el importe de la suscripción. ¿Puede mi silencio interpretarse como aceptación y en consecuencia hablar de perfeccionamiento de un contrato?. 9 VICIOS DE LA VOLUNTAD Idea general: Los vicios de la voluntad implican, no que la voluntad no exista, sino que ha sido anormalmente formada, bajo la influencia de causas que han hecho se formase una voluntad distinta de la que hubiere sido la verdadera voluntad del sujeto. Las consecuencias de los vicios es la posibilidad de impugnación del negocio, o sea la anulabilidad. El contrato es una obra libre y espontánea de sus autores. El consentimiento ha de ser serio, espontáneo y libre. Cuando estas cualidades o condiciones del consentimiento no se dan se dice que el contrato padece de irregularidades que han de determinar, o al menos permitir su invalidación. Se trata de una formación defectuosa de la voluntad. Puig Brutau agrupa dos causas que vician el consentimiento Falta de conocimiento Falta de libertad Art. 1265 CCE “será nulo el consentimiento prestado por Error Violencia Intimidación Dolo Fuerza o miedo grave Error Dolo Fuerza o Violencia 2455,2456 2462,2463, 2467 2460, 2461,2466, 2469, 2470 2464,2468 intimidación. 2457, 2458,2459, 2465, 2468 Vicios del consentimiento en el CCN. Artículos del 2455 al 2470, ambos inclusive 10 El Error La doctrina del error se construye en los códigos latinos a base de la espontaneidad: Si el error es espontáneo, tendremos error strictu sensu. En cambio si el error es provocado por maquinaciones tendremos el dolo. El error tiene que ser involuntario, no intencional. En el Derecho inglés se califica el error no sólo el no causado por actos de la otra parte contratante (mistake), sino el causado por la otra parte pero sin mala intención (misrepresentation inocente). En ambos casos se vicia el consentimiento anulándose el acto. El Código Suizo de Obligaciones y el BGB se orientan en este sentido. Carnelutti considera al error como el único vicio de la voluntad. Aproximación a un concepto: Es el conocimiento falso o equivocado de una cosa o un hecho, basado sobre la ignorancia o incompleto conocimiento de una realidad de esa cosa o de ese hecho, o de la regla jurídica que lo disciplina. Dice Puig Peña que es el conocimiento equivocado de una cosa, bien por ser incompleto, bien por ser inexacto. Implica siempre un defecto de conocimiento del verdadero estado de las cosas y por eso vicia la declaración de voluntad, ya que mal puede quererse lo que no se conoce bien. Oertmann considera los casos de error como los de mayor importancia entre los relativos a los vicios de la voluntad, y en torno a ellos se ha venido entablando desde la antigüedad la más enconada disputa entre la teoría de la voluntad y la de la declaración. Algunos definen el error como la falta de conocimiento o el conocimiento inexacto de una cosa. Pero se trata de dos ideas diversas, pues en la ignorancia hay ausencia de proceso mental, es el desconocimiento de una realidad y el error es el conocimiento equivocado de esa realidad. Error implica un proceso mental, desviado. Los romanos Gayo, Paulo y Neracio trataron esta equiparación , pero desde roma se le daba la misma regulación. Ignorancia distinta del error: La ignorancia es la ausencia total o absoluta de conocimiento, el error es el conocimiento equivocado. Los romanos llamaron ignorantia facti e ignorantia iuris. Savigny distingue entre el error propio, error vicio, que recae sobre la voluntad. Error impropio u obstativo, que recae sobre la declaración. 11 Error impropio u obstativo: Es el caso de divergencia, no querida, inconsciente, entre la voluntad interna y la declarada, que no constituye vicio. Recae en la declaración o manifestación de voluntad. Interiormente se desea una cosa, el agente se equivoca y dice otra. Quiero decir Mavio y digo Ticio; digo usufructo y debía decir uso,; declaro vender el caballo negro, pensando y queriendo vender el blanco; digo que quiero vender y lo que quiero es arrendar. Oertman lo estudia dentro de la doctrina del error y lo denomina error sobre la actividad. Clemente de Diego expresa que se aplica el principio tradicional de Pomponio “errantis nulla est voluntas” (La voluntda del que yerra es nula), pues resulta que una cosa ha sido pensada y otra declarada. Al decir de Ruggiero se trata de un falso conocimiento que influye en la determinación interna de la voluntad e induce al agente a querer una cosa que no hubiese querido de haber tenido un conocimiento exacto. Error propio o error vicio: Es el que engendra la voluntad interna y la determina. No es un supuesto de divergencia entre la voluntad interna y la declaración o manifestación de voluntad, sino entre la voluntad interna formada y la que se hubiere formado si se hubiere conocido la verdad. Se expresa, declara y manifiesta lo mismo que interiormente se quiere y se desea. Hay perfecto acuerdo y concordancia entre la voluntad interna y su declaración. Es vicio congénito de la voluntad interna. Concurre en la formación de la voluntad deformándola, desviándola, alterando la verdad. Constituye una enfermedad o vicio en la constitución de la voluntad. Constituye un vicio de la voluntad que la invalida o que obliga a indemnizar. Es la falsa o equivocada concepción interna de una realidad. Es un proceso mental que nos lleva por vía distinta de la verdad a un fin equivocado, a un conocimiento falso. A creer verdad lo que es mentira, a creer cierto lo que es falso, a creer realidad lo que es un artificio. Actúa internamente en la formación y determinación de la voluntad. No recae en la declaración. Es una divergencia entre la voluntad interna formada y la que se hubiere formado si se hubiere conocido la verdad. Error esencial: Es el que versa sobre algún elemento esencial del negocio jurídico afectado y que anula la voluntad. Recae en los elementos esenciales y constitutivos del negocio. Oertmann apunta que el calificativo esencial es relativo pues habrá que determinar para ciertas clases de negocios. Ej. El error sobre la legitimidad de monedas de cobre antiguas será esencial si esas monedas se destinan a una colección numismática y no esencial si se adquieren para ser fundidas. Ej, la persona que compra la casa de X creyendo adquirir la casa de Y, es esencial pues de no haber mediado el error no hubiera compraventa. Vicia la voluntad y prácticamente la excluye, por ello invalida el negocio. 12 Error accidental o concomitante: Recae sobre los elementos accidentales o secundarios del negocio. Ej. Si al comprar al esclavo A le llaman B por creer que es su nombre. Del error esencial Error en el negocio: Recae sobre la naturaleza, clase del negocio. Consiste en confundir los negocios jurídicos. Confundo la enfiteusis con la hipoteca, el arrendamiento con la venta, la prenda con el censo. Me entregan una cantidad en préstamo y creo que me la han donado. Su efecto es la inexistencia del contrato pues el error impide el acuerdo de voluntades y no hay contrato sin consentimiento. Error en la cosa u objeto: recae sobre la identidad de la cosa u objeto del negocio jurídico. Se confunde el objeto con otro. Compro un jarrón creyendo que es el que se exhibió en una exposición y es otro. Compro un cuadro creyendo que es de un pintor y es de otro. El error es esencial porque no ha habido acuerdo sobre el objeto Error en la substancia: Recae sobre la esencia o cualidades sustanciales de la cosa, sobre su naturaleza o propiedades, o cualidades substanciales al fin económico, socila, intelectual, científico, moral, etc a que se le destina. Se cree oro y es cobre o plata dorada; se cree bronce y es calamina; se cree brillante y es cristal tallado. Error en la persona: recae en la individualidad, en la identidad, en las cualidades de la persona, que se toman en consideración y son las determinantes en el negocio jurídico. Ej, quiero casarme con Juana y me caso con María; hay un pasaje bíblico en que Jacob trabaja para su tío Labán a fin de que le de a Raquel de hermosos ojos, y lo casan con Lía que era legañosa; yo pienso que el ejemplo típico es en las obligaciones personalísimas, de hacer obras, es importante en aquellos negocios a título gratuito, en los inspirados en confianza. Quedará al arbitrio de los Tribunales determinar y apreciar si ha sido la consideración de la persona la causa determinante del contrato. Del error accidental Error en la cualidad o calidad: Recae sobre las cualidades secundarias y accidentales del negocio jurídico no tomadas en consideración por las partes. Este error no vicia el negocio jurídico. Error en la cantidad: Consiste el error en el peso, el número o en la medida. El simple error de cuenta sólo da lugar a su corrección. 13 Error en los motivos: Consiste en representaciones psíquicas internas mediatas o remotas que coadyuvan o contribuyen a la determinación de la voluntad interna. Es necesario distinguir los motivos de la causa. Los motivos son representaciones psíquicas, remotas, no crean la voluntad. La causa es inmediata y determina la voluntad interna. Los cálculos que haga un contratante aunque resulten frustrados no pueden confundirse con error en el consentimiento. Dice Colin y Capitant: Los motivos que impulsan a un individuo a realizar un acto son exteriores a este acto, solamente los conoce él y no habría seguridad en el tráfico jurídico si se pudieren anular los actos libremente realizados so pretexto de que han variado los motivos. Ej. el que decide vender su casa porque cree erróneamente que no le conviene o asienta vivir en la ciudad donde está radicado, incide en error en el motivo, psicológicamente considerado, pero ello no influye en la validez del negocio jurídico. Dice Peral Collado “los motivos son las representaciones psíquicas, situadas en lo más íntimo de la persona del contratante; y que no actúan sobre la eficacia del negocio. Dice Capitant El motivo es la razón contingente, subjetiva, y por lo mismo variable de individuo a individuo, que determina a una persona hacer un contrato”. La causa es siempre la misma para cada clase de contrato. Por lo general el error en los motivos no tiene influencia sobre la validez del negocio., de seguir regla contraria habría gran inseguridad en las transacciones humanas. Ej. Compré una casa en la montaña por motivos de salud. 1. la creencia de que habitar la casa lo curará, y 2. que en sustitución del precio que entrega recibirá un inmueble que compensa el dinero pagado. Error de hecho (error facti): Consiste en la concepción y en la interpretación falsa o equivocada de las realidades de los hechos. Realidades externas, físicas, psicológicas. Implica proceso mental mal dirigido, que no conduce al descubrimiento ni a la adquisición de la verdad. Error de derecho: Interpretación equivocada de una regla jurídica. Se observa la norma, pero se le da un significado, un sentido, un alcance, un fin, un contenido, distinto, diferente al que la norma en sí entraña. La regla es que el error de derecho no anula la voluntad y por consiguiente no vicia el consentimiento. Es el principio conocido como la ignorancia de las leyes no exime de su cumplimiento. Dice Puig Peña que la opinión clásica ha negado toda eficacia al error de derecho sobre la base de la máxima nemo potest ignorare legem (nadie puede ignorar la ley). 14 La división de error excusable o inexcusable se hace atendiendo a según sea o no imputable al agente, o evitable o no con una mediana diligencia según afirma Clemente de Diego. Error excusable: Es en el que puede incurrir cualquier individuo de capacidad media. Conocido en el derecho romano como el error aescusabilis. Hace ineficaz la declaración y nulo, por tanto el negocio jurídico; compra una estatua de hombre creyendo que es el pensador de Rodin y es otra escultura. Es un error que vicia el consentimiento. Error inexcusable: Son los errores en que no incurre una persona normal, es un error tan burdo – dice Ruggiero- que no puede admitirse que nadie incurra en él. Desde Roma hasta la fecha se considera que para que el error produzca la ineficacia del negocio ha de ser de hecho, esencial y excusable. La simulación: Es un caso de divergencia consciente entre la voluntad y la declaración de voluntad. El negocio simulado no pertenece en rigor a los vicios de la declaración, pues existe entre los contratantes un acuerdo simulatorio. Los autores del contrato simulado declaran voluntariamente y su declaración coincide con su voluntad de declarar, lo que existe es un acuerdo para que esa declaración de voluntad sea aparente, es decir que no opere como reglamentación preceptiva de sus intereses. Violencia: es falta de libertad, puede ser física o moral. 15