INMUNOLOGIA Esclerosis múltiple Diferentes tratamientos con interferón Durante los últimos años se ha comenzado a utilizar el interferón como tratamiento de la esclerosis múltiple, enfermedad que hasta ahora carecía de un tratamiento efectivo. Diferentes estudios publicados han confirmado la utilidad de estos tratamientos en estadios tempranos de la enfermedad para intentar detener su progresión. Este estudio es una nueva aportación en el tema, donde se analiza la efectividad de los diferentes tratamientos de interferón disponibles. La esclerosis múltiple es un trastorno lentamente progresivo del sistema nervioso central caracterizado por placas diseminadas de desmielinización en el cerebro y la médula espinal, que dan lugar a múltiples y variados síntomas y signos neurológicos, generalmente con remisiones y exacerbaciones. Se presenta, normalmente, en personas entre los 20 y 40 años de edad, con predominio en las mujeres. Se trata de una enfermedad que afecta a las fibras nerviosas centrales, sobre todo en la médula espinal y tallo, aunque también puede lesionar al cerebelo y la sustancia blanca de los hemisferios cerebrales. La desmielinización característica de la enfermedad tiende a ser progresiva, diseminada y multifocal. En la mayor parte de los casos, la enfermedad sigue un curso con periodos de recurrencia espontánea y otros de exacerbación. Durante los últimos años se han probado numerosos tratamientos contra la enfermedad sin que ninguno haya aportado unos resultados realmente concluyentes. Así, en un principio se utilizaron los corticosteroides, que aunque son capaces de reducir la duración de las crisis, no retrasan la debilidad progresiva a largo plazo, a parte de sus consabidos efectos negativos en tratamientos de larga duración. Durante la década de los 80 se generalizó el uso de la inmunosupresión con fármacos como la azatioprina, ciclofosfamida o ciclosporina que no han demostrado su utilidad y suelen ser causantes de complicaciones significativas. El siguiente paso se centró en obtener tratamientos de actuación específica sobre la enfermedad. Basándose en las diversas estrategias terapéuticas dirigidas a diferentes dianas dentro del sistema inmunopatogénico que, se supone, domina en la enfermedad, se han desarrollado tratamientos, algunos de ellos todavía en vías de experimentación, otros en los que su eficacia clínica está todavía bajo la valoración de ensayos clínicos controlados y algunos ya aprobados para su utilización como tratamiento de base de la enfermedad. Así, durante la última década se viene utilizando el interferón beta, que reduce la actividad de esclerosis múltiple medida clínicamente con imágenes por resonancia magnética. Diversos estudios publicados en los últimos años, han probado el efecto de interferón beta-1a en la incidencia de recaídas tras la primera presentación de eventos neurológicos, en riesgo de evolucionar a esclerosis múltiple definitiva. Se ha demostrado que el tratamiento con interferón beta1a administrado en las primeras fases de la esclerosis múltiple, tiene efectos positivos sobre las manifestaciones clínicas de la enfermedad y variables medidas por resonancia magnética. Estos hallazgos vienen a corroborar los resultados aportados por estudios anteriores, y han servido para que, en los últimos tiempos se haya incrementado su utilización y se hayan instaurado diferentes regímenes posológicos. Actualmente existen tres preparaciones de interferón beta aprobadas para el tratamiento de la esclerosis múltiple que se diferencian en dosis y frecuencia de administración. Así, el interferón beta1a a dosis de 30 µg se administra 1 vez por semana, el interferón beta-1a a dosis de 22 µg o 44 µg se administra 3 veces por semana y el interferón beta-1b a dosis de 250µg se administra en días alternos. Hasta el momento no existía ningún estudio en el que se hubiesen comparado estas 3 formas de administración. En el presente estudio (INCOMIN), publicado recientemente, ha comparado la eficacia clínica a través de pruebas de resonancia magnética de dos regímenes diferentes; interferón beta-1a a dosis de 30 µg administrado vez por semana e interferón beta-1b a dosis de 250µg se administra en días alternos. Se diseñó un estudio prospectivo, aleatorizado y multicéntrico durante 2 años. Se incluyeron 188 pacientes con esclerosis múltiple a los que se asignó un tratamiento con interferón beta 1a (92) o interferón beta 1b (96). Las variables medidas fueron la proporción de pacientes libres de recurrencias y la aparición de lesiones medidas por resonancia magnética. Tras los 2 años de estudio, 49 pacientes (51%) de los pacientes tratados con interferón beta 1b permanecieron libres de recurrencias comparado con los 33 (36%) en el grupo de pacientes a los que se administró interferón beta 1a. En cuanto al riesgo de lesiones medidas por resonancia magnética, la incidencia fue de 42 pacientes (55%) frente a 19 (26%), respectivamente. Las diferencias observadas entre ambos grupos se incrementaron durante el segundo año de tratamiento. Se midieron también otras variables secundarias que siempre fueron favorables en el grupo tratado con interferón beta 1b. Por tanto, los resultados del estudio permiten establecer que el tratamiento con interferón beta 1b a dosis de 250 µg administrado en días alternos, es más efectivo contra la esclerosis múltiple que el interferón beta 1a a dosis de 30 µg, administrado una vez por semana. Los autores del estudio sugieren la realización de nuevos estudios al respecto, no sin obviar que hoy en día parece más recomendable la implantación del tratamiento con interferón beta 1b a dosis de 250 µg, a la vista de sus beneficios significativos respecto de los demás regímenes terapéuticos utilizados hasta la fecha. Durelli L, Verdun E, Barbero P, et al. Every-other-day interferon beta-1b versus once-weekly interferon beta-1a for multiple sclerosis: results of a 2-year prospective randomised multicentre study (INCOMIN). Lancet 2002;359:1453-60.