6.- Identificación y definición de unidades ambientales homogéneas

LIBRO “III. ESTUDIO EVALUACIÓN CONJUNTA IMPACTO AMBIENTAL”. Documento “1. MEMORIA”
AVANCE PLAN GENERAL. Octubre 2004.
6.-
Identificación y definición de unidades ambientales homogéneas de interés.
Una vez puestos de manifiesto, tanto los recursos ambientales valiosos como los mayores
impactos negativos del territorio -lo que, en suma, hemos denominado las potencialidades y las
deficiencias del medio-, resulta necesario expresar de alguna manera su papel específico en el
ámbito territorial de estudio.
Para ello, una de las mejores formas de conseguir esta expresión gráfica y significativa, de fácil
interpretación e incorporación al planeamiento urbanístico, consiste en la definición de las
denominadas unidades ambientales homogéneas. Podemos definir las mismas como aquellos
ámbitos territoriales de comportamiento en mayor o menor grado uniforme frente a las diversas
posibilidades de actuación.
En atención a la naturaleza del proyecto del que forma parte este Estudio, en la identificación y
delimitación de dichas unidades se ha de tener presente, necesariamente, la escala de
definición en la que se plantean los criterios, objetivos y soluciones generales de planeamiento.
Ello nos conduce a abordar esa tarea de acuerdo con las dos premisas que se indican a
continuación. La primera de ellas nos lleva a centrar la atención en los ámbitos que, por unas u
otras razones, pudieran ser considerados como más relevantes, al tiempo que más
estructurantes en la definición del modelo territorial perseguido. La segunda a atender a las
grandes unidades superficiales; es decir, aquéllas que alcanzan una cierta “presencia” en la
representación gráfica del término municipal. A éstas, necesariamente, se han incorporado
aquellas otras que provienen de instrumentos, planes y proyectos de rango superior, que
contienen delimitación expresa de distintos ámbitos territoriales.
Con esas premisas, en la delimitación de ámbitos en el medio natural-rural del territorio
municipal, la geomorfología constituye el principal elemento a considerar, junto a la vegetación
y el paisaje. Por su parte, la delimitación de las unidades en el ámbito urbano, necesariamente
ha de basarse en, por un lado, el tejido urbano o trama morfológica que el espacio edificado
constituye y, por otro, en las propias previsiones de desarrollo de algunos ámbitos contenidas
en el planeamiento vigente, pendientes de ejecución.
Identificadas de acuerdo con esas premisas, la relación de algunas de esas unidades
ambientales es la siguiente:
A.- Las unidades de interés “natural-rural”.
a) El frente litoral de carácter natural.
El interés de esta unidad natural, discontinua por la presencia del entorno urbano en la
bahía de la Concha y la playa de la Zurriola, reside en sus cualidades paisajísticas y
geológicas. Se trata de un litoral abrupto, de tipo acantilado, caracterizado por la riqueza
y singularidad de su vegetación y la presencia de colonias de aves marinas y terrestres
que utilizan las paredes -fundamentalmente de Ulia-, como lugar de nidificación y reposo.
Dentro de este frente litoral, hemos de diferenciar, dada su discontinuidad, dos ámbitos:
el frente costero de Mendizorrotz-Igeldo y los acantilados de Ulia.
En el primero de ellos, destaca la presencia de las regatas costeras de Mendizorrotz,
cuyo interés reside en que constituyen un recurso natural básico como ecosistema
propio con comunidades y especies faunísticas -ranita meridional, entre otras-, y
florísticas de gran valor e importancia. Su localización dentro del ámbito del “Parque de
Mendizorrotz” plantea como cuestión prioritaria en la ordenación del mismo, la
preservación y regeneración de los valores naturales del ámbito, compatibilizándolos con
los de regeneración de los usos rurales y la implantación de los usos didácticos y de ocio
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y esparcimiento de la población. Es por ello, por lo que el ámbito previsto para el Parque
puede quedar incorporado en esta unidad.
La existencia en este frente litoral del vivero de rodaballos plantea la necesidad de
reducir o mitigar su importante impacto sobre el mismo.
Respecto del litoral de Ulia, se ha de señalar que junto a los acantilados -propuestos
como Lugar de Importancia Comunitaria [LIC, código ES2120014] e integración en la red
“Natura 2000”-, el resto de los terrenos que conforman el Parque de Ulia -o al menos, en
la totalidad de su ladera Norte- pueden, asimismo, quedar englobados en esta unidad.
La misma constituye un elemento de identidad, tanto paisajístico y visual como didácticoambiental y de ocio y esparcimiento, para el conjunto de la población donostiarra.
La presencia de la antena “de Ulia” y el vial de acceso al emisario submarino constituyen
los dos fuertes impactos ambientales negativos de este frente.
b) Las riberas naturales de los cauces fluviales: ríos y arroyos.
Dada la presencia de dos importantes cauces fluviales -Oria y Urumea-, y numerosos
arroyos en el ámbito natural-rural del municipio, para aquellos casos en los que sus
riberas presentan una buena conservación se configura otra de las unidades ambientales
de indudable valor para el territorio municipal.
El interés de las riberas del río Urumea se basa en su geomorfología de carácter fluvial,
la buena capacidad agrológica de los terrenos, la existencia de vegetación de ribera de
interés, la actual predominancia de usos agrarios de alto rendimiento y el paisaje rural de
fondo de valle. La posibilidad de compatibilizar la preservación de buena parte de esos
valores naturales del río y sus riberas con el disfrute de la naturaleza, a través de
itinerarios peatonales “blandos” de borde obliga a la inclusión de las riberas del río hasta
el puente de Txomin.
Esas mismas características son atribuibles a la vega del Oria, en la zona Norte del
enclave de Zubieta.
En este mismo enclave, destaca asimismo, el cerrado del Oria. Se sitúa como una
auténtica isla entre el río Oria y la carretera nacional I, y se caracteriza por la presencia
de una aliseda, en la que conviven múltiples especies vegetales, refugio de
determinadas especies faunísticas, lo que permite su identificación como un ámbito de
interés ambiental.
Por su parte, el interés de la regata de Atxulondo-Abalotz, también en el enclave de
Zubieta, reside en la vegetación de ribera existente, que constituye el hábitat de una
importante fauna, tanto de anfibios como de pequeños mamíferos, y en la masa de
bosque autóctono con ejemplares de roble albar -sobre todo en el municipio de Andoain,
dado el carácter supramunicipal de este ámbito-.
La regata de Igara y buena parte de sus cauces tributarios presentan asimismo unas
aceptables condiciones de conservación de sus riberas, constituyendo el ecosistema de
la ranita meridional, especie protegida.
Otras regatas que muestran un alto valor ambiental son las costeras de Mendizorrotz y la
interior de Barkaiztegi, así como algunas menores situadas en el Parque de Lau Haizeta.
Por último, el valor ambiental de la regata de Landarbaso y sus tributarios, en donde
encuentran su hábitat diversas especies protegidas, queda englobado en la unidad
formada por el sector montano del que forma parte el enclave del mismo nombre.
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c) El sector interior montano de valor: los enclaves de Landarbaso y Urdaburu.
Dentro del sector montano que posee el municipio, los enclaves de Landarbaso y
Urdaburu cuentan con elementos de carácter natural, biológico y geográfico, que
permiten su identificación como una unidad ambiental de indiscutible valor.
El enclave de Urdaburu constituye el área natural menos transformada por el hombre,
del término municipal. Su interés naturalístico reside en el buen estado de la
conservación de sus bosques, la importancia de los afloramientos rocosos, la
permanencia de determinadas especies endémicas, la fauna y los restos arqueológicosculturales existentes. Está integrado en su totalidad dentro del parque Natural de Peñas
de Aia.
Respecto del enclave de Landarbaso, y si bien buena parte del mismo se ha destinado
tradicionalmente a los usos de explotación forestal, la buena calidad ambiental de su
zona más baja, en torno a la regata de Landarbaso, con presencia de especies
protegidas (desmán del Pirineo y visón europeo) y una buena conservación de su
vegetación de ribera y, la existencia de una pequeña masa de hayedo asentada en el
cresterío del monte, de gran valor paisajístico visual, hacen necesario el tratamiento
unitario de todo el enclave. Su estrecha colindancia con el Parque Natural de Peñas de
Aia hace casi obvia la propuesta de su integración en el mismo.
d) Las masas boscosas de entidad.
Si bien nos encontramos ante un paisaje fuertemente humanizado y cuya vegetación
actual dista mucho de la potencial, existen diversos ámbitos territoriales dignos de su
consideración individualizada en atención a la vegetación arbórea existente en ellos.
Concretamente pueden citarse las zonas de Agiti, en Igeldo, y los bosques existentes en
torno a las regatas de Atxulondo-Abalotz, en Zubieta, y en la vaguada de Barkaiztegi, al
sur de Hospitales.
Respecto de los bosques de Agiti, su valor viene determinado desde el punto de vista de
la vegetación, al constituir manchas de vegetación boscosas de cierta entidad,
compuesta por robles, fresnos, castaños, abedules, etc. Su interés es tanto paisajístico
como ecológico, en la preservación de dicha vegetación.
Por su parte, el interés de la vaguada de Barkaiztegi radica en la presencia de una
vegetación de bosque mixto de frondosas, bien conservada, característica de las
vaguadas, de relevante importancia paisajística y medioambiental.
Los bosquetes existentes entorno a las regatas de Atxulondo-Abalotz constituyen otro de
los ámbitos de interés ambiental al completar el ecosistema fluvial, hábitat del Visón
Europeo y del Desmán del Pirineo.
Por último, cabe señalar que la importante masa de vegetación boscosa existente en la
ladera Sureste del monte Igeldo, -entre Erregenea, Lourdes Txiki, Gudamendi y la
carretera de Igeldo-, dada su importancia en la visual paisajística de la ciudad, queda
englobada en la unidad de laderas de fragilidad visual e interés paisajístico.
f) Los paisajes de campiñas y robledales bien conservados.
Es una unidad perfectamente identificable por la buena conservación del paisaje de
campiña, con praderas en las partes alomadas de las colinas, y pequeños robledales de
fondo de valle en las vaguadas.
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Dos son los ámbitos territoriales dignos de consideración en atención a este valor: la
zona de Zabalegi y Lore-Toki y la vaguada de “Zingirategi” y sus lomas adyacentes.
Al valor paisajístico y cultural de la zona de Zabalegi y Lore-Toki, como vestigio de la
tradicional imagen del medio rural, hay que sumarle el alto valor agrológico de sus
suelos. A su vez es una zona de alta vulnerabilidad de acuíferos, por lo que la
implantación de usos debiera estar limitada a aquéllos que no representen riesgos
respecto de su contaminación.
Por su parte, la unidad de la vaguada de “Zingirategi” y sus lomas adyacentes, forma
asimismo un paisaje típico de campiña, en el que predominan las praderas en las zonas
de pendientes más suaves y la vegetación de ribera en el fondo de la vaguada. Su
estado de conservación es bueno debido a la presencia activa de las numerosas
explotaciones agrarias localizadas en el entorno. A su vez, se corresponde, en parte, con
una zona de acuífero de vulnerabilidad alta, recurso natural a proteger.
g) Los terrenos de alto valor agrológico.
Dentro del término municipal existe una serie de terrenos que merecen ser destacados
por su elevada capacidad o aptitud agrológica, lo que debiera tenerse bien presente en
la orientación del uso y destino de los mismos.
Concretamente se identifican tres ámbitos de considerable extensión: los terrenos de la
vega de Zubieta, la vega del Urumea en Martutene, y una mancha en la ladera Norte de
Igeldo.
Los terrenos de la vega del Oria en Zubieta comprenden la zona Norte del enclave del
mismo nombre y su isla, y presentan, juntamente con la vega del Urumea en Martutene,
las mayores aptitudes agrológicas del municipio, juntamente con el de Usurbil.
Respecto de la vega del río Urumea, las terrazas fluviales existentes presentan un alto
valor agrológico, en el que la actual predominancia de usos agrarios de alto rendimiento
y el paisaje rural de fondo de valle quedan considerablemente afectados por las múltiples
previsiones de implantación de importantes infraestructuras viarias y ferroviarias.
Por último, integran esta unidad ambiental, una mancha de terrenos situada en la ladera
Norte del monte Igeldo, en atención a la capacidad agrológica de sus suelos, en los que
predominan los usos ligados a las explotaciones agrarias existentes en el entorno,
alguna de las cuales tienen la consideración de estratégicas.
h) Las laderas de fragilidad visual e interés paisajístico desde y para la ciudad.
A todas las unidades anteriores ha de sumarse otra, compuesta de forma genérica, por
todas aquellas laderas de elevada presencia en el entorno urbano, en las que cualquier
tipo de actuación alteraría sustancialmente la perspectiva paisajística que se tiene desde
la ciudad.
Las laderas Sur de Ulia -desde Sagüés hasta Bidebieta/La Paz-, Sureste de Igeldo entorno de Erregenea, Lourdes Txiki, Almorza, El Goloso, etc.-, Suroeste de
Ametzagaina -Uba-, el denominado polígono 55, etc., constituyen ámbitos de indiscutible
fragilidad visual, ya que son visibles desde gran parte de la ciudad.
i) Los parques y áreas recreativas rurales.
Por último, se identifica como unidad de interés natural el conjunto de los ámbitos
territoriales destinados a parques o áreas recreativas de carácter rural en el que, como
normal general, se da la coexistencia de, por un lado, la posibilidad del desarrollo de
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usos ligados al ocio y esparcimiento de la población, por otro, el mantenimiento de los
usos y actividades de carácter agrario de vital importancia para la preservación del
medio rural y, por último, el mantenimiento de elementos físico-naturales del territorio, masas arbóreas, ecosistemas naturales, etc.-; elementos todos ellos que contribuyen a
una puesta en valor del entorno natural en el que se sitúan.
Se integran en esta unidad tanto el existente Parque de Lau Haizeta, como los previstos
en el planeamiento, en mayor o menor fase de desarrollo, parques de Ulia, Mendizorrotz
y Oriamendi.
El enclave de Urdaburu, si bien forma parte del Parque Natural de Peñas de Aia, por sus
específicas características se engloba en el denominado sector interior montano de
valor.
B.- Las unidades de interés urbano.
a) El frente urbano litoral.
Formado por el conjunto de las playas de La Zurriola, La Concha y Ondarreta, el Monte
Urgull, la isla Santa Clara y las edificaciones y paseos que conforman el frente costero,
constituye una de las unidades urbanas más identificativas de la imagen de la ciudad.
La buena conexión lograda entre el espacio “artificial” -lo edificado- y el natural -el marco
geográfico-, dota a este frente de un elevado valor en el paisaje urbano.
b) La ciudad compacta.
La existencia de ámbitos de ciudad con unas importantes densidades, diversidades y
mezclas de uso, es definida desde las actuales pautas de sostenibilidad como altamente
positiva.
La compactación urbana permite, en un espacio relativamente reducido, obtener
múltiples ventajas desde el punto de vista de la sostenibilidad: permite y favorece la
mezcla o mixtura de funciones y usos urbanos; reduce los recorridos de los
desplazamientos de la población, eliminando barreras psicológicas, lo que favorece la
movilidad sostenible, -peatonal, ciclista y transporte público-; acerca las dotaciones y
servicios públicos al ciudadano; reduce los costes de urbanización, a la vez que potencia
su rentable consumo; constituye un inmejorable marco de relación y socialización de la
población; etc.
Así, las formas de ocupación urbana de la mayor parte de las zonas llanas de la ciudad Centro y parte de la vega de Ibaeta-, así como alguna de las actuaciones en zonas
orográficamente más complejas -Intxaurrondo Sur, etc.- son buenos ejemplos de esa
ciudad compacta.
c) Los espacios urbanos infrautilizados desde el punto de vista de sus actuales usos
urbanísticos y, en consecuencia, de escasa rentabilidad social.
Constituyen esta unidad ambiental homogénea, pero claramente discontinua, todas
aquellas zonas urbanas en las que actualmente se localizan una serie de usos
urbanísticos que, bien por su elevado consumo de suelo respecto de su efectiva
utilización, bien por su implantación en suelos cuya vocación urbanística actual -es decir,
su capacidad de acogida para usos urbanos-, se corresponde, en términos de
optimización de dicho recurso, a diferentes usos urbanos, mayoritariamente de carácter
residencial en su mixtura con usos de actividades económicas compatibles con aquél.
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Responden, normalmente, a implantaciones de grandes equipamientos o dotaciones,
consecuencia de decisiones pasadas, que el crecimiento, desarrollo y, sobre todo, las
actuales necesidades de la ciudad y su población, ponen en entredicho. Por ello, su
traslado y relocalización en otros ámbitos, permite disponer de importantes bolsas de
suelo, donde satisfacer las necesidades actuales, liberando de éstas a territorios más
sensibles a la ocupación por los usos urbanos.
Los reiteradamente citados ámbitos de Cuarteles de Loiola, Cárcel de Martutene e
Hipódromo de Zubieta, representan los más claros ejemplos de la referida infrautilización
del limitado recurso suelo dentro de la ciudad.
d) Los espacios urbanos marginales, ocupados por usos incompatibles con los de sus
entornos más inmediatos.
También de carácter claramente discontinua, esta unidad ambiental está conformada por
todos aquellos ámbitos o zonas urbanas que presentan en la actualidad problemas de
implantación de usos de difícil compatibilización con los usos residenciales y de
actividades económicas “blandas”, que normalmente conllevan un alto consumo de
suelo, y cuya localización estratégica, normalmente en los barrios más desfavorecidos,
plantea oportunidades muy interesantes para la mejora de la identidad y calidad de
dichos barrios, a través de su reequipamiento, la mejora y generación de nuevos
espacios públicos, la mejora de la accesibilidad a las nuevas dotaciones dado su
posición centralizada respecto de muchos de ellos, etc. En definitiva constituyen
excelentes áreas de oportunidad para la “reconstrucción” y regeneración de barrios y
zonas en declive, así como para la obtención de espacios idóneos en los que desarrollar
la mezcla de usos compatibles, el esponjamiento de áreas excesivamente compactas y
mal dotadas de servicios urbanos, la localización de viviendas protegidas en
localizaciones centrales de barrio, la creación de parques, zonas verdes y espacios
públicos, así como cualquier otro tipo de intervención recualificativa de esos entornos.
Son, en definitiva, espacios con clara vocación de reutilización urbana, en los que unas
actuaciones acordes con los objetivos de intervención del presente documento,
conllevarían la regeneración del tejido urbano, facilitarían la recualificación y redotación
de los barrios en los que se localizan, y la generación de una vida social, en claros
términos de sostenibilidad.
e) Los ámbitos de ciudad con previsiones del planeamiento vigente, insuficientemente
densificadas desde el punto de vista de la sostenibilidad.
Algunas de las previsiones contenidas en el actual planeamiento vigente, pendientes de
su efectiva materialización, son resultado de determinadas pautas o maneras de saber
hacer urbanístico del momento en el que surgieron. Su contraste con los actuales
criterios de sostenibilidad pone en evidencia lo acertado de las mismas.
En unas ocasiones, el laborioso proceso de concreción de las mismas ha conllevado su
reajuste en esos términos de sostenibilidad, -Riberas de Loiola, Auditz-Akular, etc.-; en
otras, dada su situación respecto de ese proceso de concreción, resulta necesario
introducir los actuales criterios de sostenibilidad, de cara a la necesaria reutilización de
suelos sobre los que, aun existiendo propuestas urbanísticas, aún no se ha actuado. Los
ámbitos de Ciudad Jardín de Loiola, Txomin Enea, etc. constituyen claras oportunidades
a ese respecto.
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