Revista digit@l Eduinnova ISSN 1989-1520 Nº 25 – OCTUBRE 2010 CAPACIDAD CREADORA AUTORA: Mª LUISA ARJONA FERNÁNDEZ DNI: 74913792D ESPECIALIDAD: EDUCACIÓN PRIMARIA Hay que señalar, en primer lugar, que la capacidad creadora no tiene ninguna correlación con el nivel de inteligencia. Así, es posible ser superdotado y ser poco creativo y tener un nivel de inteligencia medio y ser un gran creativo. Sin embargo, de la misma manera que no es posible aumentar el nivel de inteligencia, parece ser que tampoco es posible aumentar el potencial creador que todos llevamos dentro. Pero lo que sí es posible hacer en uno u otro caso es mejora el rendimiento. Es decir, aprender a aprovechar al máximo toda nuestra capacidad, lo cual no se suele hacer normalmente. Así las cosas, el tener más o menos ideas brillantes y felices no dependerá ni de la inteligencia que uno tenga ni de la suerte, sino de una cuestión y tener un nivel de inteligencia medio y ser un gran creativo. Especial mención merece el arte en cualquiera de sus ámbitos como medio de expresión para el desarrollo de la capacidad creadora: “ La Expresión Artística es importante para el niño, lo es para su proceso mental, su desarrollo perceptivo y afectivo, su progresiva toma de conciencia personal y social y por supuesto para su desarrollo creador”. Para el niño la expresión artística es más que un pasatiempo, es una comunicación significativa consigo mismo, es la selección de las cosas y materiales con las que se identifica de su medio y la organización de todas ellas en un todo nuevo y con sentido. Lowenfeld y Lambert. Cada niño tiene una forma única de expresión. Nuestra función como maestras es ayudarles a explorar esa forma, a desarrollarla, no imponerles modelos de una manera particular de crear, sino facilitar el proceso de creación propio. En la expresión artística con los niños, no hay una respuesta que sea la buena, cada niño tiene una respuesta propia para resolver un problema y debemos estimular a que el niño se haga preguntas a partir de diferentes estímulos y que llegue a encontrar sus respuestas propias. 53 Revista digit@l Eduinnova ISSN 1989-1520 Nº 25 – OCTUBRE 2010 En la expresión artística el proceso creador es más importantes que los resultados. No quiere decir que no vamos a obtener resultados, pero probablemente sean diferentes a los que esperamos. Cuando el niño entra en relación con unas tijeras y aprende a usarlas, hay una fascinación en el uso que tiene que ver más con este proceso de aprendizaje, de exploración de la herramienta. Lo que le importa al niño es la manipulación, el movimiento, la transformación del material y en primera instancia, puede estar recortando y observar como se modifica el material con una acción suya. FASES DEL PROCESO CREADOR Se han hecho intentos por parte de algunos autores, tales como Wallas, Tuska, Rossman, de explicar teóricamente los distintos pasos del proceso creador, pero sin llegar a un acuerdo acerca del número de ellos que pueden existir, aunque básicamente han seguido los mismos pasos: 1. Preparación o trabajo preliminar. En esta fase se hace una recogida exhaustiva de información. Los conocimientos y experiencias previas sirven para combinar y matizar los diversos elementos de la información que se recibe. Todos los factores se combinan tratando de hallar la solución ideal al problema. Las ideas empiezan a fluir, pero ninguna de ellas es la adecuada. Esto hará que se “abandone” el problema, pasando la mente a ocuparse de otras cosas. 2. Incubación. Esta fase tiene una duración variable. Aunque conscientemente, debido a la frustación sentida por no poder resolver satisfactoriamente el problema (ha habido un abandono), a nivel subconsciente las cosas marchan por otro camino, ya que se sigue ocupando del tema. Este período pude durar desde minutos a años. 3. Iluminación. 54 Revista digit@l Eduinnova ISSN 1989-1520 Nº 25 – OCTUBRE 2010 De pronto, en un momento determinado aparece la inspiración. Nuestra mente se ilumina (de aquí el nombre de esta tercera fase) y vemos con claridad el problema y la solución al mismo. Aunque después podrán surgir modificaciones y mejoras pero el problema básicamente está resuelto. 4. Verificación o evaluación. En esta fase es cuando habrá que comprobar la validez del descubrimiento o la idea, dando una respuesta adecuada al problema, tratando de analizar, a su vez, las posibles mejoras que pueden dar a su idea. Tenga presente que todo el mundo presenta resistencia al cambio y, sobredepende de los demás, que generalmente estamos propensos a los bloqueos culturales y a un bajón en la motivación- El aprendizaje no debe ser concebido sólo como acumulación de conocimientos, sino como comprensión de cómo se usa, como funciona, como se transforma. Así, en la relación con el objeto de estudio y no solo a través de la acumulación de conocimientos, se puede llegar a un aprendizaje significativo. Cuando un niño toma una crayola sobre una hoja en blanco pro primera vez, siente una fascinación por el rastro que ha dejado. Ese instrumento, que es una extensión de su mano, ha marcado esa hoja en blanco y a partir de ahí comienza la exploración del espacio y de los materiales. El acto mismo de crear le da al niño nuevos elementos para desarrollar una acción en el futuro. FACTORES QUE FALICITAN EL DESARROLLO DE LA CAPACIDAD CREADORA: - Ambiente de seguridad y respeto, tanto a nivel físico como psicológico. Un espacio luminoso, con variados estímulos visuales, en donde el niño pueda desplazarse libremente sin riesgos. Relación de respeto consigo mismo y con los demás. Clima de confianza y de no juicio. Aceptación de la diversidad que proporcione al niño confianza y seguridad en sí mismo. Ambiente motivador y libertad psicológica. Respeto y aceptación mutua. Actitud de empatía entre el maestro y los alumnos. 55 Revista digit@l Eduinnova ISSN 1989-1520 Nº 25 – OCTUBRE 2010 • BIBLIOGRAFÍA. - LOWENFELD, V.(1987). “Desarrollo de la capacidad creadora”. Buenos Aires: Kapelusz. - REYNOLD, B.: (2000). “Cómo desarrollar la creatividad en los niños”. Editorial Debate. Madrid - GUILFORD, J.P.: "Creatividad y educación", Paidós educación. Barcelona. 1991. 56