MUNDO DEPORTIVO Viernes 5 de mayo de 2006 aparato debido a sus obligaciones laborales. Las revistas de la compañía aérea quedaron destrozadas para que el avión pareciera 'La Bombonera' antes de un Boca-River. Rijkaard, en la primera fila, junto a la ventanilla, no ponía orden y adoptaba una pose más reflexiva. No se inmutó ni cuando Eto'o comenzó a imitar su forma de hablar en los entrenamientos mientras miraba de reojo al entrenador. Tampoco el capitán, Carles Puyol, hizo nada por controlar a las 'fieras' sencillamente porque él era una más. No paró sentado ni un momento, hablando con unos y con otros y cantando el himno del Barça. Ronaldinho se transformó en el niño que lleva dentro e hizo música con todo lo que tenía a mano junto a sus inseparables Motta y Deco. Van Bommel, el nuevo en las celebraciones barcelonistas junto a Ezquerro, participaba como si fuera un brasileño más. Cava frío y traicionero Los grandes animadores fueron Belletti, Ezquerro, Maxi y Larsson. El brasileño bailó en el pasillo y animó a todos los que le rodeaban. El riojano, uno de los que siempre mantiene el buen ambiente en el vestuario, se soltó con una imitación de Eto'o que provocó las carcajadas del camerunés. Dicen que también se atrevió con un clásico, Johan Cruyff, y con muchos más. Habrá que verle en acción. Y el argentino gritó y movió las manos alzadas al frente como hace la barra brava de los clubs más calientes de su tierra. No faltó su famosa 'gallina'. ¿Y Larsson? Disfrutó de cada momento, como Gabri, quizás porque no podían apartar de su cabeza que la próxima temporada ya no estarán en el Barça. El sueco, con imagen de serio de puertas afuera, supo apreciar el cava fresquito y cogió una simpática 'taja' que hizo las delicias de sus compañeros. El inesperado protagonista del viaje fue Giuly. No jugó en Balaídos, pero es uno de los jugadores más queridos en la plantilla por su simpatía. Su gol en Milán ha puesto al Barça en París, la capital de su país. Y eso provocó todo tipo de BARÇA 7 referencias de sus compañeros. Desde el “allez les bleus” con el que se anima a la selección francesa al “sí, sí, sí, nos vamos a París” que se escuchó en el Camp Nou el día del pase a la final. Giuly respondió agarrando el micro, gritó “¡A París!” y empezó a tararear 'La Marsellesa'. Fue curioso comprobar que salvo el lógico “campeones, campeones” y el himno del Barça con todas las letras conducido por los canteranos Gabri, Puyol, Xavi, Valdés, Jorquera y Oleguer, las referencias a París fueron numerosas. Y una reunión seria En medio de la euforia, una reunión seria. La mantuvieron Joan Laporta y Frank Rijkaard en la primera fila del avión. “Los chicos me han dicho que quieren que el domingo haya rúa por las calles de Barcelona, vamos a darles una alegría”, debió decirle el presidente al entrenador, que no era demasiado partidario de una caravana a diez días de la final de la Champions. La respuesta del holandés es más difícil de adivinar. Quizás sigue sin gustarle la idea, pero el caso es que dio el visto bueno. Hubo fiesta por el título, pero la plantilla sabe que queda un reto de lo más ilusionante por delante: la Champions League. El año pasado la celebración de la Liga fue más desfasada, en el campo, en el vestuario y en el avión. Este año Ezquerro se soltó como imitador y Larsson cogió una simpática 'taja' había que guardar fuerzas para París. Incluso los aficionados que iban en el avión no cantaron de forma unánime como en otros desplazamientos. Estaban más pendientes de la alegría de los jugadores que de la suya propia. Entre los periodistas sí hubo bromas e incluso una boda ficticia entre dos compañeros anunciada por megafonía por una azafata. También corrió el cava por esa zona del avión, pero poco. La prensa fue una de las decepciones del avión por su bajo consumo de cava, tal y como denunció un auxiliar de vuelo. ¿Será el fin de la fama de la canallesca? 쩨 Se repitió la escena Rijkaard abrazó a Messi al llegar desde Vigo, como ya hizo tras su lesión ante el Chelsea FOTO: PERE PUNTÍ Leo celebró el alirón en casa pero recibió a la plantilla en el Camp Nou Rijkaard se emocionó con Messi Sergi Solé BARCELONA n Lionel Messi se tomó unas horas de merecido descanso el miércoles por la noche con motivo del desenlace del título de Liga. El argentino fue el único de la primera plantilla azulgrana que no subió al vuelo de Barcelona a Vigo el mismo día del alirón, como sí hicieron otros compañeros que la víspera no habían sido convocados por Frank Rijkaard para Balaídos. Gabri Garcia, Santi Ezquerro y Maxi López se unieron al grupo el mismo día del encuentro. Messi se quedó 'colgado' pero hacia las tres de la madrugada pudo reunirse con sus amigos de la plantilla para celebrar la que ya es su segunda Liga con sólo 18 años a sus espaldas. El joven crack permaneció en Barcelona para proseguir con su plan de recuperación. Casi una semana después de regresar de Argentina, no quiere dejar pasar ni un día para seguir soñando con participar en la gran cita de París. Tras otra intensa jornada de trabajo, se refugió en su domicilio con la confianza de disfrutar el posible alirón con su familia. La tranquilidad presidió la velada en casa de los Messi, que optaron por no adquirir el Mallorca-Valencia para seguir el duelo del principal rival del Barça. Simplemente fueron informándose de los goles de Son Moix durante el programa previo que Canal Plus hizo desde Vigo. El favorable marcador de Palma reforzó la tranquilidad de Leo, que sabía de primera mano que sus compañeros saldrían a sentenciar la Liga independientemente de lo que hiciera el Valencia. El argentino evitó al máximo el desgaste y, en lugar de ir al aeropuerto de El Prat para hacer el recorrido en el autobús descubierto hasta el Camp Nou, se desplazó directamente hasta el Estadi. Allí esperó la llegada del equipo y en el vestíbulo de Tribuna tuvo lugar una de las escenas más emotivas de la noche. Como ya hizo el 7 de marzo cuando fue sustituido tras lesionarse ante el Chelsea, Rijkaard acogió en sus brazos a Leo como si fuera su padre. Frank sabe lo mucho que está sufriendo y quiso reconocer también el importante grano de arena que ha aportado para conquistar el título. La plantilla echó en falta a Messi en el viaje de vuelta pero se emocionó con su presencia en el Camp Nou. El domingo ya tendrá tiempo de ser aclamado por miles de barcelonistas por las calles de la ciudad. Leo no descansó ayer. Se pegó un madrugón más para ponerse a las órdenes del recuperador Juanjo Brau. Nueva sesión de mañana y tarde en el Camp Nou para alimentar la esperanza de jugar unos minutitos en Saint Denis. Por sacrificio no será 쩨