LA MEDICINA HOY Trastornos hematológicos inducidos por fármacos J.A. Vallès i Callol Médico Especialista en Farmacología Clínica. DAP Ciutat Vella. Institut Català de la Salut. Barcelona. L as discrasias hemáticas inducidas por fármacos son causadas por la interacción entre el fármaco y células hematopoyéticas que contienen receptores específicos para el mismo. Los mecanismos fisiopatológicos pueden ser por toxicidad directa sobre la médula ósea o las células periféricas, por anomalías en el metabolismo de algunos fármacos, por hipersensibilidad, por defectos inmunológicos secundarios a infecciones virales o por mecanismos mixtos o desconocidos. Las primeras asociaciones se describieron en la década de los años treinta. En la tabla I se reseñan los principales hitos históricos de estos trastornos hematológicos1. El riesgo de trastornos hematológicos por fármacos es, en general, remoto. Los más incidentes son la trombopenia, la neutropenia y la agranulocitosis. En muchas ocasiones pasan inadvertidos, por lo que se diagnostican con poca frecuencia. Los factores de riesgo que incrementan la predisposición a este tipo de reacciones adversas son poco conocidos. Una parte de los pacientes diagnosticados de agranulocitosis o anemia aplásica presentan antecedentes clínicos y farmacológicos que dificultan una clara atribución causal2,3. En teoría, cualquier fármaco puede ocasionar este tipo de trastorno pero sólo se ha podido cuantificar el riesgo para un grupo reducido de ellos. Los fármacos con mayor riesgo relativo de agranulocitosis o anemia aplásica son los antitiroideos, la carbamacepina, las sulfamidas, las sulfonilureas, la indometacina, el piroxicam, etc. También se han notificado diversos casos de discrasias hemáticas para otros fármacos de amplio uso como los antihistamínicos H1 y H2, la ticlopidina, la digoxina, la furosemida, la nifedipina, el captopril, el metamizol y algunos antituberculosos, cefalosporinas, neurolépticos y antidepresivos. Es aconsejable realizar un seguimiento específico del hemograma en los pacientes tratados con carbamacepina, clozapina, ticlopidina, acetazolamida y otros inhibidores de la anhidrasa carbónica. TIPOS DE DISCRASIAS INDUCIDAS POR FÁRMACOS Agranulocitosis La agranulocitosis es una discrasia hemática que se caracteriza por presentar una neutropenia grave (menos de 0,5 granulocitos × 109/l), pero reversible, junto a infecciones agudas y graves secundarias a la neutropenia. En la mayor parte, el recuento de neutrófilos se normaliza a las 2-4 semanas de la retirada del fármaco. Su pronóstico es mucho mejor que el de la anemia aplásica. Según los resultados del Estudio Internacional sobre la Agranulocitosis y la Anemia Aplásica –realizado en las áreas metropolitanas de Barcelona, Berlín, Israel, Milán, Ulm, Budapest, Sofía, Estocolmo y Uppsala4– las incidencias de agranulocitosis oscilaron entre 1,7 casos por millón de habitantes y año en Milán y los 9 casos por millón de habitantes y año en Budapest. En el área de Barcelona la incidencia fue de 5,7 casos por millón de habitantes y año5. La fisiopatología de la agranulocitosis se fundamenta en la alteración de los pasos de la hematopoyesis o la lesión de los leucocitos periféricos. Hay varios mecanismos patogénicos: – Hematotoxicidad directa sobre las células periféricas o sobre la médula ósea. – Hematotoxicidad hacia células maduras sensibles (reacción celular idiosincrásica sin formación de anticuerpos farmacodependientes, sin tolerancia, dosisdependiente y que cursa con un descenso lento del número de leucocitos). Por ejemplo, la clorpromacina produce en el 10% de los pacientes una leucopenia moderada y clínicamente irrelevante mientras que en el 0,1% ocasiona una agranulocitosis grave, sintomática y potencialmente mortal. – Hipersensibilidad mediada por anticuerpos que forman un complejo con el mismo fármaco (o sus metabolitos) que interacciona TABLA I Historia de los principales trastornos hematológicos por fármacos 1888 1902 1904 1922 1930 1931 1932 1933 1934 1935 1937 1946 1952 1952 1954 1958 1964 1977 Ehrlich describe la asociación entre citopenias periféricas y la atrofia grasa de la médula ósea Brown y Ophalus describen el primer caso clínico de agranulocitosis Chauffard introduce el término anemia aplásica Shultz reconoce la agranulocitosis como una entidad clínica propia; describe 6 casos mortales con leucopenia e infecciones graves de la faringe. No se sospechaba la etiología farmacológica y algunos pacientes febriles fueron tratados con aminopirina Bock y Wiede consideran las etiologías química y viral de la agranulocitosis Krake describe la importancia etiológica de los productos con un anillo de benzeno Se describe la secuencia temporal entre el tratamiento de la sífilis con compuestos de arsénico y la aparición de anemia aplásica Watkins publica la posible responsabilidad de las pirazolonas en la producción de agranulocitosis Madison y Squier reexponen un paciente a la aminopirina al observar una clara relación temporal entre el tratamiento y el inicio de la enfermedad Blake publica el primer caso en el que se implica al metamizol con la agranulocitosis Poco después de su comercialización, se asocia la sulfanilamida a la inducción de leucopenia y agranulocitosis Custer publica el primer estudio que cuantifica en 12 veces el mayor riesgo de anemia aplásica en soldados tratados con quinacrina para la profilaxis de malaria comparado con controles no tratados Un caso similar a las sulfamidas ocurre con los fármacos para el tratamiento del hipertiroidismo (propiltiouracil, metimazol y carbimazol) y la inducción de agranulocitosis Moeschlin demuestra que el suero de los pacientes con agranulocitosis por metamizol produce, in vitro, neutropenia transitoria en voluntarios sanos Primer informe del American Registry of Blood Dyscrasias Se asocian las recientemente aparecidas fenotiacinas (clorpromacina) a la producción de agranulocitosis. Muy posteriormente se describen los mecanismos tóxicos y la importancia de la dosis y de la duración del tratamiento Se describen las evidencias de la inducción de anemia aplásica por cloramfenicol debido al efecto tóxico del nitrobenzeno Se publican más de 1.300 casos de anemia aplásica por cloramfenicol, y se estima el riesgo en 1 caso por cada 6.000-800.000 personas expuestas LA MEDICINA HOY Trastornos hematológicos inducidos por fármacos J.A. Vallès i Callol TABLA II Fármacos para los que se ha descrito una asociación con la agranulocitosis Amitriptilina Amoxapina Amoxicilina Bumetanida Carbenicilina Cefalexina Cefaloridina Cefalotina Cefapirina Clindamicina Clofibrato Clomifeno Clordiacepóxido Clorfeniramina Clorpromacina Clorpropamida Clortalidona Cloxacilina Clozapina Colchicina Diazepam Disopiramida Dotiepina Espironolactona Flufenacina Furosemida Gentamicina Griseofulvina Hidralacina Hidroclorotiazida Ibuprofeno Imipramina Isoniazida Lincomicina Mebendazol Meclofenamato Mefenamato Metacualona Metamizol Metronidazol Nifedipina Nitrofurantoina Paracetamol Penicilina Pentazocinas Perfenacina Primidona Propranolol Quinidina Quinina Ranitidina Rifampicina Sulfametiazol Sulfametoxazol Tetraciclina Ticarcilina Trimetoprim Valproato Vancomicina TABLA III Fármacos para los que se ha descrito una asociación con agranulocitosis y anemia aplásica Acetazolamida Alopurinol Anfetamina Aurotiomalato Captopril Carbamacepina Carbimazol Cimetidina Cloranfenicol Cloroquina Dapsona Estreptomicina Etosuximida Fenilbutazona Fenitoína Indometacina Meprobamato Metimazol Mianserina Naproxen Pirimetamina Piroxicam Sales de oro Salicilatos Sulfadiacina Sulfanilamida Sulfasalacina Sulfatiazol Sulindac Ticlopidina Tioridacina Tolbutamida Trimetroprimsulfametoxazol con los receptores de los leucocitos periféricos o con los precursores (promielocitos, mielocitos). Se trata de agranulocitosis inmediatas que requieren una exposición previa del paciente al fármaco6. En la tabla II se refieren los fármacos que se han asociado a un mayor riesgo de agranulocitosis6. Los pacientes suelen presentar infecciones agudas y graves (septicemia por neumonía, lesiones orofaríngeas, anorrectales, etc.) acompañadas de fiebre elevada, escalofríos, cefalea, odinofagia, etc., y neutropenia grave (menos de 0,5 × 109/l granulocitos) o completa. Así pues, no se observa la leucocitosis propia de las infecciones bacterianas. El antecedente de exposición a determinados fármacos, el hemograma y la resolución del cuadro en menos de un mes a partir de la retirada del agente inductor son variables que ayudan a orientar el diagnóstico. Las infecciones virales (neumonías, mononucleosis, hepatitis, varicela, etc.) tratadas con analgésicos, antipiréticos o antibióticos dificultan la determinación clara de la etiología de la agranulocitosis. Cuando no hay antecedente farmacológico cabe sospechar de los pesticidas y de algunos conservantes alimentarios7. El lapso de tiempo entre la administración del fármaco y la aparición de la agranulocitosis se relaciona, entre otros factores, con el fármaco. Por ejemplo, la agranulocitosis por metamizol aparece en pocas horas (los signos de infección en pocos días); la agranulocitosis por betalactámicos es gradual (el declive dura más de 6 días), y la agranulocitosis por fenotiacinas dura más de 2 semanas y es dosis dependiente. En general, el recuento de neutrófilos se normaliza a las 2-4 semanas de la retirada del fármaco causal, si bien en los pacientes tratados con betalactámicos y fenotiacinas puede recuperarse en 1-7 días. El pronóstico de la agranulocitosis ha mejorado de forma sensible con la aparición de potentes antibióticos. La letalidad ha descendido progresivamente (del 33% en un estudio sueco de 1970 a menos del 10%)4-9. Anemia aplásica La anemia aplásica es una discrasia hemática adquirida, rara y, en muchos casos, mortal. Consiste en una pancitopenia por hipoplasia del tejido hematopoyético que no es debida a infiltración neoplásica, fibrosis de la médula ósea, radioterapia ni tratamiento citostático. La anemia aplásica por fármacos supone alrededor del 40% (límites 17-86%) del total de casos. En la tabla III se citan los fármacos que se han asociado a un mayor riesgo de anemia aplásica. También puede ser causada por disolventes orgánicos, pesticidas, infecciones virales (mononucleosis, parvovirus, hepatitis y factores desconocidos: anemia aplásica idiopática)10. Fisiopatología y mecanismos patogénicos. La gravedad de la anemia aplásica se relaciona directamente con la inmadurez de las células afectadas. Algunos autores sugieren un defecto previo en el sistema inmunológico que permitiría la persistencia de las infecciones virales y, en consecuencia, una lesión de las células pluripotenciales. También se han apuntado otros posibles mecanismos (una alteración celular previa, una alteración del metabolismo de algunos fármacos –como la reducción enzimática excesiva de cloramfenicol a nitrosocloramfenicol, tóxico medular o el déficit de la enzima hepática responsable de la oxidación de la fenilbutazona–, una hipersensibilidad de las células pluripotenciales hematopoyéticas o una hipersensibilidad del sistema inmunológico). La clínica de la anemia aplásica se basa en la predisposición al sangrado, la aparición de un síndrome anémico y de infecciones (múltiples, inusuales, prolongadas y/o graves) en un paciente que no presenta nódulos linfáticos ni infiltrados tisulares, con una médula ósea con hipocelularidad importante (menos del 30% de células hematopoyéticas) y bicitopenia o pancitopenia periférica (neutrófilos < 0,5 × 109/l, plaquetas < 20 × 109/l y/o reticulocitos < 20 × 109/l). El diagnóstico diferencial debe realizarse con los síndromes mielodisplásicos, las leucemias agudas, la leucemia de células peludas, la mielofibrosis pancitopénica y las enfermedades megaloblásticas11,12. El tiempo que transcurre entre la aparición de los primeros signos y síntomas clínicos y el diagnóstico es muy variable (entre 2 semanas y 15 meses) y depende del grado de pancitopenia. El curso clínico puede tener distintas evoluciones (espontáneas o moduladas por el tratamiento): a) recuperación en menos de 3 meses (anemia aplásica transitoria); b) recuperación y reaparición (en algunos casos por reexposición); c) recuperación lenta de la hematopoyesis y de la pancitopenia periférica de forma total o parcial (anemia aplásica crónica); d) desarrollo de leucemia mieloide o hemoglobinuria paroxística nocturna, y e) muerte13. La letalidad de la anemia aplásica (debida, principalmente, a hemorragias e infecciones) oscila entre un 30-50% de los pacientes a los dos años de seguimiento. Anemia megaloblástica (o macrocítica) Conjunto de entidades en las que los eritrocitos periféricos presentan un tamaño mayor al habitual, formas anómalas (ovaladas, alargadas) e inclusiones intracitoplasmáticas atípicas como consecuencia de la inhibición de la replicación del ADN y de una menor diferenciación de las células que llegan a los vasos sanguíneos. Se dan en situaciones que comportan una menor biodisponibilidad de cobalamina o ácido fólico y/o una exposición a óxido nitroso o a fármacos: – Inhibidores de la dihidrofolato reductasa (metotrexato, sulfasalazina, trimetoprim, pirimetamina): al tener una estructura casi idéntica al ácido fólico, bloquean diversas enzimas de la cadena metabólica del ácido fólico y la síntesis de nucleótidos. – Bloqueadores directos de la síntesis de ADN (aciclovir, azatioprina). – Inhibidores de la reducción de ribonucleótidos (hidroxiurea, arabinósido de citosina). – Los antiepilépticos (difenilhidantoina, fenobarbital y primidona) y los anticonceptivos se han asociado a concentraciones plas- LA MEDICINA HOY Trastornos hematológicos inducidos por fármacos J.A. Vallès i Callol máticas bajas de ácido fólico y cobalamina (reversibles tras la retirada del fármaco) por inhibición enzimática que impide su absorción o por inducción enzimática que incrementa su catabolismo. – La metformina, la fenformina, la neomicina y la colchicina se han relacionado con una malabsorción de cobalamina. Anemia hemolítica Diversos fármacos y agentes externos (arsénico, cobre, cloratos, anilinas, benzenos, oxígeno, veneno de insectos, calor y radiaciones) se han asociado a la destrucción de eritrocitos. Los pacientes con un déficit enzimático de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa o de glutatión muestran una mayor predisposición a presentar este tipo de discrasias. Las sulfamidas, la nitrofurantoina, el ácido nalidíxico y la primaquina, entre otros, no deberían usarse en estos pacientes. Las penicilinas, las cefalosporinas, la eritromicina, la tetraciclina, la quinina, la quinidina, la rifampicina, la isoniazida, la clorpromazina, el diclofenaco, el sulindac, las tiazidas, etc. pueden inducir la formación de anticuerpos (IgG o IgM) que actuán sobre la membrana celular de los eritrocitos y producen una lisis celular directa o mediante un secuestro esplénico. Alteración de la función plaquetaria Los fármacos que inhiben la síntesis de prostaglandinas y de tromboxano A2 plaquetares (como los antiinflamatorios no esteroides y el miconazol), producen una menor agregación plaquetaria ante la presencia de ADP, colágeno, trombina, etc. Los fármacos que inhiben la fosfodiesterasa (como el dipiridamol, la cafeína y la teofilina) inducen una menor respuesta plaquetaria ante el sangrado. Las penicilinas, por un mecanismo poco conocido, reducen la agregación, la secreción, la aglutinación, la adhesión y la activación plaquetaria. Es un efecto que se inicia a los 1-3 días de la primera dosis y se recupera bastantes días después de la interrupción del tratamiento. TABLA IV Riesgos relativos de fármacos y otros factores asociados a agranulocitosis y anemia aplásica (Estudio Internacional sobre la Agranulocitosis y la Anemia Aplásica) 7 Agranulocitosis RR (IC del 95%)a Metamizol Salicilatos Butazonasc Indometacina Diclofenaco Piroxicam Trimetoprim-sulfametoxazol Betalactámicos Antitiroideos Propranolol Nifedipina Digoxina Dipiridamol Furosemida Corticoides Sulfonilureas Carbamacepina Troxerutina Alopurinol Antecedentes de: Discrasias hemáticas Anemia (en general) Mononucleosis Infecciones virales y bacterianas Alergia Insecticidas Artritis reumatoide Exposición a benzeno 16 (6,9-38)b 2 (1,3-3,2) 3,9 (1,4-11) 6,6 (2,6-17) 16 (6,0-43) 2,8 (1,4-5,7) 97 (36-262) 2,5 (1,1-6,1) 2,8 (1-8,4) 2,5 (1,1-5,4) 3,8 (1,3-11) 4,1 (1,8-9,5) 4,5 (1,8-11) 11 (1,9-62) 6 (1,7-22) 5,9 (1,8-19) 19 (6,2-60) 6,2 (2,3-17) 2,4 (1,5-3,9) 1,4 (1-2) 2,2 (0,9-5,4) Anemia aplásica RR (IC del 95%) 5,1 (2,1-12) 8,2 (3,3-20) 4,2 (1,6-11) 7,4 (2,1-26) 11 (2-56) 3,1 (1,2-8) 3,5 (1,6-7,7) 22 (4,9-101) 2,1 (1,1-4,2) 3,7 (1,3-11) 7,6 (2,6-23) 2,8 (1-7,8) a RR (IC del 95%): riesgo relativo (intervalo de confianza del 95%). Casos y controles de Barcelona, Ulm y Berlín. En el resto de centros fue de 1,5 (0,82,7). c Fenilbutazona, oxibutazona y azapropazona. b – Las tiazidas: un 1-2% de los pacientes reexpuestos presentan una trombocitopenia gradual, leve y reversible por supresión de células precursoras. – La quinina produce una trombocitopenia aguda y, en ocasiones, grave. – Los estrógenos pueden inhibir de forma rreversible la producción de plaquetas. – Otros: interferones, antihistamínicos H2, ticlopidina, heparinas, sulfamidas, isoniazida, rifampicina, etambutol, alopurinol, aurotiomalato, antiinflamatorios no esteroides, carbamacepina y ácido valproico12. 3. Anemia hemolítica microangiopática (hemólisis, hemoglobinemia, coagulación intravascular, trombosis venosa y arterial) por citostáticos (bleomicina, daunorubicina, arabinósido de citosina)12. 4. Síndrome hemolítico-urémico (fiebre, trombocitopenia, anemia hemolítica, cambios microangiopáticos en los eritrocitos e insuficiencia renal aguda) por metronidazol o quinina. 5. Metahemoglobinemia (cianosis asintomática debida a que más de un 1% de la hemoglobina periférica se oxida a la forma férrica) por la acción de un fármaco (sulfamidas, nitroglicerina). 6. Hipoprotrombinemia (déficit de protrombina, factor II) dependiente de vitamina K, adquirida por un tratamiento con cefalosporinas o con warfarina a dosis elevadas. 7. Eosinofilia por isoniacida, alopurinol, aurotiomalato, antiepilépticos y pirimetamina. 8. Porfirias (conjunto de enfermedades metabólicas debidas a déficit enzimáticos congénitos o adquiridos que pueden alterar la biosíntesis del hem) por corticoides, estrógenos, sulfamidas, carbamazepina, ácido valproico, griseofulvina, etc. Púrpuras Fármacos inductores de trastornos hematológicos Extravasación de eritrocitos en la dermis que produce máculas de menos de 3 mm de diámetro. Además de las producidas por hipersensibilidad a fármacos (penicilinas, tiazidas, yodo, etc.) y las no alérgicas (por corticoides), hay otros tipos de púrpura: alérgica no trombocitopénica (con edema, eritema y vasculitis aséptica), de Schönlein-Henoch (con dolores articulares y síntomas gastrointestinales) e idiopáticas (la mayoría). En el Estudio Internacional sobre la Agranulocitosis y la Anemia Aplásica se observó una asociación significativa entre estas enfermedades y diversos fármacos. En la tabla IV se describen los resultados de este estudio respecto de los riesgos relativos de algunos fármacos y de otros factores inductores asociados (antecedentes patológicos y exposición a diversos agentes). Otros trastornos hematológicos producidos por fármacos Se han descrito casos de leucopenia, agranulocitosis, trombocitopenia y pancitopenia en pacientes tratados con cimetidina (2,3 casos de citopenia por 100.000 pacientes tratados), ranitidina y famotidina, por mecanismo fisiopatogénico desconocido. En la mayoría de casos la discrasia se soluciona rápidamente al retirar el tratamiento o al reducir la dosis14. Trombocitopenia Los fármacos que más frecuentemente se han relacionado con un descenso del número de plaquetas son: 1. Monocitosis por glucocorticoides, clorpromazina y ampicilina. 2. Aplasia de células rojas por cefalotina, sulfasalazina, trimetoprim-sulfametoxazol, carbamacepina, difenilhidantoína, ácido valproico, indometacina, isoniazida y otros12. Antihistamínicos H2 LA MEDICINA HOY Trastornos hematológicos inducidos por fármacos J.A. Vallès i Callol Antidiabéticos orales Se han descrito casos de agranulocitosis por clorpropamida y anemia aplásica por tolbutamida. Las biguanidas y sulfonilureas, en general, pueden producir anemia megaloblástica por malabsorción de vitamina B12. Ticlopidina y clopidogrel La ticlopidina y el clopidogrel inhiben de forma selectiva e irreversible la unión del difosfato de adenosina con los receptores de la superficie plaquetaria, impiden la fijación del fibrinógeno e inhiben la agregación plaquetaria. También alteran la adhesión plaquetaria y prolongan el tiempo de sangrado15. En el caso de la ticlopidina, hasta un 1% de los pacientes tratados pueden presentar neutropenia o agranulocitosis; también se han descrito casos de trombocitopenia, púrpura trombótica trombocitopénica, pancitopenia y anemia aplásica16-18. Es esencial realizar un seguimiento quincenal del hemograma durante los tres primeros meses. En cambio, el estudio CAPRIE mostró que la incidencia de neutropenia grave con clopidogrel (0,05%) es similar a la de la aspirina (0,04%) y menor que con ticlopidina (0,8%). No obstante, se han notificado 11 casos de púrpura trombocitopénica con clopidogrel (la ticlopidina tiene una incidencia del 0,02%) y un caso de síndrome hemolítico urémico19-20. Antihipertensivos Se han descrito algunos casos de hemólisis intravascular inmune por hidroclorotiazida y metildopa. Se han notificado casos de anemia aplásica, pancitopenia y púrpura trombocitopénica durante los seis primeros meses de tratamiento con acetazolamida y otros inhibidores de la anhidrasa carbónica (se recomienda un seguimiento analítico de estos pacientes). Se han notificado algunos casos de agranulocitosis por reexposición a nifedipina, propanolol y diversos diuréticos (espironolactona, furosemida, bumetanida y clortalidona). También se ha publicado algún caso de anemia aplásica asociada a captopril y lisinopril21,22. Antitiroideos Por un mecanismo de tipo inmunológico o tóxico, pueden producir leucopenia reversible en más del 25% de los pacientes tratados y agranulocitosis en menos del 1%. Se han descrito casos de anemia hemolítica con carbimazol y de anemia aplásica, de alteración del tiempo de protrombina, trombocitopenia y sangrado en pacientes tratados con propiltiouracilo. Antibióticos Diversos antibióticos betalactámicos se han asociado a la producción de hipoprotrombinemia, neutropenia, agranulocitosis, anemia hemolítica y anemia aplásica. La ceftriaxona y otras cefalosporinas tienen un anillo N-metiltiotriazínico que puede ser el responsable de los trastornos de tipo hipoprotrombinémico. Los tratamientos prolongados o con dosis elevadas de trimetoprim pueden producir anemia megaloblástica, trombocitopenia, leucopenia o metahemoglobinemia por interferencia en el metabolismo del ácido fólico. Se han notificado algunos casos mortales de anemia aplásica por cloranfenicol. Los casos de agranulocitosis (sulfametiazol y sulfametoxazol), anemia aplásica (algunas mortales por sulfadiacina, sulfanilamida y sulfatiazol), anemia hemolítica aguda, metahemoglobinemia, trombocitopenia, leucopenia y eosinofilia son raros. El metronidazol puede producir anemia aplásica, síndrome urémicohemolítico y aplasia medular23. Antiinflamatorios no esteroides Se han descrito diversos casos mortales de neutropenia, agranulocitosis y anemia aplásica por fenilbutazona, meclofenamato y mefenamato. Sulindac, piroxicam, indometacina, ibuprofeno y naproxeno se han asociado a agranulocitosis, trombocitopenia, anemia hemolítica, anemia aplásica y púrpura trombocitopénica5. Aparte de los efectos antiagregantes, se estima que el 12% de los efectos indeseables del ácido acetilsalicílico y de la indometacina son hematológicos, mayoritariamente trombocitopenia, anemia aplásica, agranulocitosis, pancitopenia o anemia hemolítica (esta última en pacientes con déficit de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa)24. Analgésicos antitérmicos El metamizol fue retirado en los Estados Unidos, el Reino Unido y los países nórdicos por poder inducir agranulocitosis, pero en muchos países europeos es ampliamente utilizado. Los resultados del Estudio International sobre Agranulocitosis y Anemia Aplásica mostraron que el riesgo de agranulocitosis presentaba una significativa variabilidad regional (1,5 en Budapest, Sofía, Milán e Israel y 16,0 en Barcelona, Ulm y Berlín) si bien, en conjunto, era menor al publicado en otros estudios5. Se han descrito casos de agranulocitosis por paracetamol y pentazocina. Algunos pacientes tratados con paracetamol también han presentado trombocitopenia, leucopenia y pancitopenia leves25,26. Neurolépticos Se han descrito casos de agranulocitosis, neutropenia y anemia aplásica por clorpromacina, flufenacina, perfenacina y tioridacina27. La clozapina puede ocasionar neutropenia reversible (por mecanismo inmunológico y/o tóxico) que, si no se retira el tratamiento, puede progresar a granulocitopenia grave (5-10 casos por 1.000 pacientes tratados, sobre todo mujeres de edad avanzada durante los tres primeros meses de tratamiento) o agranulocitosis mortal. Por ello fue retirada en algunos países pero, posteriormente, de nuevo registrada debido a su eficacia en pacientes esquizofrénicos resistentes a otros antipsicóticos27. No se han observado casos de agranulocitosis en los ensayos clínicos con olanzapina28. Otros grupos farmacológicos También se han comunicado diversas reacciones adversas hematológicas por ansiolíticos-hipnóticos (anemia aplásica y agranulocitosis por clordiacepóxido, meprobamato y diazepam), antidepresivos (agranulocitosis, granulocitopenia o leucopenia por mianserina, amitriptilina, imipramina, amoxapina y dotiepina), antipalúdicos (anemia aplásica por cloroquina, metahemoglobinemia y anemia hemolítica por dapsona, anemia megaloblástica, leucopenia, trombocitopenia y pancitopenia por pirimetamina y trombocitopenia por quinina), antihistamínicos H1 (agranulocitosis por clorfeniramina). Algunos antituberculosos (isoniacida, rifampicina, etambutol), antirreumáticos (aurotiomalato, aurotiogluconato), antigotosos (alopurinol y colchicina), antiepilépticos (carbamacepina, etosuximida, fenitoína, primidona, ácido valproico) y la griseofulvina también pueden inducir diversas discrasias hemáticas. LA MEDICINA HOY Trastornos hematológicos... J.A. Vallès i Callol Últimas alarmas 1. Anemia aplásica por cloramfenicol ocular: un estudio de casos y controles de l’Institut Català de Farmacologia no descarta esta asociación; el riesgo relativo (IC del 95%) fue de 3,8 (0,817) y la probabilidad sería de un caso por millón de tratamientos29. 2. Anemia aplásica por nifedipina: el mismo estudio muestra que el riesgo relativo (IC del 95%) es de 4,9 (1,8-10,6) y la probabilidad sería de 1,17 casos por 100.000 usuarios/año30. Bibliografía 1. Laporte JR, Carné X, Ibáñez L. Agranulocitosis y anemia aplásica en relación con el uso de fármacos. En: Laporte J, Laporte JR, editores. Avances en terapéutica, vol 14. Barcelona: Salvat, 1986; p. 1-9. 2. Laporte JR. Agranulocitosis y anemia aplásica inducidas por fármacos. Med Clin (Barc) 1987;88:555-8. 3. Laporte JR, Carné X, Ibáñez L, Juan J, Vidal X. An epidemiological approach for the etiological study of blood dyscrasias. En: Garatini S, editor. Post-marketing surveillance of drugs. 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