Hernia Perineal MVZ Jesús Paredes P Departamento de Medicina Cirugía Y Zootecnia para Pequeñas Especies Facultad de Medicina Veterinaria Y Zootecnia Universidad Nacional Autónoma de México La hernia perineal es una patología que se presenta principalmente en perros no castrados y ocasionalmente en perras y en gatos. Las razas que presentan mayor predisposición son: bóxer, collie, dachshund, antiguo pastor inglés, pekinés y los mestizos; y se presenta principalmente en perros de más de 5 años. Algunas estructuras de la cavidad pélvica o abdominal se desplazan cudalmente entre los músculos del diafragma pélvico, ya que estos se debilitan o pueden haberse atrofiado considerablemente. Aunque la etiología no se ha demostrado científicamente, se cree que cualquier condición que dificulte la defecación puede predisponer a la presentación de la hernia. También se cree que los músculos del diafragma pélvico se debilitan por influencia de las hormonas masculinas. Otra teoría es que el origen de esta atrofia es de origen neurológico. Entre las patologías que dificultan la defecación, están las patologías de la próstata, enfermedad de los sacos anales y la obstrucción del colon o del recto. Otro de los factores que se ha relacionado con este problema es la cirugía de corte de cola. La presentación puede ser unilateral o bilateral y los signos clínicos son: Abultamiento en la fosa isquiorectal, dificultad para defecar, en ocasiones la vejiga puede estar contenida en el saco herniario y puede haber dificultad o incluso incapacidad para orinar. A la palpación rectal se siente un recto flácido que generalmente presenta una flexura, y al desviar el dedo índice hacia un lado se detecta el defecto en el diafragma pélvico. El diagnóstico se basa principalmente en la historia y el examen físico. El estudio radiográfico solo se usa para documentar la patología. El contenido de la hernia generalmente es grasa y líquido pero en ocasiones se encuentra la próstata, la vejiga o intestino. Cuando se trata de la vejiga esta se puede estrangular, por lo que se debe actuar con rapidez para descomprimirla mediante un sondeo uretral. El manejo inicial se orienta a descomprimir la zona, y esto generalmente se logra evacuando el recto mediante enemas o la vejiga con sondeo uretral. La resolución definitiva se logra mediante cirugía. Existen varias técnicas para solucionar la hernia perineal, algunas de ellas son: el afrontamiento directo de los músculos del diafragma pélvico y la elevación del músculo obturador interno. También se han usado otros músculos como el semimembranoso, semitendinoso y el gluteo superficial. Mediante la técnica de elevación del obturador interno se pueden resolver la mayoría de los casos e incluso se pueden operar los dos lados el mismo día. Heniorrafia mediante la elevación del músculo obturador interno. Antes de la cirugía se debe evacuar el recto, preferentemente de forma manual, no se deben realizar enemas en las 12 horas previas a la cirugía. Es muy importante estar familiarizado con la anatomía de la región perinea Se coloca al paciente en recumbencia esternal en el extremo posterior de la mesa, los miembros posteriores deben colgar de dicho extremo y se coloca un cojín entre la parte ventral de la pelvis y la mesa (posición de trendelemburg), la cola se refleja y se fija hacia craneal. Se prepara toda la región perineal (ambos lados), se coloca una jareta en el ano para evitar contaminación desde el recto. Se incide la piel desde un punto lateral a la base de la cola y pasando de 1 a 2 cms. del ano se prolonga la incisión hasta un punto ligeramente ventral al piso de la pelvis, se profundiza hasta penetrar el saco herniario. Los componentes más comunes de la hernia son: grasa retroperitoneal, recto, vejiga, próstata e intestino delgado. Una vez identificado el contenido de la hernia este se reduce presionando hacia craneal y se mantiene en esta posición usando gasas húmedas manipuladas con una pinza de allis. La grasa retroperitoneal puede ser ligada y reseccionada, aunque esto rara vez es necesario. Es muy importante identificar y preservar la arteria y vena pudenda interna además del nervio pudendo y su rama rectal caudal los cuales se ubican como un paquete en el piso de la pelvis. Estos nervios dan la función motora al esfínter anal externo. Una vez que se ha expuesto el anillo herniario es muy importante identificar los siguiente músculos: esfínter anal externo, elevador del ano, cocígeo lateral y el obturador interno, además del recto. Como la zona más débil es la ventral, es de gran ayuda elevar el obturador interno desde su aspecto caudal y suturarlo con el esfínter anal externo en la porción medial y con el coccígeo y el elevador del ano, o con el ligamento sacrotuberoso en el aspecto lateral. Se le debe elevar hasta el aspecto caudal del orificio obturador. Una vez elevado se colocan suturas entre el esfínter anal externo y el coccígeo lateral o el elevador del ano, y si se considera que estos músculos son débiles se debe buscar el ligamento sacro tuberoso ligeramente más lateral y craneal a estos músculos. Este ligamento se presenta como una banda fibrosa que va desde del proceso transverso de la última vértebra sacra hasta la tuberosidad isquiática. Al colocar el punto en el ligamento sacro tuberoso se le debe atravesar, de esta manera se asegura de que no se va a tomar el nervio ciático. Finalmente se colocan puntos entre el obturador interno y el esfínter anal externo medialmente y en el aspecto lateral con el coccígeo lateral. Es muy importante colocar los nudos y dejarlos largos sin anudar (referidos). Para que al final no se dificulte la extracción de la pinza que ayuda a reducir las estructuras dentro de la cavidad pélvica, además de esta forma podemos ver muy bien cuando colocamos cada punto y así evitamos dañar otras estructuras. Finalmente se anudan las suturas iniciando desde dorsal. Es muy importante no incorporar el recto ni los sacos anales con los puntos. Se usa material de sutura absorbible monofilamento de 0 ó 2-0, finalmente se sutura el subcutaneo y la piel. En los casos de flexura rectal severa en ocasiones se necesita desplazar hacia craneal el recto y fijarlo a la pared abdominal izquierda mediante una colopexia. Cuando hay retroflexión de la vejiga puede ser necesario fijar la vejiga, una técnica que se ha usado con éxito es la deferopexia. Para realizar esta técnica se aborda el abdomen posterior por la línea media ventral, se refleja hacia caudal la vejiga para poder ver los conductos deferentes los cuales se separan de las arterias y venas testiculares, se ligan y se cortan. En seguida se colocan la vejiga y la próstata en su posición normal, se jalan los conductos hacia craneal y acercándolos a la pared ventro lateral de su lado correspondiente en un punto en el cual se realizan dos incisiones paralelas en el peritoneo y el músculo transverso abdominal, se diseca entre las dos creando un túnel a través del cual se pasa el conducto deferente y se sutura a si mismo usando material de sutura absorbible. De esta manera se fijan los dos conductos deferentes, uno a cada lado y se mantiene a la vejiga y la próstata en su lugar. En algunos casos en los cuales la piel de la región perineal se encuentra muy dañada, se puede realizar primero la cirugía abdominal que permita liberar la tensión de dicha zona y 72 horas después cuando la piel se haya recuperado se realiza la herniorrafia. Otro procedimiento que aunque no se ha probado científicamente su función, se relaciona con un menor número de recidivas es la orquiectomía, se dice que el riesgo de reincidencia es 2.7 veces mayor en perros que no se castraron que en aquellos a los que se realizó la orquiectomía. Durante el posquirúrgico se deben usar antibiótico y analgésico. Las complicaciones más comunes de la herniorrafia perineal son: Prolapso rectal, infección de la herida, incontinencia fecal y entrampamiento del ciático; Además de reincidencia o herniación contralateral. Se debe proporcionar una dieta que facilite la defecación y mantenga las heces blandas.