Capitulo IV. El territorio como elemento del Estado “El territorio es el espacio físico –geográfico donde el Estado actúa y decide.” El estudio del territorio comenzó a tomar relevancia con la aparición de la época moderna donde empezó a considerarse como elemento del Estado ante el quebrantamiento del medievo que, al fragmentarse, dio paso a un universo político basado en una variedad de dominios territoriales que en su origen fueron considerados como dominio patrimonial del príncipe. Ante los grandes descubrimientos geográficos, los espacios se distribuyeron entre los Estados colonizadores, bien como territorio metropolitano o bien como colonial, de esta manera la superficie terrestre y marítima de nuestro planeta cobró una expresión política, reforzándose el interés por la investigación sobre el territorio con el sentimiento patrio y la teoría de la nacionalidad. A decir de Jellinek, el territorio es un elemento esencial para la vida del Estado aunque los teóricos del pasado no lo apreciaron así ya que la necesidad de un territorio ha sido reconocida por primera vez en la modernidad. La antigua reflexión sobre el Estado lo concebía como una comunidad de ciudadanos cuya identidad no estaba vinculada necesariamente a la residencia de ellos. Ninguna de las definiciones de Estado ofrecidas en la antigüedad mencionan al territorio como nota esencial. Es hasta el surgimiento del Estado Moderno, que el territorio aparece como un elemento fundamental del mismo. La idea de soberanía es incomprensible sin el territorio, porque al faltar éste no puede crearse un poder supremo. Aunque podemos encontrar una excepción a esto en la polis griega, donde si bien se designaba al Estado por el nombre del pueblo, se admitía que un pueblo despojado de su territorio podía mudarse a otro y reedificar su Estado, por lo mismo había que aceptarse que esta organización era nueva. Aristóteles señala las condiciones que debe reunir una ciudad que se proponga estar constituida lo mejor posible, y éstas son el número de ciudadanos y el territorio el cual debe tener como cualidad, ser lo más autárquico posible. En el medievo, la idea del Estado patrimonial versaba necesariamente sobre el territorio ya que el derecho de propiedad confería al señor la potestad sobre tierra y hombres, el titulo de rey de Francia tiene origen feudal y patrimonial, por ello, Luis de Orleans era el rey de los franceses porque los juristas de su época consideraban que el monarca no era gobernante de Francia como territorio, por lo tanto el soberano no era rey de Francia sino de los franceses. En la época moderna, Juan Bodino consideró que el fundador de una República está obligado a buscar un territorio que pueda sustentar a sus habitantes. La significación jurídica del territorio se expresa de una manera dual: 1) Una negativa: porque prohíbe a cualquier otro poder no sometido al del Estado a ejercer funciones de autoridad en el territorio sin autorización expresa por parte del mismo. 2) Una positiva: porque las personas que se encuentran en un territorio quedan sometidas al poder del Estado. De lo anterior concluimos que el territorio como elemento del Estado tiene gran trascendencia por las siguientes razones: 1) Ante todo, supone un gran avance en la civilización porque implica la sedentariedad; es decir, la permanencia de un pueblo en un espacio geográfico determinado, hecho esencial para la aparición del Estado. Cambia la población, pero el territorio permanece. La base territorial sirve de vínculo entre las generaciones, las conforma. 2) El territorio posee alcance político en la medida en que es escenario donde se desarrolla la vida estatal. Todo hecho que afecte al territorio estatal, acrecentamiento, disminución, afecta directamente al Estado. 3) Amor a la propia tierra, el ansia de expansión territorial de los pueblos de mantener a toda costa sus propios confines y las graves penas que los ordenamientos jurídicos nacionales contienen contra el secesionismo. En este sentido, el territorio es una condición necesaria, es el ámbito en el cual se extiende el poder de dominio del Estado. El territorio de un Estado comprende no sólo una determinada superficie sino también el subsuelo, el espacio aéreo, costas y litorales. Las peculiaridades de cada uno de estos aspectos, así como las fronteras, están determinadas por la Constitución y por los Tratados Internacionales. El territorio es elemento imprescindible para el Estado, ya que sin él no puede cumplir con sus funciones por lo que puede inferirse que el Estado no puede obrar ni conservar su existencia si carece de territorio, debe poseer un auténtico derecho sobre el mismo, un derecho de dominio. Debemos entender al territorio como el ámbito espacial de validez de la norma jurídica, el escenario en el que el Estado aplica su poder.