1 11.3. El reinado de Fernando VII: Absolutismo y Liberalismo Como ya se ha explicado, aunque Fernando VII aceptó la corona el 19 de marzo de 1808, como no se reunieron Cortes para ratificarlo, y, posteriormente, se produjeron las abdicaciones de Bayona, se considera que comenzó a reinar, de forma efectiva, en 1814 . El rey, al morir en l833, dejó abierto uno de los problemas más apasionantes de nuestra historia: su sucesión al trono. El rey fue el heredero de Carlos IV y recibió el epíteto de “el Deseado”, ”. De su aspecto físico Goya nos dejó varias obras maestras que se pueden ver en el Prado. Se casó cuatro veces, y a la cuarta fue la vencida: tuvo dos hijas de su esposa y parienta Mª Cristina de Nápoles, madre de sus dos hijas. Isabel y Luisa Fernanda. Su reinado se divide en tres etapas marcadas por los vaivenes políticos que se produjeron y también por los vaivenes que “padecían” las ideas políticas del rey. El rey, que había desembarcado en las costas de Levante en la primavera de 1814 procedente de Francia, entró en España por Gerona y fue recibido con todos los honores y festejos de rigor - toros, discursos, fuegos artificiales, arcos de triunfo, etc - en todas las ciudades y pueblos por los que pasaba, pero nadie con autoridad le hizo la pregunta clave ¿Vuestra Majestad va a jurar la Constitución de Cádiz, o bien desea gobernar de forma absoluta?; mientras esta pregunta no se hiciera o el rey no se manifestara, en España nadie sabía qué iba a pasar. Ciertamente los españoles estaban felicísimos de que su rey, por el que habían luchado durante 6 años, hubiera regresado a España y parecía que no les importaba nada más; pero en el caso de los diputados de Cádiz, a los que podríamos llamar políticos, la pregunta era esencial porque si Fernando se decantaba por la Constitución y el progreso, España seguiría el camino emprendido en 1812 y, quizá, los españoles que se habían exiliado por estar de acuerdo con los postulados políticos de José I, podrían regresar, pero si el rey se declaraba a favor de la monarquía absoluta según la forma tradicional, la Constitución y todas las leyes reformistas quedarían abolidas y una nueva oleada de exiliados tendría que salir de España. En Valencia, en el mes de abril, el rey recibió a unos diputados de las Cortes de ideología absolutista que le presentaron un manifiesto - el Manifiesto de los Persas - en el que exponían al rey la conveniencia de la vuelta al orden tradicional por ser lo mejor para España. El 4 de mayo, en la misma ciudad el rey ABOLIÓ LA CONSTITUCIÓN; esto supone la vuelta al absolutismo. Etapas del reinado 1ª) El sexenio absolutista: 1814 - 1820 Evidentemente, todos aquellos que no estuvieran de acuerdo con esta forma de gobierno tuvieron que exiliarse o, si eran descubiertos, pasar a la cárcel. Todos los empleados públicos fueron purificados, hoy se diría depurados. Todo lo realizado por las Cortes de Cádiz fue olvidado, y se produjo un restablecimiento general de las instituciones y los modos de vida del Antiguo Régimen. El gobierno de España, en teoría, lo ejercía el rey asesorado por sus ministros, en realidad quienes mandaban a su antojo eran las personas más cercanas a la Real Persona, 2 la famosa camarilla que estaba integrada, en general, por personas poco cultas y nada habituadas a las labores de gobierno. A esta situación tan pintoresca hay que añadir la ruina económica y demográfica de una país devastado por 6 años de guerra, y la aparición de un fenómeno característico del siglo XIX: las conspiraciones y los pronunciamientos. Evidentemente se conspira contra el régimen absoluto, no contra la persona del rey: ¡Viva el Rey, abajo el mal gobierno!; las conspiraciones, en las que participaban y casi organizaban los miembros de las sociedades secretas como la masonería, no llegaban a nada si no contaban con el apoyo del ejército que, al mando de una persona comprometida en la conspiración, se pronuncia, se declara, a favor de, o en contra de, según los casos. Obsérvese el calendario de este sexenio: • 1814, se pronuncia Espoz y Mina y fracasa • 1815, se pronuncia Juan Díaz Porlier, fracasa • 1816, conspiración del triángulo (el triángulo es uno de los símbolos de la masonería) que pretendía secuestrar al rey y obligarle a jurar la Constitución. Fracasa • 1817 conspiración de los generales Lacy y Miláns del Bosch (no confundir con el del 23 F) que contó con el apoyo de parte de la burguesía comercial de Barcelona. Fracasa • 1818 amplísima conspiración en toda Andalucía apoyada por las sociedades secretas. Fracasa • 1819, conspiración en Valencia reprimida con una crueldad rayana en lo inconcebible. • 1820, pronunciamiento en Cabezas de San Juan del coronel Riego apoyado por Quiroga, tras unos meses de indecisión, es la que triunfó y con ella se inicia la 2ª etapa del reinado 2ª El trienio constitucional 1820 - 1823 Tras el triunfo de Riego, al que poco a poco se fueron uniendo distintas guarniciones, el rey declaró otra vez en vigor la Constitución del 12. Riego, había contado para su pronunciamiento con el ejército que iba a ser embarcado para acabar con la sublevación de las colonias americanas que luchaban por su independencia, de forma que, al no llegar este ejército, las colonias se convirtieron en excolonias y aquí hay que insertar la independencia de las colonias del continente americano. Desde el punto de vista de la política interior, no hubo tiempo para mucho porque, para empezar, los propios liberales se dividieron en moderados - los antiguos doceañistas de Cádiz - y exaltados o veinteañistas los que habían colaborado en el triunfo de la rebelión. El gobierno lo ejercieron los moderados, cosa que molestó profundamente a los veinteañistas; se envió a Riego fuera de Madrid (no fuera a cundir el ejemplo de las sublevaciones) y se obstaculizó el desarrollo de las llamadas sociedades patrióticas que hay podríamos llamar partidos políticos o algo similar. A partir de 1821 comienza a organizarse la oposición absolutista, bien como partidas de guerrilleros - los realistas en Cataluña que llegaron a formar una regencia en Urgell -, o bien los oficiales de la guardia de Palacio. 3 También los liberales exaltados, los veinteañistas, comenzaron a sublevarse en distintos puntos de la periferia exigiendo su participación en el gobierno, pero fueron derrotados. El deseo de vuelta al absolutismo de algunos políticos y gran parte de los ciudadanos tremendamente afectados por las malas cosechas y la crisis económica, llevó a que el rey, en el momento en que los exaltados, en 1823 llegaron al poder, pidiera a los países de la Santa Alianza - Austria, Rusia, Prusia - su intervención militar en España. Éstos, en el Congreso de Verona en el que participó Francia, decidieron enviar un ejército que “limpiara” de elementos liberales revolucionarios España; se encargó a los franceses de esta misión y así los llamados cien mil hijos de San Luis al mando del duque de Angulema invadieron España y fueron recibidos con vítores, aplausos, cohetes y demás festejos. Hay documentos que prueban que los pobres franceses no entendían cómo una nación que en 1808 les había declarado la guerra más feroz hasta entonces conocida, a los pocos años le recibía con lluvia de pétalos de flores. El gobierno, que se había trasladado junto con la familia real a Cádiz para embarcarse rumbo a América (hay quien habla de secuestro de la familia real), se entregó a los franceses casi sin resistencia, y la misma persona que en 1820 había pronunciado las famosas palabras “Vayamos todos juntos y yo el primero en pos de la senda constitucional” declaró el absolutismo más férreo. 3ª) La década ominosa o década absolutista 1823 - 1833 Por supuesto que en todo se volvió al absolutismo: abolición de la Constitución, exilio, cárcel para los liberales, purificaciones de funcionarios, restablecimiento de la Inquisición, vuelta de las órdenes monásticas, etc. Por supuesto que existieron intentos de los liberales de asaltar el poder, que fracasaron todos. El ejemplo más conocido es el del general Torrijos. Lo que es más desconocido y desconcertante, es que los absolutistas también intentaron su “golpe de estado”. Por supuesto, estos elementos ultra absolutistas son los realistas que consideran que el rey ha caído en manos de unos consejeros traidores al absolutismo y que están causando todas las desgracias que le suceden a España; en 1827 estalló en Cataluña una revuelta llamada de los agraviados o malcontents que fue apoyada por los realistas catalanes; se considera que los sublevados fueron más de 30.000 y consiguieron ocupar varias ciudades catalanas. Todo se complicó más con la muerte de la tercera esposa de Fernando VII, Mª Josefa Amalia de Sajonia. La reina no había tenido descendencia; la Ley Sálica seguía en vigor, por lo que el heredero de la Corona era el hermano del rey el Infante Carlos María Isidro, casado con una princesa portuguesa, más absolutista que su marido, y que ya contaba con descendencia masculina. La salud de Fernando VII, gravemente quebrantaba, no hacía esperar que contrajera un nuevo matrimonio por lo que los absolutistas más cerriles se preparaban para hacerse con el poder. Pero en 1829, tras guardar unos poquitos meses de luto, Fernando se casó con Mª Cristina de Nápoles y en 1830 antes de que la reina diera a luz, de forma inesperada, en abril de 1830, el rey publicó una Pragmática por la que se abolía la Ley Sálica. A los pocos meses nació, octubre de 1830, una niña, Isabel o Mª Isabel, que fue declarada Princesa de Asturias y heredera al trono. El revuelo es comprensible, máxime teniendo en cuenta la malísima salud del rey, pero lo que fue solamente una cuestión dinástica, se convirtió en una cuestión política ya que en torno a la cuna de la niña se comenzaron a concentrar los 4 políticos dispuestos a renovar España - más tarde se les llamará liberales, isabelinos o cristinos -. En 1832 el rey ya tuvo que guardar cama y, estando la reina embarazada de nuevo, los partidarios del Infante don Carlos, los futuros carlistas, trataron de impedir que Isabel reinara y forzaron al rey a derogar la Pragmática y la Ley Sálica volvió a estar en vigor, pero a finales del mismo año, los cortesanos que estaban a favor de Mª Cristina y la princesita, que acababa de tener una hermana - Luisa Fernanda -, promovieron una revuelta palaciega conocida con el nombre de los sucesos de La Granja y Mª Cristina tomó las riendas el poder en lugar del enfermo. En octubre fue nombrado ministro Cea Bermúdez, se dictó una amnistía para los liberales, y en diciembre el rey volvió a abolir la Ley Sálica basándose en las leyes tradicionales española. En setiembre de 1833 murió, o mejor dicho, terminó de morir Fernando VII y con él acabó el absolutismo en España. Se abre otro de los periodos de nuestra historia: las guerras carlistas y el definitivo triunfo del liberalismo. =====================