RETOS INSTITUCIONALES EN LA PROMOCIÓN DE LA LIBRE COMPETENCIA COMISIÓN PARA PROMOVER LA COMPETENCIA DE COSTA RICA LA INTRODUCCIÓN DE NORMAS Y PRINCIPIOS DE LIBRE COMPETENCIA EN EL MERCADO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS EN COSTA RICA JUNIO del 2004 SEGUNDA REUNIÓN ANUAL DEL FORO LATINOAMERICANO DE COMPETENCIA WASHINGTON D.C. I. INTRODUCCIÓN No es un secreto las limitaciones que tienen las agencias de competencia de los países en vía de desarrollo, para cumplir su misión. Pese a los esfuerzos realizados por los funcionarios de la Comisión para Promover la Competencia de Costa Rica (COPROCOM) y la cooperación de las agencias internacionales, nuestro país no escapa de esta situación. Por ello, exponer en 10 páginas los retos de la COPROCOM no es una tarea fácil, más aún si nos proponemos con este documento brindar algún aporte a tan distinguido foro de discusión. Por ello, hemos decidido centrarnos fundamentalmente en uno de los objetivos principales que se ha propuesto cumplir la COPROCOM. Este es el establecimiento y la aplicación de las normas y principios de libre competencia en el mercado de los servicios públicos. Trataremos de hacer una presentación muy puntual que permita a lector ubicarse en la problemática costarricense, para luego abordar el tema central de la exposición y concluir con los elementos de un plan de acción que hemos propuesto para alcanzar el objetivo indicado. II. LA COMPETENCIA EN COSTA RICA. Dentro de dinámica en que se encuentran inmersas las economías a nivel mundial, Costa Rica tomó oportunamente la decisión de tutelara la libre competencia y de los derechos del consumidor. Así, en enero de 1995 entró en vigencia la “Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor”, No. 7472. Esta ley constituye un conjunto de principios y normas cuyas disposiciones definen el marco jurídico que regula, previene y elimina prácticas comerciales restrictivas, monopólicas y otras conductas que repercuten desfavorablemente en la asignación 2 eficiente de los recursos productivos; en la transparencia de los mercados de bienes y servicios, y en los derechos de los consumidores. La Ley 7472 es la que crea a la COPROCOM, como órgano de desconcentración máxima adscrito al Ministerio de Economía, Industria y Comercio, encargada de aplicar la ley de libre competencia y sancionar las prácticas anticompetitivas (horizontales, verticales y concentraciones), así como de educar, informar y promover la cultura de competencia en el país. Desconcentración máxima significa, en el ordenamiento jurídico costarricense, que la COPROCOM actuará con total independencia de criterio, sin que exista, a nivel administrativo, un superior jerárquico que pueda revisar sus actos. En este sentido, los actos de la COPROCOM solo son revisables en la vía judicial. La COPROCOM está integrada por cinco comisionados propietarios y cinco comisionados suplentes, que no son funcionarios de tiempo completo, y por una Unidad Técnica que la apoya y que depende del presupuesto del Ministerio de Economía y Comercio, integrada por funcionarios a tiempo completo. Igual que sucede en muchos de los países latinoamericanos, las limitaciones presupuestarias del Estado afectan de manera importante la capacidad institucional de la COPROCOM. Pese a lo anterior, durante los nueve años de existencia, la COPROCOM se ha consolidado como un órgano técnico, independiente y destinado no sólo a la represión de prácticas ilegales sino a la prevención de esas prácticas a través de la información y la creación de una cultura de competencia. Si bien esta labor puede ser considerada exitosa, especialmente si se analiza dentro del marco de las serias limitaciones presupuestarias y técnicas que ha tenido, en el campo de los servicios públicos aún le queda mucho por hacer. 3 III. LIMITACIONES PARA LA APLICACIÓN DE NORMAS DE COMPETENCIA EN LOS SERVICIOS PÚBLICOS1. La Ley 7472, que crea y brinda las potestades a la Comisión para promover los principios de competencia y sancionar las prácticas monopolísticas, dispuso en su artículo 9 que los prestadores de servicios públicos en virtud de una concesión y los monopolios del Estado están fuera del ámbito de aplicación del capítulo de competencia. Esta disposición constituye la principal limitación para que la COPROCOM pueda actuar en el mercado de los servicios públicos y por ende, para que se introduzcan en este mercado los principios y las normas del derecho de libre competencia. La COPROCOM ha manifestado la necesidad e importancia de que se efectúen reformas a su ley que permitan aplicar los principios de competencia y libre concurrencia al mercado de los servicios públicos, sin embargo, esta reforma depende de la voluntad de la Asamblea Legislativa y podría tomar mucho tiempo y esfuerzo. IV. RETOS DE LA COPROCOM ANTE LA LIMITACIÓN DE ACTUAR EN EL MERCADO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Como marco de referencia, la COPROCOM ha sostenido que el propósito fundamental de los procesos de apertura de los servicios públicos es eliminar barreras de entrada para introducir competencia en dicho mercado. En otras palabras, no se pretende solo la privatización del mercado de los servicios públicos, que tradicionalmente ha estado en manos de monopolios estatales, si no 1 La Ley Nº 7593 Ley de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos define el servicio público como aquél que “por su importancia para el desarrollo sostenible del país sea calificado como tal por la Asamblea Legislativa, con el fin de sujetarlo a las regulaciones de esta Ley” (artículo 3). 4 que lo que se busca es introducir competencia en este mercado. Tan malo es un monopolio estatal como lo es uno en manos privadas. En este sentido, la COPROCOM ha mantenido que cuando se han incorporado los principios de competencia a la apertura de estos servicios para ser prestados por el sector público o privado, cualquiera que sea la forma que se utilice para ello, ha implicado mejoras en la calidad y variedad de los servicios, en los precios y en los derechos de los consumidores. Los fracasos en los procesos de privatización se han producido cuando simplemente se traspasa a manos pública a privadas un monopolio, sin que se introduzca una regulación adecuada que incluya la aplicación de las normas y principios del derecho de libre competencia. Los avances tecnológicos han reducido significativamente los monopolios naturales, por tanto, una regulación que otorgue y regule derechos monopólicos en un mercado competitivo o susceptible de serlo, no contribuye a aumentar el beneficio de los consumidores, ni a la mejor asignación de los recursos económicos. Al momento de determinar la regulación de servicios públicos o de monopolios estatales, debe distinguirse entre los fines del Estado y los medios para conseguirlos. La competencia no solo no es incompatible con los fines del Estado en materia económica, sino que prácticamente en todas las ocasiones es uno de los mejores instrumentos para lograrlos. Ahora bien, la realidad de nuestro sistema ha obligado a la COPROCOM a buscar mecanismos para la aplicación de las normas y principios de libre competencia aún y cuando no se abra el mercado de los servicios públicos y estos se presten a través de monopolios estatales o a través de concesiones de servicio en carácter monopólico. Esto constituye uno de los grandes retos institucionales de la COPROCOM y de seguido pasaremos a exponer la forma en que se ha propuesto resolverlo. 5 1. Delimitación de la materia excluida a la aplicación de las normas y principios de libre competencia. La COPROCOM ha mantenido la tesis de que la limitación legal para aplicar las normas y principios de competencia a los prestadores de servicios se refiere estrictamente a la prestación del servicio público en condición monopólica y regulada y no a las conductas que no son consustanciales a la relación del servicio público entre el prestador y el usuario. Es así como la COPROCOM ha intervenido aplicando las normas de competencia y sancionado a los agentes prestadores de servicios públicos cuando, en las actividades conexas, estos han incurrido en prácticas monopolísticas. Este ha sido el caso de la relación entre las líneas aéreas con las agencias de viaje, donde no se aceptó que la relación entre estos fuera parte del servicio público que estas prestan por concesión, excluido de la aplicación de las normas de competencia. 2. Regulación de los servicios públicos servicios prestados en virtud de una concesión y los monopolios del Estado. El mercado de los servicios públicos lleva implícito el tema de la regulación, cuyo enfoque a su vez varía según se haya definido la política del Estado. Cierto es que si el servicio es prestado en condiciones monopólicas este debe ser regulado, sin embargo ¿Qué tipo de regulación deberá ejercerse y hasta donde llega la competencia del órgano regulador? La respuesta a estas preguntas ha sido objeto de amplio debate. Dejando un lado los fundamentos de esta discusión, los retos de la COPROCOM se resumen en lograr que sea el propio mercado del servicio regulado el que defina la regulación a aplicar y no el órgano regulador el que defina el mercado. Con ello se pretende tomar ventaja del mecanismo del mercado hasta donde sea posible, o bien regular este mercado de forma que se logren alcanzar los mismos resultados, o resultados similares a los de un mercado competitivo en caso de que éste no pueda funcionar por sí mismo. 6 3. Reglas de entrada al mercado de los servicios públicos. Debe hacerse la separación entre segmentos competitivos y aquellos en que la introducción de competencia es limitada. En los mercados competitivos, la entrada debe ser libre para todos aquellos agentes económicos que tengan interés en desarrollar la actividad y cumplan con los requisitos mínimos de carácter objetivo fijados para ello, si es que es necesario fijar parámetros mínimos de entrada. En este tipo de mercados la entrada de los agentes económicos se debería regular por medio de un sistema de licencias, autorizaciones o simples registros. Es decir, no debería existir ningún tipo de concurso o licitación para entrar al mercado, así como tampoco debería existir ningún tipo de limitación en la cantidad de agentes que lo puedan hacer. En los mercados que no son competitivos, la competencia debe introducirse por medio de subastas, concursos o procedimientos licitatorios. Es decir, debido a que no es posible que operen en competencia varios agentes económicos, la competencia entre los agentes interesados en participar debe introducirse en el procedimiento de contratación antes de dar la concesión a uno o varios agentes en el mercado. Es conveniente que la modalidad del concurso público utilizada para seleccionar al concesionario se adapte de la mejor forma posible a los objetivos de interés público que pretende la contratación y que el contrato en lugar de establecer derechos de exclusividad, introduzca principios y normas a favor de la competencia que obliguen contractualmente al concesionario. Así las cosas, el determinar que un mercado no es competitivo y que se debe regular el número de agentes económicos que ingresan a éste, no implica que no se puedan aplicar al mismo toda una serie de principios de competencia. Por el contrario, es indispensable que éstos sean tomados en cuenta desde la formulación inicial del proyecto para prevenir posibles conductas anticompetitivas – algunas veces autorizadas o aceptadas por los propios carteles de licitación-, que con posterioridad van a ser más difíciles de eliminar, porque implican grandes indemnizaciones para el Estado, entre otras consecuencias. 7 Por otra parte, es un reto de la COPROCOM que la Administración, al momento de otorgar una concesión, evalúe las consecuencias económicas que ésta puede tener en el mercado, cuando el agente económico que pueda resultar adjudicatario se encuentre en un régimen especial que le otorga ciertas facilidades, que los demás agentes económicos no tienen por no estar en ese régimen. Lo anterior, podría provocar el desplazamiento de esos otros agentes del mercado. Tal sería el caso de un agente económico que cuente con un régimen fiscal que le brinde exenciones u otras facilidades respecto a la obtención o disposición de ciertos insumos y que participe en ese o en un mercado conexo, con otros competidores que no tienen estas facilidades. 4. Delimitación del alcance de la concesión. Cuando el Estado da en concesión –o por cualquier otro medio de gestión indirecta- una actividad que estaba exclusivamente en sus manos, debe tener presente que el objetivo no es pasar de un monopolio público a uno privado. Es decir, como norma general el Estado debe procurar que la mayor cantidad de agentes ingrese al mercado para que compitan entre ellos y de esta forma los usuarios y consumidores se beneficien por mejoras en el precio y la calidad del servicio que se promueve con la competencia efectiva. Esta debe ser la regla de la que se parta y no la inversa. El que solo participe un agente económico o un número limitado debe ser la excepción, y únicamente debe permitirse cuando el mercado y la tecnología así lo determinen. Pero en estos casos deberá ponerse especial atención para que concesión obedezca exclusivamente al mercado de naturaleza monopólica y no se extienda a otras áreas donde existe competencia. En este sentido la COPROCOM se ha pronunciado advirtiendo que en un aeropuerto cuya operación y administración se ha concesionado, el derecho del concesionario no alcance áreas competitivas, como lo son la venta de alimentos, tiendas, y otras actividades comerciales que se prestan en los aeropuertos. 5. Elaboración de los carteles o pliegos de condiciones de licitación. 8 En los casos en que se utiliza el sistema de concesiones, o cualquier otra figura de gestión indirecta de servicios públicos, resulta fundamental los términos del cartel de licitación. Como principio general, los carteles o pliegos de condiciones no deben constituir un obstáculo para el libre acceso de los agentes económicos capacitados para la prestación del servicio. El reto de la COPROCOM es asesorar a la Administración Pública e intervenir oportunamente en la redacción de los carteles que tengan por objeto otorgar una concesión con carácter monopólico. En este sentido la COPROCOM ha manifestado que constituye una barrera inapropiada establecer en el cartel el requisito de cierta cantidad de años de experiencia con la Administración en la actividad que se va a concesionar, cuando solo los agentes que ya se encuentran prestando el servicio pueden cumplir con este requisito. No menos importante resultan las reglas que se establezcan en el cartel sobre la forma en que operará y será regulado el servicio que se licita una vez que sea adjudicado. Al constituir el cartel de licitación la base del contrato, las reglas que en el se establezcan o las que en el se omitan, serán las que determinarán la forma en que operará este servicio. Cualquier modificación o intervención que las entidades reguladoras quieran hacer posteriormente, posiblemente implicarán modificaciones contractuales e indemnizaciones por derechos adquiridos de los contratistas, lo que dificulta tomar medidas para lograr una adecuada regulación de estos servicios que cumpla con los principios de competencia en la etapa de ejecución del contrato. Por ello, en el procedimiento licitatorio es donde precisamente se deben aplicar primordialmente los principios de competencia. Lo anterior, para prever la constitución de estructuras anticompetitivas o monopólicas, ya que una vez que éstas se han consolidado, le resulta más difícil al órgano regulador aplicar normas sobre la conducta de los agentes que permitan eficazmente contrarrestar los efectos anticompetitivos. 9 Igualmente, y sobre todo en aquellos mercados en que sólo pueda participar un solo agente económico, se deben establecer plazos lo más corto posibles de manera que constantemente se promueva la competencia mediante el proceso de licitación o concurso público. No hay que olvidar que aunque sea por un tiempo determinado, el otorgar un derecho exclusivo sobre una actividad, es lo mismo que otorgar un monopolio por el tiempo que dure la concesión. 6. Control de prácticas monopolísticas en los mercados regulados. La COPROCOM tiene como un reto ejercer control, a través de los organismos reguladores de aquellas prácticas anticompetitivas como la discriminación en el consumo, la negativa de trato, los subsidios cruzados y la imposición de condiciones abusivas, y la adopción de políticas comerciales que favorezcan a una empresa relacionada con la concesionaria. 7. Precios regulados. La COPROCOM tiene como reto convencer a los órganos reguladores para que, en aquellos mercados en que existan varios concesionarios, puede optarse por un sistema de tarifas máximas, de manera que permita un cierto grado de competencia por precios entre los agentes económicos que estén participando en ese mercado. Por su parte, en aquellos mercados en que exista un único concesionario debe establecerse una tarifa específica por parte de la Administración que opere también como precio tope o bajo el sistema del “price cap”. Ante esas situaciones lo que cabe es valorar las condiciones más eficientes en que se va dar esa fijación. De hecho, la Administración debe contar con los mecanismos suficientes para realizar la auditoria o investigación necesaria para estudiar las variables que son relevantes para la fijación de precios o, al menos, contrarrestar adecuadamente la información que aporten las empresas. V. CONCLUSIÓN Introducir normas de competencia en el mercado de los servicios público constituye uno de los retos más importantes de la Comisión para Promover la Competencia de Costa Rica. 10 Pese a que se excluye de la aplicación del capítulo de competencia los servicios públicos prestados mediante concesión, así como los monopolios del Estado, es criterio de la COPROCOM que la aplicación de las políticas que aquí se han definido como retos de la Comisión, contribuirá a proteger, efectivamente los derechos y los intereses legítimos del consumidor y a promover el proceso de competencia y libre concurrencia que favorezca el funcionamiento eficiente del mercado, en tanto se apruebe una reforma legal que permita la intervención directa de la COPROCOM en el comportamiento del mercado de los servicios públicos. Comisión para Promover la Competencia de Costa Rica Washington, 14 de junio del 2004. 11