A LA DIRECCIÓN DE RECURSOS HUMANOS DEL--------------.ALEGACIONES AL C.P.V. D. , F.E.A. adscrito al servicio de -------------------, con D.N.I. nº y con domicilio a efectos de notificaciones , comparece y como mejor proceda DICE. Que por medio del presente escrito viene a formular su disconformidad con los criterios aplicados al C.P.V., reservándome el derecho de realizar futuras acciones judiciales. MOTIVOS PRIMERO.- Con fecha 2 de Junio de 1995 se establecieron, entre la Administración y CESM, las bases reguladoras, criterios y parámetros a tener en cuenta para la determinación del C.P.V.. Estos aspectos quedaron plasmados en un Pacto firmado el 24 de Abril de 1996. Este Pacto fue refrendado y matizado por el firmado el 17 de junio de 1996. SEGUNDO.- Que en el desarrollo del Pacto, y tal como en él se recoge, se constituyó una Comisión mixta integrada por la Administración Sanitaria y CESM que conocerá e informará sobre las siguientes cuestiones: Pacto de objetivos por centros hospitalarios Reparto del C.P.V. por centros hospitalarios y su adecuación global a los criterios y ponderación previamente determinados. Etc. Así mismo, en el Pacto, se establecen mecanismos de actuación e implicación de los Facultativos, con la creación de dos Comisiones, una Hospitalaria y otra integrada en cada Servicio, que quedan revestidas de capacidad negociadora. TERCERO.- Dentro del apartado bases dice: “con carácter previo debe hacerse constar la necesaria difusión de los objetivos, que conlleve a su exacto y pormenorizado conocimiento por parte de los facultativos, como premisa insoslayable para su puesta en marcha.” CUARTO.- Que para la distribución de los objetivos, se establecen unos Generales y otros Específicos cuya firma será obligatoria para su percepción, pero no obstante, los facultativos interesados podrán hacer ante la Comisión Hospitalaria de Productividad, las alegaciones que consideren oportunas sobre el contenido de los objetivos fijados, con independencia de que se asuman y subscriban o no tales objetivos. QUINTO.- Que los objetivos Generales se recogen como “principios rectores siguientes”: 1º)- Contribución a la mejora de productividad del hospital o Complejo Hospitalario 2º)- Mejorar la calidad de las prestaciones, tanto en su vertiente científico-técnica como de satisfacción del usuario 3º)- Participación personal en la consecución de la mayor eficiencia de los servicios. 4º)- Aumento de la participación de los facultativos en la toma de decisiones. A estos Objetivos Generales no se les asigna ningún porcentaje en la cuantía global del C.P.V. SEXTO.- Que según queda reflejado en el Pacto, se establecen cuatro criterios Específicos, con sus consiguientes intervalos porcentuales sobre la percepción del C.P.V.: ACTIVIDAD--------------------------------------------------DE 55% a 70% CALIDAD-----------------------------------------------------DE 20% A 25% DOCENCIA E INVESTIGACIÓN------------------------DE 5% A 10% OTROS--------------------------------------------------------DE 5% A 10% De su simple lectura, se comprueba que a estos objetivos Específicos (tampoco en los Generales) no hay añadido condicionante alguno que llegue a corresponderle el 100% de la cuantía del C.P.V. . Tampoco existe criterio o Item que se revista de la cualidad de “excluyente” respecto a la percepción del C.P.V. derivada del cumplimiento de los ya establecidos. Por todo lo expuesto EXPRESO mi disconformidad con los objetivos que se me quieren imponer por lo siguiente: 1.- LA EXTEMPORANEIDAD de la firma de los objetivos, ya que se pretende su fijación e imposición con fecha de----------------------y al mismo tiempo se pretende una retroactividad en cuanto a sus efectos. El principio de irretroactividad que afectaría a este tipo de disposiciones, restrictivas de derechos, se encuentra específicamente prohibido en la legislación vigente y, además pretende la imposición de una situación de cumplimiento imposible para todos o la mayoría de los objetivos pretendidos, y todo ello por causas única y exclusivamente imputables a esa administración. En cualquier caso, resultaría meridianamente claro que el margen de apreciación de cumplimiento o no de los objetivos marcados deberá de quedar restringido a la parte proporcional correspondiente a su periodo de vigencia o, lo que es lo mismo, de su fecha de imposición y firma, se acepten o no, por cada facultativo. 2.- En el apartado definido como “Avaliación” la pretensión administrativa de que determinados objetivos puedan generar ante su eventual no cumplimiento la no percepción de la totalidad de las cuantías previstas para la C.P.V. resulta sencillamente ilegal y carece del más elemental apoyo normativo. Tal cuestión o mera posibilidad no tiene apoyatura en ninguno de los criterios pactados en el Acuerdo en el que se documenta la percepción y devengo de la C.P.V. Se trataría por tanto de una modificación unilateral de un acuerdo sindical absolutamente prohibida, al carecer de base normativa alguna y, suponer claramente la modificación restrictiva de derechos laborales y retributivos. POR TANTO NO SE ACEPTARA NINGUN OBJETIVO QUE SEA CONSIDERADO LLAVE PARA LA EVALUACION DE LOS DEMÁS 3.- No se puede incluir como objetivo individual los objetivos generales del Área Sanitaria, pues supera la capacidad de gestión de cada facultativo. Éstos son objetivos que atañen exclusivamente a la Dirección, que es la responsable de gestionar los recursos del área, y así lo debe asumir. 4.- En cuanto a los criterios referidos al concepto de “prioridades” ha de señalarse que resulta materialmente imposible reducir las prioridades 1 a 0, en tanto en cuanto esa Administración no proporcione los medios minimamente necesarios para lograr su consecución. Por otro lado es claro que dichas prioridades habrán de ser solucionadas en la medida en que esa Administración provea de los medios necesarios para ello, y que además, la consecución de tales objetivos no interfiera en la realización del resto de objetivos `por falta de tiempo material para ello, por falta de quirófanos o, en definitiva, por la falta de cualquier medio material o personal cuya interacción resulte precisa para la consecución de tal objetivo. Por tanto, la gestión de la lista de espera y de los partes de quirófano no es responsabilidad individual de un facultativo será, en base a lo expuesto, responsabilidad de la Administración y de los jefes que definen el parte de quirófano semanal. El facultativo se limita a prestar la actividad asistencial que se le ha asignado. 5.- La atención a pacientes en consulta es claro que dependerá de las circunstancias concurrentes en cada caso. Y para ello habrá de tenerse en cuenta nuevamente que la imposición de las circunstancias concurrentes (número de pacientes sometidos a consulta, patologías, etc.) depende también en exclusiva de la programación unilateral de la administración sanitaria. Es por ello por lo que también a estos efectos ha de señalarse que sólo podrá hacerse responsable al facultativo de la atención, en la medida en que éste disponga de espacio, medios materiales y tiempo suficiente para ello. 6.- En cuanto al concepto de “innovaciones terapéuticas” dejar patente el particular rechazo merece el objetivo referido a “innovaciones terapéuticas”, ya que pudiera incluso alcanzar las fronteras del Derecho Penal. Tal medida viene a suponer de facto una clara limitación del derecho/obligación de cada facultativo de libertad de prescripción que no resulta admisible en derecho. Ni por la vía de la prohibición directa, ni por la vía de supresión de derechos laborales y retributivos con los que “castigar” el ejercicio efectivo de dicha libertad de prescripción médica. La administración expone: “los medicamentos considerados como Novidade Terapéutica" para o ano 2011, entendendo como tal aqueles medicamentos autorizados e comercializados pola Agencia Española de medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) nos últimos tres anos, financiados por receita oficial e onde a súa aportación ó arsenal terapéutico recibiu a valoración de “pouca ou nula mellora terapéutica” polas Axencias de Avaliación de Medicamentos”. A este respecto es de sobra conocido que las innovaciones terapéuticas son fármacos aprobados por la EMEA y la AEMPS tras demostrar fehacientemente su eficiencia médica. Partiendo de estas premisas y, adaptándolas a las circunstancias personales e individuales de cada paciente, es claro que es tan sólo su propio facultativo el más capacitado para decidir cual sea la mejor de las opciones terapéuticasfarmacológicas, sin que por motivos puramente economicistas pueda comprometerse bienes jurídicos superiores, cuales son la integridad física del paciente e incluso su vida. El papel de la Axencia de Avaliación de Medicamentos jamás puede suponer una limitación ni imposición a la decisión terapéutica ante un paciente individual. Su papel es sólo de información general ante una patología pero jamás ante un paciente individual. La Ley General de Sanidad, en su artículo 18-4, establece como cometido de la Administración sanitaria “la prestación de los productos terapéuticos precisos”, mientras que el artículo 6 -2 a) de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, atribuye a los médicos, entre otras, el tratamiento y terapéutica de los pacientes, y el artículo 5-1 a) de la propia Ley establece que “los profesionales tienen el deber de prestar una atención sanitaria técnica y profesional adecuada a las necesidades de salud de las personas que atienden, de acuerdo con el estado de desarrollo de los conocimientos científicos de cada momento y con los niveles de calidad y seguridad que se establecen en esta ley y el resto de normas legales y deontológicas aplicables”. Pues bien, en consonancia con ello, ha de destacarse que, conforme a lo dispuesto en el artículo 4-7 de esta Ley de Ordenación, “el ejercicio de las profesiones sanitarias se llevará a cabo con plena autonomía técnica y científica” del médico, dentro, claro está, de las previsiones legales y deontológicas. Es obvio que el deber de uso racional de medicamentos no puede amparar la no prescriptibilidad de aquellas innovaciones que estén legalmente aprobadas y sean de las que la propia Administración sanitaria ofrece, cuando tales innovaciones resulten, a juicio técnico-científico del médico, conducentes a la terapéutica concreta del paciente. Naturalmente, el propósito de mantenerse en el margen porcentual del objetivo tampoco justificaría denegar al paciente el tratamiento de calidad acorde a su caso y a disposición en el sistema de salud. Una actuación desleal del médico respecto de la prescripción a su paciente de aquellas innovaciones terapéuticas atinentes a su caso, absteniéndose de dispensarla por razón de mantener su retribución económica, no solamente sería impropio de los niveles éticos del profesional y de su juramento hipocrático, sino que, además de constituir evidente infracción de los deberes deontológicos que le incumben, podría incluso alcanzar las fronteras delictivas del Código Penal con responsabilidad personal del médico, al margen de las demás responsabilidades de índole económico-civil derivadas. Del mismo modo que la imposición de este objetivo excluyente pudiera asimismo tener una vertiente jurídico-penal para la propia Administración que lo impone al constreñir la actuación médica en perjuicio del paciente. No puede confundirse por esa administración, y menos vinculándolo a la retribución del concepto de la CPV, el derecho al control y en su caso exigencia de información a cada facultativo acerca de la explicación técnico científica que justifique cada prescripción concreta, con el derecho a prohibir determinadas prescripciones médicas. Pero, además, esta medida de limitar la prescripción de innovaciones terapéuticas contradice las propias líneas estratégicas del SERGAS 2014, pues en el apartado dos plantea: --Calidad y seguridad: garantizar la prestación de servicios en el lugar y momento adecuado, con los niveles de calidad y seguridad comprometidos. Estos niveles de calidad sin duda se verán coaccionados por esta medida, que condiciona la elección de la opción terapéutica a una penalización de tipo económico para el médico. Aquellos facultativos que ejercen su trabajo en unidades de subespecialización, precisamente por su alta cualificación técnica, tendrán más riesgo de sufrir esta penalización. Se trata de una medida por concepto discriminatoria entre el propio personal facultativo. Debe resaltarse que hay especialidades en cuyo ámbito no existen genéricos. También en el apartado cuatro de esas líneas estratégicas se refiere al concepto Información, proponiendo: --Desarrollar un sistema de información que facilite la práctica clínica y la toma de decisiones. Ciertamente, pudiera ser ésta una vía que debiera explorarse para una indicación contenida y selectiva de las innovaciones terapéuticas, sin afectación a la conciencia profesional del médico prescriptor ni al derecho del paciente a recibir la medicina más eficaz a su dolencia. Se ha de alertar individualmente a los facultativos sobre su índice de prescripción, se advertirá del coste, se advertirá de los escalones previos en el algoritmo terapéutico y se definirá una señal de alerta que promueva un seguimiento estrecho para verificar su eficacia. Del mismo modo, en el apartado seis: --Eficiencia asistencial: gestionar los recursos de forma responsable y eficiente. Esta gestión responsable y eficiente no se puede basar en la coacción económica del médico para inducirle a mantener respecto de su paciente una conducta desleal y ética y deontológicamente reprochable, incluso en el ámbito jurídico-penal, según quedó dicho. En todo caso el deber del médico hacia su paciente, no puede, ni debe, quedar mediatizado por el móvil económico y no corresponde a los médicos discutir el catálogo de fármacos que la administración decida o no financiar, sino disponer conforme a su conciencia técnico-profesional de aquéllos que figuran legítimamente en dicho catálogo. Ello no obstaría a que se implementasen sistemas de alerta, de información sobre el gasto, así como sobre la prescripción de ciertas novedades terapéuticas en unidades subespecializadas. EN CONSECUENCIA, SE RECHAZA CONCEPTUALMENTE LA INCLUSIÓN DE ESTE CRITERIO EN EL PLAN DE OBJETIVOS. Y NO SE ACEPTA NINGÚN TIPO DE PORCENTAJE POR CUANTO LA FACULTAD PRESCRIPTORA NO PUEDE QUEDAR CONSTREÑIDA POR ESE MECANISMO COACTIVO. Por todo ello SOLICITO: se tenga por formulada la impugnación de los objetivos cuya imposición se pretende, anulándolos y dejándolos sin efecto en aquellas cuestiones que se dejan expuestas en el presente escrito. En,---- a de ----de 2011--.