95-2014 Inconstitucionalidad Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las catorce horas con dieciséis minutos del día ocho de octubre de dos mil catorce. Analizada la demanda presentada por el ciudadano Luis Arquímides Servellón Rodríguez, mediante la cual solicita la declaratoria de inconstitucionalidad del Decreto Legislativo n° 475, de 23-IX-2010, publicado en el Diario Oficial n° 179, Tomo 388, de 27-IX-2010, que contiene la elección del abogado Tito Edmundo Zelada Mejía como miembro propietario del Consejo Nacional de la Judicatura (en adelante, CNJ), por la supuesta violación a los arts. 85, 86, 187 y 218 de la Constitución (Cn.); al respecto se efectúan las siguientes consideraciones. I. El solicitante arguye que Decreto Legislativo n° 475, de 23-IX-2010, es inconstitucional por los siguientes motivos: 1. Alega que a través del Decreto impugnado se eligió al abogado Tito Edmundo Zelada Mejía como miembro propietario del Consejo Nacional de la Judicatura; pero tal funcionario ha evidenciado vinculación objetiva con un partido político, a través de “la promoción, defensa, apología, exaltación, apoyo o adhesión hacia el entonces candidato presidencial del partido político […], en un acto realizado por una asociación de abogados”. Añade que el vínculo proselitista genera una dependencia del funcionario hacia el partido político, porque la construcción de un discurso público persuasivo para la búsqueda de apoyos electorales supone abandonar, o por lo menos ocultar de forma deliberada, la visión crítica y fiscalizadora propia de todo ciudadano, para servir a la causa común de la victoria electoral. El vínculo proselitista “es una relación de servicio a favor del partido político y en tal sentido implica subordinarse o depender de las decisiones del partido, de su estrategia de campaña, de sus candidaturas y ofertas electorales y, en definitiva, de su ideología […] excede la simple simpatía personal o privada de un funcionario […] pues hacer campaña o promoción pública en beneficio de un partido genera una „duda fundada‟ de parcialidad política del funcionario”. También sostiene que el funcionario aludido, después del acceso al cargo, ha demostrado la existencia de un vinculo real o material con un partido político; lo que genera una especie de inconstitucionalidad sobrevenida de la elección de dicho funcionario, por la violación del principio democrático y de los principios de independencia del CNJ y de objetividad, neutralidad política e imparcialidad del servicio civil. 1 En ese sentido –agrega–, la “ley del CNJ confirma la gravedad de la conducta señalada al disponer como causa de remoción de un consejero el „prevalerse del cargo para ejercer influencias indebidas” (art. 16 letra d); y establecer en el art. 18 de dicha ley que: „Los Consejales no podrán […] dedicarse a actividades de política partidaria, ni prevalerse del cargo en el ejercicio de su profesión. La infracción a lo dispuesto en este artículo constituirá causa justa para los efectos del Art. 16 de esta Ley”. 2. A. En cuanto al contenido normativo de los parámetros de control propuestos, el actor reseña lo resuelto en la sentencia de 13-VI-2014, Inc. 18-2014, donde, respecto del principio democrático –arts. 85 y 86 Cn.–, se estableció que los funcionarios de elección de segundo grado son también delegados del pueblo y no es posible interpretar que cuando el pueblo se expresa a través de sus representantes, cambia la naturaleza de la elección. Y que a dichos funcionarios les corresponde cumplir con las funciones públicas específicas para las que han sido elegidos, con poder de mando y de decisión, y dentro de las atribuciones y competencias que les da la Constitución y las leyes, con prevalencia del interés público o general sobre el interés particular. B. Seguidamente, acerca de independencia y de la naturaleza jurídica del CNJ –art. 187 Cn.–, apunta lo resuelto en sentencia de 20-VII-1999, Inc. 5-99, en la que se sostuvo que dicho ente es un órgano estatal encargado de colaborar con el Órgano Judicial en la garantía de independencia judicial. C. Asimismo, el solicitante aludió la jurisprudencia pronunciada por esta Sala respecto de los principios de objetividad, neutralidad política e imparcialidad del servicio civil –art. 218 Cn.– (sentencia de 28-II-2014, Inc. 8-2014), en el sentido de: a. Sobre el primero, entendido como una actuación fundada en los hechos relevantes, el derecho aplicable y los objetivos que se pretenden alcanzar; debiendo servir a los intereses generales y evitar la búsqueda de los propios. b. El principio de imparcialidad, como la exigencia de que los servidores estatales se abstengan de realizar conductas o propiciar situaciones que evidencien un interés personal o partidario que pueda influir en el ejercicio de sus funciones, prevaliéndose de su cargo. 3. Finalmente, afirma que la jurisprudencia y disposiciones constitucionales citadas indican que la elección de un funcionario para un órgano de control, es inconstitucional cuando, después del acceso al cargo, demuestra estar vinculado con algún partido político; como ha ocurrido en el caso concreto, según se anotó en el apartado 1 de este considerando. II. Vista la pretensión planteada, esta Sala estima oportuno efectuar las siguientes consideraciones: 1. Con base en lo prescrito por el art. 6 ord. 3° de la Ley de Procedimientos Constitucionales, es requisito de la demanda de inconstitucionalidad la identificación de los “motivos en que se haga descansar la inconstitucionalidad expresada”; lo que 2 doctrinariamente se denomina fundamento material de la pretensión, compuesto por las argumentaciones tendentes a evidenciar las confrontaciones normativas –percibidas por el actor– entre el contenido de las disposiciones impugnadas y las disposiciones constitucionales propuestas como parámetro de control. Así, el pronunciamiento definitivo en el proceso de inconstitucionalidad estará condicionado, principalmente, por la adecuada configuración del contraste normativo propuesto por el solicitante, a quien le corresponde delimitar con precisión la contradicción que, desde su particular punto de vista, se produce entre los contenidos normativos de la Constitución y la disposición o cuerpo normativo impugnado. 2. a. En el presente caso, esta Sala advierte que el contraste normativo propuesto supuestamente acaece entre el Decreto Legislativo de elección del abogado Tito Edmundo Zelada Mejía como miembro propietario del Consejo Nacional de la Judicatura y los principios democrático –arts. 85 y 86 Cn.– y de objetividad, neutralidad política e imparcialidad del servicio civil –art. 218 Cn.–. b. Ahora bien, es preciso indicar que el contenido normativo del decreto impugnado es, concretamente, la elección del aludido funcionario; decreto que el pretensor considera inconstitucional porque vulnera los principios democrático –arts. 85 y 86 Cn.– y el de objetividad, neutralidad política e imparcialidad del servicio civil –art. 218 Cn.–; preceptos constitucionales a los que les ha atribuido un contenido normativo satisfactorio, según la jurisprudencia de este tribunal. Sin embargo, es de señalar que el motivo de inconstitucionalidad por él alegado consiste en la supuesta actuación proselitista política del citado funcionario, ocurrida después de su nombramiento; de manera que no guarda relación alguna con el Decreto Legislativo impugnado, pues no revela un vicio en cuanto a la elección del abogado Zelada Mejía que pueda sostener la posibilidad de que dicha elección sea inconstitucional. Por el contrario, así planteada la cuestión, podría encajar en alguna causal de remoción o destitución del cargo, en tanto que se alegan circunstancias que podrían relacionarse con conductas vedadas durante el ejercicio del cargo, pero no con falencias en los requisitos para su elección. Y así lo expone el propio pretensor, quien menciona los arts. 16 y 18 de la Ley del Consejo Nacional de la Judicatura; preceptos normativos que se refieren a las causales de remoción –el primero– e incompatibilidades –el segundo– de los concejales del CNJ. c. Por tanto, el contenido normativo del objeto de control, referido únicamente a la elección del mencionado concejal, no muestra contraste con el contenido normativo de los preceptos constitucionales propuestos como objeto de control, pues no revela vicio alguno en la elección que contiene el decreto impugnado, sino que se vincula con mandatos referidos al ejercicio del cargo concernido. 3 Por ende, no existe contraste normativo entre el objeto de control y el parámetro de control propuestos que pueda ser dilucidado por este tribunal; consecuentemente, corresponde declarar improcedente la pretensión planteada. 3. Ahora bien, no obstante que en el presente caso no puede dirimirse el fondo de lo solicitado, pues no se planteó adecuadamente un contraste normativo constitucional; ello no es óbice para reafirmar el deber de todo funcionario de abstenerse de realizar conductas incompatibles con el cargo que ostenta, tales como aquellas que pueden vincularlo con algún partido político, por lo que se estima oportuno indicar que, la conducta que atribuye el solicitante, a una persona que ostenta el cargo de funcionario, en la que, según se expresó en la demanda, mostró públicamente su favoritismo por un partido político, lo cual no es conforme a la conducta exigida para el cargo con que se encuentra investido, dado que el art. 18 de la ley del Consejo Nacional de la Judicatura, establece que los “Consejales no podrán […] dedicarse a actividades de política partidista, ni prevalerse del cargo en el ejercicio de su profesión”, pues de lo contrario se estarían soslayando los principios de objetividad, neutralidad política e imparcialidad con que debe ejercerse el cargo para el cual ha sido elegido –art. 218 Cn.–. III. Con base en lo expuesto y de conformidad con el art. 6 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala RESUELVE: 1. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presentada por el ciudadano Luis Arquímides Servellón Rodríguez, mediante la cual solicita la declaratoria de inconstitucionalidad del Decreto Legislativo n° 475, de 23-IX-2010, publicado en el Diario Oficial n° 179, Tomo 388, de 27-IX-2010, que contiene la elección del abogado Tito Edmundo Zelada Mejía como miembro propietario del Consejo Nacional de la Judicatura, por la supuesta violación al principio democrático contemplado en los arts. 85 y 86 de la Constitución, por no haberse configurado adecuadamente el respectivo contraste normativo. 2. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presentada por el ciudadano Luis Arquímides Servellón Rodríguez, mediante la cual solicita la declaratoria de inconstitucionalidad del aludido Decreto Legislativo n° 475, de 23-IX-2010, que contiene la elección del abogado Tito Edmundo Zelada Mejía como miembro propietario del Consejo Nacional de la Judicatura, por la supuesta violación al principio de independencia del Consejo Nacional de la Judicatura –art. 187 Cn.–, por no haberse configurado adecuadamente un contraste normativo que pueda ser resuelto por esta Sala. 3. Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda suscrita por el ciudadano Luis Arquímides Servellón Rodríguez, mediante la cual solicita la declaratoria de inconstitucionalidad del precitado Decreto Legislativo n° 475, por la supuesta violación al principio de objetividad, neutralidad política e imparcialidad del servicio civil 4 establecido en el art. 218 de la Constitución, por no haberse configurado adecuadamente el contraste normativo requerido. 4. Tome nota la Secretaría de este tribunal de los medios señalados por el demandante para recibir los actos de comunicación. 5. Notifíquese la presente resolución al solicitante y al abogado Tito Edmundo Zelada Mejía. 5