La disfunción endotelial en la hipertensión. Una evaluación crítica P. A. Van Zwieten, Departamentos de Farmacoterapia y Cardiología, Academic Medical Centre, Universidad de Amsterdam, Amsterdarm, Holanda En repetidas ocasiones se ha propuesto que la hipertensión esencial, así como la hipertensión secundaria, está asociada de manera directa causal con la disfunción endotelial en los vasos resistencia. Es de esperarse que el daño y la disfunción endotelial atenúen el mecanismo vasodilatador endógeno del FRDE (óxido nítrico) y de ahí cause un aumento en la presión arterial. En la actualidad, esta atractiva hipótesis, propuesta hace unos cuantos años, es objeto de un considerable debate. A continuación, se analizan de manera crítica los argumentos a favor y en contra de esta hipótesis. Los siguientes razonamientos apoyan la asociación causativa entre la disfunción endotelial: el efecto hipertensor del bloqueo de la ON sintetasa por la L-NAME y los fármacos relacionados; el efecto antihipertensor de la arginina L en ratas Dahl con carga genética de sal; el efecto vasodilatador debilitado en el lecho vascular del antebrazo de personas hipertensas; la ON sintetasa disminuida en los hipertensos. Sin embargo, varios descubrimientos no están de acuerdo con la asociación entre la enfermedad hipertensiva y la disfunción endotelial. ejemplo: Por no existe una clara demostración de que hubiera una función endotelial deficiente en los vasos aislados de los pacientes hipertensos y en los animales; hasta la fecha, no se han reportado estudios sobre el lecho vascular del antebrazo de personas hipertensas en los que aparezca la función endotelial totalmente intacta. Se han hecho intentos por explicar las discrepancias entre varios descubrimientos pero, hasta ahora, la asociación entre la disfunción endotelial y la hipertensión parece asociarse y a la vez es incierta. clave: Palabras endotelio, óxido nítrico, pletimosgrafía, vasos de resistencia. Introducción Varios investigadores han sugerido que la disfunción endotelial es un mecanismo fisiopatológico importante en la génesis y en el mantenimiento de la enfermedad hipertensiva y en sus secuelas nocivas1-4. ser atractiva. A primera vista, la hipótesis parece Se sabe que el endotelio libera un vasodilatador endógeno (FRDE, probablemente idéntico al óxido nítrico, ON) el cual se supone que disminuye el tono vascular. Por el contrario, tal parece que el daño y la disfunción endotelial atenúan este mecanismo vasodilatador endógeno y, por lo tanto, causan una elevación en la presión arterial. La evidencia experimental de una disfunción endotelial asociada con la enfermedad hipertensiva parece ser, a primera vista, impresionante y la relación entre ambos fenómenos ha sido entusiastamente defendida por sus apologistas5.7. Sin embargo, la hipótesis de la disfunción endotelial como un mecanismo importante y específico en la enfermedad hipertensiva y sus complicaciones está siendo cuestionada por la información experimental (en animales) y las deliberaciones metodológicas, en tanto que el debate sobre este asunto ha durado ya varios años. La controversia también se refiere a la pregunta de que si la función endotelial (o disfunción) puede jugar un papel como punto relevante sustituto en los estudios clínicos sobre hipertensión. Por lo tanto, parece ser obligatorio no sólo escuchar a los protagonistas sino también evaluar, de manera crítica, la información que cuestiona el papel del endotelio en la hipertensión. Argumentos a favor de que la disfunción endotelial se ocasiona por la hipertensión Este tema ha sido analizado en muchas ocaciones5-7. Desde mi punto de vista, los siguientes argumentos y descubrimientos serían de ayuda para entender el importante papel que tiene la disfunción endotelial en la enfermedad hipertensiva. (a) : El bloqueo de la síntesis del ON por los inhibidores de la ON sintetasa, tales como el L-NAME y las sustancias relacionadas, causan hipertensión en varios animales de laboratorio y, en el largo plazo, se presenta una secuela perjudicial de este desorden (incluyendo el incremento en la aterosclerosis)8,9. (b) En las ratas Dahl sensibles a la sal, la acción hipertensora de la sobrecarga de sal es contrarrestada por el tratamiento con la arginina L, base natural del camino arginina L-ON10. (c) Varios estudios que utilizan la pletismografía del antebrazo humano han demostrado que el efecto del vasodilatador dependiente del endotelio de la acetilcolina (AC) se atenúa en los pacientes hipertensos y también en los descendientes de padres hipertensos no hipertensos1-4. Además, la respuesta vasoconstrictora de los antagonistas de la arginina L demostró estar disminuida en las personas hipertensas, mientras que la misma arginina L mejoró el efecto de la vasodilatación de la AC. (d) Las mediciones de todo el conjunto de la producción del ON demostraron que en los pacientes con hipertensión esencial, la síntesis del ON disminuyó bajo condiciones basales11. La metodología utilizada en esta investigación no permitió que se tomara una decisión sobre si la síntesis debilitada es primaria o secundaria a la elevación de la presión arterial. Argumentos en contra de que la disfunción endotelial sea debida a la hipertensión Animales de laboratorio y vasos aislados Con respecto a los experimentos en los animales de laboratorio y en las preparaciones de los vasos aislados, J. Angus ha presentado un análisis importante12. Dicha investigación crítica indica claramente que los resultados son controvertidos. Nuestro grupo estudió la respuesta del vasodilatador dependiente del endotelio con respecto a la metacolina (MC) en el lecho vascular mesentérico prefundido aislado de ratas normotensas e hipertensas13. Se prefirió la MC sobre la AC, debido a su composición estable, insensible a la degradación vía esterasas, ya que muestra el mismo perfil de receptor que la AC, es decir, un agonismo no selectivo hacia los distintos subtipos del receptor muscarínico (M1, M2, M3, M4). La respuesta del vasodilatador dependiente del endotelio en el lecho vascular mesentérico se debilitó por los diferentes tipos de los antaqonistas de los receptores muscarínicos. A partir de este análisis, concluimos que el receptor M3 endotelial es el mediador del efecto vasodilatador de la MC. Es interesante hacer notar que la respuesta del dilatador a este receptor muscarínico (colinérgico) agonista fue exactamente la misma en las preparaciones obtenidas de ratas normotensas e hipertensas, respectivamente, y que se utilizó el mismo receptor (M3)13. Varios estudios han sido realizados en vasos aislados de animales hipertensos. Tal y como se describió en el análisis de Angus12, los resultados son bastante polémicos y, en la mayoría de las investigaciones, las arterias de conducción aisladas (tales como la aorta) han sido utilizadas y éstas no poseen una accion relevante con respecto a la presión arterial elevada. Hasta ahora, la información obtenida sobre los vasos de resistencia aislados de animales hipertensos es inconsistente y no apunta claramente hacia una disfunción endotelial generalizada asociada con la enfermedad hipertensiva. Se ha publicado escasa información sobre los estudios realizados con los vasos aislados de personas hipertensas. En un estudio reciente por Thybo y col.14, las arterias de resistencia subcutáneas tomadas de personas hipertensas fueron comparadas con las de personas similares entre sí. Las respuestas dependientes del endotelio y a la acción del vasodilatador independiente de la acetilcolina y del endotelio, en relación con la del nitroprusiato sódico, demostraron ser idénticas en ambos tipos de preparaciones. Consecuentemente, esta información no justifica la hipótesis sobre la anormalidad generalizada en la relajación dependiente o independiente del endotelio en los hipertensos. Lecho vascular del antebrazo humano “in situ” (pletismografía de la oclusión venosa) En la actualidad, se han publicado varios estudios que demuestran que la función endotelial se conserva en el lecho vascular del antebrazo humano. Un estudio reciente por Laurent y col.15 establece que el mecanismo del flujo de la dilatación de la arteria braquial, dependiente del endotelio, no se deteriora en personas con hipertensión esencial. Hallazgos comparables fueron encontrados en el lugar de la arteria femoral16. Otro estudio extenso y bien diseñado realizado por Cockroft y col.17 demuestra, en forma clara, que tanto la vasodilatación dependiente del endotelio (acetilcolina, carbacol) como independiente de éste (nitroprusiato de Na) se conservan en personas con hipertensión esencial. En un estudio reciente, Bruning y col.18 analizaron en detalle, en el lecho vascular del antebrazo humano, al receptor muscarínico que media la vasodilatación cuando es estimulado. Se utilizó la metacolina como un agonista vasodilatador colinérgico, la cual se prefirió sobre la acetilcolina debido a su estabilidad in vivo y a su insensibilidad a la esterasa. Estos experimentos demostraron claramente que la vasodilatación dependiente del endotelio e inducida por la metacolina en las arterias de resistencia, está predominantemente mediada por los receptores muscarínicos del subtipo M3. Curiosamente, el efecto vasodilatador inducido de la metacolina y por el nitroprusiato de Na se conservó en los hipertensos. Además, las características cuantitativas de las curvas de la respuesta de la dosis de la metacolina en los hipertensos fue idéntica a las obtenidas en personas normotensas con edades y sexo similares. Además, la influencia de los antagonistas del receptor muscarínico (más o menos selectivos para los subtipos de los receptores muscarínicos particulares) sobre una vasodilatación mediada por el receptor M3 fue idéntica en las personas hipertensas y normales. ¿Cómo pueden explicarse las discrepancias? La deliberación precedente indica que existen serias discrepancias entre los resultados de los experimentos encaminados a responder la pregunta de que si la disfunción endotelial ocurre o no en los pacientes hipertensos, en los animales y en las preparaciones de los vasos aislados. Varias explicaciones pueden aclarar estas discrepancias, a saber: (a) Con respecto a los animales de laboratorio y a las preparaciones de vasos aislados, la evidencia de la disfunción endotelial ha sido predominantemente demostrada en grandes arterias de conducción y difícilmente en las arterias de resistencia de personas hipertensas o animales. (b) En cuanto a los numerosos estudios sobre el lecho vascular del antebrazo humano, muchas preguntas quedan por responderse. En primer lugar, no se sabe si tal lecho vascular es apropiado para estudios sobre hipertensión, en donde los vasos de resistencia esplácnicos son probablemente los más importantes. Con frecuencia, la pletismografía del antebrazo se realiza (también por nuestro grupo) porque este lecho vascular es fácilmente accesible en las personas, en contraste con otros muchos circuitos que pueden ser mucho más relevantes. En segundo lugar, es costumbre estudiar a la función endotelial por medio de la AC, la cual es altamente sensible a la biodegradación por las esterasas en el sistema vascular. Así, las diferencias en la actividad de la esterasa pueden jugar un papel importante17. Además, las diferencias en la longitud del antebrazo pueden influenciar los resultados experimentales17. (c) La hipertensión es una enfermedad heterogénea y es importante que se hagan saber las discrepancias ya que se han investigado en varios estudios subgrupos diferentes de pacientes. A fin de identificar a varios subgrupos de pacientes hipertensos, probablemente sería útil explicar algunas de las discrepancias. Desafortunadamente, hasta ahora no sabemos con claridad qué criterios deben aplicarse para diferenciar e identificar tales subgrupos. Conclusiones Varios estudios, en particular en el lecho vascular del antebrazo humano y en grandes arterias de conducción aisladas de animales, han demostrado la existencia de una disfunción endotelial durante la hipertensión. Sin embargo, es preciso reconocer y confirmar que muchas otras investigaciones no mencionan que exista un daño funcional del endotelio en pacientes hipertensos y animales. Es de llamar la atención que la disfunción endotelial en los vasos de resistencia aislada haya sido leve, los cuales se supone que juegan un papel decisivo en la hipertensión. Probablemente un gran número de discrepancias sean causadas por problemas metodológicos y varios otros factores, en tanto que la heterogeneidad de la enfermedad hipertensiva también puede jugar un papel importante. Además, también debería cuestionarse la especificidad de la disfunción endotelial en conexión con determinada enfermedad. Sabemos que el endotelio y su función de vasodilatación se deterioran con el transcurso del tiempo, y también con enfermedades como la diabetes mellitus y la hiperlipidemia. Por lo tanto, sigue siendo incierto si la disfunción endotelial provocada por la enfermedad hipertensiva, si en verdad ocurre en todos los casos, es un fenómeno específico o simplemente una reflexión de un daño vascular no específico. La incertidumbre con respecto al deterioro morfológico y funcional en los hipertensos, así como en la falta de selectividad de esta enfermedad, indican que la disfunción endotelial parece ser un punto relevante (sustituto) en los estudios sobre hipertensión. Bibliografía 1. Linder L, Kiowski W, Bühler FR, Lüscher TF. Indirect evidence for the release of endothelium-derived relaxing factor in the human forearm circulation in vivo: blunted response in essential hypertension. Circulation 1990; 81: 17627. 2. Taddei S, Virdis A, Mattei P, Salvetti A. Vasodilation to acetylcholine in primary and secondary forms of human hypertension. Hypertension 1993; 21: 92933. 3. Panza JA, Casino PR, Kilcoyne CM, Quyyumi AA. Impaired endothelium-dependent vasodilation in patients with essential hypertension: evidence that the abnormality is not at the muscarinic receptor level. J Am Coll Cardiol 1994; 23: 1610-16. 4. Panza JA, Garcia CE, Kilcoyne CM, Quyyumi AA, Cannon RO. 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