39 Las soldaderas: Juanas y Adelitas 5 La historia oficial les negó espacio, la leyenda les cambió su origen, la pintura las idealizó hasta hacerlas irreconocibles. Las soldaderas que seguían a las tropas por todos los campos de batalla de América, todavía esperan su página entre el humo del combate, o el fusil cuando su hombre caía. Ellas los salvaron de la desesperación, del hambre y las penurias, cortándole en seco la tentación de la fuga. 10 "Qué es el mundo sino un puro cementerio, donde el sexo, único vencedor de la muerte, es una ausencia" Luis Franco 15 La historia de América, con sus sangrientas guerras de la independencia, y las civiles posteriores, no menos crueles, está cuajada con la presencia de estas mujeres, a quienes la crónica escrita por los hombres manda al olvido, como si su actuación 20 hubiera sido clandestina, marginal y deshonrosa. Quedan unas pocas rescatadas de la memoria de los pueblos, unos pocos nombres de las que fueron legiones. En México, "La Adelita" que se hizo inmortal en un corrido de la revolución; en Colombia "Las Juanas", donde entraron todas las bravas mujeres que 25 siguieron a Bolívar y más tarde actuaron en las guerras intestinas que devoraron a esta parte del continente, que no es cálida por su clima solamente sino por el empeño por el que se tomaron las causas. Cuenta una vieja anécdota de Medellín, que hubo una soldadera llamada Marucha, que se convirtió gracias a su coraje 30 en la heroína de un combate y que al ser festejada por sus compañeras y admiradoras, escribió una pancarta en la que se leía: "Caliente por el partido". ?Justo en la tierra de la cumbia! A la retaguardia de todos los ejércitos iban las mujeres. Llegaban a los pueblos y encendían los fuegos para los asados 35 cuyas reses eran robadas o incautadas de las haciendas enemigas. Las tranquilas aldeas se convertían en un infierno, donde las Juanas parecían demonios de corazón de ángeles, haciendo de sus propias ropas vendas para los heridos, supliendo la falta de 40 alcohol con aguardiente, ron o chicha, dándoles de comer y matándoles los piojos y en el momento de caer, ellas cargaban el fusil y salían a pelear. En esas épocas, a la salida de Bucaramanga, una Juana 39 Dillon, S., Mujeres que hicieron la América, Ed. Catari, 1992, pág. 129-131. 112 agonizaba en el campo de batalla enemigo. Le pidió al general 45 liberal que le bautizara a su pequeño, recién nacido, como última gracia. Este la llevó a la costa de río y le preguntó: ?Qué nombre le ponemos? Rafael Uribe. ?Su padre?, insistió el general. "El batallón Libres de Ocaña", respondió la moribunda. Llevaban noticias de la guerra, hacían de espías; entre las 50 papas y los racimos de gallinas que entraban al mercado, escondían los mensajes de los jefes; robaban balas y volvían con los revolucionarios para orientarlos. Las Juanas seguían a sus hombres, no por sus ideas, sino por amor a los soldados, a los cabos, a los cometas. Eran rudas y 55 vulgares. Cuando llegaba la hora de la comida, con los brazos en jarras, arremangada la falda mugrienta, un canasto en la cabeza y en él un brasero encendido con la carne asándose junto a las papas o negreando de porotos los guisos, tremendos de ají. Eran infiernitos aéreos, ambulantes. A la hora del aguardiente, que era 60 sagrada, cambiaban la carga por botellas tanto de chicha como de ron, según la jerarquía del combatiente. Las hubo que pusieron sus pechos desnudos ante el pelotón de fusilamiento para salvar a sus hombres y como tigras se lanzaron contra los fusileros. "Aquello era un juanerío y nada 65 más" dice Germán Arciniegas contando la heroicidad de sus compatriotas, las colombianas que dieron figuras gloriosas como la Pola, paradigma de la mujer revolucionaria americana. El amor en ese infierno de miseria y calamidades, era de la forma más promiscua y animal; en él se resumían los más crudos 70 instintos. La ferocidad de las mujeres tocadas por los celos, tomaba características de batalla sangrienta: se batían a botellazos y se arrastraban de las mechas; las mujeres peleando entre sí hacían temblar de miedo a los soldados. Nuestra historia oficial admite la presencia femenina en los salones, brillando tenuemente bajo los candelabros, sentadas sobre brocatos, cantando circunspectamente el himno ante la mirada complacida de los patricios. También las pintaron bordando la bandera de los Andes, sobre seda y oro o esperando 80 en la ventana olocolonial con la lámpara encendidara , la mil veces esperada vuelta del prócer, cargado de gloria ... ¿Pero quién se acordó de las anónimas, las olvidadas mujeres que siguieron a los ejércitos famélicos y derrotados, junto a los que fueron carne de cañón? 85 En las campañas de Belgrano, se habla de las "Niñas de Ayohuma", por darles un nombre. Pero niñas eran las hijas de reconocidas familias, solteras honradas y de posición. Las de Ayohuma fueron soldaderas, representantes de la gleba doliente; las que ayudaron a morir, las que curaron a los heridos, las que 90 apagaron la sed terrible del campo de batalla, entre maldiciones, 75 112 palabrotas y gemidos de moribundos. La crónica de nuestras guerras, ha dejado correr brevemente el telón del escenario de la discutida guerra de exterminio al indio en la Campaña al Desierto y allí se asoma la 95 silueta femenina. Dice Luis Franco en "La Pampa habla": El gobierno militar se vio pues obligado a considerarlas parte de la tropa y someterlas a los mismos deberes, aunque de derechos nunca se habló a las claras" y más adelante concluye al relatar su rol: "... gravitaron más en la decisión de la guerra que los fusiles 100 de Lavalle o Villegas, que la estrategia de Roca". Ellas fueron el único aliciente para no desertar, para no escapar del infierno de los fortines a lo Martín Fierro. Se agotó el siglo XIX que fue el de las revoluciones y llegó el XX que fomentó las dictaduras. Las mujeres siguieron 105 peleando en las universidades, en las calles, en las fábricas, en sus casas. Cayeron y se levantaron, desaparecieron y fueron brutalmente asesinadas. Las mujeres siguieron girando en la gran ronda de América sangrante, desde la negra más humilde hasta la blanca más heroica pasando por las indias, en permanente 110 exterminio. A la gran página, todavía negada, la tenemos que escribir nosotras como dice María Elena Walsh en su rebeldía "... aunque nos amordacen con cañones." 115 VOCABULARIO DEL TEXTO Combate (6): fusil (6): penuria(8): tentación (9): fuga (9) puro, adj. (11): vencedor/a (12): sangrienta/o (16): cruel (17): clandestina (20): deshonrosa (20): rescatar (21): inmortal (23): corrido (23): brava (24): hier: actuar (25): intestina (26): devorar (26): festejar (30): pancarta (31): retaguardia (34): asado (35): res (36): incautar (36): vendas (40) suplir (40): aguardiente (41) chicha (41): piojos (42): cargar (43): agonizar (45): bautizar (46): gracia (47): moribunda/o (49): espía (50): racimos (51): balas (52): cabo (55): cometa (55): 112 ruda (55): arremangar(se) (57): mugrienta (57): canasto (57): brasero (58): tremendo (60): infiernito (60): pelotón (65): tigra = tigresa (65): lanzarse contra (66): heroicidad = heroismo (67): calamidad (70): cruda/o (72): ferocidad (72): arrastrarse (74): mechas (74): tenuemente (77): candelabro (77): brocato (78): circunspectamente (78): himno (78): complacida/o (79): bordar (80): famélico/a (84): derrotada/o (84): gleba (89): palabrotas (92): gemido (92): asomarse (95) gravitar (100): aliciente (102): fortines (103): fomentar (105): amordazar (114): cortar en seco (8): está cuajada con (17/18): el empeño por el que se tomaron las causas (27): con los brazos en jarras (56): negreando de porotos los guisos(59): se batían a botellazos (72/73): carne de cañón (85): ha dejado correr brevemente el telón del escenario (93/94): siguieron girando la gran ronda de América sangrante (109): 112 VOCABULARIO DEL TEXTO actuar (25): wirken, tätig sei agonizar (45): im Sterben liegen aguardiente (41): Schnaps aliciente (102): Anreiz amordazar (114): mundtot machen arrastrarse (74): an den Haaren reißen arremangar(se) (57): aufkrempeln asado (35): Braten asomarse (95):hier: erscheinen gemido (92): Ächzen gleba doliente (89): hier: leidendes Volk gracia (47): Gnaden gravitar (100): hier Einfluß haben heroicidad = heroismo (67): Heldenmut himno (78): Hymne bala (52): Kugel bautizar (46): taufen bordar (80): sticken brasero (58): Küchenherd, Kohlenbecken brava (24): tapfer brocato (78): Stoff incautar (36): beschlagnahmen infiernito (60): Spirituskocher inmortal (23): unsterblich intestina (guerra) (26): Bürgerkrieg cabo (55): Unteroffizier calamidad (70): Not, Katastrophe canasto (57): Korb candelabro (77): Armleuchter cargar (43): hier: laden circunspectamente (78): zurückhaltend chicha (41): Maisbranntwein clandestina (20): heimlich combate (6): Kampf cometa (55): Gemeiner complacida/o (79): zufrieden corrido (23): mexicanisches Volkslied cruda/o (72): hier: nackt cruel (17): grausam mechas (74): Haare moribunda/o (49): Sterbende/r mugrienta/o (57): schmutzig derrotada/o (84): besiegt deshonrosa/o (20): schändlich devorar (26): vernichten lanzarse contra (66): stürzen auf palabrotas (92): Schimpfwörter pancarta (31): Transparent pelotón (65):Exekutionskommando penuria (8): Elend piojo (42): Laus puro, adj. (11): bloß racimos (51): hier: Bündel res (36): Vieh rescatar (21): retten retaguardia (34): Nachhut ruda (55): ungebildet sangrienta/o (16): blutig suplir (40): einen Mangel wettmachen espía (50): Spitzel famélica/o (84): ausgehungert ferocidad (72): Grausamkeit festejar (30): huldigen fomentar (105): fördern fortín (103): Schanze fuga (9): Flucht fusil (6): Gewehr tentación (9): Versuchung tenuemente (77): hier: schwach tigra = tigresa (65): Tigerin tremendo (60): fürchterlich vencedor/a (12): Sieger/in venda (40): Verband 112 cortar en seco (8): hier: bremsen/verhindern está cuajada con (17/18): mit etw. übersät sein el empeño por el que se tomaron las causas (27): wegen der Mühe, mit der alles verrichtet wurde. con los brazos en jarras (56): mit den Armen in die Seiten gestemmt negreando de porotos los guisos (59): der Eintopf schwarz vor lauter Bohnen se batían a botellazos (72/73): sie bewarfen sich mit Flaschen carne de cañón (85): Kanonenfutter ha dejado correr brevemente el telón del escenario (93/94): hat den Vorhang etwas aufgemacht siguieron girando la gran ronda de América sangrante (109): (ronda: Rundgang) Bezieht sich auf die Mütter der Verschwundenen in Lateinamerika. ALGUNAS INFORMACIONES COMPRENDER EL TEXTO. PARA En la línea 76 se hace alusión a las mujeres de la alta sociedad argentina inmortalizadas en algunos cuadros de la época. Allí se ve a las hijas y esposas de los próceres dedicadas a tareas "femeninas" como bordar los símbolos patrios o cantar el Himno nacional. Fue precisamente en la casa de una de ellas, la de Mariquita Sánchez de Thomson, donde la canción patria se cantó por primera vez. Lo que normalmente no se dice es que Sánchez de Thompson no solamente celebraba tertulias sociales sino que era una activa periodista documentando en sus intercambios epistolares la época que le tocó vivir, especialmente su crítica al gobierno de Rosas. Belgrano, creador de la bandera argentina, y general del ejército argentino en las campañas del Alto Perú que derrotó a los españoles en varias guerras de la independencia pero que sufrió una derrota espectacular en Vilcapugio y Ayohuma, donde las mujeres cumplieron una función fundamental cuidando a los heridos. La Campaña del Desierto se refiere a la Conquista de la Patagonia (1879) dirigida por el General Roca, militar que a fuerza de balas (la Remington) y alambres de púa desalojó a los indígenas de sus tierras fértiles y los arrinconó tan lejos como pudo de Buenos Aires. 112 Juan Lavalle (1797-1841) fue un general argentino que combatió en Chile y Perú bajo las órdenes de San Martín en las Guerras Libertadoras. Luchó contra el caudillo Juan Manuel de Rosas (federal) por quien fue finalmente vencido. Martín Fierro es el arquetipo universal y trágico del gaucho argentino "malo", producto de la creación literaria de José Hernández. Los campesinos eran reclutados para servir en el ejército luchando contra los indígenas. Algunos desertaban y al volver descubrían que su familia había desaparecido. Entonces se convertían -como Martín Fierro" en un "tigre nómade", movido por el odio a la ley y al orden. El libro (1872) no sólo relata los infortunios del gaucho sino que presenta también el lado payador del personaje, el aspecto artístico e inventivo. También encarna los valores de la hombría (independencia, valentía, confianza en sí mismo) contra la explotación, la injusticia, la corrupción. La línea 96 ("desaparecidas") hace alusión a las mujeres asesinadas por la dictadura que comenzó en 1976 durante la cual desaparecieron miles y miles de personas, muchas de ellas mujeres. María Elena Walsh es una escritora y compositora argentina. La línea citada aparece en la poesía que le dedica a Eva Perón. 112