i89 nivel del mar. El borde meridional de la Meseta es una rápida

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Calderón y
Arana.—MESETA
CENTBAL
DE
ESPAÑA.
i89
nivel del mar. El borde meridional de la Meseta es una rápida
cortadura y desgajamiento de la misma, en un todo análogo
á la terminación meridional del Balitan, cuyo pié, formado
por una gran falla, se puede seguir en una extensión considerable, la cual, como en la región que describimos, está jalonada por una línea de emisiones eruptivas.
Al extremo SO. se extiende la Meseta por la parte de Castilla
la Vieja, con una altitud media de 800 metros, hasta una especie de escalón que se levanta sobre la planicie ele Cáceres.
Más arriba en todo el O. el Duero, corriendo entre Portugal y
Salamanca por una honda rotura ó quiebra de la Meseta, sirve
de barrera difícilmente franqueable entre los dos reinos de la
Península.
Aunque cercada por dos mares, el descenso desde la Meseta
hasta ellos es difícil en ambos, pero especialmente al Mediterráneo; puede decirse que exceptuando el Puerto de Almansa, que aprovecha la carretera de Madrid á Valencia, no existe
ninguna comunicación importante del interior con el Mediterráneo.
El Sr. Botella (1), construyendo los niveles de las diferentes
planicies tal como estarían antes de los trabajos de denudación que las han desgastado, halla marchando de S. á N. altitudes de 400 metros para el valle del Guadalquivir, de 700 á
800 para el Guadiana, Tajo y Ebro, de 800 á 900 para el Duero,
sólo de unos 300 para las demás planicies occidentales, y escasamente de unos 50 á 100 para el Segura en su región más
meridional, «estableciendo así la sucesiva gradería, añade,
por la cual se asciende á nuestras mesetas centrales y el r á pido descenso que distingue por lo común la región oriental
de la occidental.»
Terminaremos esta breve reseña de la geografía física de la
Meseta notando que, como podía suponerse, su sistema hidrográfico está en armonía con el orográfico, consistiendo en corrientes de rápido curso y escaso caudal que surcan la planicie, atraviesan las cordilleras que las ciñen y se precipitan
por sus extremos, fraguando profundas escotaduras. Como
hemos visto, el Tajo y el Guadiana atraviesan la planicie de
(1) Discurso leido en la Real Academia de Ciencias el dia 29 de Junio de 1884.
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