maimónides prisionera - Revista de la Universidad de México

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MAIMÓNIDES
se hicieron lentas, luego inmóviles
desnaturalizadas.
Ikram Antaki
y él -en estado de absoluta ingravidez
se puso a contar la historia del Este y del Oeste
la valentía incomparable de los diálogos
la curación de la envidia
aquella magnífica riqueza de los encuentros útiles
la determinación del placer
y el papel aterrador de las iglesias.
"Fui judío en Egipto", dijo
y los hombres improbables no eran perseguidos.
" ¿C ómo decirles lo trágico y lo absurdo?"
preguntó el jo ven paseante de la noche
y era como si la noche nunca hubiera existido .
Su voz era frágil
podía parecer execrable
voz donde los sign os arrastran la banalidad
voz de infancia seductora
"Traten de entender
quizá podrán
esbozar este pasad o extraño."
El suelo se abría
una sensación de pánico a través de misteriosas barricadas
inventaba tintes de dolor
Dejó la tierra
la realidad física de la brutalidad y del vértigo
y comenzó a ·conta r histori as de amor e ironía.
PRISIONERA
Carmen Boullosa
"Fui judío en Córdoba", dijo
y era como si la libertad de palabra
el indeterminismo, las ind epende ncias
la fascinación y la extravagancia
fueran de repent e instrumentos desconocidos
de métodos pr incipales
adornados por la tent ación
¿Quién armaba y obsesionaba la vida?
¿Quién impedía al mundo cambi ar sus fundamentos?
¿Quién seguía ap edreando la seducción por simple placer?
"En el mercado de las malic ias
yo vendía instrumen tos verdaderos. "
¿Quién obligaba a las criaturas a intercambiar
las palabras con la mentira?
El verbo como valor de cambio
penetró violen tamente en las cárceles del Este
y el hombre se salvó.
Voz de noble qu e no palidecía.
Voz ingrata de los efectos inéditos
su serenidad era tan extraña que se podía esperar lo peor
de su alma
la sangre de los lirismos
un incendio imaginario.
La creación
prolonga las trayectorias de fugas y de rupturas
cambia los rumbos
borra las pistas
veinte años de furor generoso
atrapado en los m uros
hacían irreal el dolor
lo volvían ligero
La prisión y la violencia .
las relaciones complejas y los comportamientos equ ocos
la violencia total de los j uegos malvados
la violencia final
aquella sensación de perder a los demás y perderse
dejaron su vuelo
¿Hacia dónde va la tarde como ebrio barco?
Su ancla fue tirada en el corazón del viento.
¿A dónde nos lleva?
¡Quién pudiera saltar y escapar a La Tarde!
.tal vez evitaría la muerte.
•
Yo sé que no saltaré.
Soy prisionera
como aquellos que encadenaban al barco para que lo
impulsaran con sus fuerzas.
•
Nos acercamos a los confines de la tierra.
El agua en la cual navegamos
caerá
caerá
caerá
y nosotros con ella.
•
¡Hacia la estampida nos lleva la tarde!
¡Al despeñadero... !
•
Sé que no puedo escapar,
que soy quien impulsa la tarde al despeñadero.
Mi propio cuerpo es anuncio de la muerte
. y las miradas que mis ojos tiran al piso
(pájaros heridos, de alas tronchadas y huesos rotos)
impulsan al barco al lindero
donde la tierra acaba.
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•
Para la prisionera
no hay cuerpo que la muerte pueda corromper,
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