los fondos de inversion

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7.
LOS FONDOS
DE INVERSION
7.1. ¿Qué son los fondos de inversión?
7.2. ¿Qué caracteriza a los fondos de inversión?
7.3. ¿Qué cantidad se puede invertir
en los fondos de inversión?
7.4. ¿Qué comisiones y gastos tienen
los fondos de inversión?
7.5. ¿Qué fiscalidad tienen los fondos de inversión?
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7. LOS FONDOS DE INVERSION
7.1. ¿Qué son los fondos de inversión?
Los fondos de inversión son el producto de ahorro por excelencia. No están diseñados específicamente para canalizar el ahorro
para la jubilación. Sin embargo, su titular puede dar al ahorro acumulado en ellos el destino que estime más oportuno. También el de
complementar la pensión pública. Por ello, y dado el incuestionable
desarrollo de estos productos en el mercado español, no podríamos
dejar de analizarlos en este manual.
Los fondos son instituciones de inversión colectiva. Pretenden
agrupar el ahorro de los inversores particulares con el objeto de
constituir una cartera lo suficientemente grande como para que
pueda ser gestionada por profesionales, proporcionar liquidez a los
diferentes partícipes, comprar-vender a unos precios que no están
al alcance de los particulares y entrar en mercados internacionales
que escapan también al ahorrador individual.
La cartera de un fondo es administrada por una sociedad gestora,
encargada de decidir la política de inversiones y calcular diariamente
el valor de la participación. Existe también una entidad depositaria,
a la que le corresponde la custodia de los activos que componen la
cartera del fondo y el control de la actuación de la gestora.
Existen varias clases de fondos en función del tipo de los activos en los que invierten y del horizonte temporal de la inversión. La clasificación más genérica es la que distingue entre fondos
de inversión mobiliaria (FIM) y fondos de inversión en activos
del mercado monetario (FIAMM). También están los denominados Fondtesoros, que invierten exclusivamente en valores del
Tesoros, los FIMP, los fondos de inversión mobiliaria principales,
FIMS, los fondos de inversión mobiliaria secundarios, y FIMF,
fondos de fondos.
Los FIM pueden invertir tanto en renta fija como en renta variable, o en ambos a la vez. Así, dependiendo del tipo de inversión
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que realizan, se clasifican en las siguientes categorías, según Inverco
(asociación de entidades de inversión colectiva).
- FIM de renta fija a corto plazo (RFCP): su patrimonio está
invertido íntegramente en activos de renta fija con una duración
inferior a dos años. El 95 por ciento de los activos deben estar denominados en euros.
- FIM de renta fija a largo plazo (RFLP): su patrimonio está invertido íntegramente en activos de renta fija con una duración superior a dos años. El 95 por ciento de los activos deben estar denominados en euros.
- FIM de renta fija mixta (RFM): el porcentaje de renta fija en
su cartera debe ser como mínimo del 70 por ciento y pueden invertir en acciones hasta un 30 por ciento. El 95 por ciento de los
activos deben estar denominados en euros.
- FIM de renta variable mixta (RVM): invierten en renta variable entre el 30 y el 70 por ciento de la cartera. El resto se encuentra en renta fija. El 70 por ciento de los activos, como mínimo,
deben estar denominados en euros.
- FIM de renta variable nacional (RVN): al menos un 75 por
ciento de sus activos se nutren de renta variable cotizada en mercados españoles. El 70 por ciento de los activos, como mínimo,
deben estar denominados en euros.
- FIM de renta fija internacional (RFI): su patrimonio está invertido íntegramente en activos de renta fija y, al menos, un cinco
por ciento, están denominados en monedas no euro.
- FIM de renta fija mixta internacional (RFMI): el porcentaje
de renta fija en su cartera debe ser como mínimo del 70 por ciento
y pueden invertir en acciones hasta un 30 por ciento. Debe invertir
más de un cinco por ciento en monedas no euro.
- FIM de renta variable mixta internacional (RVMI): invierten
en renta variable entre el 30 y el 70 por ciento de la cartera. El resto
se encuentra en renta fija. Más del 30 por ciento de los activos deben
estar denominados en monedas no euro.
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- FIM de renta variable europea (RVE): invierten más del 75
por ciento de sus activos son de renta variable. De ellos, los españoles no pueden superar el 75 por ciento de la cartera. El 70 por
ciento de los activos, como mínimo, deben estar denominados en
euros. Los denominado en otras divisas pueden llegar a lo sumo al
30 por ciento.
- FIM de renta variable internacional (RVI): más del 75 por
ciento de sus activos se nutren de renta variable y más de un 30 por
ciento de ellos deben estar denominados en monedas no euro.
- FIM globales (FGL): fondos que no tienen definida de una
forma precisa su política de inversiones.
- FIM garantizados: fondos que aseguran una determinada
rentabilidad. Esta garantía se concede mediante un contrato de garantía concedido por la entidad depositaria. Mediante este contrato, la entidad depositaria se compromete ante el partícipe a
pagar la cantidad necesaria para alcanzar la rentabilidad garantizada si el fondo no la consigue. Hay dos modalidades de fondos
con garantía:
- Garantizados de renta fija (GRF): garantizan la devolución
de la inversión realizada y un determinado rendimiento.
- Garantizados de renta variable (GRV): garantiza la devolución
de la inversión realizada y un determinado porcentaje de la revalorización de un índice bursátil o cesta de índices bursátiles.
Los fondos de inversión en activos del mercado monetario
(FIAMM) son la segunda gran clase de fondos. Invierten en activos
financieros del mercado monetario. Por lo tanto, son activos de renta
fija a corto plazo, tales como Letras del Tesoro, repos y pagarés de
empresa. El vencimiento de estos activos no puede superar los 18
meses. Al contar con una alta rotación en su cartera, su valor liquidativo no ofrece retrocesos. Por ello, no presenta nunca pérdidas.
Dentro de esta categoría se ha establecido una segunda clase de
fondos: los fondos de dinero internacionales (IFIAMM). Son fondos
de dinero que destinan más de un cinco por ciento de su cartera a
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activos denominados en moneda no euro. Estos sí pueden presentar
pérdidas debido a variaciones en el tipo de cambio de las divisas.
La tercera categoría de fondos son los Fondtesoros. Estos tipos de
fondos invierten un mínimo de un 95 por ciento de su cartera en
Deuda Pública. Pueden ser FIMo FIAMM, dependiendo de si la inversión se realiza en activos a largo o corto plazo.
Los fondos de inversión mobiliaria principales (FIMP) son fondos
cuyos partícipes sólo pueden ser otros fondos de inversión, denominados subordinados. El patrimonio de estos fondos se destina a la adquisición de activos de renta fija, variable, nacional o internacional.
Los fondos de inversión mobiliaria subordinados son instituciones cuyo patrimonio se destina la compra de participaciones de
fondos principales.
Los fondos de fondos (FIMF) se caracterizan por invertir la
mayor parte de su patrimonio en otras instituciones de inversión
colectiva, tanto nacionales como extranjeras.
7.2. ¿Qué caracteriza a los fondos de inversión?
Los fondos de inversión no pueden asegurar una rentabilidad
mínima, ya que sus resultados dependen de la evolución de los mercados financieros en los que invierten. La única excepción son los
fondos garantizados, que sí ofrecen una rentabilidad garantizada.
Lógicamente, la garantía y la estructura de cartera que asegura la
rentabilidad pactada suponen una reducción de riesgo frente a los
fondos que invierten directamente en los mercados. Como consecuencia de ello, los fondos garantizados ofrecen una rentabilidad
menor que la que obtendría un fondo equiparable sin garantía. Los
fondos garantizados son productos idóneos para diversificar. Son
adecuados especialmente para personas conservadoras o que no
tengan experiencia en los mercados con riesgo, como la bolsa.
Las entidades gestoras son las que facilitan periódicamente a los
partícipes tanto el rendimiento del fondo como la rentabilidad en
cada caso particular.
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Uno de los aspectos que distingue a los fondos respecto del resto
de los productos por los que se puede canalizar el ahorro hacia la
jubilación es la liquidez. Los fondos son productos de gran liquidez,
ya que el suscriptor puede vender parte o todas sus participaciones
en el momento que lo desee. Salvo excepciones, el inversor tarda
entre 24 y 48 horas en disponer del dinero fruto de la venta de sus
participaciones. A la hora de rescatar las participaciones, el ahorrador debe prestar atención a las comisiones de reembolso, que
de forma especial se aplican en los fondos garantizados.
7.3. ¿Qué cantidad se puede invertir
en los fondos de inversión?
Las aportaciones mínimas iniciales varían según el producto.
Normalmente el mínimo exigido es el importe de una participación. Por ello, la cantidad mínima que habrá que desembolsar para
suscribir el fondo dependerá de la valoración de esa participación.
Sin embargo, hay productos que exigen una cantidad mínima
concreta para entrar en el fondo. Las sumas más habituales son de
50.000, 100.000 y medio millón de pesetas. Pero también hay otros
fondos que colocan el listón mucho más alto.
7.4. ¿Qué comisiones y gastos tienen
los fondos de inversión?
Las comisiones de los fondos dependen de la política comercial
de las distintas entidades financieras. Sin embargo, la legislación impone unos determinados límites. Las comisiones más habituales son
las de suscripción, reembolso, gestión y depósito. La comisión de
gestión puede ser sobre el patrimonio y/o sobre beneficios obtenidos. La más habitual es la primera.
En los fondos de inversión mobiliaria (FIM), el techo marcado
por la normativa se sitúa en un cinco por ciento del precio de las
participaciones para la entrada o salida del mismo. Por gestión, la
comisión máxima se sitúa en el 2,25 por ciento o en el 18 por
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ciento de los resultados. Si la gestora cobra en función de ambos
parámetros (comisión fija de gestión más un coste en función de resultados), la tarifa máxima aplicable se sitúa en el 1,35 por gestión
y el 9 por ciento sobre resultados. Por depósito, la comisión máxima
se sitúa en el 4 por ciento.
Para los FIAMM, las tarifas aplicadas por las gestoras son algo
menores. Por suscripción y reembolso puede cobrarse hasta un uno
por ciento del valor de la participación. La gestión de los ahorros
puede suponer un gasto de hasta el uno por ciento del patrimonio
o un 10 por ciento de los resultados. En el caso de que se produzca
la combinación antes mencionada, los topes ascienden al 0,67 y
3,33 por ciento por cada concepto. La comisión máxima por depósito es del 0,15 por ciento.
Los Fondtesoros cuentan un límite en el cobro de comisiones
por todos los conceptos. Para los FIM es del 1,7 por ciento sobre el
patrimonio y para los FIAMM, del 1,5 por ciento.
Las comisiones deben figurar en el reglamento de los fondos de
inversión. Para efectuar cualquier incremento de las mismas, la gestora debe solicitar permiso a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Autorizados los cambios, los partícipes que no estén de acuerdo
pueden salir del fondo sin que ello suponga ninguna penalización.
7.5. ¿Qué fiscalidad tienen los fondos de inversión?
Las ventajas fiscales de este producto se centran en el momento
de vender sus participaciones. Por tanto, no cuenta con beneficios
fiscales a la hora de realizar las aportaciones, a diferencia de lo que
sucede con otros productos especializados en canalizar ahorro para
la jubilación.
Es en la fiscalidad de salida donde los fondos cuentan con ventajas fiscales. Los principales aspectos que caracterizan la fiscalidad
de los fondos son los siguientes:
• El partícipe no tributa hasta que se produzca el reembolso de
las participaciones. Esto le permite elegir el momento que más le
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conviene para tributar por los resultados obtenidos. El reembolso de
las participaciones genera, en el ejercicio en el que se produzca, un
incremento o disminución de patrimonio (según tenga beneficios
o pérdidas). Si se suscribió participaciones de un mismo fondo en
momentos diferentes, se consideran como primeras participaciones
reembolsadas las adquiridas en primer lugar.
• La cuantía de la plusvalía/minusvalía obtenida al reembolsar las
participaciones es la diferencia entre el valor de adquisición y el de
reembolso. Esta plusvalía/minusvalía es considerada fiscalmente
como incremento o disminución de patrimonio, en lugar de rendimiento de capital.
• Respecto al tipo de gravamen aplicado, hay que atender a la
antigüedad de las participaciones en el momento de su venta.
• Si las participaciones tienen una antigüedad inferior o igual a
un año, se genera un incremento de patrimonio que se integra en
la parte general de la base imponible. En este caso, su tipo de gravamen será el que corresponda al contribuyente en función de la
tabla de gravamen para la parte general de la base imponible.
• En caso de que las participaciones tuviesen más de un año de
antigüedad, el incremento patrimonial se integra en la parte especial de la base imponible, que se grava al tipo único del 18 por
ciento.
• Para las participaciones adquiridas con anterioridad al 8 de
junio de 1996, la normativa establece un régimen transitorio. Este
régimen contempla la aplicación de unos coeficientes reductores
sobre la plusvalía generada en función de la antigüedad de las participaciones a la conclusión de 1996. Este coeficiente reductor es del
14,28 por ciento por cada año de antigüedad que exceda de dos. De
esta forma, los incrementos procedentes de participaciones que al
31-12-96 contasen con una antigüedad de ocho años y un día
quedan totalmente exentos de tributación:
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Años de
permanencia
1 y 1 día
2 y 1 día
3 y 1 día
4 y 1 día
Plusvalía
exenta (%)
0
14,28
28,56
42,84
Años de
Permanencia
5 y 1 día
6 y 1 día
7 y 1 día
8 y 1 día
Plusvalía
Exenta (%)
57,12
71,4
85,68
100,00
Tabla 7.1.
• Una vez aplicado este coeficiente reductor, el incremento restante sigue las reglas generales. Al contar con una antigüedad superior al año, se integrará en la parte especial del base imponible y
tributará al 18 por ciento.
• En caso de que con los fondos de inversión se obtengan disminuciones de patrimonio, éstas podrán compensarse de la siguiente manera:
Las procedentes de participaciones con una antigüedad de hasta
un año, se compensarán con incrementos de patrimonio generados
con activos de igual antigüedad. Si tras esta operación aún restasen
minusvalías, éstas se compensarán con el resto de rendimientos de
la parte general de la base imponible (incluidos rendimientos del
trabajo y del capital), hasta un tope del 10 por ciento de éstos. Si tras
realizar estas operación aún quedasen minusvalías para compensar,
éstas podrán compensarse durante los cuatro años siguientes de la
misma forma que la descrita.
Las procedentes de participaciones con una antigüedad superior
al año, se compensarán con incrementos de patrimonio generados
con activos que también tuviesen una antigüedad superior al año. Si
tras esta operación aún restasen minusvalías, éstas se compensarán
de igual forma durante los cuatro años siguientes.
• Los incrementos patrimoniales de los fondos de inversión están
sujetos a una retención a cuenta del 18 por ciento.
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