Un momento decisivo

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Editorial
AÑO XXVII. Nº 219
MARZO-ABRIL 2010
EDITA
UNIÓN DE PEQUEÑOS
AGRICULTORES
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papel con celulosa blanqueada
totalmente sin cloro, a partir de
materias obtenidas con criterios
ecológicos y sostenibles.
Un momento decisivo
E
STÁ costando trabajo, mucho trabajo.
Pero la tenacidad, el sentido común y la
responsabilidad sindical terminan dando
sus frutos. Por fin, el proceso negociador abierto
con el Gobierno, tras la manifestación de
noviembre y la reunión con Zapatero, ofrece los
primeros resultados, en forma de acuerdo sobre
financiación.
El objetivo es claro: desatascar en nuestro sector
una situación generalizada desde que comenzó
la crisis y los bancos y cajas echaron el cierre en
la concesión de créditos.
En nuestro caso, los titulares de pequeñas y medianas explotaciones agrícolas y ganaderas, la situación era (y sigue siendo todavía) muy dramática, porque los ciclos de producción y comercialización nos obligan sin remedio a contar con
recursos financieros, sin los cuales es imposible
mantener la actividad. Por ello, el acuerdo alcanzado con el Gobierno, aun no siendo el mejor de
los acuerdos, resulta positivo.
Sin embargo, alcanzado este objetivo, quedan
ahora dos frentes fundamentales: que las comunidades autónomas asuman su parte de responsabilidad (que es mucha) y, sobre todo, que los
bancos y las cajas apliquen el desarrollo del acuerdo en toda su extensión y no vuelvan a dar con la puerta en las narices a ningún cliente del sector agrario
cuando acuda a pedir un préstamo.
Porque de nada servirá todo el esfuerzo político y sindical para abrir vías de solución si al final del camino
nos encontramos con una gestión timorata e irresponsable por parte de los gestores a pie de campo de
las entidades financieras.
A este acuerdo deberían seguir otros en los próximos meses y con este fin hay múltiples mesas abiertas,
no siempre con la voluntad y la celeridad debidas. Por ello, desde UPA hacemos un nuevo llamamiento
al presidente del Gobierno para que esté muy encima de sus ministras y ministros en este proceso negociador.
Nos encontramos en un momento decisivo. No sólo por la crisis, sino también porque los debates políticos
sobre el modelo económico del futuro son una magnífica oportunidad para provocar cambios positivos.
Y estamos hablando de cuestiones muy concretas: reconocer en las medidas contra la crisis y la ley de
economía sostenible que los mercados agroalimentarios necesitan correctivos, y que ello es posible simplemente con reconocer que las organizaciones interprofesionales (o, lo que es igual, los actores del mercado en libre competencia) puedan negociar contratos y precios de obligado cumplimiento, como se hace
en otros países europeos, por el bien de los propios mercados y por el interés general.
LA TIERRA Nº 219 MARZO-ABRIL 2010 • 5