Documento 2 Efectos del alcohol Los efectos del alcohol sobre la persona dependen del nivel de alcoholemia que se ha alcanzado y de la sensibilidad del Sistema Nervioso Central (S.N.C). Como ya se ha mencionado el alcohol deprime las funciones de este sistema en forma directamente proporcional a la concentración que existe en la sangre. Primero deprime la corteza del cerebro, para luego afectar progresivamente niveles más inferiores del S.N.C., tanto en el cerebro como en el cerebelo y en el bulbo raquídeo, produciendo diferentes grados de embriaguez, e incluso estados de coma y la muerte. En el cuadro siguiente se muestran los principales efectos del alcohol según los distintos niveles de alcoholemia: ALCOHOLEMIA (GR 0/00)* 0 - 0.5 0.5 - 1 1 - 1.5 1.5 - 2 2-3 3-4 4-5 ESTADO MOVIMIENTOS Y CONDUCTA MENTAL PERCEPCIONES Leve alergia Apropiada Leve lentitud y/o torpeza Alegría Lentitud Menor Juicio Desinhibición Torpeza Menor social Menor campo visual Concentración Emociones Descontrol Lengua traposa inestables (pesado) Andar tambaleante Confusión Agresividad Visión doble Incoherente Mayor descontrol Dificultad para hablar y Tristeza Mareo/Vómitos caminar Rabia Apenas Apático e inerte Incapacidad de hablar y consciente Incontinencia caminar Coma Ausencia de reflejos y Ausente (inconsciente) sensibilidad Muerte Parálisis respiratoria *Gr. 0/00: grados de alcohol por cada 1.00 ml. de sangre El alcohol provoca diferentes efectos según la cantidad consumida y la frecuencia. Las ingestiones aisladas provocan relajación y euforia principalmente y malestares estomacales transitorios. Ambos efectos se intensifican si aumenta la frecuencia excesiva del consumo de grandes cantidades. Los efectos se pueden dividir en las siguientes áreas: Alteraciones psíquicas y psicológicas Insomnio Angustia Amnesia Delirium tremens Alucinación Abuso de otras drogas Depresión Intentos de suicidio Disminución de la autoestima Crisis de privación demencia Alteraciones sociales Conflictos con la pareja Divorcio Ausentismo laboral Despido Deudas económicas Cesantía Conflictos legales Soledad por ausencia de apoyo Alteraciones fisiológicas Nauseas Vómitos Sudoración excesiva Desnutrición Dilatación de los capilares de la piel Gastritis Cirrosis hepática Parálisis cardiacas Características clínicas del consumo de alcohol Es importante consignar aquí la respuesta a dosis importantes de alcohol: existe tolerancia si alguien puede beber una botella de vino, o su equivalente en cerveza o licor, en menos de una hora, sin notar ningún efecto de intoxicación. El tener "buena cabeza" es muchas veces un signo clínico de dependencia. El consumir una botella de whisky, una caja de latas de cerveza, o más de un litro de vino al día, o llegar a presentar una alcoholemia de más de 150 mg% son signos de consumo excesivo, y quizás de dependencia. La aparición del temblor matutino de extremidades, de náuseas o vómitos, de debilidad o malestar general, de angustia, depresión o insomnio, de cefalea intensa, o de irritabilidad marcada al suspender el uso de alcohol son signos tempranos de síndrome de abstinencia. La pérdida de control aparece posteriormente, en personas que decidieron beber sólo un vaso de vino, pero que terminan ingiriendo hasta la intoxicación. También se ve la pérdida de control en personas que deciden disminuir el consumo no teniendo alcohol en la casa, pero que terminan comprando de todos modos, o que se cambian de pisco a cerveza o vino. El consumidor de alcohol a solas, o el tenerlo escondido en la oficina o en el dormitorio, son otros signos de necesitar la sustancia. El uso de alcohol en situaciones sociales inapropiadas, o el aumentar el consumo en forma obvia al volver a casa, son otros signos de consumo excesivo. Dado que existe una tendencia familiar clara en este problema, es importante explorar cuidadosamente si existen familiares con antecedentes de alcoholismo. La intoxicación alcohólica es quizá el efecto clínico más frecuente del uso del alcohol. Es un cuadro autolimitado, que va desde la embriaguez leve hasta la anestesia, con depresión respiratoria y eventualmente hasta la muerte. En la medida que aumenta el nivel de alcohol en la sangre, éste provoca euforia, problemas leves de coordinación, dificultades en la marcha, confusión mental y alteración de la conciencia con problemas de memoria. Estos efectos son menores entre los bebedores crónicos, que han desarrollado tolerancia al alcohol. La intoxicación alcohólica altera también la frecuencia cardiaca, provoca alteraciones del electroencefalograma y de los movimientos oculares. Produce un hablar y un pensamiento lentos, rubicundez facial, alteraciones conductuales; labilidad emocional, alteraciones del juicio, problemas cognitivos y desinhibición de impulsos sexuales y agresivos. Esa desinhibición puede aumentar la tendencia a conductas suicidas u homicidas y facilitar las conductas riesgosas en general. Información obtenida de los sitios: http://www.mineduc.cl/prevencion/efectos/efectos_alcohol.htm http://www.mineduc.cl/prevencion/efectos/caracteristicas_alcohol.htm