6. Creer que todo proviene de Dios, lo agradable y lo desagradable

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Prefacio • El Corán (traducción comentada)
6. Creer que todo proviene de Dios, lo agradable y lo desagradable. Nada
ocurre sino con el permiso de Él, y ni un átomo del universo se mueve
sino por Su voluntad. Él nos ha concedido el libre albedrío, pero en su
infinito conocimiento lo sabe todo antes de que suceda. Él es Quien determina nuestro destino, y por ello, nadie puede beneficiarnos ni perjudicarnos más allá de lo que Él decreta para cada uno de nosotros.
Los cinco pilares prácticos de adoración son:
1. La declaración de fe: Una persona ingresa al Islam al decir de forma
libre y consciente lo siguiente: “Atestiguo que no existe divinidad salvo
Dios, y atestiguo que Mujámmad es Su siervo y Mensajero”. Esta profesión de fe es repetida por los musulmanes a diario en sus oraciones y
otras actividades. Decir esto implica abandonar cualquier acto de culto
a santos, ídolos, ancestros, líderes o criaturas, y adorar solo a Dios Todopoderoso. Implica también que aceptamos a Mujámmad como Mensajero de Dios, como nuestro guía, y al aceptarlo a él se aceptan a todos
los profetas y mensajeros anteriores.
2. La oración: Es obligación realizar cinco oraciones diarias (al alba, a mediodía, a media tarde, al ocaso y en la noche). La oración debe realizarse
siguiendo unos pasos rituales específicos y tras una purificación ritual.
El creyente puede, además, realizar oraciones voluntarias durante el día
o la noche. La oración puede realizarse en solitario o en comunidad, en
la mezquita o en cualquier lugar limpio que no sea utilizado como lugar
de adoración a deidades falsas.
3. El zakat: El pudiente está obligado a entregar un 2.5 % de su ahorro
anual para obras de caridad. El zakat garantiza la redistribución de la
riqueza, una preocupación reciente en el mundo occidental, pero que
está contemplada desde hace más de 1.400 años en el Islam. Adicional
al zakat, el Islam anima a los creyentes a brindar caridad a diario. La
caridad no se entiende solo como un asunto monetario. Siempre que
el musulmán ayuda a otra persona, busca su bienestar, incluso con una
sonrisa, está haciendo caridad. El trabajo en pos del bienestar colectivo,
como retirar obstáculos de un camino o poner anuncios de peligro para
evitar accidentes, también se considera una forma de caridad.
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