Editorial para el Portal de CANIDRA LA DIFÍCIL TAREA DE GENERAR CONFIANZA Es innegable: la condición de país petrolero le garantiza a Venezuela un sinnúmero de ventajas en comparación con otras naciones de la región latinoamericana, cuando el tema económico es descrito en su bastedad y su importancia, y se enumeran las alternativas de que dispone para dar pasos hacia objetivos de vanguardia, como de metas de alternativas competitivas en la zona y fuera de ella. De hecho, cuando en meses pasados distintos voceros del Gobierno le hicieron saber al mundo que era inminente la adopción de una serie de medidas que, entre otras, incluían la de un racionamiento del sistema cambiario con sólo dos paridades y la posibilidad de llegar a una desaparición gradual del régimen, los mercados reaccionaron al alza, y Venezuela bajó en el terrible indicador del riesgo país. Es decir –y es en lo que la Cámara Nacional de Comercio de Autopartes (Canidra) ha apoyado sus argumentos cuando ha dicho que se hace necesario unificar el tipo de cambio y permitir el pleno acceso a las divisas-, los venezolanos y el país no necesitan esperar a que transcurran años para que la economía se reencuentre con senderos de evolución, si se dan pasos como esos a los que apuesta, inclusive, la mayoría de los sectores productivos nacionales. Y que no son otros que aquellos signados por las libertades y que están sabiamente plasmados en la vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Eso sería así porque, definitivamente, la conjunción de las innegables potencialidades transformadoras venezolanas, de lo que hoy dependen para que nación supere sus adversidades actuales, es, entre otras decisiones, de audacia gerencial, coraje administrativo para formalizar las acciones, y voluntad política al servicio de una sociedad que merece vivir mejor. Que tiene derecho a gozar de las bondades de un bienestar social, de la misma manera que hoy lo hacen los habitantes de la mayoría de las naciones que, como Venezuela, también tienen a su favor la ventaja de ser productores y exportadores de uno de los commodities de mayor demanda global, como es el petróleo. Canidra ha dicho que apuesta por el entendimiento y la utilidad del aprovechamiento del diálogo entre todos los agentes que lideran los cambios económicos de las naciones, y más cuando en el caso venezolano, en los instantes históricos cuando dicha relación ha funcionado, los resultados positivos han ejemplarizado viabilidad y utilidad. ¿Por qué no incrementar estudios, análisis, reflexiones, debates públicos y la formulación de propuestas, en atención a dicha valiosa alternativa?. Quizás ya se ha avanzado en ese sentido. Y prueba de ello se puede apreciar, por ejemplo, en lo que han expuesto en diversas ocasiones las academias, distintas universidades, gremios de profesionales y los propios organismos empresariales. Pero ¿se corresponden tales ideas con lo que necesita Venezuela?.¿No guardan relación con el enfoque político desde el que se insiste en que hoy se avanza por un camino apropiado, y que las demás opiniones carecen de valor?. Todo eso es posible. Pero mientras el debate público continúe siendo desestimado o descalificado a priori, porque se cree que obedece a intereses distintos a los que pudieran estar plasmados en normativas legislativas vigentes, entonces, se está en presencia de un rechazo que le resta a Venezuela sus reconocidas opciones para no continuar en las condiciones actuales. Son esas condiciones actuales, precisamente, las mismas que ubican al país entre realidades negativas a nivel internacional; las que hoy están llamadas a ser tema central de las propuestas del liderazgo que apuesta por una Venezuela distinta, signada por el progreso y una sociedad que se ubique en los estándares de la producción competitiva a nivel global, pero que no termina de plantear de qué se trata su oferta, ni de cómo se puede materializar. Algo no se está haciendo debidamente en Venezuela, para que el país se muestre rezagado, inclusive, hasta en los modestos avances que evidencian países vecinos. Y, sin duda alguna, como Canidra y sus afiliados lo han dicho en las distintas reuniones técnicas sostenidas con las autoridades para hacerle frente a las serias deficiencias en la oferta de autopartes, el gran reto nacional no es otro que trabajar en la generación de confianza; en ese sensible y frágil recurso fundamental para la construcción de buenas y sostenibles relaciones de todo tipo, y cuyo valor trascendental –insistimos- ya fue apreciado, dentro y fuera del territorio, cuando se dijo que se producirían cambios en materia económica en el país. ¿Por qué insistir en diferir lo que se requiere hoy?. CANIDRA, 24 de abril de 2015